La Navidad, todos los mitos del frío, las ruedas del universo que se levantan, los dioses que balan, la naturaleza con rayos prendidos en el pelo. Que no se inquiete la ortodoxia creyente, que la Navidad sigue siendo pura. En la luz que pone sombreros a la ciudad (la luz, eso es lo que pedimos en esta época), en los árboles donde ahora se cuelga en plástico la esperanza de la fruta, de la vida que traerá el sol cuando vuelva de su cueva, hay una simbología más auténtica que en los villancicos donde las burras llevan remiendos y los peces se emborrachan como mosqueteros. Si consumimos, si nos hartamos de galletas y ofrecemos regalos, es para celebrar que la naturaleza no se para y que volverá la abundancia, que estamos llamando a la abundancia igual que a esa luz. Hasta las cajeras pasando dulces por sus manos tienen más sentido estos días que los nidos de ratones que roen calzoncillos. Sí, la ciudad está llena de mitos, los más auténticos y los más impostores. Rojos encendidos en el frío, campanillas que parecen dátiles, fiesta patinadora en las calles, muérdago sobre los besos como sobre cerezas, lazos en el cielo anisado, luz y más luz en sus bomboneras. La Navidad más verdadera es la Navidad pagana. La teología es un harapo añadido a sus rituales y un niño desnudo no iguala al sol en su ponchera. Me gusta la Navidad, soy un pagano. Cumplo con la tradición, enciendo velas, adorno con plata la eclíptica, quiero la bicicleta del sol y hasta escribo como cada año este artículo, el de la Navidad, que es el de siempre. La Navidad no está raptada, no se ha podrido su esencia, como dicen, porque esa esencia está en el ritmo de las constelaciones, de nuestras colmenas y de nuestro cuerpo que odia las bufandas, y no tanto en el de la mecedora de una Madonna. En todo caso, feliz Navidad, a los paganos y a los otros. Lo llamemos como lo llamemos, todos compartimos ese mismo deseo de luz, que sigue mereciendo rezo o simplemente esperanza.
27 de diciembre de 2007
Los días persiguiéndose: Navidad pagana (27/12/2007)
Somos Zapping 23/12/2007
La gracia de la mierda. Hay largas familias andaluzas como circos enteros que están ocupando las tardes de María del Monte dando una especie de estampa franquista, bíblica y granjera, de salud y alegría reproductiva. Eso de que la felicidad está en la familia es muy de derechas, y sacar a tanto bisnieto de comunión, también. El conservadurismo de esta falsa progresía canalsureña ya no se puede negar. Pero aparte esto, demasiado a menudo ve uno en esta sección unas exhibiciones de analfabetismo y montunería que no sé si dan más pena o vergüenza. Si somos así, hacer espectáculo de ello es verdaderamente una lástima y una obscenidad. Si no somos así, es que están empecinados en que lo creamos, que no hay aquí más que esa “buena gente” que no sabe ni hablar ni comportarse y que a partir de ella debemos medir nuestra autenticidad. Claro que lo que me encontré no hace mucho fue ciertamente un caso extremo: la familia de Las Carlotas, entre otras varias y sonrojantes bajunerías y vulgaridades, contando que si los niños decían palabrotas les untaban la boca con mierda. Anda que se reían poco de la gracia. Pero más repulsión que la misma mierda me produce el que nuestra realidad se defina con la ordinariez y que sea un empeño de la televisión pública el que nos reconozcamos en ello con coros de risotadas.
