Los
valientes. A las reinas del baile, Chaves y
Griñán, se les ha estropeado el moño o se les ha descosido un tirante y no van
a comparecer, de momento. Se sabía antes de que se notificara y hubo durante
toda la mañana un ambiente de plantón adolescente o de platea a la que le
cambian el tenor. Se han dado razones cándidas, prácticas, gallináceas o
mefistofélicas para la espantá, pero yo creo que a Griñán y Chaves les sigue
pareciendo todo esto una humillación, como si obligaran a una reina a vaciarse
su orinal en público. El interventor, más tibio que salomónico, que traía para
sus incendios a la vez la cerilla, el agua y el megáfono, no sé si da tanto
miedo como para que Griñán y Chaves tengan que rehacer todo el esquema de su
desembarco. A Zarrías le bastó con decir que no a todo, negando que conocía
hasta a su barbero. Vendrán más comparecientes, incluso puede que repita
alguno. Creo que Chaves y Griñán intentarán demorarse todo lo que puedan, pero,
si llegan a declarar, será descendiendo de un dirigible y ya con todos los
muertos, traidores y minas descubiertos a sus pies. A lo mejor son prácticos.
Pero valientes, lo que se dice valientes, no mucho.
Ventilador. Ya ven cómo son las cosas aquí, que para investigar a la Junta
llaman a declarar a los del PP. Les tocaba a Javier Arenas y Eduardo Zaplana, como
despertados de la siesta agosteña, ya un poco abuelos de sí mismos en la
política. Su presencia, con esa agarradera de sombras en la minería de Huelva,
no me parece a mí el empeño del PSOE por equilibrar suciedades, por echar a
andar el ventilador y esperar que trajera a Andalucía algo así como un trocito
de una playa Gürtel. No, yo creo que la intención del PSOE era que, intentado
defenderse Arenas y Zaplana, terminaran ellos defendiendo los procedimientos de
la Junta. Hoy prescindieron de Antonia Moro, que da miedo como una lancha
gibraltareña pero resulta poco efectiva, y optaron por Jesús María Ruíz, menos
directo, menos canalla, más litigante, aunque el sustento que hay detrás es
flojo. A Arenas se diría que le quisieron hacer una especie de auditoría de su
propia denuncia en el escándalo ERE. Fue muy hábil eso de arrastrarlo a decir
que no tenía “competencias”, “conocimiento”, “responsabilidad”, porque parecía otro de la Junta. La
diferencia está en los datos concretos, intrusos, entrullados y churreros que en
un caso hay y en el otro, al menos de momento, no; en los papeles que están y
en los otros que alguien se comió. Pero lo indudablemente pedagógico fue
escuchar a los representantes del PSOE hablar de que "el fin no justifica
los medios" y acusar al PP de "doble moral”, “hipocresía” y “fariseísmo".
Incluso mencionaron el término “fondo de reptiles”. Los reptiles, claro,
siempre son los de los otros.
Forasteros. Zaplana actuó de forma muy rara. Habló por ejemplo de
“procedimientos”, y encima los explicó. Todo el procedimiento para los ERE y
ayudas de Huelva. ¿Pero este hombre no se ha enterado todavía de la
“discrecionalidad del poder”? Así que había procedimientos, y también convenios
que él había leído, y que tenía. ¿Pero los convenios no son una cosa que se
autodestruyen a los cinco segundos de firmarse? Yo alucino con esta gente de
por ahí fuera. Procedimientos reglados, documentos con justificación… Y cuando
se le comentó la posibilidad de intrusos, alucinó: “Imposible meter un intruso
con los controles que hay en la administración central”. Qué triste debe de ser
vivir por ahí arriba. ¿Qué harán los churreros? Y encima dijo que hubiera sido
más efectivo llamar a Valeriano Gómez. ¿No se da cuenta de que Valeriano Gómez
no huele a gominilla de Gürtel como él? El PP ni le preguntó a ese hombre tan
raro. Ay, estos forasteros…
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