30 de enero de 2013

Somos Zapping: La Tercera Estupidización (28/01/2013)



El paradigma del cani. Tenían un modelo para los mayores, el modelo Juan y Medio de mantita y braguero, el de ponerlos en la mecedora a mirar Andalucía como un patio con jilgueros mientras les dicen que la Junta, con su cariño entre cocinero y farmacéutico, les dará todo lo que necesiten: gachas, besos y fiestas de nietecitos. Tenían un modelo para los hijos, el modelo moranquista, o sea el onanismo de la vulgaridad, la risa mellada del que goza en la ignorancia y la fealdad, haciendo vida de eso sin más aspiraciones. Cuánto le gusta al poder que la masa considere su incultura un motivo de satisfacción, de autenticidad, de pureza… Ignorantes y halagados, están en sus manos. También tenían un modelo para los nietos, quizá no muy perfilado: el modelo andilucas. Sin embargo, ahora Andy y Lucas me parecen antiguos como los Hombres G frente al nuevo paradigma, el del cani, tercera generación en ese proceso de atontamiento. Lo deberíamos llamar Tercera Estupidización de Andalucía. No es que quiera ponerme ahora moralista por una simple serie de televisión. Sólo intento entender cómo encaja Flaman en el concepto de “servicio público”, que para la RTVA significa “servicio al que manda”. De repente, por aquí, algunos se pusieron a filmar cosas alrededor del mundo cani y se creyeron que estaban haciendo neorrealismo italiano o al menos algo de Spike Lee. La gente se compra una cámara, se hace fotos de los pies y seguidamente ya se ve vanguardia, contracultura, provocación… Los hijos de su tiempo hablando el idioma de su tiempo… Pero para eso se necesita fondo, sustancia, acritud, acusación, estética. Poner a un par de canis hablando chorradas como los viejos de los Teleñecos no les convierte en artistas, rebeldes ni salvadores. Tampoco el humor tiene necesariamente que hacerles peligrosos para el poder (Pepito el Caja no lo es). Así que terminan siendo otra pieza sumisa en la cadena, orgullosos y complacientes con la bajeza por sí misma, sin más intención, crítica ni belleza. Flaman es eso. Es la exaltación sin talento de una juventud descerebrada que quieren hacer heroica. Un cani con superpoderes que, antes que nada, los utiliza para darle guantazos invisibles al profesor y robar exámenes. Un cani chulito y de sesera líquida que humilla a unos frikis pardillos que, a pesar de todo, lo admiran. La serie ni siquiera tiene gracia. Ni nada más, salvo coletillas. La realización es de ejercicio de FP, los actores son malos, los personajes simplones y el guión, absolutamente idiota. Flaman está producido por Los Morancos y desarrollado por los de Malviviendo, que parecían más interesantes al principio pero terminaron de Benny Hill de lo cani. La serie, en fin, es mala para darle de gorrazos. Pero además es la evolución del moranquismo hacia su último nivel corruptor, el de los jóvenes. Ahora entendemos el servicio público que presta. Tres generaciones idiotizadas a conciencia. Y pretenden que nos riamos con eso.


Cara y cruz del cinismo. Hay verdaderas conjunciones mágicas. Por ejemplo, cuando coinciden Griñán, un parque tecnológico (el de Málaga) y Carmen Benavides haciendo la crónica para Canal Sur. “Si el paro es la cruz, la cara son los parques tecnológicos, motores de creación de empleo y de riqueza”, decía la periodista, no citando a Griñán, sino con literatura propia. Un poco descompensados veo yo los lados de esa moneda, ¿no? “La innovación y el conocimiento se erigen así en una importante vía de crecimiento económico”, remató. ¿Lo notan? Sí, este 35% de paro nuestro da un aire repugnantemente cínico a ciertas formas de propaganda, excusa y distracción. O de chorrada. Como la de Griñán: “Lo peor que podemos hacer en política es sumar parados como si estuviéramos sumando votos”. Mejor los sumamos como mártires. Y víctimas. De los que llegaron y de los que nunca se han ido. “Hay que luchar contra el paro”, dijo tal cual Griñán otro día. ¿Le damos un premio? Bobo, efusivo, orquestado y repugnante cinismo. Hay conjunciones mágicas que en Canal Sur ocurren cada día.

#TuitMix: Paro o chirigotas de Valladolid (27/01/2013)



El paro que nos parió. Aquí tenemos paro como tenemos aceites y hollejos. Debe de ser lo que sobra de estrujar el sol, la alegría y todos esos dones que nos gusta enumerar como sonriendo con un mondadientes asqueroso en la boca. Los políticos se pasan la culpa, pero siendo científicos, la única constante en Andalucía, entre distintos gobiernos y coyunturas del dinero, es el PSOE. “PSOE: 35% de Paro en Andalucía después de 30 años gastando miles de millones de euros en políticas de empleo. ENHORABUENA!”, felicitaba @SrDador. ‏@Rosalarroyo nos recordaba: “Comunidad con más paro de España desde hace 40 años. 40 años de paro culpa de Rajoy, por supuesto”. @jpcorrales803 añadía: “La culpa de Rajoy y Franco”. Pero la excusa histórica es casi tan efectiva como la de Rajoy El Destructor. Griñán declaró esta misma semana que la economía en Andalucía “plantea desequilibrios porque su historia es la que es”. Bueno, ¿qué vamos a hacerle? Seguro que sin nuestro paro las chirigotas parecerían de Valladolid. Pero Griñán aún sabe unir su caída de ojos derrotista a infantiloides confianzas. @CaraballoJav lo comentaba: “Surrealismo andaluz. Griñán ve elementos esperanzadores en el 36% de paro de Andalucía. Por el potencial de la juventud, dice. Para tirarse!”. Pero siempre hay consuelo. ¿Asusta el paro en España del 26,02%, eh? Pues en Cádiz es del 40,63%!!!!!!!!!!”, escribía @falconchel. Record europeo que será culpa de Merkel… “Viva Cádiz y el paro que lo parió”, proclamaba @MuerePatata. Pues aún se permiten exhibirnos como modelo: “Andalucía en torno al 37% de paro y viene @_Rubalcaba_ y dice que va a usar el "laboratorio de ideas" de @PepeGrinan ¡Cuerpo a tierra!”, se espantaba @CorsarioFinch. ‏@Romualdomaestre se preguntaba: “¿Para qué sirve una sociedad como la andaluza que es incapaz de ofrecer trabajo al 62% de sus jóvenes?”. Pues para que sea posible el Estado del Bienestar, dicen. O para no dejar de ser quienes somos.

Sexo y embudo. Aquí faltan cintura y sentido del humor (ejemplo, lo de la Macarena y la @revistamongolia). Pero, ay, lo políticamente correcto… Yo no creo que sea sexista decir que una señora (o un señor) está de buen ver. Otra cosa es que se usen valoraciones sexuales en argumentos políticos. Ahí sí hay mal gusto. Y estupidez. En eso cayó el concejal de IU Diego Díaz (@21031954) con lo de Cospedal: “Esta señora, no malota sexualmente, se olvida que donde aparecen las cuentas, en Suiza (…)”. A él se le olvidó sacar la cabeza del pantalón. Pero también tiene razón la ironía de @antonio_rvega: “Colapsado el Twitter con el aluvión de críticas de asociaciones feministas al concejal de IU”. O la de ‏@GemmaMndza: “Oigo voces feministas poniendo el grito en el cielo? Ah no, que el tipo es de IU y muy macho ibérico curado!”. Silencio progre. La ley del embudo, tan vieja como el sexo.