Publicidad. No salgo del programa de María del Monte, musa montonera de esta columna. Tengo que confesar que, con toda la publicidad institucional que nos inyecta la Junta, verdeando sus maravillas, o el Gobierno, quitándonos las alegrías y los vicios, esta forma de propaganda no recuerdo haberla visto nunca tal cual. Vale, los presentadores nos han metido en el salón colchones, cuberterías o cuadros de ciervos, y los actores de las series no es raro que aparezcan en sus mismos decorados con yogures laxantes o consolas de dar saltitos. Pero... ¿anunciarnos así una ley? Pues sí. Estaba María del Monte con su pareja de viejitos cuando en la parte superior izquierda de la pantalla apareció de repente la palabra “publicidad” y, en vez de tintes o jalea real, la señora se puso a vendernos las bondades ¡de la nueva Ley de Dependencia! Extraño, sospechoso, pero en fin, nada que objetar salvo apuntar la maldad de que, dado el público del programa, pocos acertarían a leer la palabra “publicidad” y lo tomarían pues por una sincera opinión de la presentadora. Lo que uno agradecería es que eso de poner “publicidad” en una esquinita lo hicieran también en las noticias de Canal Sur o en Tecnópolis. Puestos a ser legales...
Papá Noel contra la libertad de prensa (22/12/2007)
La sentencia absolutoria ha sido contundente, demoledora. Aún así, me dispuse a ver las noticias del viernes en Canal Sur con la seguridad de que terminaría riéndome amargamente. Y así fue. Los presentadores se deseaban feliz Navidad, los titulares se llenaban con guardias civiles maltratadores, leyes que prohibían los azotes a los chiquillos, teorías idiotas de la suerte para el Gordo, juguetes de lata, productos adelgazantes fraudulentos, belenes como códices medievales. El poder político y su máquina de cuchillas, que habían intentado amordazar la libertad de información, que habían merecido hasta una llamada de atención del Comité Mundial de Libertad de Prensa, y que habían fracasado en los tribunales como era de esperar, no resultaba una noticia destacable para Canal Sur. Pero sí lo era el que unos conductores de autobuses carecieran de urinarios. No podía creerlo. Por fin, después de todo eso y de temporales en Granada y de villancicos de despedida del Parlamento andaluz y de muertos en Pakistán y de la épica de la Champions y de la guerra montañera entre Papá Noel y los Reyes Magos, dieron la información. Breve, vergonzante, apenas 50 segundos, mientras el presentador ponía la misma cara que Urdaci cuando deletreaba lo de CC.OO. Y eso sí, destacando que “el fallo argumenta que no es exigible en la noticia una absoluta certeza o acomodación a la verdad”. Se le olvidó decir que la sentencia dejaba claro que la actuación del periódico había sido “diligente”, que la noticia trataba de “hechos de relevancia pública y sin ningún juicio de valor" y que “se confirma la veracidad de la misma”. Y me reí, amarga y sardónicamente, asqueado del torcimiento y la desfachatez de Canal Sur. Luego, volvieron a las noticias la Navidad y sus cielos almendrados y sus escalas de deshollinador hacia las estrellas. El día que la libertad de prensa luchó contra Papá Noel en la televisión pública andaluza, ganó Papá Noel. Para los demás, ganó la libertad.
Sentencia completa
Carta del Comité Mundial de Libertad de Prensa
20 de diciembre de 2007
Los días persiguiéndose: Gadafi hechizado (20/12/2007)
Gadafi hechizado, arrebatado por el arte o por sus zahoríes un poco herodianamente. Los asesinos también han amado junto a las fuentes y han tocado liras ante la destrucción, que para ellos es otra forma de belleza. Lo que se ha llamado la “banalización del mal” (ya saben, Hannah Arendt y demás), daría para muchos tapices de este estilo, con carniceros de flamenquito o de merienda. Ahora Gadafi viene como con sus boticas del desierto, pero fue un día, antes que Sadam, antes que Bin Laden, la cara de la moneda del mal, y uno recuerda que hasta algunos lo veían en las profecías de Nostradamus, iniciando el Apocalipsis con todos sus caballos. Pero el mal es otro convenio, la política internacional es un asumido cinismo, y aquí se han desvestido hoteles y se han degollado corderos ante la plata y los violines de reyes y presidentes para hacerle honores al beduino, terrorista confeso, al que protegen vestales violadas por Marte, como la madre de Rómulo y Remo. En la diplomacia, como en los palacios luisinos, todos van cagameados y con olor a puta por debajo de las galas. Ha sido por las pateras y por el petróleo, para que a Zapatero no le caigan encima los muertos de la miseria y para que Repsol pueda hacer luego anuncios pervirtiendo poemas masónicos de Kipling; por esto le abrieron a deshora cancelas y tablaos, como a los señoritos, por eso le adularon con fiesta y brujería.
