Marta Rovira parece un cantajuego con cerillas, y puede ser presidenta de la Generalitat. El independentismo podría poner ahora de candidato a una mascota olímpica, a un espantapájaros con peto, a un Spiderman de carnaval. Daría igual, no hay programa, sólo sentimentalismo y calentón. Rovira prendió fuego a sus bolsillos con lo de los muertos en la calle, una canallada, pero nadie en el secesionismo se espantó. Los engaños y las burradas se incorporan como otro milagro a su causa de profetas con insolación. No les queda otra que hacer pasar por héroes a trasquilados, caganers, escapistas, listillos o colilleros del procés.
http://www.elmundo.es/opinion/2017/11/25/5a187315268e3e88468b46a5.html
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