24 de mayo de 2012

Somos Zapping: Aló, Presidente (21/05/2012)



Episodio piloto. Mejor que el Parlamento, mejor que una rueda de prensa con los periodistas haciendo preguntas. Sí, es mucho mejor una entrevista amable en la televisión pública que controlas, sobre todo si tienes que explicar los recortes que llamas “ajustes” o “reequilibrios”, y a los que te obligan por “imperativo legal”. Para estar cómodo, para poderte explayar, para no tener que aguantar preguntas peligrosas, lo mejor es tener tu televisión pública a la que ir cuando te apetezca y te convenga, y que te recibirá como al señor del castillo. Me imagino el momento: “Nada, Pepe, esto lo explicas en Canal Sur en otra entrevista con Mabel Mata y ya está”. Y hecho. Segunda entrevista en dos semanas, para rematar el trabajo que han ido haciendo sus consejeros, que también han pasado por el sillón de los masajes según el cuadrante planificado. Ahora, los políticos no quieren que se les chiste. La mayoría suelta la parrafada y se va como si fueran Mourinho cabreado. Algunos, ni siquiera dan la cara (a Rajoy sólo lo vemos en cuadros del Greco). Y si en los Viernes de Dolores que oficia Soraya vemos dar la palabra a los periodistas, ya nos parece hasta extraño, casi una merced. Por eso, que los políticos vayan alegremente ante la cámara o el micrófono resulta sospechoso. Sólo quieren entrevistas con alfombra, sesión de manicura en los medios amigos, con el periodista limitándose a dar el pie. Griñán no fue a una entrevista, sino a un púlpito. Como estaba planeado. Y yo me acordé de lo que le hicieron a Sarah Palin: a la gobernadora de Alaska, segunda de McCain, republicana con fusil, “madre de hockey”, la cogieron en la conservadora Fox News y la destrozaron sin piedad en una entrevista que salpicó sangre. Igualito que aquí, vamos. Mejor que el Parlamento, mejor que ruedas de prensa de verdad, mejor incluso que estas entrevistas de spa, sería que Griñán tuviera su propio programa semanal en Canal Sur: “Aló, Presidente”. Se puede hacer. El otro día vimos el episodio piloto.


Duplicidades. Hay eventos que hay que contar inevitablemente desde la idiosincrasia andaluza. Por ejemplo, la final de la Champions, allá en Berlín, con el Bayern de Múnich y el Chelsea (otro Betis - Sevilla, vamos). Por eso Canal Sur mandó un par de días allí a locutores, cámaras y equipos, para que hicieran alguna crónica y nos retransmitieran el castizo partido en directo, a pesar de que también lo hacía Televisión Española. Eso sí que es una duplicidad autonómica, ver en TVE y Canal Sur la misma señal pagada dos veces por el contribuyente. Seguro que en Canal Sur pensaron que, como Mario Gómez, del Bayern, tiene leves orígenes granadinos (sus abuelos eran de allí), en realidad les salía por el mismo precio un episodio de Andaluces por el mundo. Además, nos daban la posibilidad de librarnos del soporífero Sergio Sauca, cosa que, bien mirado, no tiene precio. Qué andaluz no pagaría con gusto por estas dos amables contribuciones de Canal Sur para dulcificar tan hiperbóreo acontecimiento. Ellos gastan así, con esa alegría tan de nuestra tierra.

Bienaventurados. Entre Toñi Moreno y Andalucía directo, las penas de la crisis se convierten en alegres historias de oportunidades y esperanzas recobradas. No piensen que es triste, o hasta macabro, que en esta tierra de pobrecitos se llore de felicidad porque te pongan un plato de ducha. No, admirémonos por la generosidad de los andaluces que se reparten sus mendrugos. Tampoco se depriman si un delineante industrial termina de limpiabotas: “es el trabajo con el que soñó cuando era pequeño”, nos contarán cínicamente en AD. Andalucía cuadra en todo el refranero de la resignación y el conformismo y en todas las evangélicas bienaventuranzas. A Canal Sur eso le satisface mucho. A mí, me apena y me rebela. 


Épica. Se llama copla, con duelos, dramas y puñales en los moños, utiliza nada menos que la música de Juego de tronos para sus promos. La épica folclórica ya es batalla medieval más que neofranquista. Un respeto por la televisión de calidad, oigan. Usen Romance de valentía o así y dejen en paz las cosas serias de las que están tan lejos.


