Día
de los recortes. Las redes sociales se habían
llenado de tijeritas tachadas y yo pensé que había huelga de peluqueros (creo
que también la hubo). Pero el evento, con su logo entre olímpico y lavandero,
era nada menos que “El día andaluz contra los recortes de Rajoy”, nueva
tombolilla del PSOE. En Canal Sur, Mario Jiménez ponía su cara de vender
galletas de scout o bonos de guerra y repartía por las calles panfletos de
resistencia. En la Red y en los titulares el eslogan era éste: “Las tijeras de
Rajoy no podrán recortar la dignidad de los andaluces”. Claro. Ya la han
recortado muy bien recortada el paro, la pobreza, la incultura y Canal Sur. Rajoy
llega tarde. 30 años de mordidas y fracasos dejan poco que recortar, aunque el
gallego errante se aplica. Las tareas están así de bien partidas aquí: el PSOE
andaluz crea parados y el PP los machaca. Yo sé que es época de pasacalles y
templetes, pero entra risa floja al pensar que éstos que llevan lo que llevan
aquí viviendo del camelo de la Autonomía sin ser capaces de sacarnos de la
miseria y el subdesarrollo hagan ahora estos espectáculos, teatrillos y
cruzadas por la dignidad, el Estatuto, los derechos, las soberanías y demás
caramelitos de niño. “Día andaluz”, decían, pues ellos siguen creyendo que su
ideología es (más aún, debe ser) la de toda Andalucía. Ellos, cuán
aguerridamente nos defienden de la ruina a la que han contribuido con tanto
ahínco... No era una huelga de peluqueros. Era una huelga de vergüenza.
Botellón
bicentenario. Lo de Capital Iberoamericana de la
Cultura le sienta a Cádiz como un poncho. O quizá como un polito náutico. La
Gran Regata bate el mar y la plata de la ciudad en un merengue caro, antiguo y algo
hortera, como un dulce de María Antonieta; y deja una especie de cerveza
caliente de sol derramada en las chanclas y las espaldas. Pero se supone que
todo eso es muy cultural, muy iberoamericano y muy doceañista, como cualquier
cosa en Cádiz ahora. Como lo de La fiesta del Fiesta, también enganchada a un
trinquete allí en el muelle, y también en el marco del Bicentenario. No, no es
que la morralla inframusical, el andiluquismo cultural y el guitarreíllo flojo
de botellona que tan concienzuda y alegremente patrocina la RTVA cumplan 200
años. No, es el Bicentenario de La Pepa, recuerden. Pero en nuestro nivelito,
eso significa que vienen a dignificar la efemérides Pepito el Caja, Andy &
Lucas o Natalia & Maka (las quejumbres de amotillo y plazoleta ahora se unen con un ampersand). Unas tres
horas estuvo Canal Sur retransmitiendo el conciertito, como hasta que se
acabara el hielo del lote. Y yo pensaba, ahora que empieza su festival o culto
wagneriano, cuánta distancia había en ese momento entre Bayreuth y Cádiz. Más o
menos la de toda la prima de riesgo. Creo que lo de la capitalidad cultural
iberoamericana no le sienta a Cádiz como un poncho. Más bien, como los tirantes
caídos que llevaba Manu Sánchez presentando la cosa. Aún esperamos la rave del Bicentenario, para rematar
nuestra exhibición de cultura.
El
secretario. Entre las ofertas que había en el
mercado audiovisual dentro del estilo ‘rancio machismo veterolatino’ o ‘sexismo
con gracietas berlusconianas y cuarteleras’, Canal Sur ha elegido la telenovela
colombiana El secretario, donde el
humor proviene de que un hombre trabaja de eso, de secretario. Las situaciones,
humillaciones y bromitas que padece no sé si resultan más insultantes para él o
para las mujeres en general, pero son de un sexismo repugnante. ¿Cosas de
Colombia? Pues vean cómo lo anuncia La Nuestra: “De lunes a viernes, tenemos
chica nueva en Canal Sur”. La chica es él, claro. Y lo dice una televisión
pública. Y que va de progre. Es que esta gente entiende por servicio público lo
mismo que Berlusconi…
Intelectuales. En una promo de Menuda
noche hablan de “pequeños intelectuales”. Los grandes deben de ser los de
antes, Andy y Lucas o Pepito el Caja. Nuestro nivelazo. El próximo acto del
Bicentenario, con Juan y Medio.
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