La noche del jueves, Soraya estaba exultante, bromeando con los periodistas sobre el aire acondicionado estropeado y su futuro como arregladora de esos y otros estropicios. Era como la bruja Avería al revés, y eso dio mucho miedo. Su ofrecimiento de “unidad” e “integración” sonó a oferta que Casado no podrá rechazar. A Soraya la acompañan ya los mitos, y eso significa que hay grandeza política. A esos ojos de kryptonita se va a enfrentar el joven Pablo Casado, que tiene determinación y labia, aunque también algo de curita con guitarra.
https://www.elindependiente.com/opinion/2018/07/06/pablo-casado-los-ojos-kryptonita
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