La cestilla. Cómetelo es lo más en chovinismo gastronómico desde aquel andaluz de Los Fruitis que era una piña pero se llamaba Gazpacho. El otro día cumplían 400 programas y dedicaron una como gloriosa oda verdulera a Andalucía con estos ingredientes: “Frutos del mar y la tierra de nuestra Andalucía”, “manos sabias y trabajadoras que recogen lo que comemos”, “gente emprendedora en constante innovación (!)”... Seguimos siendo ese cateto orgulloso de su cestilla con chorizos.

Hoy viernes: Resaca y comilona (28/05/2012)


“El sistema financiero español es quizás el más sólido”, dijo Zapatero en 2008. No era verdad. Y no es que nos hayamos dado cuenta ahora a base de sopapos y sustos. Ya lo sabíamos antes, pero era el tiempo de ser ciegos, ambiciosos y felices. La gente ganaba mucho dinero sin más que cambiarlo de bolsillo, la arcilla se convertía en oro cuando una grúa decía 'abracadabra', los paletillas y las dependientas se compraban adosados y todoterrenos y se hacían piscinas con forma de riñón; y las cajas de ahorro financiaban oscuramente a los partidos, les regalaban a los barandas autonómicos aeropuertos cementerio y lujos para la propaganda, y sostenían negocios sin futuro para los arrimados del poder. En Estados Unidos nadie quiso ver la mierda de las subprime y los derivados, y aquí no quisimos ver que nuestro dinero era arena y lo manejaban banqueros y especuladores que sólo miraban al día siguiente, y mandados de los partidos que lo usaban para la gloria de su sigla y su estómago. La razón es la misma: mucha gente ganaba mucho dinero. No habían olvidado la matemática, no era torpeza ni desconocimiento, simplemente se hacían ricos tan deprisa como rockeros y se volvieron adolescentes como ellos. Todo esto de ahora es una cojonuda resaca de niñatos.
            Recuerdo cuando se empezaron a levantar las torres inclinadas en la Plaza de Castilla, esa noria de autobuses sobre la que yo siempre imaginaba de chico que acababa volcándose aquel gran depósito de agua que parecía almacenar más bien todo el trigo de Arkansas. Aquella plaza ya tenía vocación de vértigo, y con aquel otro desafío a la gravedad, creo que uno salía del metro agachando la cabeza como si bajara de un helicóptero. Puerta de Europa, Torres Kio, siempre al borde de sí mismas. Ahora tienen el logo de Bankia que parece despeñarse lentamente como una cabra loca. Así de frágil y caedizo lo hicieron todo. Así era nuestro sólido sistema financiero. Salvar el sistema, como sea. Se trata de eso. Pero fueron los partidos con sus consejeros chusqueros y su sumisión al interés de sigla los que ayudaron a la gravedad a hacer su trabajo en las cajas. Vale, salvar el sistema. Pero, ¿y las responsabilidades? ¿Y los culpables? Los que tienen nombre, desparecieron ya con su dinero. Pero en el fondo de este agujero están también la financiación de los partidos y la aciaga herencia de sus faraonismos y manejos. Por eso los políticos no hablan de culpables, porque también fueron ellos. Todos ellos. Banqueros y brokers ambiciosos, consumidores irresponsables, pero también partidos políticos con las cajas de ahorros como ese bolsillo sin fondo, suyo y de nadie a la vez. Así hicieron esta crisis que nos toca pagar y penar a todos, excepto a ellos. Salvar y reformar el sistema financiero. ¿Pero quién reforma la gran comilona de la partitocracia? ¿Quién nos salva y redime de su ambición?

Somos Zapping: La isla de la coalición (14/05/2012)



