La verdad conveniente. Cuando la economía es un milenarismo de sectas, profetas y locos,
cada cual con su receta y su salvación, el problema de hacer un programa sobre
la crisis se resume en una decisión: o se presentan más o menos decentemente
los hechos y las diferentes visiones y opiniones sobre el problema, o se parte
de una posición ideológica y se monta el publirreportaje de teletienda. En
Canal Sur, lo que se espera es lo segundo. Y eso hicieron en Es posible:
una teletienda que intentaba vendernos, sin pudor, la máquina de abdominales
ideológica que ya se pueden imaginar. Las imágenes siniestras de Rajoy y sus
ministros, la enumeración de recortes, las referencias al “estrangulamiento del
estado del bienestar”, eran la parte macabra, arriñonada y en blanco y negro de
esa teletienda. Las manifestaciones, las protestas y las declaraciones de
“expertos” contra la política del Gobierno y la Unión Europea, eran la parte
colorista y esperanzada que te presentaba el producto a vender, eso de que
“otra política es posible” que tanto nos suena. De nuevo vimos a Juan Torres,
ese raro catedrático de economía que habla como Sánchez Gordillo y que ya dijo
una vez que “las grandes empresas farmacéuticas crean enfermedades falsas”. Y
volvió a lucirse. Para él, no pasa nada por tener déficit. Es más, “el déficit
cero es una barbaridad, no tiene fundamento, es sólo una manera de disciplinar
a los pueblos para que se sometan al dictado neoliberal”. Pero no fue una
opinión más de un economista, entre otras. Fue la única. E insistía: “Que digan
que los recortes hay que hacerlos porque hemos vivido por encima de nuestras
posibilidades, porque no hay dinero, porque hemos gastado demasiado, es
sencilla y llanamente una mentira de los gobernantes. Tenemos esos recortes
porque queremos darle dinero a la banca privada, y ésa es la verdad de la
crisis”. El evidente sesgo ideológico de esta muy discutible “verdad” no
importa. Es la que conviene. Y con este espíritu siguieron con los recortes en
educación y sanidad, y hasta con el sufrimiento de los inmigrantes, aliviado,
eso sí, por acuerdos de una ONG con la Consejería de Salud de la Junta para
hacerles descuentos en las recetas. Qué oportuna mención, vaya. Y por si faltaba
algo, la siempre consonante opinión de Javier Pérez Royo. El programa, entre
perrofláutico y rubalcabesco, fue un auténtico vídeo de campaña. Ideología
metida por los ojos. Canal Sur en su apoteosis.
Los niños y el ogro. La propaganda entra mejor con niños. Economistas oscuros e
imágenes de la bolsa despeñándose resultan demasiado fríos. Es mejor poner a
niños en su escuela jardín para hacernos ver lo que se va a cargar la derechona
con sus recortes educativos. Niños tocando el tambor, pintando con los dedos,
oyendo a alguien hacer música con tubos y chanclas... Así de finamente se educa
en Andalucía a los más pequeños para que salgan artistas y genios, según nos
mostraba el programa Los reporteros. Pero todo eso se va acabar porque
ha llegado Rajoy, el ogro que se come a los payasos. Yo me pregunto en qué
momento se fastidia esa maravillosa educación pública andaluza para que al
final salgan nuestros fracasados escolares, nuestros andilucas, nuestros
chavales analfabetos funcionales y nuestro 50% de paro juvenil. O para que
terminen en niños de Juan y Medio. Todo eso ya estaba ahí antes de Rajoy, desde
luego, pero a quién le importa. Esta derecha que roba la plastilina, que va a
convertir a los prometedores escolares andaluces en niños de inclusa, eso es lo
que hay que contar. Y qué bien lo hace Canal Sur.
Innovaciones a salvo. Menos mal que aún nos queda Tecnópolis. Ver presentar las
innovaciones andaluzas con un campanario anidado por cigüeñas detrás ya es
motivo para el optimismo. Nada puede ir mal si las modernidades que nos esperan
son del calibre del hilo de coser, las vacas y cerdos de la Sierra Norte de
Sevilla o una receta árabe para un licor que necesita de un hombre metiendo
troncos en una caldera como el abuelo de Heidi. O bañeras con burbujas para
hacer despedidas de soltera en hoteles de la Costa del Sol. No son hipérboles
mías, sino estampas reales de este programa. Me dan esperanza porque seguro que
ni Rajoy sería capaz de recortarnos en botijos, chamizos y tumbonas. Nuestras
innovaciones están a salvo.
Alma máter. Avance para la semana que viene del programa Tesis, que se
supone que va sobre la Universidad y la investigación: “El yeso, un mineral
polifacético”. Alma máter.
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