Gadafi, hechizado por María la Coneja, entre la grandiosidad y el turroneo del flamenco. “Éxtasis”, lo llamó este periódico. El flamenco es como el jazz, hay que sentir el pellizco o sólo se ve como unos músicos de mudanza por su casa. A mí, por ejemplo, nunca me ha terminado de llegar ese pellizco que hizo zapatear a Gadafi. Pero sí me ha llegado, intenso, duro, con olor como de sangre en correas, el asco de la hipocresía humana, zambreado esta vez por nuestra arquitectura de herradura, nuestras noches de fogatas y nuestras mujeres con la voz de sus grutas. Me doy cuenta de que los tiranos siempre aplauden fuerte y se ven guapos entre incendios y entre artistas.
17 de diciembre de 2007
Somos Zapping 16/12/2007
Osado Manu. Le debo un olé a Manu Sánchez, al que ahora han relegado a Canal 2. Manu es un tipo con verdadero ingenio, no es el simple chistoso de las pichas que da esta tierra. Cecea sin complejos pero no castiga la gramática, y aunque tiene sombras topiquistas, su brillantez lo aleja del catetismo. Hace un par de semanas, en su programa, le estuvo dando caña todo el tiempo a nuestra miseria educativa. Yo me quedo con esta frase: “Mientras la copla tenga un 40% de audiencia, que no se asuste nadie de que estemos a la cola de Europa”. Vaya un reverendo guantazo a la propia televisión andaluza. Muy osado. Igual que cuando comentó el referéndum de Chávez: “No liarse con el ceceo... Siempre que nos riamos de Chávez será el de Venezuela, porque del de aquí no nos dejan. Tú te has reído –le decía a alguien del equipo--, pero verás la que nos va a caer”. Un olé, pues, por valiente. A ver si no le cuesta el programa. Zarrías seguro que ha tomado nota.
Compromiso. Creí que nada superaría como chiste el que hubiera un atril en forma de zeta, como una hamaca hecha de su ronquido, pero el acto que reunió en Cádiz a Zapatero, Chaves y Rubalcaba, convertido en fiesta de cumpleaños por Canal Sur, trajo aún una humorada mejor, estas palabras de Chaves: “Si nos seguimos esforzando en desarrollar nuestra economía como hasta ahora, yo me comprometo, y nos comprometemos, que en pocos años en Andalucía habrá pleno empleo”. Hombre, eso el Día de los Inocentes queda mejor...
