Morena clara. Fue pensar en la Guardia Civil y en Griñán y no poder evitar
imaginarme al Presidente cantando eso de “échale guindas al pavo”. La verdad es
que lo de la Junta con el 'fondo de reptiles' es como lo de los jamones de Morena
clara. Su increíble versión de los hechos la podría haber defendido Lola
Flores frente al fiscal panocho que hacía Fernando Fernán Gómez casi con el
mismo desparpajo que Susana Díaz o Mario Jiménez. En fin, “entró un civil con
bigote / ozú, qué miedo, chavó”, preguntando dónde estaban ese pavo y esa pava,
y el PSOE le cantó la bulería del disimulo con todo el arte del que es capaz.
Nada menos que de “abrir una causa general contra Griñán” acusa la ínclita
Susana Díaz a la Guardia Civil. Los implicados en la aviesa conspiración van
aumentando: primero la “derecha mediática”, luego la jueza Alaya, castigadora
al servicio del PP; y ahora, la Benemérita. Les persigue todo el Imperio
Galáctico y la Justicia es Darth Vader. La verdad es que hubo que esperar
bastante en las noticias de Canal Sur para oír a los socialistas hablar del
asunto: primero, el día castrense del Rey con muletas de banderas, y luego
noticias sobre líneas de autobuses en el Cabo de Gata, protestas de ciclistas
por los parques sevillanos y hasta un taller de estampación al aire libre. Pero
por fin habló Susana Díaz, con bastante mala cara: “Me sorprende enormemente
que la Guardia Civil haga ese tipo de valoraciones, basadas exclusivamente en
indicios, sospechas y suposiciones”. Ella es que no ha visto nunca Colombo,
ni Ley y orden. Indicios y sospechas, vaya manera de investigar. ¿Cómo
van a llegar así a las pruebas? Sin duda, en el PSOE son conscientes de la
gravedad del asunto, pero no les queda otra que escenificar estos agravios
infantiles. “Parece que se intenta imputar a Griñán a cualquier precio”, decía
el locutor de las noticias citando a Mario Jiménez. Más bien parece que la
Guardia Civil hace su trabajo y que el rastro grasiento de los jamones, birlados
con guasa y descaro, lleva a todo el equipo de gobierno de la Junta. No se
puede entender que tantos millones del presupuesto eludan su pertinente
fiscalización si eso no ha sido planeado y consentido desde arriba. Parece más
lógico que conspiranoico, pero ya se sabe que la Guardia Civil primero te para
y luego te encuentra algo. Nada, a disimular. “La fetén”, decía Fernando Fernán
Gomez disfrazado de gitanillo del Sacromonte, haciendo el paripé. Que vayan
preparando una buena historia para el afane de sus jamones porque creo que
librarse enamorando a un fiscal con cantecitos y ojazos va a ser complicado.
Circo.
Siempre hay un momento en todas las comisiones de investigación en que alguien
saca lo del “circo”: cuando no interesa que comparezca alguien gordo. En este
caso, a Mario Jiménez le parece que llamar a Griñán sería como llamar a un
tragafuegos. “No vamos a convertir la comisión de investigación en un circo”,
decía en las noticias. Pero el circo sería preguntar a los tramoyistas y no a
los jefes del asunto. Sin embargo, es lo que tienen planeado. Ya verán ustedes
la pantomima de esta comisión a la que le tenía tantas ganas IU. De momento,
Valderas ha declarado que “lo que ha trascendido no afecta al actual Gobierno”.
Vaya, ¿no afecta que el presidente de la Junta tenga detrás todo el negro
charol de la Guardia Civil? Claro que desde que a Valderas lo ponen a
inaugurar, su opinión de lo que es circo ha cambiado mucho.
Milagros del camino. Las cosas de esta Andalucía de izquierdas: Misas de romeros en
Canal Sur con obispazos como directores de orquesta de las almas, reportajes de
Toñi Moreno vestida de jaramago buscando “verdaderas historias de fe” en el
Rocío, y la televisión pública rendida a esos largos amaneceres con empalizadas
para el vuelo de diosas madres neolíticas. Creo que en realidad no somos ni tan
progres ni tan piadosos, sólo rigurosamente atávicos, atavismo que puede
combinar la estética de la izquierda con el rezo menesteroso, consecuencias de
ser pobrecitos históricos. Por eso Canal Sur no ve contradicción entre su
transversal discurso progre y las ranciedumbres folclóricas y regionalcatólicas
que le gusta exaltar. Se trata de comulgar con ese populismo atávico, capaz de
aunar izquierdismo sanguíneo y supersticiones del desamparo que llevan a un
palomar de dioses. En esta febril confusión, desaparecen las aporías y hasta la
crisis: en AD nos enseñaban hermandades llenando carros con jamones o nos
contaban lo que se han gastado en bueyes sagrados. Mientras, Cuatro nos
mostraba grabaciones realizadas por detectives con beneficiarios de bajas
médicas cabalgando por el Rocío tranquilamente. Milagros del camino. Diluyen
ideologías, sanan espaldas y atocinan la crisis con vinazo, histeria y
jamonería.
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