Hoy viernes: Nuestro nibelungo (25/01/2013)

“Sólo aquél que solemnemente abjure del poder del amor, aquél que renuncie a los placeres del amor, sólo aquél recibirá la magia para forjar un anillo con el oro”. Hoy he puesto El oro del Rin para reflexionar sobre la corrupción de la democracia. Por ahí he leído o escuchado que era la ópera favorita de Jung. No lo sé, pero Jung estudió el mito de Sigfrido y seguro que disfrutó de cómo la mitomanía de Wagner musicalizaba tan bella y exactamente su teoría de los arquetipos. Ahora que se nos derrumban los mitos de la democracia, que las portadas de los periódicos parecen el Valhalla que arde porque ni los dioses pudieron cumplir sus promesas, he pensando en la primera ópera del ciclo del Anillo, donde comenzó la caída. Ahí, cuando Alberich, el feo enano inflamado de pasión y rechazado por las ninfas hijas del Rin, renuncia al amor y así puede forjar con su oro el anillo del poder. Es el poder como despecho (Freud diría que como sustitutivo del sexo). Jung coincide totalmente con el paradigma que expresa la ópera: “Donde hay amor no existe el deseo de poder y donde predomina el poder el amor brilla por su ausencia. Uno es la sombra del otro…”. Eros y poder son fuerzas opuestas.

Mientras Solti conseguía que la Filarmónica de Viena hiciera ascender hasta los metales ese amanecer sobre el Rin, yo me preguntaba quién es nuestro nibelungo, el Alberich con el que comienza la decadencia del sistema, el que por ambición o por furia renunció a la democracia. Nuestra Transición, hilvanada con leves ovillos y grandes miedos, tuvo que inventar de la nada una democracia que aquí era desconocida y ante esa obra sin cimientos lo confiaron todo a una como monumentalidad improvisada de los partidos. Tan monumentales que para funcionar necesitaban todo el aire y el sitio de la democracia. Sus estructuras de iglesia llevaron al culto a la obediencia por encima del mérito y a la creación de largas jerarquías que a su vez se alimentaban de una numerosa feligresía dependiente del partido, auténtico ente providente. Pronto, los partidos tuvieron necesidad de controlarlo todo para poder mantener su estructura, su tamaño, su influencia. Hubo muchas víctimas, pero quizá la fundamental fue la separación de poderes: se unieron en la práctica los poderes legislativo y ejecutivo y el judicial quedó controlado o tutelado por ellos. El poder era ya uno solo: el partido. Sin contrapesos, casi sin miedo ante la impunidad del poder absoluto, la corrupción viene sola. Ése es nuestro nibelungo, la partitocracia. Y así se desenamoró del ciudadano y forjó el anillo que todos desean. ¿Qué hacer? Reforma constitucional, nueva ley de partidos, nueva ley electoral… Que el poder no sea un único anillo o el Valhalla se desmoronará sobre ellos y nosotros. El final de El ocaso de los dioses es el amanecer inverso del comienzo de El oro del Rin. Parece que describieran el mismo día. Los arquetipos eternos nos acunan y nos entierran.

Somos Zapping: Tener de santo un jamón (21/01/2013)



Gordos idiosincrásicos. Canal Sur es el mal. Mira que poner a un cocinero a presentar un programa de gordos… Porque La báscula es un programa de gordos. Gordos ansiosos, tiernos, amerengados; gordos de gracieta y cucharón, gordos carpantudos. Un programa de gordos con lo que eso tiene de exhibición, lastimita y secreta satisfacción. Sí, esa satisfacción morbosa que hay en castigarlos, en quitarles los bollos, en verlos arrastrar el culo en el gimnasio. Por su bien, claro, aunque esa frase unida al escarmiento siempre resulta algo lúbrica. Pero seamos justos. La báscula no es lo de María del Monte, aquella Operación kilo que buscaba gordos de tebeo. En La báscula se habla de salud, se intenta concienciar sobre la importancia de los buenos hábitos alimenticios y del ejercicio, aunque hacer drama y premio con los kilos tiene mucho de espectáculo de matadero. Por cierto, una participante perdió 6 kilos en la primera semana y la gente aplaudió gozosa, aunque a mí no me parece muy sano.

El programa tiene la grasilla de todos los realities, un nutricionista espídico, una caricatura del sargento de La chaqueta metálica y un presentador, el chef Enrique Sánchez, que se maneja bien y pone caritas de esa madre que te freiría un huevo porque ve que te has quedado con hambre. Tiene el programa, en fin, buena intención. Aunque me lleva de nuevo a mi teoría del hambre idiosincrásica, a esa religión de la comida de los pueblos pobres, esa ansia rebañadora de comer por todo lo que no pudimos comer antes o no podremos comer después, esa hambre que nos hace gordos de verdad o gordos sociológicos porque es insaciable, porque son nuestras históricas carencias sustanciadas en manteca o en sueños jamoneros. Pensé en esto también hace poco viendo Andalucía directo, cuando nos enseñaban la costumbre que hay en Trigueros de sortear entre los vecinos unos buenos cochinos que pasean por el pueblo precedidos de pito y tambor como un santo patrón. Tener de santo un jamón, a eso me refiero. Ojalá todos nos volvamos muy sanos, pero, sobre todo, ojalá un día se nos pase esa hambre eterna que sólo tienen los pobres.


Regular la estupidez. El Consejo Audiovisual Andaluz ha pedido al Ministerio de Industria “endurecer la regulación para los espacios de videncia en radio y televisión”. Sin embargo, parece complicado, y no sé si conveniente, regular la estupidez y su libertad para acceder a las chuflas o estafas que decida. La verdad, no puedo estar de acuerdo con esta propuesta, salvo que sirva para que los videntes o videnciados paguen más. Alguna vez he dicho que los programas de videncia funcionan como impuesto voluntario a la estupidez y me parece muy bien que la idiotez al menos aporte algo a la economía. Aparte de lo divertidos que son, claro. Metropolitan Andalucía, en sus largas horas de velones, amuletos, soplidos y loras adivinas, cuenta con el mejor programa de humor de la tele. El otro día vi a una de estas videntes, vestida como la novia loca de un druida, removiendo el agua de una pecera con la mano para solucionar o espantar algo. Una señora había llamado por una cuestión de amor. “Aquí hay algo que empieza ahora, aunque tú ya lo conoces”, dijo la vidente. “Es que es mi marido”, le contestó la señora. No, que no nos dejen sin esto. ¿Qué sería lo próximo? ¿Acabar con los informativos de Canal Sur? ¿Con los programas cofrades? Inadmisible.


Aparición. Apariciones en las noticias alrededor del Pacto por Andalucía: Valderas: “Me parece muy difícil que, con la política que está desarrollando el Gobierno Central, el PP tenga cabida dentro de este acuerdo”. Mario Jiménez: “El (sic) PP siempre le ha costado mucho trabajo incorporarse a los grandes acuerdos que han permitido sacar adelante a Andalucía”. Hasta aquí, nada sorprendente. Lo que me asombró fue que luego sacaran a UPyD, el partido invisible en Canal Sur. Martín de la Herrán, con sus propuestas en la mano, como un trompetista solitario ante San Telmo, no habló, pero allí estaba. La cuarta fuerza política de la región. Que sea asombroso es, en realidad, lo que asombra.