13 de diciembre de 2007
Los días persiguiéndose: Emergencia (13/12/2007)
Ni por España, coño, ni por sus galeones, mártires o espiritismos, sino por el Estado de Derecho, por la salud de la Democracia, es por lo que estamos ante una emergencia. Y hablo, ahora sí, de Andalucía. No valen aquí ya la tibieza o el posibilismo, no valen tampoco esas trincheras de los nuestros y los otros, de la izquierda buenista o la derechona malvada, cuando todo esto está podrido, cuando los políticos que nos gobiernan parecen tener por trono sus escupideras, cuando nos toman por idiotas y nos torean como a cabestros. He tenido algo así como unas semanas de rebeldía y de asco, con los últimos acontecimientos, con las últimas noticias, y mi determinación ha sido escoger adversario, aun dándome cuenta, primero, de la dureza que hay en esa palabra, y luego, de que esa determinación estaba más allá incluso de las ideologías. Sí, porque hay algo por encima de la ideología, algo que debe ser previo, el propio sistema de libertades, la propia decencia de la Democracia. Miren a nuestros gobernantes autonómicos: cinismo de falsos pobres, sonrisas de analfabetos satisfechos, tropa de trincones y tapabocas, imperio de la propaganda, sistemática idiotización del ciudadano, larga flojera, manos en todos los sitios. Miren la Andalucía que han construido, tercermundista, infantil, menesterosa, arrodillada, dirigida, medio mafiosa, una gigantesca alacena para ellos y los suyos. Ésta es la guerra, no las izquierdas contra las derechas, sino la última dignidad de la Democracia contra un régimen asfixiante del que ya no me importan las siglas, ni los versos de los que quizá vinieron un día, ni siquiera los enemigos que señalan enfrente, sino su avilantez y su desprecio a toda decencia. Ésta es la emergencia, en esto sí nos van la libertad y el futuro. No es ningún pesimismo histórico, ni el Apocalipsis mentiroso que un partido arroja a otro. Es la justa resistencia de la ciudadanía ante los que se han declarado nuestros dueños perpetuos.
10 de diciembre de 2007
Somos Zapping 09/12/2007
La ecuación. No se preocupen, que Cándida Martínez no ha perdido la sonrisa, que la nueva Ley de Educación, después de casi treinta años, ya ha diagnosticado los problemas y, sobre todo, que en ese Encode 2007 traían todas las soluciones en unas como cajas de bombillas. Y no sólo para la educación, sino hasta para hambre. Palabras, de nuevo, del consejero Vallejo: “Es la primera generación ésta que tiene oportunidades gracias a la Red Internet de actuar en global y solucionar un problema global como es el hambre, la miseria, las grandes desigualdades sociales”. Analfabetos andaluces y pobres del mundo ya podrán estar tranquilos: Internet está ahí. Pero aún nos dejaban otro poderosísimo instrumento, que presentaba una especie de gurú con modos de telepredicador y acento del Superagente 86, flotando en sus logotipos como entre fórmulas de azúcares: nada menos que el Instituto de Innovación para el Bienestar del Ciudadano, que tendrá su sede en el parque tecnológico de Málaga, que costará 15 millones de euros y que le dará muchas vueltas, nos decían, a esta ecuación: Personas + Conocimiento + Tecnología = Calidad de vida. No veía yo una ecuación tan hermosa desde la Identidad de Euler. Claro que lo malo es que aquí no sabemos lo que son las ecuaciones, o las usamos para sacar manteca colorá. En esta educación tan igualitaria, son seguramente las únicas igualdades que no se tocan. A mí se me ocurre otra ecuación: Idiotez + Desgana + Propaganda = Políticos que nos gobiernan. Define mucho mejor nuestro horizonte.
Vídeo
La ecuación 2.0. Recién descubierta esta ecuación mía, resulta que Canal Sur y la realidad andaluza me obligan a revisarla. No, no soy infalible. En un avance de Tecnópolis, veo a un tipo que se desliza por una cuerda mientras la reportera anuncia: “En Tecnópolis les enseñaremos cómo convertirnos en auténticos tarzanes con las iniciativas pioneras de Andalucía” (!!!). En las noticias también me entero de que, según “constata” (sic) un informe del Centro de Estudios Andaluces, aquí viviremos mejor... ¡en 2020! Un tal Eduardo Bericat, vocero institucional de la cosa, lo explica: “Se romperá el fatalismo, existe confianza en que Andalucía siga por la senda de crecimiento económico, insistiendo en que Andalucía, como sociedad buena (???), tiene que ser una sociedad justa, igualitaria, ecológica...”. Lo dicho. Se me fastidió la ecuación. Habrá que dejarla así: Idiotez x Idiotez + Desgana + Propaganda = Políticos que nos gobiernan = Televisión pública andaluza. Yo creo que ahora sí.