Razones para la risa. Canal Sur planeó en su tertulia de la mañana una presentación o desfile del nuevo Gobierno andaluz, aunque yo creo que lo mejor para conocerlos sería montar un reality en plan La isla de la coalición. Le pegaría mucho a esta colección heterogénea de ninis orgánicos, viejas glorias, frikis revolucionarios, funambulistas de lo público, cantantes de karaoke de la política y provocadores del calentón. Me imagino las pruebas de ese reality: tragarse un insecto o un sapo para conseguir un sillón, recoger cocos para impulsar el empleo, prometer un cargo “por imperativo legal” atravesando rescoldos, enterrar los ERE en distintos puntos de la isla, pelear con un brazo atado por un trozo de presupuesto... Se les vería colaborar de mala gana para levantar un chamizo durante el temporal, pero luego en el confesionario los marxistas rajarían de la socialdemocracia capitalista y los acostumbrados al poder se reirían de los advenedizos muertos de hambre. No estaría mal, no. Pero bueno, de momento sólo nos ofrecen entrevistas a la hora de las legañas y del desayuno de Andalucía, que es así, adormilados y con el estómago vacío, como a estos políticos les gusta pillar a la ciudadanía. Griñán (perdón, Pepegriñán), habló del sentido de Estado que había en el 78 y que ha desaparecido. Supongo que por lo de la confrontación que tanto les gusta, eso de hacer oposición institucional al gobierno enemigo. También nos descubrió que el PP hace recortes, pero ellos hacen “financiación selectiva”. Menos mal. Susana Díaz, por su parte, entrevistada por segunda vez en un mes, dijo lo de siempre pero como ascendida a sargento de semana. Y a Valderas parece que lo han hecho presidente de la escalera y está ahí como intentado dignificar un cargo que sólo se ocupa de dónde se guardan las escobas. A IU, los listos del PSOE le han dado consejerías vacías de competencias y comandancias de una caja de lápices, pero se les nota muy felices con esos cargos de juguete. Felices pero extraños. Valderas no se siente cómodo en el papel y es como ver a Luis Aragonés en frac. Pero lo que más me llamó la atención de estas entrevistas fue lo que se ríe con estos políticos Mabel Mata. Ya dije que el día de la toma de posesión de Pepegriñán se le notaba el puro gozo iluminándola. Pero en esta entrevista con el presidente soltó hasta carcajadas, igual que una adolescente que hablara con Justin Bieber entre el peloteo y el coqueteo. Como si estuvieran de botellón. Me imagino que ese sincero y burbujeante gozo debe de ser difícil de disimular, pero tendría que contenerse algo más, aunque fuera sólo por estética. Mabel Mata se ríe mucho con sus gobernantes y tendrá sus razones. El resto de Andalucía tiene bastantes menos razones para la risa.


Profesor Bacterio. Según Salud al día, igual nos curan los tomates que el sol que Andalucía entera en una especie de mesmerismo de lo cateto. La salud está en el alma del andaluz y lo mismo da una pastilla que una cataplasma de ajos (pero vaya usted a la farmacia a por un antihistamínico, pensé yo una vez que preparaban un mejunje casero contra los síntomas de las alergias). Incluso da igual la magia o la chorrada, mientras sea andaluza. El otro día llamaron “tecnología sanitaria andaluza” a unos ridículos cacharros que maneja la llamada “medicina cuántica”. Por si no lo saben, eso, que ni es medicina ni es cuántica, es otra de esas patrañas urdidas para estafar a los incautos mezclando palabrejas pseudocientíficas, cachivaches con nombre de invento del profesor Bacterio y una gran dosis de cara dura. Es como lo de las pulseritas milagrosas, pero con máquinas más caras. Por ejemplo, te meten en una especie de sandwichera (“cápsula”) y allí te tienen “a  una temperatura de 37-38º” (o sea, como con una mantita en el sofá), “con un colchón especial que tiene unas células de fotón (?) que va a ir pasando por el organismo y en ese proceso lo que hace es ir limpiando el organismo”, explicaba (así de mal) uno. También te cogen la muñeca y te alumbran con una bonita luz roja, eso sí, en un ambiente como marciano. Eso, nos decían, “aporta nutrientes”. A ver: los fotones (luz, simplemente) los recibo igual al enchufar la lamparita de la mesilla y la verdad es que eso limpia y nutre poco. Pues eso, que no es más que apuntarte con linternas, afirman que sirve para tratar “artrosis, reuma, alergias, asma, estrés, insomnio y psoriasis”. Lo que parece que no cura es la estupidez. Salud al día tiene vocación humorística, pero esto ya resulta criminal. Ir a que te enciendan un árbol de navidad en la espalda en vez de al médico puede terminar no sólo en pérdida de tiempo y dinero, sino en tragedia. Los colegios médicos deberían quejarse de que la televisión pública explique como medicina esta peligrosa tomadura de pelo. Anda y que Roberto Sánchez Benítez se vaya a limpiar las meninges con la luz del frigorífico...

Hoy viernes: Los Vengadores (11/05/2012)


Hay un brutote, un vacilón, un soldado, un martillo, muchas flechas, muchos egos, una mujer mortífera y un jefe tuerto. Y todos, en difícil y problemática comandita, contra unos enemigos de fuera bastante feos, poderosos y empeñados en la destrucción gratuita. No sé si hablo de Los Vengadores o del gobierno de Griñán, la verdad.
            La mitología fundió a los dioses en copas y sólo nos dejó el dinero y la política para creer, las últimas mentiras que adorar. Pobres de nosotros, los mortales. Los políticos usan el lenguaje de los profetas y los sacerdotes, el dinero usa la magia para aparecer y evaporarse, y nos toca rezar y creer mientras chocan en las nubes sus yelmos cabezones y sus parrafadas shakesperianas. De chicos nuestra mitología era otra, la de Marvel, esos superhéroes sobrevenidos de inverosímiles y chocantes radiactividades, mutaciones, tecnologías y sastrerías. Stan Lee, “padre de todos” como Odín, lo explicó una vez: era la época del terror nuclear y todo lo traía una conveniente araña radiactiva o un experimento descontrolado con rayos gamma. El superhéroe nace de una sociedad que sublima sus miedos. Superman se creó durante el ascenso de los fascismos. Los justicieros y supervillanos de Marvel son hijos de la Guerra Fría.
            El otro día disfruté como un chiquillo con la película de Los Vengadores. Una increíble alianza (Hulk, Thor, Iron Man, el Capitán América y algunos más...) contra enemigos gigantescos del planeta. Me tuve que acordar del gobierno andaluz, que no va en mallas pero se le ve abundante en colorido y épica ante el mal pepero. Valderas lucha por no mutar de vicepresidente en La Masa, por no ponerse furioso y verde y aplastar el capitalismo. La chulería de Tony Stark anda bastante repartida entre todo el PSOE andaluz, aunque sin su genio, pero resulta fácil ver a la Avispa en Susana Díaz. El martillo de Thor está sin su guaperas, pero pesa y atiza igual y creo que lo ha tomado Elena Cortés para añadirle una hoz. El escudo del Capitán América lo usará Llera para detener la metralla de los ERE y todo lo dirigirá oscuramente, con su parche en el ojo de sobrevivido, Griñán, nuevo coronel Fury en esta Junta convertida en S.H.I.E.L.D. El enemigo y la guerra ya los conocen. Este supergrupo extravangante combatirá para vengarnos, mientras se pelean un poco entre ellos por la cosa del superego y el superpresupuesto. Sí, sublimamos nuestros miedos, los convertimos en mitología. Pero ya no somos niños. Los hombres con capa se caen como los otros, los héroes están haciendo cola en Cáritas y los buenos y los malos se parecen y se intercambian. Pero aún tenemos a Griñán para recordarnos la infancia, cuando saltábamos en pijama de cama en cama y éramos Spiderman sobre Manhattan, y éramos Hulk comiendo cropanes, y nos cargábamos al Doctor Muerte volando con la cuchara.

Somos Zapping: Los mejores años de nuestra vida (7/05/2012)



Oposición contra Babilonia. Esos discursos y debates de investidura son como una larga visita de dos días al sastre para salir al final con lo que uno ya tenía puesto. El PSOE andaluz, además, suele usar un tono de recién graduado irritante después de tantos años: siempre parece que acaban de llegar para empezar a gobernar, cuando sólo se suceden a sí mismos. O sea, nos dicen que todos los problemas se van a solucionar, pero a partir de ahora. Lo de antes es como si lo hubieran hecho otros. Y eso, en cada legislatura. Nada nuevo esperaba yo, pues, del debate, que en Canal Sur transcurría como un ensayo de la eternidad con ayuda de ujieres fantasmas. Griñán, hablando como el resucitado que es, se empeñaba en inaugurar otra nueva época, pero nos dejaba el sermón de siempre. Eso sí, ahora se ve como la resistencia a Rajoy, a Merkel, a los mercadotes y al Mal en general. Cuando clamó contra la política económica de la UE, la dictadura de los mercados y la especulación, pensé que iba a votarlo hasta Sánchez Gordillo. Este jefe de aldea gala ya no sólo quiere reconquistar España para la izquierda, sino el mundo entero que se ha  convertido en una Babilonia del dinero y la crueldad. Pero las recetas nos sonaban a vieja propaganda y a volver a estar en la luna: “la industria aeroespacial”, “las energías renovables”, “una economía más sana” (?), “la artesanía agroalimentaria”... Otra vez le van a dar un molinillo a cada parado. Parecía el de Tecnópolis. Pero sólo un visionario sería capaz de colar esta frase en su debate de investidura: “creer en la seguridad y la higiene en el trabajo”. Tan visionario que su principal medida de estímulo económico va a ser poner a los parados a limpiar bosques. Nos suena todo esto, ¿verdad? Otro Plan E con colilleros, otra vez el keynesianismo inútil que nos endeudó y otra vez las ñoñerías verderonas del zapaterismo, pero ahora con el apoyo de la izquierda bucólica, o sea, aún con más radicalidad y contumacia. Además, se atrevió a hacerle un poema entero a la ética (!!!), y citó a Camus casi como si fuera mérito educativo de la Junta. Griñán se instalaba en la oposición a Rajoy y al mundo, otra vez con una margarita en la mano. Pero con millones de rehenes.

