Adiós
a Tecnópolis. Ya sólo queda de él ese muñequito Vitamín que pela el sol de
Andalucía y suelta burbujitas de vitalidad idiosincrásica como el Nenuco.
Roberto Sánchez Benítez sigue con Salud
al día, sábados y también domingos, días de sombrilla y diábolos. Pero Tecnópolis murió. Tecnópolis, esa proa de Andalucía sólo pintada, como en una lata
de arenques; ese molinillo en el que tenía que soplar uno mismo la modernidad,
esa tecnología proyectada en un desconchón. Tenía que desaparecer porque ya era
indistinguible de un anuncio de fabada casera, todo ruralidad, pazos y leñeras.
Cuando se dieron cuenta de que aquí no había tecnología ni innovación para
mantener el programa, nos quisieron convencer de que los puentes romanos, los
hornos de leña, las tortas de la abuela, las bicicletas de paseo, los nidos de
pájaros o el vidrio soplado eran modernidad sostenible, cuando sólo eran
tercermundismo de almanaque. Cada vez era más ridículo. Pero nos ha dejado
momentos inolvidables. Primero, por el presentador, Roberto Sánchez Benítez, el
primer robot que funcionaba con frigodedos. Y luego, por las estampas de
modernidad que tanto nos hicieron reír: señoras en camello, nidos de cigüeñas, paseos
en burro, trajes rocieros, tejas y adoquines, sandías y tomates, aceitunas
rellenas, trajes rocieros, un tiovivo, una muñeca de trapo, una tricotosa, la
biodiversidad de los cerdos, los camaleones o las gallinas ponedoras… No
podíamos ser astronautas con chivitos, extraterrestres con lebrillo, atlantes
del siglo XXI por nuestro sol marinado. Pero era un poco como lo del Coyote y
el Correcaminos. Nos reíamos mucho con esos intentos tan cutres y tiernos de no
chocar contra la realidad.
Huelga
de qué. Aquí no tendría que haber habido huelga
en la educación. ¿Para qué, si, como dijo Mar Moreno en Canal Sur, la educación
andaluza sigue “marcando diferencias” y es estupenda? O sea, que aquí la gente
ha hecho huelga por los valencianos o los logroñeses. O para presumir de pedazo
de educación. Desde luego, no para protestar contra la Junta, que resulta que
tiene las competencias en la materia. Álvarez de la Chica dijo que “Wert es el
enemigo público nº1 de la educación pública”. Así que todo es por Wert, que es
como el pitufo torpe del Gobierno. Un Wert, sin embargo, que no traspasa con su
tijerón la protección de la Junta, según nos recuerda ella misma orgullosamente.
¿Tiene todo esto algún sentido? Sí. Que toca ruido.
Pido
una cerveza. Pido
la palabra tenía algunos peligros. Primero, que llevaran a invitados de
medio pelo o sin ningún interés para Andalucía, como otra Menuda noche pero con gente adulta, siempre con alguna María del
Monte o algún Arrebato o algún futbolista uruguayo. Luego, que sus andaluces
levantaran la mano más que nada para pedir una cerveza. O sea, preguntas
perezosas, tontas o graciosillas, por ese paradigma del andaluz sencillo y
auténtico, o sea gañán. Pero lo que nunca pensé es que empezara con el caso
Bretón supurando otra vez, ahí meneando huesecillos de niños muertos.
Decepcionante. Más interesante, y más breve, fue la parte dedicada al rescate.
José María O’Kean estuvo, como suele, sensato y didáctico, aunque sigue
pareciendo alguien que nos quiere vender algo en Marbella. Claro que luego
llegó Juan Torres, ese extravagante catedrático que yo creo que es Sánchez
Gordillo que se afeita. De él tengo apuntadas joyas como “las grandes empresas
farmacéuticas crean enfermedades falsas” o “tenemos esos recortes porque
queremos darle dinero a la banca privada”. Así que hubo una opinión más
aséptica o equilibrada, y otra muy ideológicamente conveniente para el poder en
Andalucía. Evalúen ustedes eso como quieran. Pero el programa no termina de
gustarme. Jesús Vigorra nos avisa de que seguirá meneando el incensario morboso
del caso Bretón y nos anuncia como próximo invitado a Bono, un político ya de
panteón y que viene promocionando un libro. ¿Veremos a gente importante e
interesante para Andalucía contestando a preguntas inteligentes y afiladas?
Porque, si no, que metan ya a unos cuantos chistosos y así homogeneizamos la
parrilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario