10 de octubre de 2011

Hoy viernes: Cajas reventadas (7/10/2011)

Las cajas de ahorro, que daban almanaques y tostadoras y ponían belenes, se han hundido. Era castizas como las inclusas, eran españolísimas como la bombona de butano, trataban con los labriegos en mostradores de mercería mientras los partidos metían a su gente y se otorgaban créditos para las verbenas y las campañas. Eran o son una mezcla rara de empresa y cabildo, pasaron de la casa de empeños y el calcetín de las monedas a doble bolsillo de la política, que las desfondó. Los duros de las cosechas y de los jubilatas empezaron a usarse para fines políticos en vez de para fines sociales, los mandados de los partidos sintieron que manejaban un dinero sin responsabilidad, la mala gestión comenzó a significar saqueo sistemático y estas cajas de pueblo o barrio, con santos patrones y vocación de peña, reventaron el perol. Fusiones y salvamentos, reconversiones y repelleados no pueden ocultar el final de un modelo que se desvirtuó o corrompió y que esta crisis, que ha descubierto todos los vicios y bastardías del dinero, ha terminado sacando a la luz.

El escándalo de Novacaixagalicia, con sus indemnizaciones y chulazos, parece espantar mucho ahora a los partidos, pero fueron ellos los que emputecieron las cajas. Las cajas han sido instrumento político, comedero sin fondo, almacén de agujeros, teta gratis. Mientras exponían cerámica y balancines, mientras les ponían su logo a una orquestina o a un mimo, por debajo volaban los créditos dudosos a los amigos del poder, a los insolventes con carné del partido, a los faraonismos ideológicos y a los jefazos que a veces ni los devolvían (recuerden los préstamos condonados a Chaves y a otros mandas del PSOE gaditano). Fueron los políticos los que las exprimieron y las devastaron. La Caja de Castilla la Mancha, la Caja Mediterráneo, y así otras, está última y las que llegarán.... Sus funerales, casamientos, desguaces u hogueras nos hablan del exceso, el derroche, la desfachatez y la impudicia de este sistema de autonomías del despilfarro, el desahogo, el trincamiento y la mano larga.

Eran o son cajas un poco folclóricas y un poco panaderas, cajas con su pobre con cartillita, con sus colas de pagar la luz y cobrar el comunitario, con su boli atado sin capucha y su señorita para arreglarte los papeles; cajas con horario y temperatura de ambulatorio, donde por la mañana el barullo de la gente parece esperar a un manijero. Con estas cajas del pueblo y su paguita hicieron negocio los listos y se costearon jardines y orgías los políticos. Ahora, saqueadas, reventadas, se van al garete. Esto debería ser un crimen. Y los responsables no tendrían que penar en los balnearios ni en la prensa, sino en el trullo.

Somos Zapping: El florido pensil (3/10/2011)

Hay que agradecer a Canal Sur que uno de sus nuevos programas nos dé por una vez para temas verdaderamente importantes e interesantes. El programa es La respuesta está en la Historia, y tanto interés me despierta que por él voy a aparcar a Los Morancos, a Quintero y a Toñi Moreno.

El determinismo cultural no usa el concepto de raza, que tantos horrores nos ha traído, pero en cierta forma es una continuación del racismo. La ciencia ya nos ha dicho que, biogenéticamente, las razas no existen. Pero algunos no pueden vivir sin alguna gran bandera que les permita distinguirse, ensalzarse y glorificarse en grupo frente al Otro, así en mayúscula. Ahí entran las “culturas” como sustitutas. Y además unas culturas justificadas con vehemencia mediante la Historia. Viene a postular el determinismo cultural que “las realidades, comportamientos y procesos de los individuos están determinados por la cultura de pertenencia”. La cultura, pues, vuelve a tomar en esta época el relevo fantasmal, allanador y guerrero de las razas, las patrias, los pueblos, el Volksgeist, entendidos como elementos nucleares y morrocotudos de la Historia, a la vez que uniformadores de los individuos.

