Los papeles del camión. Todo el mundo le ha dicho a la Guardia Civil alguna vez lo mismo
que Chaves, que en el alcoholímetro o en sus apreciaciones sobre su forma de
conducir “hay un error grave”. Eso le vimos afirmar en las noticias de Canal
Sur, con cara apretada y mala calidad en la imagen, como si el nerviosismo de
Chaves provocara interferencias en la cámara. Me extrañó que a eso de que su
Gobierno “nunca, nunca, conoció ninguna irregularidad ni ninguna ilegalidad” no
añadiera algo como “si hubiera cometido una ilegalidad, no me habrían votado
los andaluces”, que sonaría tan suyo. A Chaves y a Griñán ya le están mirando
los papeles del camión y, de momento, la estrategia del PSOE está siendo
recurrir a la excusa del civilón malage que les tiene ganas. También la jueza
Alaya tiene un poco cara de civil y con eso se explica todo. Lo siguiente ya
sabemos que es contar que vienen de una boda y sólo han tomado un par de EREs.
O que la culpa es de su cuñado.
La carriola. Fátima Báñez ya es la nueva Celia Villalobos. Su plegaria para
que la Virgen del Rocío nos saque de la crisis casi supera lo de aquel hueso
del puchero. Debe de haber una maldición para los ministros andaluces, algo que
les empuja hacia un momento de tontería grandiosa que les dejará una caricatura
para toda la vida. Yo creí que habían hecho ministra a Toñi Moreno. Vaya
cachondeo que se ha montado en prensa, televisión e Internet a costa de esa
teoría del rocierismo económico y del rescate divino. El Gobierno español en
una carriola, con estampitas y medallas como paelleras, cantando la Salve como
último recurso, ha tenido que dar tanta pena o vergüenza que nos van a prestar
100.000 millones. En Europa habrán pensado que cualquier cosa era mejor que
llegar a ver la horrorosa estampa de un Gobierno haciendo la lechuga.
Solidaridad barata. Me carga esa solidaridad afectada, cosmética, teatral, que no
exige donar ni salvar ni contribuir a nada, sólo figurar en cualquier sarao que
les dé por llamar solidario. Algo como ponerse el sombrerito de la solidaridad
y ya fardar con eso, como hacen los famosetes. Justo lo que hicieron en Canal
Sur atendiendo a la iniciativa Somos de las ONG, que invitaba a ponerse
un día una prenda al revés como símbolo de la voluntad de cambiar las cosas.
Pero el símbolo a veces se queda en pantomima o en ironía. Con el espíritu
solidario quemándoles, en Canal Sur los presentadores se pusieron chaquetas al
revés (Álvaro Moreno de la Santa parecía que lo que se había puesto al revés
era el traje de Spiderman) y hasta le dieron la vuelta a las cámaras. Tiene
guasa: Canal Sur, tan conservador, estático, complaciente, acrítico,
recalcitrante y resignado, tan sumiso con el poder, poniéndose de paladín de
los que quieren cambiar el mundo. A veces la solidaridad sólo es una
fantochada. Y barata.
Himno friki. Nuestro frikismo local, que nunca descansa, ha creado un himno
para la selección española en esta Eurocopa. Un tal Alfonso Mondaca, señor con
pinta de quiosquero, ha regurgitado con la ayuda de Manolo el del bombo una
rumba con música vulgar o copiada (suena como el No nos moverán) y cuya
letra merece haberse escrito en una servilleta pringosa de tortilla de
camarones. Queda como si Las Seventies y su abuelo defendieran el barco de
Chanquete con palabras futboleras de Leonardo Dantés.
Relevancia. Aluciné el otro día cuando Canal Sur dio como noticia un
comentario sobre Rajoy que había escrito Mario Jiménez en su blog. Ellos,
siempre tan atentos a la actualidad significativa y a las fuentes relevantes y
solventes.
Paraíso.
Sánchez Gordillo ha estado en Venezuela y, además de glorificadores comentarios
en Twitter, ha dejado para la posteridad una incalificable entrevista en la
televisión de allí que fue como la de un niño en Disneylandia (búsquenla en
Youtube, no tiene desperdicio). Le brillaban los ojos y la barba se le había
convertido en algodón de azúcar al conocer el Paraíso: “casi mejor que en mi
casa”, decía que estaba. Pese a elementos como éste, de momento IU no consigue su
pequeña Venezuela en Andalucía. No sé si agradecerle al PSOE su labor de
domesticación.
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