6 de diciembre de 2007
Los días persiguiéndose: La herencia (06/12/2007)
Todo esto me suena encantadoramente navideño, una herencia como si le llegara a un zapatero remendón o a una criadita hospiciana, cosa de ángeles intermediarios o de Frank Capra con el día dulzón. Un presidente autonómico con 3000 euros en el banco tiene que mover necesariamente a la piedad a todos esos entes encargados de repartir la fortuna y manejar la belleza de la nieve. Tras el programa Tengo una pregunta para usted, sin duda sonaron campanillas en el Cielo llamando a restaurar la justicia en la Tierra. Hasta dejaron la señal del milagro, algo como un rastro de sus alas, y que ha sido usar esa frase de Chaves afirmando que nunca había recibido una herencia para que, al caerle precisamente una, reconociera en ello la intervención divina. Justicia poética, se llama eso. Llega el tiempo de los milagros, en el que cantan los peces y se peinan las estrellas, en el que los árboles se convierten en dulce y los pobres se hacen violines con los zapatos, en el que las manos del Cielo dejan en la tierra sus anillos y patinan los ángeles por los tejados. Un tiempo de milagros para los hombres de buena voluntad, que verán que les vienen herencias y les guiñan el ojo los muñecos de nieve. Todo es posible en esta época, y yo creo que igual que unos pidieron herencias, otros pidieron un infinito candor. Y se les concedió.
4 de diciembre de 2007
Somos Zapping 02/12/2007
La élite de la burricie. Un buen ejemplo de cómo es la educación en Andalucía lo tenemos entre esas pelusas de sofá humanas que son los concursantes de Gran Hermano. Que alguien destaque en ese programa por su burricie ya es pertenecer a la élite de las élites, y eso lo han conseguido dos gemelas sevillanas de melena tan suelta como sus diarreas cerebrales. Ya les hacen especiales, como el que les dedicaron los benditos canallas de Sé lo que hicisteis, sólo con los insultos al lenguaje y a la inteligencia que van dejando en sus despatarramientos: “Sofales”, “pacencia”, “deshacío”, “distrayó”, “culo operativo” (por operable, quizá) y así. Eso cuando no utilizaban raras medias angulares diciendo que alguien había dado “un giro de 120 grados, 160 ó 480, no lo sé”. Uno de los colaboradores del programa de Ana Rosa Quintana llegó a afirmar con razón que hasta un extranjero que también habita esa casa de negados, y que habla como los vendedores callejeros de collares, manejaba el castellano mejor que ellas. Lo peor es que habría que reconocer que estas gemelas no son un caso raro en nuestra tierra, sino lo habitual. Pero sin duda son así porque a su instituto no llegaron a tiempo los ordenadores del TIC.
Sueños de pobre. Todavía puede el programa de María del Monte dar nuevos sustos, ascos y penas, y no me refiero sólo a ver aparecer a Maite Cadaval como travestida de sus hermanos, sino a una lástima más profunda que sentí al comprobar cuáles son los sueños de los andaluces, que son sueños de pobretón. Una señora de Alhama de Granada sólo quería hacerse una foto junto a la Giralda y allí la llevaron en coche de caballos y con mantilla. “Parece que estoy en un cuento de Cenicienta, que soy una estrella de cine”, decía la pobre. La Giralda como algo exótico, tan lejano como el Taj Mahal, ilusiones tan humildes como imposibles para ellos, para tantos andaluces. Qué pena.
Sin tópicos. El informativo de Canal Sur lo había anunciado como un evento sobre cultura andaluza en Munich, organizado por el gobierno autonómico, que quería dar una imagen “alejada de los tópicos”. Pues menos mal, porque salieron farolillos colgados, mozas con traje de gitana bailando con abanicos detrás, jamón y manzanilla, fotos de nazarenos, toros de Osborne en miniatura y señoritas como anuncios de Tío Pepe. ¿Qué harán cuando quieran ponerse tópicos?