Pero para que este concepto de cultura identitaria sea útil (para el poder que lo maneja), su tamaño debe coincidir con el de la estructura política dominante. En nuestro caso, el tamaño de cada “cultura identitaria” será pues la autonomía. La cultura se vuelve cateta. No hay problema en eso, porque la Historia siempre proporciona excusas, glorias y diferencias para cada cachito de terreno que arbitrariamente elijamos. Inculcar luego el sentimiento de identidad y pertenencia es fundamental para el poder, desde el momento en que el poder se erige en garante, cuidador, padrecito y administrador de esas esencias, y además encuentra en esas esencias, que él mismo ha buscado y definido, su legitimación circular. “Sistematizar el esfuerzo para dar al pueblo un medio para encontrarse en la Historia con justificada confianza y fe en su destino". No me digan que esto no define perfectamente lo que pretende el programa. Yo he puesto “pueblo”, aunque el original decía “juventud”. ¿Pero qué es esta frase? Podría haberla dicho Pablo Carrasco, pero no, es nada menos que la declaración de intenciones de la famosa Enciclopedia Álvarez, o sea, de la educación franquista. Y ése es el talante de este nuevo programa. No es una clase ni un documental sobre historia, sino el intento un poco franquistón de definir “lo que somos”, “lo que tenemos en común todos los andaluces”, nuestra unidad de destino en lo universal. “Para entender lo que somos, necesitamos conocer nuestra historia”, “lo que somos y cómo somos los andaluces”, “nuestra forma de ser y entender el mundo”, “los andaluces sabremos quiénes somos si sabemos quiénes fuimos”... Este tipo de frases totalizantes abundan en el programa. E igual que en los manuales franquistas, no faltan las infantiles exaltaciones a nuestras glorias pasadas, como que “Andalucía llegó a ser el centro del mundo”, que “en Al-Andalus nuestros antepasados hicieron las cosas realmente bien, al contrario de lo que estaba ocurriendo en el resto del mundo”, o la atrevida afirmación de que en “en Andalucía no existió la Edad Media” (?). Es el “florido pensil” andaluz, con extraños y anacrónicos toques ideologizantes, como rotularnos que Andalucía es “una identidad multicultural y abierta” (¿así, desde siempre, por naturaleza, por designio divino o qué?). De todas formas, el programa tiene gracia a veces, como en lo de sacarnos a una familia romana tomando cocacolas, el paralelismo entre toreros y gladiadores o el ilustrado vergel andalusí con todas las concubinas leyendo.

“Lo que somos”... Es curioso cuánto se afanan en decirnos siempre y exactamente “lo que somos”, para que nos lo aprendamos de carrerilla. Y eso que nos dicen que “somos” suele coincidir, qué casualidad, con lo que al poder le interesa que seamos. Recuerden esos atributos del andaluz con los que nos felicitaba la Junta el 28-F: “Por tu optimismo, por tu sencillez, por tu generosidad, por tu entrega... Por todo lo que somos”. Y lo más grave es que esos atributos tienen intención homogeneizante, hay una ortodoxia de ser andaluz que implica, por el otro lado, una disidencia de malos, indignos o raros andaluces, ésos que quizá no han visto que la Historia ya nos dice lo que debemos ser, hacer, sentir y pensar. Lo que somos... Cualquier cosa menos que los andaluces, o mejor cada andaluz, se plantee qué quiere ser, que es la gran pregunta, la pregunta peligrosa, desestabilizadora, la pregunta más viva y humana. Para qué, si el determinismo cultural y la Historia ya nos dicen todo lo que debemos y podemos ser. El programa tiene cosas curiosas, pero han hecho de él otro libro de El Parvulito. Así es esta especie de franquismo progre, que hasta huele a tintero, a catecismo y a viruta.

Hoy viernes: Revelación (30/09/2011)

Es una pena que llegue el Apocalipsis ahora que algunos empezaban a fantasear con viajes en el tiempo. Si pudiéramos volver atrás por los agujeros de gusano y la espuma de los universos, lo mismo caneando a algunos brokers, directivos de cajas de ahorro y políticos de boca ancha y bolsillo flojo borraríamos de la existencia la puta crisis. Me pregunto cuál sería el “cambio mínimo necesario”, concepto que usaba Isaac Asimov en El fin de la eternidad, esa modificación aparentemente insignificante en el pasado pero suficiente para producir los efectos deseados el futuro. Ya apenas nos queda la ciencia-ficción para escapar de esta época de pestes y cuervos. Europa es un cráter, de Obama dicen que es el Anticristo, los magufos o los morbosos miran a San Malaquías con su cuenta atrás de papas y encima se nos derrumba la física, o eso parece.

Yo aún no termino de creerme lo de los neutrinos que se saltan el bigote de Einstein, que una masa pueda acelerarse hasta más allá de la velocidad de la luz. “Hemos abierto el primer agujero en el hiperespacio”, le escribí yo a un amigo cuando el notición desplazaba a los políticos y a los tijeretazos. A lo mejor no era tan descabellada mi broma. A lo mejor Einstein no ha sido derrocado del todo (hay que decir que ya sabíamos hace mucho que la Relatividad y la Teoría Cuántica no pueden ser ciertas a la vez, aunque siguen siendo útiles en su escala). A lo mejor sólo hemos encontrado un atajo por el espaciotiempo. Pero eso nos serviría para saltar a las estrellas, no para borrar el presente. Como dijo alguien, la prueba de que no son posibles los viajes al pasado es que no hemos descubierto a ningún viajero del futuro, que deberían ser infinitos en número. Lástima, porque podríamos preguntarles cómo salir de esto, o pedirles que cambiaran un pisapapeles de sitio en algún despacho de hace una década, para no estar ahora pelados y esperando que se abran los siete sellos.

La física tiembla como el dinero, pero es más el tiempo de los magos y los profetas que de la ciencia. La economía era una superstición y ahora se nos ha revelado definitivamente esa realidad en los huesos. Apocalipsis significa eso, revelación. Lo que me sorprende es que, en esta época en la que se abren los abismos de todo lo que creíamos cierto, todavía algunos estén enfocados en que no se termine Marina d'Or o en que nos subvencionen el dentista. No sé si terminaremos en las estrellas o en las cuevas, pero deberíamos darnos cuenta de que lo que teníamos por verdad se ha desintegrado y hacen falta nuevos relojes, reglas y ecuaciones para el mundo. Aquí estamos, sin embargo, moviendo los pisapapeles de sitio a ciegas, perdidos en el oleaje del tiempo y el caos.

Somos Zapping: Comisarios y loros (26/09/2011)

Nodo por turnos. Dejémonos de tonterías: no ha habido gobierno ni sigla que se haya resistido a poner a sus comisarios y loros a manejar los medios públicos, a convertirlos en Nodo. Hay teléfonos que arden, hay escaletas dictadas desde la montaña sagrada, hay voces que hablan en la almohada. Las prioridades informativas, el tratamiento de la actualidad, el tono ideológico de las noticias y de la cadena, la manera en que el poder es sacado en cabalgata, todo habla de su sumisión a los partidos políticos. Nadie intelectualmente decente podrá negar eso al ver Telemadrid o Canal Sur (recuerden que aquí fue director de la RTVA nada menos que un anterior portavoz del PSOE, Rafael Camacho). Hablando claro: las televisiones públicas ya estaban controladas, sin necesidad de ningún órgano censor que se vista para eso con casulla. Por eso la reacción general ante la controvertida decisión del Consejo de RTVE me ha parecido más cínica que digna. Es cierto que Zapatero había creado un modelo menos descarado en este aspecto, pero mantenía inevitables tics. Televisión Española no está como en la época de Urdaci, pero tampoco es la BBC. A mí me parece que en este Consejo (los mismos partidos, vamos) quisieron repartir ese tradicional control, crear un método de regateo, contrapartidas o cuotas en este manejo de la radiotelevisión pública. Intentaron reglamentar o institucionalizar una trampa o pillería que nunca había sido reconocida, que funcionaba sin más con antiguos, sutiles e invisibles mecanismos, y ahí saltó el escándalo. Una cosa es que los medios públicos sean órganos de propaganda del poder siempre, y otra que se reconozca con esa ingenuidad, que haya un despacho político con letrero donde se diseñen, recosan o adornen los informativos. La verdad, me parece un poco cínico. Observen lo que dijo sobre este asunto Pablo Carrasco: “No es acertado abrir cauces que puedan suponer una intromisión en la labor periodística y afectar a la independencia”. Para morirse de risa. Esto lo dice alguien que sigue haciendo de Canal Sur una extensión del gabinete de prensa del PSOE andaluz. Lo que ocurre es que no encontramos un modelo para los medios públicos que asegure lo que, en realidad, es imposible: objetividad. La información siempre tendrá su sesgo, cosa que es lícita y saludable, pues si no todo sería unanimidad. En los medios privados, la cosa está clara, pero, ¿cómo obligar a los medios públicos a una neutralidad y una objetividad que, por un lado, se les pide por su carácter de servicio ciudadano, pero a la vez son imposibles porque chocan con la libertad, la independencia y las tendencias u opiniones de cada periodista? Difícil. De momento, lo que vemos es que, en los medios públicos, la imposible objetividad teórica unida a la inevitable mano de la política desemboca sólo en propaganda de los que mandan. Quizá no debería haber radiotelevisión pública. O tendremos que asumir que nos tocará siempre un Nodo de uno o de otro, por turnos.


Noticia con jefe. En Canal Sur no hay noticia sin jefe. Me refiero a que si se abre, como ha ocurrido, un centro de nanomedicina en Málaga, este hecho, este centro mismo, sin más, es una noticia destacada que podría dar para hablar de sus proyectos y de su ciencia. Es decir, la noticia no necesita un político. Pero Canal Sur siempre lo mete. Esta vez era Griñán, así que la noticia no era el centro, sino el paseo de Griñán, la visita de Griñán, el sermón de Griñán, el autobombo de Griñán. O en eso se queda la cosa cuando la crónica es, cómo no, de Carmen Benavides, recogecolas y poetisa de los picnics del Presidente. Por supuesto, la periodista o bordadora hacía hincapié en que “la investigación es una apuesta clave de su Gobierno” y dejaba otros floreados y convenientes guapeamientos sobre lo bien que van los parques tecnológicos y la política de investigación de la Junta. Lo que le falta a las crónicas de Benavides es un beso final con Griñán mientras se dirigen hacia la puesta de sol, hacia otra hermosa inauguración.


Referente. Vean lo que dijo Susana Díaz entrevistada por Mabel Mata, y carcajéense: “Hoy la educación pública en Andalucía es el referente al que todos los profesores y la comunidad educativa del resto de España están mirando”. ¿Se refiere a esta educación pública con record de fracaso escolar, la que el informe Pisa deja a niveles africanos, la que necesita sobornar a los profesores para que aprueben a los alumnos? Susana Díaz debería salir ya ante las cámaras con nariz de payaso, para ir preparándonos.


En burro. Contagiado por la vertiginosa fiebre de los neutrinos, Tecnópolis nos enseñó la velocidad a la que avanza la modernidad en Andalucía: nos sacaron tomates, calabacines, huevos de corral y paseos en burro. Hemos saltado al hiperespacio.

Hoy viernes: Escopeta contra Dios (23/09/2011)

A veces hay ángeles con horca, a veces hay hombres de Dios con escopeta. Juan José Cortes es un hombre de Dios al que dejaron huérfano de hija y de Cielo casi a la vez. Los ángeles ya no bajan a lavarles los pies a las novias de los dioses pero tampoco a churruscar directamente al pecador o al malvado. En realidad, eso nunca pasó. Siempre fueron los hombres los que, en nombre de los dioses o de otras abstracciones, tomaron la espada, la soga o la ley con más o menos razón, justicia o crueldad. El error de Juan José Cortés fue pensar que el Estado debía ejecutar una venganza divina en vez de hacer cumplir la ley. Su Dios quizá pueda hacer eso, aunque no lo tengo claro, pero un Estado de Derecho, desde luego, no. El dolor, la rabia y hasta la escopeta de Cortés son entendibles, humanamente entendibles. Si los propios dioses (o eso nos cuentan) sucumbieron a la cólera, mandaron cataclismos, convirtieron en sal o en polvo a los infieles, un simple hombre castigado así por la tragedia puede permitirse un momento de furia. Pero, insisto, el Estado no. No sé qué le dirá su dios a Cortés al presentarse ante él con la escopeta. Quizá que no ha sido el primero ni será el último en tomar prestados sus rayos y su ira.

Los ángeles pueden quemar pecadores, pero la ley y la política deben cuidarse mucho de entrar en ese terreno peligroso, sentimental y, sobre todo, ambiguo. Desde el principio me pareció un error que el Partido Popular se uniera a Cortés y a sus multitudes con sombra de patíbulo. Pero la dulce demagogia tienta como el Diablo y el PP hasta lo nombró asesor de Justicia, una justicia como mosaica, anacrónica, populachera, lo que me pareció mas cerca del frikismo político que otra cosa. Yo sigo sin saber qué pedía Cortés con sus firmas y convocatorias. ¿Una cadena perpetua cuando el crimen acumule un horror suficiente en los telediarios y las plazas? ¿Tribunales que dicten sus sentencias según el rugido de la calle? ¿Un infierno eterno por ley para los monstruos que rocen las trenzas de las niñas inocentes? Oyéndolo, cualquiera diría que aquí no hay castigo para los que asesinan niños. No castigo suficiente, piensa Cortés. Pero él no pedía que actuara la ley, sino su dios, su justicia total, bíblica, fulminante, la que deja sólo cenizas del malvado. Cortés se quedó huérfano de hija pero también de Dios, que no apareció, que no hizo nada por evitar su tragedia ni por escarmentar al monstruo. Y quiso que el Derecho y el Estado tomaran su lugar ejecutor y consolador. Pero el Estado no puede actuar así. Y es grave que el PP ignore esto. Cortés tiene mi compasión, pero el Estado no puede vengarse por él ni por el Cielo. Dolido e impotente, yo creo que Cortés ha sacado esta escopeta contra su dios.

Somos Zapping: Curas al revés (19/09/2011)

Más de lo mismo. La gran máquina de propaganda y atontamiento, el gran comedero de arrimados y sumisos, la televisión pública más cateta y hortera, una de las más caras y desde luego una de las más sectarias (con Tele Espe) de este país, o sea Canal Sur, presentó su nueva temporada junto a los efluvios folclóricos y pestosos del Guadalquivir. Feliz día para ellos, para los millonarios que van de recogebabas de viejitos, para los graciosos meloneros que hacen chistes de todo excepto de lo que incomode al poder, para los animadores de dar palmitas y demás aduladores de la plebe. Seguirán la copla, y Manu, y los toros esquizofrénicos de Enrique Romero, y la Andalucía de Pin y Pon de Roberto Sánchez Benítez, y Jesús Quintero cronometrando los silencios y entrevistando el alma en pijama de la gente con mucha posturita pero poca afiladura, y se nos incorpora Toñi Moreno como solucionadora de problemas (ella que siempre ha ido como de monjita de los corazones y acariciaflequillos de la gente llana), y hasta vuelven Los Morancos. Nada, lo de siempre, pero que en palabras de Pablo Carrasco, auténtico Ministro de Idiotización y Desinformación de la Junta, se llenaba de términos como “servicio público” o “cercanía”. Da igual, todo el mundo sabe para qué están allí, de dónde bajan las órdenes y de dónde salen hasta los detalles de las escaletas. Todos conocen la servidumbre y los dueños a los que se deben. Pero Marta Paneque aún se atrevía a decir que “nuestro compromiso y nuestra responsabilidad como medio público es ofrecer una información veraz, rigurosa y plural”. Este cinismo sí que es para morirse de risa, y no las pizarras de Manu subiéndose las gafas como Clark Kent. Sí, todos sabemos lo que es Canal Sur, esa televisión que da vergüenza ver y esa cara trompetería lacaya del poder político. Por mucho que la vistan de gitanilla guapa o de solaz del pueblo, así es La Nuestra. Y eso no se cambia de un año para otro.


Los pajes del Presidente. Griñán hablaba a los niños, niños con el dedo en la boca, con la mirada en los focos, niños como jarroncitos de adorno. Griñán y los niños, sentados en unos pufs, mientras el presidente les intentaba explicar que él se ocupará de que no les falte de nada. Repugnante estampa. No entiendo cómo se puede consentir que se utilice a unos pobres chiquillos inocentes para estas exhibiciones de propaganda. Por cierto, me parece que los niños pasaron un casting. Sí, creo no se pone a cualquiera a hacer de paje o angelito en la carroza del Presidente. Un casting y con permiso de los padres, supongo. Y lo digo porque vi que Arenas también visitaba un colegio pero las imágenes de los niños, tras una valla, habían sido convenientemente difuminadas. La visita de Griñán fue planeada como un anuncio de colonia y todos los niños salían bien peinaditos y colocaditos. La de Arenas parecía la visita a una cárcel y los niños, esta vez sí, eran borrados para salvaguardar su intimidad. Intimidad que digo yo que el PSOE habrá ignorado o comprado para que en la noticias de Canal Sur Griñán saliera con ese enternecedor séquito. Niños y políticos, poco hay más obsceno. Pero estamos acostumbrados a su obscenidad.


Correcto e incorrecto. No soy desde luego puritano y la obsesión cristiana por el sexo como pecado, suciedad y maldad me parece enfermiza y sádica. Pero tampoco entiendo que haya otra ortodoxia moral en sentido contrario con pretensiones científicas e incontestables. Moralmente incontestables, me refiero. Les explico lo que vi en El club de las ideas. Simulaban unas jóvenes un concurso de preguntas y respuestas y se propuso este caso: “Marta y Rubén tienen 14 años y llevan dos semanas saliendo. Quieren mantener relaciones sexuales completas. Como es la primera vez, no utilizarán medios anticonceptivos. ¿Es correcta la decisión que han tomado?”. Una chica contestó que “sí, es correcta porque al ser la primera vez, hay menos probabilidades de quedar embarazada”. La otra dijo que “estaría mal porque aún son muy jóvenes para mantener relaciones”. Pero ninguna de las respuestas fue considera “correcta” y nos emplazaron a conocer la opinión del “experto”, un psicólogo: “Ninguna de las respuestas es correcta (...) porque la primera vez que se hace el amor es exactamente igual que las demás y (...) porque no hay una edad ideal para iniciar las relaciones sexuales, lo que hay que hacer es tener relaciones de manera responsable y libre”. Responsable y libre. Con 14 años. Podría haber dicho lo mismo de emborracharse, meterse coca o montar orgías en Las Vegas. Pero lo que me alarmó fue lo de etiquetar como “correctos” o “incorrectos”, con esa seguridad y autoridad científicas, comportamientos que involucran decisiones morales, opciones vitales privadas y convicciones íntimas de las personas. Estos progres son ya como curas al revés.

Hoy viernes: Eternamente (16/09/2011)

