Gabriel Rufián, después de su reunión con Adriana Lastra, no salió con grilletes de dominatrix ni con impresora de billetes. Salió más bien apeluchado y receptivo, contento porque había hablado con una persona “dialogante y de izquierdas, que entiende que [en Cataluña] hay un conflicto político y conviene retornar a la política”. Se nota enseguida esa sintonía de ERC con el icetismo poliamoroso.
https://www.elindependiente.com/opinion/2019/06/13/la-segura-investidura-humpty-dumpty/
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