#TuitMix: Primero Jerusalén, luego La Moncloa (20/01/2013)



Palestina, viaje de novios. Ni España ni el mundo tenían consuelo hasta que Griñán sacó la cornucopia del federalismo y Valderas se fue a Palestina, viaje de novios que siempre hace su ideología. Son la izquierda de póster, que gobierna respirando los vapores de sus propias banderas y mausoleos, sin más. Valderas iba a inaugurar una Casa de Andalucía, pero era sólo una tapadera que pronto descubrió Griñán: en realidad iba a “pacificar el territorio”. ‏“El Gran Pacificador… menos para supermercados”, escribía @consuyanton. “Me quedo más tranquilo...”, suspiraba ‏@Efecanton. “La situación en Oriente Medio ha dado un giro de 360 grados con la visita de Diego Valderas. (Posible noticia de C. Sur) XD”, ironizaba @Yorcluni. @TrujilloAli lo veía ya como “nuevo candidato para el Nobel de la Paz”, aunque @cooontreeras era más escéptico: “Griñán y Valderas van a salvar a Palestina? Pero si en Cisjordania hay un 24% de paro y en Andalucía un 35%! Qué lección van a impartir?”. Cuánta incomprensión hacia tan generoso y útil gesto. Unos optaban por la guasa y otros ponían el foco en los gastos: 4.000 euros el viaje, 2’5 millones la propia Casa de Andalucía. “La próxima, en Corea del Norte”, sugería @NataliaPastor. Es que cierta izquierda está pensada para funcionar en un huertecito (Marinaleda) o arreglar el mundo. Andalucía les coge con un tamaño inadecuado.

Cruel hemeroteca. Los periódicos viejos no envuelven pescado, sino sogas y cuchillos. “Tirando de hemeroteca.... Arenas: ‘Bárcenas ha hecho un trabajo extraordinario en el PP’”, tuiteaba ‏@Dophin11. Muchos recordaron esta y otras vergüenzas. ‏Y entre la negra indignación por los ‘sobre-sueldos’, @2imori hacía esta reflexión: “Que el PP andaluz responda a lo de Bárcenas con el caso ERE no les hace ningún bien. Que el PSOE-A saque pecho hoy, tampoco”. ¿Que cada palo aguante su vela?

Pobres pero honraos. Facebook no sólo es terreno para fotos de chonis y cursiladas como de Paulo Coelho. @ToniMoreno75 escribió esto en la página de Tiene arreglo: “Que Andalucia esta dormia dicen cuatro "espabilaos", ¿Aqui dormios? ¡Tonterias! Lo que somos es honraos. Tiene ARREGLO!!” (sic). Sí, todo lo que nos pasa es de honrados que somos. Y se nos nota aún más si escribimos “honraos” y pasamos de tildes. Con la gorra en la mano y actitud totalmente entregada de sumisa resignación y baboso arrastramiento, se diría así: ‘Pobres pero honraos, señorito’.

Pacto por Rajoy. Sigue el sonajero del #PactoporAndalucía. ‏@Jacastro1974, portavoz de IU, escribía: “El #PactoporAndalucía debe llevarnos a una Andalucía sin Troika y un Gobierno con poder y de la gente”. Ellos no son Gobierno, vamos. No están en la Junta. Lo que digo: Andalucía tiene un tamaño inadecuado. Tanto, que el Pacto por Andalucía es sobre Rajoy. Primero tomaremos Jerusalén, luego La Moncloa. O así.

18 de enero de 2013

Hoy viernes: Andalucía tocando a Chopin (18/01/2013)


Valderas, vicepresidente tangente de la Junta, se ha ido a Palestina, entre ese empedrado de religiones, sectas y cráteres que es Oriente Medio. Es un sitio raro para que peregrinen los comunistas, tan ateazos y laicos, allí donde todo está definido, gobernado y rodeado por las religiones. Yo creo que se ha ido no como político, comerciante ni filántropo, sino como un romántico, y por eso ha visitado la tumba de Arafat como si fuera la de Chopin. Esta izquierda que se llama verdadera es esencialmente romántica, melancólica y fetichista, y guarda en su ideología rizos de amores muertos y violines o metralletas que tocaban sus teólogos de la política y sus novias guerrilleras barbudas. Uno de los fetiches de esta izquierda es Palestina. En aquellos lugares hay demasiado horror repartido para echar las cuentas, pero a la izquierda romántica le basta con compartir líricamente enemigos legendarios: Israel y Estados Unidos, en los que ve el capitalismo con todos sus tigres y muelas de oro. Por lo demás, no sé si las ideas de un jihadista de Hamas sobre la igualdad de la mujer, por ejemplo, podrían considerarse muy de izquierdas. Pero Valderas no va a ponerse a discutir por esto. Estropearía ese romanticismo que hay siempre en la guerra y el odio en compañía, que hacen como una sonata a cuatro manos.

Valderas se va a Palestina, igual que se iba Zarrías para regresar envuelto en pañoletas como un tratante de camellos. Ha ido para inaugurar allí una Casa de Andalucía, sucursal de sus nostalgias y nuestras lozas. Sin embargo, lo más grave de esta izquierda no es que se vaya de caro viaje a ver a sus novietas, sino que ya no es capaz de gobernar o actuar más que en un degradado plano simbólico, sobre el fetiche o el mero perfume de lejanas ideas o alegorías. Entre el romanticismo neurótico de IU y la desgana o incapacidad del PSOE-A, la Junta se puede pasar la legislatura llevando ramos de flores a sus héroes aviadores y versificando glosas a la Autonomía. Pacto por Andalucía, propuestas federalistas, invocaciones igualitarias, guiños a lejanos pueblos hermanos castigados… Griñán no quiere un Pacto por Andalucía, sólo que pase el tiempo. Ni arreglar España liderando ningún federalismo simétrico, asimétrico u ojituerto. Tampoco Valderas pretende solucionar el problema palestino, menos él con su verbo desgreñado. Simplemente, hacen lo único que pueden o saben hacer: abrillantar arpas, besar tumbas, abrazar campanas, poner visillos en los sueños, gritar en la niebla, volar cometas por el mundo. Fetiches, iconos y pantomimas, todos vacíos como un dedal. Los unos porque no tienen más que mitos, los otros porque no hacer nada es lo que mejor les ha funcionado. Valderas peregrina a otro continente para abrazar sus melancolías. Griñán salta de barco fantasma en barco fantasma. Y mientras estos románticos tejen las nubes, Andalucía se muere así como tocando a Chopin…

Especial #TuitMix: Voltaire contra los matones (16/01/2013)


“¡El #sinWertgüenza abandona la sala y se cancela la conferencia debido a la presión popular! #SiSePuede!!! #RecibeAWert”, tuiteaba @SevillaPara en el victorioso momento. Observen cómo supuran violencia los eufemismos: cancelar, presión popular, recibir… Así es el lenguaje de la intimidación. “#RecibeaWert en el Hotel Lebreros a las 20h. Seamos muy maleducados, que es lo que a Wert le pone”, incitaba ‏@potoma unas horas antes. Acompañaban hashtags como #pidoantorchas. Todo muy de mazmorra. Wert no dio su conferencia, pero hubo espectáculo y enseñanzas, en el lugar de la charla y en Twitter, que se llenó de salivazos y otros jugos. “No hay que permitirles ni respirar!! Perseguirlos allí donde vayan y no dejarles tranquilos. Que sientan wertgüenza de vivir”, empujaba ‏@manu_2005. Estos eran los de la tea y la coz, pero había otros haciendo como una justificación teológica de la coacción. O, al menos, de la rabia. A veces tan chocante como la de @FAlvarezOssorio: “Y qué queremos, que se sienten, escuchen, aplaudan y no les den la palabra. Hoy no, ahora no, es imposible. 57% de paro juvenil #Andalucia”. ‏@pacorobles63 le contestaba: “Tranquilo, Fernando, que de eso también tiene la culpa Wert, no los que gobiernan desde antes de que esos jóvenes nacieran”.

Luego entró en juego el fascismo, esa acusación tan barata. Fascista tú, demócrata yo. Piensen en estas categorías mientras evalúan la pregunta fundamental que lanzó @josemanavarro: “¿Tiene derecho el que recorta derechos?”. ‏El periodista ‏@JRomanOrozco tuiteó: “Wert califica de fascista el boicot a su conferencia. Fascismo es más bien imponer una educación inspirada en el ultra-nacional-catolicismo”. “Fascismo es justificar la censura con argumentos ideológicos”, le replicó @AlbertoGReyes. @Mario_bilbao decía: “Quitarle la palabra a Wert es un ejemplo del fascismo de izquierdas que Jürgen Habermas atribuyó al líder estudiantil Rudi Dutschke”. ‏@DelaCallefotos le contestaba así: “Ya que te gustan las citas: ‘La comunidad educativa no puede ser una comunidad democrática’ Wert dixit. No os quejéis ahora”. O sea, se lo ha buscado. Hay gente que se merece lo que le pasa, simplemente. Van provocando, suele decirse. Sí, y cuánta satisfacción y cuánto placer hay en el escarmiento. Es la misma tesis que le hemos oído a Verónica Pérez, secretaria de Política Institucional del PSOE-A: “Quien siembra vientos recoge tempestades”. ‏@CaraballoJav sentenciaba: “El fascismo no está en el boicot callejero, el fascismo llega cuando se justifica políticamente. Como el PSOE con Wert”. @ElenaValenciano llegó a retuitear esto: "‏@JSAMartos: Suspenden la conferencia de Wert en #Sevilla por las protestas de los asistentes en defensa de una educación pública. #Andalucíasedefiende”. Le recordaron, claro, que las competencias en educación son de la Junta. Pero seducían más la violenta belleza de los eufemismos y el placer casi lúbrico del escarmiento al enemigo.

Estas polémicas, no al nivel del corte de manga sino a nivel intelectual, ya las zanjó nuestra civilización hace mucho con algo que se llama libertad de expresión. Ya saben, eso que en realidad no dijo Voltaire pero suena tan bien: “No comparto lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”. “Discrepo con Wert pero tiene derecho a expresarse. La libertad de expresión es un derecho que costó mucho conseguir”, señalaba con cordura @Asuntriana. Lo demás es matonismo, con más o menos ideología. Mar Moreno y la Junta se han decantado por ese Voltaire apócrifo, afortunadamente. Pero en la noche del lunes, contenta de hogueras en Twitter, los líderes socialistas, cómplices o complacidos, no parecían conocer al filósofo. Hay extraños demócratas que son capaces de separar Democracia y Estado de Derecho. Los fanáticos siempre tienen buenas y justas razones contra la libertad.

14 de enero de 2013

Somos Zapping: El culebrón del Régimen (14/01/2013)



Crónicas de un pueblo. Me acuerdo de Crónicas de un pueblo, con su alcalde perpetuo, su cartero sacerdotal, su cabo de la Guardia Civil, su cura con magdalena y sus bicicletas como estamentales. La serie la diseñó el franquismo terminal para divulgar aún los principios del Movimiento y teatralizar de manera amable aquella sociedad inamovible y escalonada. Un pueblo pequeño era perfecto para que los personajes alegorizaran las fuerzas vivas de la época, con roles y espacios perfectamente definidos, el orden natural que la dictadura había repartido en boticas, sacristías y mecedoras. Arrayán también se pensó con un objetivo. Lo han reconocido hasta en las noticias, cuando hablaban del final de la serie como si se parara una cascada o un planeta: el objetivo de Arrayán era presentar una Andalucía “moderna”. O sea, de escaparate, según los cánones de la propaganda del poder político. Así que alrededor de ese hotel que representaba (como el pueblo franquista) toda la sociedad en un solo y limpio estanque, nos sacaban muchos negocios de metacrilato, guapos y guapas de empresa, azafatismo sociológico, vidas entre ficus, portátiles en cada mesa y sin venir a cuento (como en el Consejo de Gobierno), ambiente de congreso, sol de oficina, un Nueva York en el hall y, claro, algunos personajes humildes (dignos y nunca demasiado pobres) con sueños que se cumplen al final. Hasta los mecánicos salían con monos impolutos, como si trabajaran fabricando chips. En Arrayán hemos visto hospitales con habitaciones individuales decoradas como un loft y logos de la Junta y el SAS en carteles y sábanas; hemos visto al director del hotel hacer discursos zapateriles sobre la crisis y meter el referéndum sobre el Estatuto en los diálogos... Arrayán ha sido el culebrón de la Junta. Del Régimen. Pero su intento de modernidad quedaba ridículo como quedaba en Betty la fea una Colombia donde sólo había áticos, modelos, diseñadores y cócteles. Es esa modernidad sobrecompensada de los subdesarrollados, que sólo inspira piedad. Se ha terminado una serie que les salió como brasileña, pero lo importante es que Andalucía no es Arrayán. Andalucía se parece más a Crónicas de un pueblo. Con jefes eternos, sacerdotes de la moral, civilones de la ortodoxia y hasta ese “señor influyente” que salía en algún episodio. Cada uno en su porche, su mecedora, su capillita, su cabildo; las fuerzas vivas de una sociedad inmóvil que funciona según el orden natural, como debe ser. Y el ciudadano, sencillo pero esperanzado, sabiendo que, en el fondo, ésos a los que el destino eligió para que mandaran eternamente velan por él. Y que lo mejor es que no cambien las cosas, pues así han sido siempre. Aquella serie era de 1971.


¿Qué es un Rey para una tonadillera? Canal Sur no quiso quedarse sin su especial sobre el Rey, que ya tiene aniversarios como de primer o último vuelo de un aeroplano. Lo que ocurre es que, al tono acostumbrado para estas cosas, entre la hagiografía y el Hola!, aquí le añadieron estilo propio: a veces parecía un homenaje a Las Carlotas o un cumpleaños de Juan y Medio, con personajes o personajillos hablando sobre el monarca con baba, chuminada u orgullo cateto de que fue a su pueblo. Sí, porque sacar a las tonadilleras de Se llama copla a opinar sobre monarquía, transición y sociopolítica era como cuando sacan a un niño para que explique quién es el Rey y mezclan al Príncipe de Bequelar con dinosaurios. Bueno, algunos no anduvieron lejos: “La imparcialidad la garantiza un monarca como el Rey Juan Carlos”, dijo Carlos Herrera. ¿La imparcialidad de qué o quiénes y respecto a qué o quiénes? ¿Y por qué iba a tener un particular ese poder? Los reyes son mito. Su poder sólo funciona entre creyentes. Por eso asustó un día a espadones de la misma religión. No hay más. Dicen que es bueno y que defendió a la democracia. Lo que hay que pensar es qué ocurrirá si un día nos toca un rey malo, porque habría que aguantarlo igual. Algo así dijo Manu Sánchez, muy acertadamente. Pero que Canal Sur se lo pregunte a Pepito el Caja, a ver qué opina él.