Chaves seguirá, como seguirán otros muchos hasta que un bedel funcionario les haga la mortaja con las grapas del presupuesto, algún día. El raro es el que se va, se retira, se suicida o se hace monje o pescador olvidando entre escudillas lo que fue. Bono ya era como un coronel jubilado antes aún de hacerse a un lado para que pasara este PSOE en retirada que parece lo de Dunkerque. Coronel o quizá cura de regimiento, haciendo política de homilías, regañinas y apariciones, estando en la guerra sin estar del todo, pero con presencia venerable, sentenciosa y admonitoria. Ahora se marcha como con toda la sacristía de sus faldones y su voz a cuestas, con cierta dignidad de irse a cuidar ovejas después de haber sido pastor de hombres. La política está llena de gente de otro tiempo, pero hay quien termina dándose cuenta y hay quien no. A Zapatero, por su parte, lo despidieron en el Senado como en el entierro de una novia joven. Ha sido un político breve, romántico, enamoradizo, trágico, uno de esos políticos de romancero o copla que de vez en cuando da España. Es cierto que le tocó la peor crisis de la reciente historia de este país, pero también que decidió enfrentarse a ella emporrado y lo confió todo a la magia de los zahoríes y al tintineo de crótalos de las vestales. Fue un orientalista entre mercaderes y un colibrí entre caimanes. No dejaba de equivocarse dulcemente y un presidente no puede permitirse eso de sólo sonreír ante los cadáveres. No se va por cansancio, ni porque lo llame el Nirvana o la rueca de hilar, sino por necrosis. El país se moría con él.

Ajeno a los desastres y a la última dignidad de saber irse, Chaves seguirá. La eternidad es su oficio y su excusa, como ocurre con los dioses. Otros políticos con misión cumplida o caducada o fracasada hacen el hatillo, se van a escuchar a los pájaros, a plantar vides o a reescribirse su biografía para poder dormir bien. Pero Chaves no tenía misión sino destino, es de esos hombres que están esculpidos en su caballo como los reyes en sus monedas. Chaves ya no tiene otra cosa que su cementerio, pero ese cementerio es su vida, igual que para los ángeles que habitan entre las tumbas como gatos. Otros políticos se harán la última pagoda en un pazo, en un riachuelo o en una buhardilla. Chaves se la hará en la política, a menos que los escándalos le obliguen a decir adiós como un mortal. Hoy, con despedidas retumbando, con muertos y desahuciados que se cruzan, he puesto La canción de la Tierra de Mahler, donde está uno de los más bellos adioses de la música, un adiós a toda la vida. Se lo dedico a Chaves, que se queda. “Por todas partes y eternamente resplandece de azul la lejanía. Eternamente... eternamente...”.

Somos Zapping: Chino extraescolar (12/09/2011)

Traición. Sigue la tijera en el aire, ovni de la derechona y filón para las noticias de Canal Sur. La tijera y la educación son aún mejores que la tijera y la mantilla, suenan directamente a aserrar las patas de los pupitres de los pobres y La Nuestra no puede desperdiciar eso. No deja de tener gracia que la izquierda que se ha cargado la escuela pública, que ha conseguido que sólo los ricos puedan permitirse una educación de calidad, haga ahora trinchera ideológica del asunto. El debate es bastante bobo, pero esta izquierda de posturitas no tiene otro discurso que la bobería. Ya lo hemos dicho otras veces, pero insisto: cualquiera con sentido común se da cuenta de que la cuestión no es el dinero que se destina a educación, así contado a paladas, sino qué se hace con ese dinero, cuáles son las prioridades y qué objetivos se alcanzan. El PSOE gustará de poner su banderita en la educación, pero ha demolido la enseñanza pública convirtiéndola en guardería de gamberros y escuela de analfabetos. No se me ocurre mayor traición a la izquierda, que una vez sí supo que la ilustración y el conocimiento eran lo único que podía acabar con la distancia entre clases, que ahí estaba la revolución de la igualdad real. Ahora, en cambio, sólo intentan que seamos iguales en burrez y tapan la incultura y el fracaso con piñatas y chorraditas. Valga como ejemplo esta noticia que nos daba Canal Sur disfrutando del contraste, pues justo antes habían sacado a profesores protestando contra los recortes de Esperanza Aguirre. Nos anunciaban las novedades para el curso escolar en Andalucía y enumeraban este catálogo: “Habrá colegios 100% bilingües, la lengua china será asignatura extraescolar (!) y se inaugura el grado superior de flamenco en el conservatorio de Córdoba”. Justo lo que necesitábamos, salvados estamos ya. Centros bilingües (por cierto, ¿dónde están?) cuando nuestros escolares malamente entienden el español. Y encima van a enseñarles chino entre horas. ¿Y qué me dicen de que fandanguear sea una carrera en toda regla? ¿Todo esto es coña? No, es que son realmente así de esperpénticos. Ahora sabemos a qué dedica esta izquierda el dinero de la educación: a la propaganda, el adorno, el disimulo, la frivolidad y los vestiditos de la raza. Sus chuminadas han desahuciado a toda una generación (o a dos) y en ello siguen. Pero nada, es la derechona con tijera lo que nos debe preocupar.


