Despedida. Fue un día histórico: Javier Arenas abrió los informativos de
Canal Sur. Al principio, creí que se había muerto, que es lo piensa uno cuando
al comenzar el telediario sale un viejo actor o ciclista. Pero no, Arenas
dejaba la presidencia del PP andaluz. Para las noticias de Canal Sur, es sólo
como si se quedaran sin el hombre del tiempo (Arenas salía bastante menos,
colocando algún nubarrón en el cielo soleado de la Andalucía socialista y poco
más). Para el PP, es como si se quedaran sin Papa. Incluso antes del último
congreso, en el que lo subían al atril con música de Braveheart, Arenas
se había convertido en una especie de Mesías salvador por aclamación y por
necesidad. Siempre lo he considerado un político inteligente, preparado y
trabajador, aunque con esa tarea pesada de tener que tirar al mar muchos viejos
baúles de la derecha en Andalucía. Arenas modernizó el PP andaluz, lo llevó a
ganar las municipales y las autonómicas, pero entre el golpe de la última
victoria-derrota y una parte del partido que reaccionó como los hinchas que
piden la cabeza del entrenador por perder con el Logroñés, este fin estaba
cantado. Canal Sur lo despidió regalándole un comienzo de informativo y luego (como
todo el periodismo) terminó de amortajarlo jugando a las quinielas de
sucesores. Lo malo de un partido construido alrededor de un Mesías es que no
hay nadie más tras él. Por eso, las listas para suceder a Arenas sonaban a
rescatar el reparto de Falcon Crest. Al final será Zoido, que ha ganado
su propia Operación Talento, el que ocupe su puesto. A Zoido lo veo bien para
una cabalgata o una procesión, pero no me lo imagino de candidato contra
Griñán. Mientras se busca otro líder para la renovación, hablarán por el PP
alcaldes, carguillos y viejas glorias. Me da que, durante un tiempo, en Canal
Sur va a parecer que Griñán, Susana Díaz y Mario Jiménez se enfrentan sólo a
teleñecos.
Leyenda urbana. Griñán, de profesión sus entrevistas, se fue esta vez a Canal Sur
Radio y a TVE. En la de aquí no faltó el habitual recibimiento de Pablo
Carrasco, que hace el papel de esas chiquillas con ramos de flores de los
Juegos Olímpicos. Siempre me resulta un poco obsceno ese posado de Griñán con
Pablo Carrasco en cada visita a la RTVA. Sí, la cortesía es la cortesía, pero
cuando detrás hay una relación de sumisión, la escena tiene algo de amantes
disimulando en público. El caso es que Tom Martín Benítez entrevistó a Griñán
para que se explayara sobre banqueros, deudas y atracos (ajenos). Pero creo que
me despisté y me perdí una parte. Sí, justo la parte en que Tom Martín Benítez
le pregunta por los ERE y el fondo de reptiles. ¿Se la perdieron ustedes
también? Vaya. No me digan que nunca pasó y sólo es leyenda urbana, como lo de
Ricky Martin y el perrito... Por favor, si alguien oyó esa pregunta, que me lo
haga saber: no quiero dar la impresión de que dudo de la objetividad,
neutralidad y pluralidad de la RTVA y sus profesionales. En la otra entrevista,
en Los desayunos de Televisión Española, Griñán manifestó que le
gustaría comparecer en la comisión sobre los ERE. A él eso no le parece “un
circo”, como a Mario Jiménez. Pero no se preocupen, que todo se quedará en las
ganas. Griñán no comparecerá. Más que una declaración valiente, fue la de un
ventajista. ¿Le gustaría igual a Griñán declarar ante un juez?
Casualidad. Son casualidades, cosas que pasan. Canal Sur da una noticia sobre
una empresa de energías renovables y, ya ven, aparece el jefe delante de un
cartelón donde la Junta se anuncia como patrocinador de esas maravillas.
Cualquiera diría que lo habían llevado y puesto ahí, que se había preparado ese
plano, que habían pensado la noticia sólo para enseñar el cartel, que era otro
servicio más a la propaganda de sus dueños políticos. Pero no, sólo las mentes
enfermizas pueden otorgarle a esta inocente casualidad intención aviesa. Como
si no conociéramos a los grandes profesionales de Canal Sur.
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