#TuitMix: Gobernar o jugar a las casitas (13/01/2013)



El pacto y el cepo. Meter a toda Andalucía en un pacto, en un saloncito, en una tetera… Ponen los sillones y los cubiertos antes que las ganas, pero así funcionan, fingiendo bodas con ellos mismos o sus grandes palabras. Lo que extraña es lo dispuesto que se ha mostrado el PP andaluz cuando todo apunta a la escenificación de una bronca, que es lo que será cuando el PP no pueda pactar nada. Y creo que será así porque el PSOE no cederá una coma (sería como ponerse la barba de Rajoy), el PP tampoco tragará con la retórica perroflauta y, sobre todo, porque el PSOE gana más si hay pelea con un malo. “Esperemos que el #PactoPorAndalucía no acabe siendo un nuevo instrumento de confrontación de la Junta. Andalucía no lo merece”, escribía ingenuamente ‏@sergio_marquez_. @El_Butanerooooo lo tenía más claro: “Mal empieza el #PactoPorAndalucía cuando Valderas excluye al PP del mismo”. Sí, eso ha hecho el vicepresidente grumete: ‏@EPAndalucia: “Valderas: "Posiblemente" el PP-A "no tenga cabida" en el 'pacto por Andalucía' al defender políticas de Rajoy”. Pero ahí está el PP andaluz, entrando en el hashtag como en su mazmorra: @ppandaluz: “@zoidoalcalde: "Acudimos a la reunión con Griñán con espíritu constructivo y lealtad institucional". #PactoPorAndalucía”; ‏@nnggandalucia: “@luis_pani: "Todos tenemos que estar presentes en el #PactoPorAndalucía". Por si quieren conocer los mandamientos de este pacto, ‏@participativaya ponía este enlace: “Los 8 grandes ejes del #PactoporAndalucía http://ow.ly/gD7y5”. Generalidades, deseos navideños y el pacto divido en pactitos que creen solucionar el problema nombrándolo. “Un verdadero #PactoPorAndalucía recortaría enchufados, duplicidades y derroches para evitar recortar sanidad, educación y servicios sociales”, decía ‏@mdlherran (por cierto, UPyD no ha sido invitado al baile). Pero yo sigo pensando que los pactos a veces son necesarios y otras veces (¿para qué quiere un pacto quien ya gobierna?) sólo paripé. Y cepo. Más gobernar y menos jugar a las casitas.

Construyendo con hambre. Con el #PactoPorAndalucía (sin el PP, seguro) y la nueva propuesta criptofederal, seguro que ya se solucionan todos nuestros problemas. Por cierto, apunten esto de ‏@faperales: “¿Quieres en ebook y pdf el libro "Por una reforma federal del estado autonómico"? Manda un email a secretaria@fundacionalfonsoperales.com”. Tantos años de miseria y crisis y mira que era fácil, sólo un pacto y hacernos federales… Según @psoedeandalucia, para @mariojimenez “el objetivo de la propuesta de Estado Federal desde #Andalucía es construir España desde la libertad y la igualdad”. Cuánto afán universalista con tanta hambre por aquí. “¿Por qué no centrarse en llevar adelante Andalucía?”, se preguntaba @Berta_Marquez. Pues porque es algo demasiado pequeño y fácil para la grandeza de destino de estos genios.

Especial Somos Zapping: Lección de anatomía con Volvo viejo (12/01/2013)


“Manuel Chaves, presidente de Andalucía durante 19 años, responde de su gestión ante los andaluces en Pido la palabra”. Así lo habían anunciado en las redes sociales y sonaba a entrevista con un viejo torero o tonadillera, vislumbrando glorias, cicatrices, pellejos, ataques de dignidad y pequeñas venganzas de secretario. En las promos del programa, Chaves salía guerrero o tierno, como un civilón en el Parlamento o abrazado a niños de chupete. Parecía un gancho de Sálvame o el Tomate, pero Canal Sur quería venderlo como una demostración de independencia y libertad de expresión. Nada mejor para ello que arrojar al emperador icónico del socialismo andaluz a esa mezcla de senado y gallera que es Pido la palabra. Le funcionó a medias, porque aunque le dieron caña, nunca desapareció la impresión de que aquello era una lección de anatomía con muerto: ser duros, críticos y valientes con un cadáver político tampoco resulta tan heroico. Que se traigan a Griñán otro día, y ya veremos.

Chaves tuvo que hacer mucho uso del chaleco antibalas, del capote de retruécanos y del espantajo del PP, pero antes que nada practicó la sonrisa de tuerca o la postura del pastelazo en la cara ante los comentarios recogidos en la calle. Aunque algunos eran absolutorios (“Chaves lo ha hecho dentro de sus posibilidades lo mejor que ha podido”) la mayoría no le dejaban nada bien: “Ha estado demasiados años en el cargo”, “lo peor que ha podido tener Andalucía en todos los tiempos, porque no ha hecho nada”, “ha dejado a Andalucía empantanada”, “tiene mucho que aclarar”…

 

Chaves quizá empezaba a darse cuenta de que aquello no iba a ser un masaje de pies, aunque las primeras intervenciones del público fueron algo tibias o tontas. Hasta le preguntaron por Rajoy, cosa que me hizo temer el pasteleo, que aquello se enfocara, como en otros programas con otros socialistas, en los pajarracos de la crisis, la panza de los banqueros, los tijerones del PP y hasta el ogro de Wert. Pero pronto una señora dominicana le preguntó cómo no se había enterado del tema de los ERE irregulares. Y el público aplaudió… Y eso fue más significativo que el tema o la afiladura de la pregunta. No eran periodistas de la cuerda o con sigla en la pechera, no era un político de otro partido sacando uñas o buscando rebañar… Era gente normal que preguntaba y aplaudía su propia osadía como desenconándose, liberándose, expresando la rabia y la hartura de una manera creo que nunca vista en Canal Sur. Y aplaudirían más veces...

Chaves respondió con la tesis oficial, las medidas de emergencia de las que se aprovecharon los cuatro sinvergüenzas o ya incluso el sinvergüenza único. No importaban en realidad sus palabras, que todos adivinábamos, sino esa actitud que parecía ya por fin incrédula, insatisfecha, del público que preguntaba; y esa situación de incomodidad y apretura de Chaves al verse obligado a torear con topicazos, alusiones forzadas al PP y otros manotazos a las moscas ante gente que no se conformaba. Y tras los ERE, su hija y la subvención a Matsa. Le preguntaron si era aquello era moral y Chaves respondió que era moral por legal. Quizá se le olvidó explicar que esas normas legales las hizo (y las cambió) la Junta. Y, como otras veces, usó el argumento de la discriminación por parentesco. A ver si va a resultar que su familia no puede trabajar en Andalucía… Claro, como no les dejan montar una pollería, sus hijos no tienen más remedio que dedicarse a cobrar por arreglar subvenciones y papeles con la Junta. Luego, Chaves volvió a caer en la tontería que ya causó bastante cachondeo en Tengo una pregunta para usted. O sea, su escaso patrimonio tras tantos años de servicio público. 5.700 euros en el banco, una casita y un viejo Volvo de 20 años, fiel y duro como el mastín de la casa. “Vivo al día”, dijo. ¿Y así vivió también Andalucía? Sigue resultando tan increíble que ninguna explicación le deja bien: o nos engaña o es un despilfarrador peligroso. Sin embargo, aseguró que no tiene testaferros ni cuentas en Suiza. Quizá, digo yo, agujeros en los bolsillos. Agujeros contagiosos.


Las preguntas, duras, cada vez menos acomplejadas (le dijeron que de haber trabajado en la empresa privada estaría en la cola del paro), laceraban a Chaves. Y los aplausos le echaban sal. Hasta empezó a parecer grogui. Disculpar el desempleo porque “Andalucía no tiene tantas competencias como para resolver el problema del paro” me pareció una renuncia indigna a la responsabilidad de gobernar. ¿Y una receta para salir de la crisis? “Crecimiento”, dijo rompiéndose la cabeza. Se defendió sacando a Arenas, a Cospedal, los hierrajos de la derechona, la bombillita de las modernizaciones y lamentó no haber terminado con el “paro estructural” (¿pero no era imposible porque la Autonomía no tiene competencias suficientes?). A todo esto, Vigorra le llamaba varias veces “presidente”. Algo de Chaves arrastra siempre hacia el pasado.

