El PSOE se ha terminado convirtiendo en un partido conservador: conservador de su propio poder, de sus entramados caciquiles y clientelares, de sus castillos, moñas y nostalgias. Lo que queda de izquierda en el PSOE son eslóganes, palabrería, posturitas. Tras esa fachada, sólo está el aparato intentando alimentarse a sí mismo, mientras arruina y atonta a los pueblos que gobierna. Pero además ha perdido el sentido de la democracia. Su intento por expulsar al PP del espacio político y cívico, retratarlo como un invasor de la democracia, deslegitimado por principio, ha sido una estrategia habitual, sobre todo en Andalucía, donde el PSOE se ha llegado a definir como ideología natural. Así, entre ínfulas totalitarias e infantilismo ideológico, es como van a llegar otra vez al congreso de Sevilla.
Me ha espantado saber que es Susana Díaz la que le está preparando el terreno en Andalucía a Carme Chacón, y que hasta ha participado en el manifiesto “Mucho PSOE por hacer”. “Susana no es inteligente, es lista”, me dice alguien del partido. Tan lista que nos ha estado hablando como a tontos desde que le dieron cargo y micrófono. Su lógica torcida, sus leitmotivs simplones y su mefistofélico papel en este PSOE andaluz del disimulo, el paripé, la inercia, el fracaso y el exclusivismo democrático la inhabilitan para formar parte de cualquier regeneración. Es otra prueba de que nada va a variar tras ese congreso gane Rubalcaba o Chacón, actores de la misma decadencia. Perderán de nuevo la oportunidad del cambio. Creo que lo de Rosa Díez es lo más cercano a una socialdemocracia reformista que nos queda, y es otro enemigo del PSOE. Hasta que los socialistas se den cuenta de que necesitan recuperar credibilidad y solidez ideológica a la vez que decencia democrática, seguirán en el Purgatorio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario