Razones para la risa. Canal Sur planeó en su tertulia
de la mañana una presentación o desfile del nuevo Gobierno andaluz, aunque yo
creo que lo mejor para conocerlos sería montar un reality en plan La isla de
la coalición. Le pegaría mucho a esta colección heterogénea de ninis
orgánicos, viejas glorias, frikis revolucionarios, funambulistas de lo público,
cantantes de karaoke de la política y provocadores del calentón. Me imagino las
pruebas de ese reality: tragarse un insecto o un sapo para conseguir un sillón,
recoger cocos para impulsar el empleo, prometer un cargo “por imperativo legal”
atravesando rescoldos, enterrar los ERE en distintos puntos de la isla, pelear
con un brazo atado por un trozo de presupuesto... Se les vería colaborar de
mala gana para levantar un chamizo durante el temporal, pero luego en el
confesionario los marxistas rajarían de la socialdemocracia capitalista y los
acostumbrados al poder se reirían de los advenedizos muertos de hambre. No
estaría mal, no. Pero bueno, de momento sólo nos ofrecen entrevistas a la hora
de las legañas y del desayuno de Andalucía, que es así, adormilados y con el
estómago vacío, como a estos políticos les gusta pillar a la ciudadanía. Griñán
(perdón, Pepegriñán), habló del sentido de Estado que había en el 78 y que ha
desaparecido. Supongo que por lo de la confrontación que tanto les gusta, eso
de hacer oposición institucional al gobierno enemigo. También nos descubrió que
el PP hace recortes, pero ellos hacen “financiación selectiva”. Menos mal.
Susana Díaz, por su parte, entrevistada por segunda vez en un mes, dijo lo de
siempre pero como ascendida a sargento de semana. Y a Valderas parece que lo
han hecho presidente de la escalera y está ahí como intentado dignificar un
cargo que sólo se ocupa de dónde se guardan las escobas. A IU, los listos del
PSOE le han dado consejerías vacías de competencias y comandancias de una caja
de lápices, pero se les nota muy felices con esos cargos de juguete. Felices
pero extraños. Valderas no se siente cómodo en el papel y es como ver a Luis
Aragonés en frac. Pero lo que más me llamó la atención de estas entrevistas fue
lo que se ríe con estos políticos Mabel Mata. Ya dije que el día de la toma de
posesión de Pepegriñán se le notaba el puro gozo iluminándola. Pero en esta
entrevista con el presidente soltó hasta carcajadas, igual que una adolescente
que hablara con Justin Bieber entre el peloteo y el coqueteo. Como si
estuvieran de botellón. Me imagino que ese sincero y burbujeante gozo debe de
ser difícil de disimular, pero tendría que contenerse algo más, aunque fuera
sólo por estética. Mabel Mata se ríe mucho con sus gobernantes y tendrá sus
razones. El resto de Andalucía tiene bastantes menos razones para la risa.
Profesor Bacterio. Según Salud al día, igual
nos curan los tomates que el sol que Andalucía entera en una especie de
mesmerismo de lo cateto. La salud está en el alma del andaluz y lo mismo da una
pastilla que una cataplasma de ajos (pero vaya usted a la farmacia a por un
antihistamínico, pensé yo una vez que preparaban un mejunje casero contra los
síntomas de las alergias). Incluso da igual la magia o la chorrada, mientras
sea andaluza. El otro día llamaron “tecnología sanitaria andaluza” a unos ridículos
cacharros que maneja la llamada “medicina cuántica”. Por si no lo saben, eso,
que ni es medicina ni es cuántica, es otra de esas patrañas urdidas para
estafar a los incautos mezclando palabrejas pseudocientíficas, cachivaches con
nombre de invento del profesor Bacterio y una gran dosis de cara dura. Es como
lo de las pulseritas milagrosas, pero con máquinas más caras. Por ejemplo, te
meten en una especie de sandwichera (“cápsula”) y allí te tienen “a una temperatura de 37-38º” (o sea, como con
una mantita en el sofá), “con un colchón especial que tiene unas células de
fotón (?) que va a ir pasando por el organismo y en ese proceso lo que hace es
ir limpiando el organismo”, explicaba (así de mal) uno. También te cogen la
muñeca y te alumbran con una bonita luz roja, eso sí, en un ambiente como
marciano. Eso, nos decían, “aporta nutrientes”. A ver: los fotones (luz,
simplemente) los recibo igual al enchufar la lamparita de la mesilla y la
verdad es que eso limpia y nutre poco. Pues eso, que no es más que apuntarte
con linternas, afirman que sirve para tratar “artrosis, reuma, alergias, asma,
estrés, insomnio y psoriasis”. Lo que parece que no cura es la estupidez. Salud
al día tiene vocación humorística, pero esto ya resulta criminal. Ir a que
te enciendan un árbol de navidad en la espalda en vez de al médico puede
terminar no sólo en pérdida de tiempo y dinero, sino en tragedia. Los colegios
médicos deberían quejarse de que la televisión pública explique como medicina
esta peligrosa tomadura de pelo. Anda y que Roberto Sánchez Benítez se vaya a
limpiar las meninges con la luz del frigorífico...
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