A Chaves, en fin, no se le ha quitado la piel dura del dinosaurio político, pero pareció más indefenso, como si ya no le funcionaran sus tácticas de siempre. O incluso ridículo, como si llegara vestido de otra época, como un forzudo de daguerrotipo. Cuando usaba eso de “si los andaluces me votan, no puedo equivocarme”, parecía un charlestón. Una chica tuvo que recordarle que ella no le votó, pero también es andaluza. El ex presidente quiso dar la cara, “aunque te la partan”. Y casi fue así. Chaves aún sigue siendo, en su verbo, en sus modos, en su lógica, la medida de la altura política andaluza, la que siguen mostrando sus herederos. Pero ahora él ya no importa. Por eso esperamos los mismos dardos y el mismo coraje del púbico y de Canal Sur con los que mandan de verdad. No con Chaves, que parece su propio Volvo viejo. Para qué darle patadas en los faros ahora…


La entrevista de Chaves en Twitter:

Qué manera de dar caña a Manuel Chaves cuando no ha faltado de nada en Andalucía durante 30 años. Miren cómo viven por arriba. @JMMorales77

Si Andalucia no se hubiera modernizado en 30 años hubiera sido ya para morirse de pena XD. Eso no es argumento Chaves. @maria_ibanez

Si tras 19 años de presidente no tiene más que 5000 € es un derrochador o un mentiroso. En ningún caso nos vale como político. @VVanSponge

Orgulloso de ser andaluz y pertenecer al PSOE. Andalucia se escucha en el mundo entero gracias al PSOE. @Eugenio_sfc

La imparcialidad de Canal Sur sería «más clara «si el entrevistado fuera Griñan y no un político en retirada. @inmajimsev

A Chaves le preguntan por su trabajo y casualmente habla de Arenas, le preguntan por sus errores y habla de Rajoy. @surdspain

«Desde Andalucía exportamos talento» Se refiere a todos los jóvenes licenciados que están siendo obligados a salir de Andalucía. @Jonathandrades

¿Dónde estaba usted mientras saqueaban Marbella? @Potii_mg

Sinceramente pienso que Chaves es un buen político, aunque un nefasto comunicador. @IUVENTUD

Manuel Chaves y su método de no decir nada con mil palabras. @MarioLopal

Chaves está demostrando ser un gran político, no me imagino a Rajoy aguantando esas preguntas @David_Diaz

Cómo se ha escogido al público, por favor. ¿Qué hemos ido, a la puerta de la sede del PP? Vaya tela. @ju_Shell

Que Andalucía aplauda un debate «plural» con moribundos políticos me explica el porqué de tantas cuestiones... @Gonzalo_Gragera

Hoy viernes: Pactar el pacto (11/01/2013)



Un pacto sirve como hecho, no como invocación. Si no, es poner mayúsculas en cojines. Pacto por Andalucía, por la Autonomía, por la Justicia, por la Transparencia, por la Paz, por la Libertad… Imaginen todos los pactos que uno se puede inventar y echar a andar únicamente con lo que cuesta un rotulador gordo. ¿No sienten el confort, el consuelo y la satisfacción que hay en la sola palabra, en pronunciarla como el nombre de un amante o un refugio, en escribirla como haría un monje chino con un gran misterio o verdad? Una vez que hay cartelón, lo de menos es lo que pueda ser pactado o solucionado. Lo importante es que unos aparecerán como defensores del concepto, de la mayúscula, y los otros que duden, lo nieguen o se muestren escépticos ante el pacto o sus promotores aparecerán como enemigos de ese concepto: ¿Cómo puede usted estar en contra de un Pacto por Andalucía? ¿Es que no le importa su tierra? Y con ese nivelito…

La Junta llama ahora a un pacto o a un pactito por Andalucía, que así pega mejor con el tamaño de su política. No es el primero ni será el último, porque se ve que los pactos van caducando o sucediéndose en una especie de herencia o decanato. Forman como una galería de próceres de las vanas intenciones o de la política de sentarse alrededor de las palabras para verlas crecer en vez de actuar o gobernar. Así, mientras un pacto (social, económico, por la Autonomía, por Andalucía o por lo que sea) releva a otro o a alguna de nuestras modernizaciones, ocurrencias sostenibles o nuevos 28-F, resulta que todo aquí sigue igual. Pactar es importante, y a veces imprescindible. Lo que no tiene sentido es pactar el propio pacto sin que haya más. Pero no nos engañemos. La mayoría de las veces, en la política que nos ha tocado, sólo hay tres razones para la pomposa comedia de estos llamamientos: una, que el hecho de pactar quede entre los tontos como equivalente a solucionar aquello que da nombre al pacto; dos, que una abstracción hermosa y genérica disfrace un mero negocio entre partes; y tres, que otro partido acabe señalado como enemigo o aguafiestas y sea expulsado de la bondad de esa abstracción al no aceptar el pacto. Griñán llama a Zoido y lo que no sé es para cuál de estas tres categorías de zorrería política intenta que le sirva. Yo diría que para una conveniente mezcla de la primera y la tercera.

Pactos hacían los dioses entre ellos o con nosotros aunque terminaran todos en desengaño o esclavitud; pactos tenemos que hacer con el dinero, la moral, la libertad y hasta el amor para vivir civilizadamente. Quizá el mayor de todos los pactos se llama Estado, Ley. Luego, hay otras componendas, arreglos y enjuagues de diverso calado e intención. No me atrevo a pedir a nuestros limitados políticos un gran pacto con concreción, responsabilidad, honestidad y altura de miras. Casi me conformo con que distingan los hechos y los actos de la sillería esculpida por sus culos pensantes.

Somos Zapping: Confeti sobre nuestros harapos (07/01/2013)



Uvas mutantes. Charcos en los zapatos, champán en las bragas, el año termina borracho como un padrino y la televisión es la ponchera donde han echado todas las cáscaras, sobras y rebabas más lo que había en un cenicero. En la noche más hortera del año, Canal sur tiene que subirse a sus propios hombros, hormonarse la vulgaridad, o no se nota. O sea que Los Morancos eran ellos pero aumentados hasta su versión de La Masa, con una furia aún más destructiva para la gracia, el buen gusto y los calzones. Y las uvas fueron mutantes, frambuesas de la tierra como carnosos besos globulares. Y Modesto Barragán quería ir de lord con paraguas, pero se había puesto todas las gorras de pueblo a la vez para ir a una mesa camilla con lamparita de Virgen. Y Manu Sánchez se agrandaba o encogía hasta ser Monchito, presentado la morralla musical local en un ambiente de güisquería de los 70. Sí, uno de los mejores días para acordarse de la vocación de servicio público de Canal Sur y de los 400 millones que la Junta le va a dar en tres años. Más dinero para que Omaíta enseñe un tanga que es un tendedero, para que nuestros coplistas arañen pianos con los dientes, para que Manu se haga el valiente pero sólo con las hechuras de los nabos o la política de Merkel y Rajoy, o para que los informativos se presenten con pandereta. En las noticias recordaron otras Nocheviejas de Canal Sur: “Siempre igual, siempre distinto”, rotularon. Diría lo de El gatopardo si no fuera un topicazo. Pero esas palabras resumían Andalucía mientras se preparaba el confeti que estallaría luego sobre nuestros harapos.


El único dios. Ni en esa noche de coger culos podía Canal Sur dejar de ponerse beatón. Si hay algo que le gusta a La Nuestra más que un sarao, es un sarao con fondo de velones y santos enrejados. “Con la retransmisión de las campanadas desde Almonte, la televisión pública de Andalucía se suma a los actos conmemorativos del bicentenario del Rocío Chico”, decían en las noticias. Y la que dieron en las uvas con “la reina de las Marismas”… Me pregunto cuándo sacarán a Griñán bajo palio. Extraño este nacionalcatolicismo progre, aunque aquí la superstición es también folclore y eso lo explica todo. Como en 75 minutos, donde vi mezclados reportajes sobre amuletos, manantiales mágicos y peregrinaciones al santuario de la Virgen de la Cabeza (espeluznante de histeria y laceraciones). Era por reflejar “la ilusión de una vida mejor” y “mirar con ojos de esperanza”, explicaban. ¿Por comprar una piedra ‘magnética’ o llegar con las rodillas peladas ante una Virgen como una reina de los alpinistas? Quizá en Canal Sur no sean tan beatos ni supersticiosos. Es que no tienen más dios que ese poder que quiere contentar a la plebe.