Karaoke Flamenco. Canal Sur tiene un programa que se llama Flamenko, así con ka, perfecto ejemplo de cuánto les gusta (a La Nuestra y a sus dueños ideológicos) unir la complacencia racial con esa otra complacencia en la pedagogía analfabeta. En el programa cabe de todo, desde el quejío más purista hasta el flamenquito de litrona, pues de lo que se trata es de otorgarnos identidad en esa cultura diluida pero muy reconocible que pretende alcanzar desde Lorca hasta la música de los autos de choque. Conformémonos con esa cultura del remiendo étnico, parecen querer decir, ya que nos espanta la gran cultura, la universal, la verdadera. Convirtamos el folclore en academicismo y así iremos de cultos sin dejar la fogata de la tribu. Creo que en ese intento se encuadra la ocurrencia de hacer que los conservatorios tengan un grado superior de flamenco, que ya hemos mencionado. He consultado a mis amigos músicos y están espantados. Me dicen que el flamenco, al menos como se podría estudiar en un conservatorio, no da ni para una asignatura, así que lo de todo un grado superior les parece cachondeo, además de un agravio para los músicos serios. Es como si pusieran una licenciatura en recortables y la equipararan a una ingeniería, me vienen a explicar. Pero no es cachondeo, es sólo política, otra vez la sumisión de la educación a los intereses propagandísticos. Pensé que esta gente podría hacer que el flamenco fuera igual academicismo que karaoke. Luego, vi que lo del karaoke era real. En Tesis dedicaron un reportaje a las letras flamencas y nos las ponían de verdad como en el karaoke, con los rótulos rellenándose de color siguiendo la voz y muchas vocales para alcanzar la longitud de los requiebros. El karaoke puede que sea lo que le presta la ka al flamenko. Y hasta puede que sea pronto una asignatura en los institutos y conservatorios, si continúa esta locura.


La tetera. Mar Moreno debería aparecer ya en sus ruedas de prensa con el peto de Los Cantajuegos. Bailar la canción de la taza y la tetera hubiese resultado menos risible e infantil que esta humorada con la que se dejó caer en el informativo de Canal Sur: “No hay una democracia en todas las comunidades autónomas más avanzada y más reforzada que la de Andalucía”. Y una cuchara, y un cucharón...

Hoy viernes: Incivilizados (9/09/2011)

Me doy cuenta esta mañana de que hay algo que une desde el mosqueo de los trabajadores de Visteon a los conflictos eternos con los nacionalismos. Y creo que es, simplemente, el hecho de que España es un país moderadamente incivilizado. Me refiero a que el español no termina de reconocer el espacio público, cívico, no digo ya fundado por las leyes, sino simplemente definido o delimitado por ellas. La ley aquí es sólo el último policía, nadie se reconoce en ella salvo para burlarla o aprovecharse. España es un país incivilizado porque es un país básicamente sentimental. Aquí estarán antes que nada, siempre, los cojones, las melancolías, los sueños, los mitos. La ley no aparece como primera solución ante los conflictos, sino al contrario, como último recurso, desagradable, feo, cuando falla la pillería, el compadreo, la pasión, la fuerza. E incluso cuando llega la hora de la ley, esta ley se percibe que tiene que estar supeditada a algo más grande aunque impreciso, la historia, los pueblos o las variadas morriñas de clase o identidad.

Los trabajadores de Visteon queman neumáticos y van a pedirle a papá Griñán que evite que los dejen en la calle. ¿Alguien se ha planteado, sencillamente, si la ley ampara ese cierre, si la empresa tiene derecho a irse a China o a la Chirimbamba? ¿Y qué privilegio asiste a los obreros de Visteon para exigir un puesto de trabajo y los diferencia de otros miles de españoles que se han quedado en el paro? El conflicto es, en realidad, inexistente. Si la ley lo permite, Visteon puede cerrar y despedir como cualquiera. Si no, es simplemente un cierre ilegal y nada pintan ni las manifestaciones ni la petición de socorro a Griñán. Pero, claro, aquí dirían que qué tiene que ver la ley con todo esto. Sí, incivilizados y sentimentales, así somos. Y en este mismo sentido, habría que decir que nada hay tan sentimentalmente español como los nacionalismos catalán y vasco. Miren lo que ocurre ahora con Cataluña, su inmersión lingüística y sus idiomas vehiculares. ¿Leyes, tribunales, sentencias? ¿Qué es eso comparado con la voluntad de un pueblo, con el mito de una historia, con la fuerza de una identidad? Pero imaginen que cualquiera pudiera esgrimir sus particulares motivos sentimentales o históricos para negarse a cumplir la ley. Sería el caos. Sí, este caos que es España, castizo y encantador para muchos, pero que a mí me parece una maldición y la razón última de nuestro secular atraso. El español no reconoce el espacio público, el imperio de la ley, las reglas de la civilización. Su espíritu es la tribu, y su ley, sus cojones y su listeza. Los obreros cabreados del sur pobre y las glorias melancólicas del norte rico se abrazan en su común barbarie fundacional. Es la única bandera que podemos enseñarle ahora al mundo.