El año de los zorros. El movimiento 15-M realizó un bonito resumen del año en Canal Sur. Perdón, quería decir el programa Los reporteros. Palos, recortes, desahucios y jeringas en el aire. Eso y condensar todo lo del fondo de reptiles y los ERE en “fracaso en la comisión de investigación”. Es lo doloroso, que la comisión no haya terminado de consensuar un poema, no lo que se han llevado y consentido estos zorros de gallinero. Salieron Chaves y Griñán en sus rotundos alegatos defensivos y los demás hablando de gintonics.

Giro. Dicen en Canal Sur sobre la señora del Ecce Homo que “su vida ha dado un giro de 90 grados”. No sé dónde deja eso a la señora ni a Canal Sur. 

Periodismo o Barrio Sésamo. Contar que un niño ha muerto atropellado en una cabalgata y seguir como si los Reyes Magos existieran de verdad… No era una situación fácil para Andalucía directo, pero era chocante la manera en la que hablaban del accidente y luego cambiaban como al idioma de los Teletubbies. Un amigo me comentó que él estaba con sus hijas viendo el programa. “¿Qué debería haber dicho? Difícil cuando el periodista conjuga realidad y fantasía”, me explicaba. Cierto. Y Canal Sur es especialista en esa mezcla. Pero hay que elegir entre hacer periodismo o hacer Barrio Sésamo. Cuando se quieren las dos cosas a la vez, algo cruje, se desbarata o se desenmascara.

#TuitMix: De vez en cuando, primarias y bozales (06/01/2013)



Cent’ anni. El post de @Pacogcabana ‘Primarias en Andalucía, ¿por qué no?’ ha tenido bastante eco aunque estaba escrito en esa germanía interna de la militancia partidista que parece el lenguaje de un almuerzo de gánsteres, con ambigüedades que pinchan y requiebros que velan advertencias. “Hay miles de militantes en Andalucía a quienes no nos preocupan las primarias, ni su fecha, ni sus candidatos”, decía sobre la polémica nacional. Sin embargo, “puede ocurrir que de tanto hablar de primarias para otros (…) algunos miles de socialistas andaluces empezemos [sic] a preocuparnos también por ello, por ponerle fecha y pedir al actual Presidente que se pronuncie sobre su presentación a esas primarias en Andalucía”. ¿Ahí es cuando se apunta con el tenedor diciendo “capisce”? Las primarias aquí “son necesarias en los tiempos que corren”, aseguraba luego en TW. Pues lo podría haber dejado más claro, en concepto y en ámbito. De todas formas, ¿primarias en esta Andalucía que se hereda igual que un anillaco, de padre moribundo a hijo, desde un trono como un orinal? @Jaimearmario, de la Ejecutiva socialista gaditana, contestó a @Pacogcabana que sí, que “¿por qué no?” y enlazó a un artículo de El País sobre las primarias en la izquierda italiana. @Pacogcabana remataba: “Claro que sí, sería magnífico... y todos los candidatos dimitiendo de sus cargos orgánicos”. Este juego de ironías y pestañeo de abanicos con cuchilla sólo lo entienden bien en la Familia. A los demás nos queda mirar su galante baile con metralletas. Con primarias o no, cent' anni!

Herodes. Igual que unas primarias, de vez en cuando nos sale un obispo como Berlusconi, así de la piscina particular de su mente. La carta del prelado de Córdoba en la que afirmaba que “la ideología de género rompe la familia” y que “Herodes sigue vivo, y no solo mata inocentes en el seno materno, sino que intenta mentalizar a nuestros niños” la lió en TW y originó el hashtag de protesta #YotambiénsoyHerodes. “Síntoma del reducto de la ignorancia, incultura y estupidez”, le parecía a @caval100. “La mujer en casa y con la pata quebrá. Esa es la familia natural de monseñor”, tuiteaba ‏@AlbaDoblas. Y esto es lo que decía el portavoz de la Junta, ‏@mavazquezb: “Este reaccionario se merece un bozal”. Yo no creo que el género (o el sexo) deba ser una ideología. Y lo del obispo me parece una barbaridad. Eso sí, soy partidario de que la gente pueda decir sus barbaridades para así poder contestarlas, rebatirlas o guasearlas. Y para que se abran ojos. No me gustan los obispos ni los bozales. Eso es posible. Aunque, seguramente, no para ciertas ideologías.

Un sacerdote azteca. Horrorizado tuit de @arenasjp: “Paz Padilla: ‘No voy a Estados Unidos porque no hay cultura’. Que alguien me arranque los ojos y el corazón. Pido un amable sacerdote azteca”. Así estamos todos…

Hoy viernes: La jarra de polvo (04/01/2013)



La Historia a veces parece solamente eso que va enterrando hachas, códices, clepsidras y perlas para que luego juguemos a ser los indios, los patricios, los algebristas o los merovingios que ya no hay. Es esa Historia que nos deja sus cuchillos y sus herraduras pero también la rodada de un padre que buscamos o de un trozo que nos falta del corazón como de un cántaro o un brocal. Lo que ocurre es que en ese gran campo de escombros de la Historia uno puede coger lo que quiera para hacerse el disfraz con el que se vea más guapo: ser un andalusí, un godo, un romano, un tartesio, un cristiano viejo, y dibujar la caravana imaginaria y la línea sentimental que van desde el fetiche identitario, desde la jarra de polvo original, hasta la actualidad. No es ya confundirnos  con una cerámica de lo que fuimos, sino de lo que fueron otros que andaban por aquí siglos atrás y a los que hacemos padres cercanos que nos legan sangre, patria y modos como si nos dejaran en herencia un sólido y actualísimo estanco.

Lo que cada uno es ahora, lo que los pueblos imaginan que son (primero porque creen en que hay pueblos, y segundo porque también creen en la continuidad espiritual o fisiológica de esos pueblos, tan parecida a la continuidad del Yo y quizá igual de tramposa); ese supuesto “somos”, decía, está compuesto de demasiados guijarros y colores, algunos más importantes que otros, así que escoger uno es cuestión de gusto o de conveniencia. Ni siquiera resulta fácil catalogarlos. Grecia y Roma, claro, aunque los bárbaros norteños luego devinieron en los mayores y más bigotudos filósofos y pensadores. El cristianismo, por supuesto, aunque desde el Renacimiento a la Ilustración y a la modernidad se fue echando a Dios de su mandorla y los avances éticos, políticos y científicos siempre contaron con la reticencia de las iglesias… ¿Y Al‑Ándalus, ese mítico dulce o rosal nuestro? Pues quizá no tuvo tanta importancia como lo de antes. Así que no sé por qué debería sentirme yo más andalusí que kantiano. Pero tampoco más cristiano que alejandrino.

Ningún año falta la polémica sobre la Toma de Granada, ahora con la Junta poniéndose como de lado. Una polémica más ideológica o madrera que histórica porque no se trata de aquellos moros o cristianos que ya no somos, sino de una especie de herencia de esos bandos trasladada tal cual a nuestros días como un puestecillo. Aquí conmemoramos matanzas, remojones de santos o carreras de vacas, pero la cosa se empieza a poner idiota al querer sacar de esas celebraciones folclóricas la inmortalidad de una sangre o la voz de un antiguo compañero de armas. Los que se pelean no lo hacen por la Historia, sino por el ahora mismo. Estamos hechos de muchos trozos y me parece ridículo alzar ahora un único gorrito o estandarte podrido por los siglos como un pecio. Eso sí: en la Historia se pueden buscar muchos padres para la identidad y la morriña. Para la Civilización, menos.

Somos Zapping: Ideología en la estratosfera (31/12/2012)



Fantasma de las navidades. A Griñán no le pasa nada en la cadera. Es la dificultad de intentar presentar una Andalucía coherente, cuando está descuadernada y se le cae entre las manos, lo que le da como una cojera de hombros y de ojos. Los políticos no pegan nada en estas noches de cabello de ángel, sacando el prospecto del partido mientras fingen felicitar a los abuelos. Pero Griñán, además, ni siquiera consigue parecer un pregonero, sino esos tristes vendedores a domicilio de antes, con la aspiradora o la enciclopedia que iban a salvar a la señora de la casa y el futuro de los niños, cosa que no se creía ni él. Griñán, en su discurso de fin de temporada, quiso animarnos con cara de trucha y siguió haciendo llamamientos a pactos con la historia o con los ancestros. ¿Será este Pacto por Andalucía el que nos saque de la miseria, la incultura y el atraso? ¿O si acaso ya el siguiente? ¿En qué se diferencia éste del Pacto por la Autonomía del verano, o de los pactos sociales de antes? Yo miraba a Griñán helado ante la ventana, como una princesa melancólica o un farero que vigila nuestra pobreza, y me preguntaba por qué no gobierna en vez de pedir pactos mágicos, y por qué su Gobierno se limita a hacer oposición a Rajoy, a compartir fotógrafos con IU, a seguir alimentando la hidra de la Administración y a prometer a los pobres que fabrica la misma Junta que no serán abandonados. No era una cadera, ni su monarquía particular que se le venía encima como una cenefa. Es que parecía el fantasma dickensiano de todas nuestras navidades pasadas, presentes y futuras a la vez.


La bolita de coco. Con su villancico, Canal Sur quiere hacer suya la Navidad y Andalucía, meterlas dentro de su logotipo como dentro de una de esas bolas de cristal donde nieva submarinamente en un paisaje de chicle. Orfeones de pueblo, postulantes a andilucas, familias con perrito, plantas enteras de hospitales y hasta coros universitarios han hecho sus vídeos de ese villancico que ya no es una promo, sino un himno que pretende unir al pueblo y a su guía espiritual en un sospechoso abrazo al que se prestan muchos andaluces. Simples, inocentes, entregados, esos andaluces están reconociendo que son una sola cosa Andalucía, su televisión y hasta la bondad y la ternura universales. Efectiva y maquiavélica estrategia de marketing. Lo que ocurre es que esta estrategia de la blanca Navidad, el algodonoso Canal Sur y la bondad global de Andalucía en la misma bolita de coco, deja ver sus raíces inconscientes, una especie de perverso fondo freudiano (o jungiano, mejor). En Nochebuena nos pusieron seguidos como 200 villancicos de éstos, patéticos, tiernos, ridículos o surrealistas. Uno de ellos empezaba dibujando el logo de Canal Sur en la barriga de una embarazada (fabulosa imagen para el psicoanálisis: el andaluz con la marca de nacimiento de Canal Sur, estigma indeleble en su conciencia y personalidad) y luego derivaba hacia una rara (y también onírica) imitación de muchos Manu Sánchez que hacían más chicas preñadas. La imitación incluía su pizarra y un grandioso momento en que dibujaban unas tijeras tachadas y escribían un “NO” a los recortes nada ambiguo. Es el momento en que a esa bolita navideña de televisión y pueblo se une además la ideología en el poder y así se completa el portalito o la estampita que querían. Y los andaluces, que creían que sólo estaban cantando y zambombeando... Como siempre.



La marca del poder. La Nochebuena en Canal Sur siguió con cantes en covachas (más empujones subliminales al andaluz hacia su esencia de tribu alegre y pobre) y el acostumbrado y necio teatrillo de Eloy Botello y J.F. Ortuño invitando a la creación de la figura legal del delito estético. Pusieron a un cuñado en la estratosfera, mucho mejor que un pavo seco para hacer gracietas de ignorante, y nos regalaron la joya de sacar a un farmacéutico con el logo de la Junta en la solapa. ¿Y eso? Era la bolita navideña que seguía rodando: televisión, pueblo, bondad, cante, chiste, ideología y, por fin, la marca del poder... Así en las cuevas, las farmacias o la estratosfera.

#TuitMix: Del pan y el circo nos sobra el pan (30/12/2012)



El fútbol en Españistán. Las bufandas con escudo, esas toallas sentimentales, esos sostenes para corazoncitos madreros, para cabezas desatornilladas, para hueveras desubicadas… Decían que el deporte es una sublimación civilizada de la guerra que ayuda a evitarla. No sabían dónde llegaría el fútbol, haciendo que cada paisano bronquista, sentimental o malquerido se sienta en una guerra de verdad, con patria, madre, orgullo, enemigos y dinero, aunque todo con la dimensión un poco ridícula de una fuente municipal. La UEFA pretende castigar al Málaga C.F. por sus deudas dejándolo fuera de sus competiciones, y esto, que es un asunto mercantil, para ciertas mentes equivale a declarar la guerra matando a un archiduque. En el Málaga manda un jeque como salido de Amarcord y, quizá por ese melancólico surrealismo de Fellini, el club, en vez de pagar sus deudas, hace que se monte el #ManifiestoporelMálaga, se pidan firmas y se recluten defensores para esta causa particular convertida en causa patriótica. Y funciona. Quizá fueron estas preocupaciones y desmesuras domingueras y catetas, ahora que la gente está suicidándose con perchas y comiéndose en sopa sus propios ojos, lo que le hizo al cómico @DaniRovira tuitear esto: “En Málaga se cometen muchas mayores injusticias. No sólo la del @MalagaCF. #cojonesya”. Pues le cayó poco… Por resumirlo, digamos que se esparció todo ese serrín que a algunos no les sale por las orejas sólo porque se aprietan mucho la bufanda. Así somos. ‏@CosturasSally lo resumía bien: “Españistán como siempre... el #Fútbol antes q los #Desahucios, la #Sanidad, la #Educación... #CojonesYa”. Pero he aquí que entre hooligans, patriotas de plazoleta y gente con un balón desinflado por cabeza, se nos cuela @PepeGrinan: “El Málaga se ha ganado en el terreno d juego su derecho a estar entre los mejores de Europa. Las sanciones no deben afectar a lo deportivo”. “Eso, preocupándose por lo importante. Diga usted que sí”, le contestaba @AntonioMaestre, mientras @Frankie5angeles le hacía notar que “si le aplicaran el mismo criterio [que al Málaga] a la Junta de Andalucía la tendrían que cerrar por morosa”. El del Málaga fue el único tema que tocó @PepeGrinan en sus tres tuits de ese día. Las prioridades claras, y de altura, del pueblo y sus políticos. De lo de pan y circo, ya nos sobra hasta el pan.

La cestita del antieconomista. Es un economista o antieconomista muy navideño, pues cree que el dinero sale de detrás de los rizos de las estrellas y de las orejas de los renos. Me refiero a ‏@juantorreslopez, muy habitual de Canal Sur. Tan navideño que no podía sino dejarnos en TW esta cestita llena de buenos deseos, concordia y brindis por la esperanza: “Y Rajoy, Wert, la de trabajo y el fascista de Gallardón estarán hartándose de champán como si no fuera con ellos”. Feliz año, en fin.