Somos Zapping: La puta mili (5/09/2011)

Contracciones. La derechona hace recortes, pero el izquierdismo progresista es solamente “contractivo”, como ha definido Griñán el próximo presupuesto poniendo también una cara muy contractiva en las noticias de Canal Sur. Eso de “contractivo”, que suena a estreñimiento, es sólo otra manera más vergonzante de llamar a sacar la tijera. Lo que ocurre es que para ellos hay una tijera de la izquierda, que debe de ser la de papel, y otra de la derecha, que debe de ser la de la sangre. En realidad sólo debería haber una tijera, la del sentido común, la de la sobriedad, la de la optimización del gasto. Esta izquierda, sin embargo, prefiere las etiquetas, pues de eso es de lo que vive, de la apariencia y el eslogan. Así, nos dice que la derecha recortará “derechos” y ellos, en cambio, aseguran con el dedo tieso que no van a tocar la sanidad, la educación ni el gasto social. Se trata, pues, del gasto temático, no del gasto racional independientemente del área que se toque. ¿Pero es que se puede malgastar en educación o en sanidad? Pues depende. Si se gasta en sueldos para comisarios políticos, sí. O si se regalan ordenadores a los chiquillos que no saben leer ni escribir, en vez de dignificar lo que sale de la tiza o arreglar las aulas con desconchones y los laboratorios con cables pelados. El otro día un amigo me contó que, en un conservatorio andaluz, habían contratado a dos profesores más a pesar de que los que ya había para esos mismos instrumentos apenas tenían alumnos. Mi colega me explicó que, en general, todo el proceso de contratación de interinos y asignación de plazas es caótico y la mayoría de las veces no tiene sentido. Una vez se le ocurrió preguntar la razón de estas incongruencias y le contestaron que “había un compromiso de estabilidad”. O sea, que para que los sindicatos estuvieran calladitos, se mantenían puestos innecesarios. Y estamos hablando de la educación musical, cenicienta que supura penas y carencias como ninguna. Sirva este ejemplo para desarmar la tesis de esos gastos temáticos tabúes, intocables. También en estas delicadas áreas hay un dispendio superfluo, mantenido sólo por razones políticas, que no redunda en beneficio de la actividad en sí, sino sólo de la propaganda o del conveniente silencio pacificador. Claro que meter la tijera, o simplemente reordenar los cajones aquí, sería cosa de la derechona. Lo que es de izquierdas es tener a un profesor de chelo cobrando por rascarse el ombligo, a la vez que los tabiques de los conservatorios se caen a cada trompetazo. Imaginen lo que ocurre en el resto de esta autonomía...


El rock de la escuela. Aún retenía yo en la memoria el gesto “contractivo” de Griñán y su proclama de que en los nuevos presupuestos “la educación va a ser la prioridad”; aún reflexionaba yo sobre lo curioso que resulta que, incluso con esa efusiva y dadivosa “prioridad”, la educación pública esté dando esta generación de ninis y analfabetos funcionales... Aún le daba yo vueltas a eso cuando me encuentro en Canal Sur con El club de las ideas. Y sí, tuve que darle la razón a Griñán. No se puede recortar en educación. Si no, los chiquillos de instituto se quedarían sin esta puntera asignatura que el programa nos enseñaba y que se llama, agárrense, “Grupo de rock”. En esta asignatura, nuestros jóvenes se preparan para la universidad, el trabajo o la vida tocando la batería y la guitarra eléctrica. Eso sí que es inversión en cultura y futuro, eso sí que es verdadera educación, cosa que la derecha es incapaz de ver.


Perspectiva. Todavía no habían dado los datos de desempleo en agosto (11.000 parados más aquí), pero los informativos de Canal Sur se curaban en salud o nos amortiguaban el golpe ya el día anterior. “El consejero de Empleo, Manuel Recio, ha anunciado que hay mejoras en el mercado laboral andaluz para el último tramo del año, en el que se espera la creación de empelo neto”, decían los locutores. “Lo que importa es la perspectiva, es decir, de dónde venimos y hacia dónde nos dirigimos, más allá de lo que puede ser el dato mes a mes”, decía el consejero. Me parece que la “perspectiva” lo que nos deja ver desde lejos es más bien la cara dura y el desahogo de nuestros gobernantes.


Consuelo. La pesca se muere como el mismo mar, pero el informativo de Canal Sur no se fue a Barbate a preguntar. Prefirieron enseñar la lonja de Isla Cristina, “el primer mercado pesquero de Andalucía”, donde las cajas de chocos se ven muy rumbosas. Pero lo mejor fue la imagen de un trabajador de allí que, quizá consciente de que la pesca da pocas alegrías, había colocado en su oficinilla, como castizo, diario y pobre consuelo, el póster de una señorita bastante ligera de ropa. Esta crisis parece ya la puta mili.