Gollum del PP. El PP tampoco aportó nada nuevo al debate, pero lo más significativo es que se le ve perdido, desconcertado, noqueado. No es que no haya digerido los resultados de la elecciones, es que parece que no se haya levantado de la cama desde la noche de los balcones tristes. Sólo les queda el recurso impotente y patético de llamar “alianza de perdedores” a los que les ganaron, al fin y al cabo, sumando votos, que es de lo que va esto. Tiene que ser frustrante, pero eso no puede convertir al PP andaluz en un partido reconcomido, rencoroso y abatido, con un Arenas invisible y llorón, que se aparta infantilmente para no sentir dolor, como hizo al no acudir a la toma de posesión de Griñán. Arenas parece el Gollum del PP, consumido y atormentado. Quizá sea la hora de cambiar caras, gentes y cansancios. La pregunta es: ¿tienen a alguien?


Coronación. Los presidentes de Gobierno toman posesión como con algo de frío, ante la Constitución, un crucifijo en espada y la cara de naipe de los Reyes, y luego se van con la cartera a Moncloa con pinta de llegar a la mili. En Andalucía, no. Aquí, tienen que montar una coronación con guateque. En el Parlamento, bajo un gran Hércules que parecía Valderas vigilando, en un amplio salón de tapices abarrotado y con un ambiente de anuncio de Ferrero Rocher, Griñán tomó posesión rodeado de un gentío de consejeros, almirantes, cargos, carguetes, socialistas de todo el escalafón, ex varios, pelotas e invitados de una y otra orilla. Hubo otra vez prediscursos, discursos, reverencias y aplausos. Era como si Griñán se casara con su puesto principesco. Así de modesta es nuestra autonomía. Griñán se definió como “servidor público”, no mencionó la corrupción y se puso sentimentalote. Yo pensé que de “servidores públicos” está lleno el fondo de reptiles, pero en fin... También dijo que “la economía social de mercado y el Estado de las autonomías nos han permitido los mejores años de nuestra vida”. Completamente de acuerdo, sobre todo en lo que respecta a ellos. Canal Sur preparó un largo especial más propio del Hola! que otra cosa y se dedicó a loas y recapitulaciones sobre la figura y el discurso de Griñán. De “emotivo”, “denso” o “con peso” lo calificaron, destacando “la defensa de lo público” o que “Andalucía es un exponente de libertad, tolerancia e igualdad” (?). Luego, en la tertulia, en la que volvían a cantar su gloria y se hacían quinielas de consejeros, hubo poca crítica, pero Mabel Mata se reía mucho y de corazón, toda puro gozo. Pues ea, ya tenemos presidente, Papa o emperador, con coronación incluida. Eso sí, una coronación muy de izquierdas.

4 de mayo de 2012

Hoy viernes: Romance de Merkel y Valderas (4/05/2012)


 Aquí siempre hubo algún señor de pelo en ceja que se ligaba a las alemanas, esas señoritas que traen cerveza en los pechos. Se nota que las alemanas están de buen ver cuando su alemán nos parece francés, con algo quizá de cereal en la boca. Con las alemanas hemos hecho nosotros más mito que Wagner. A él le salían valquirias de voz musculada y a nosotros sirenas de playa, haciendo bomboneras en la arena con la forma del bikini. Pero siempre había un español que se las ligaba y era como un triunfo contra toda Alemania, contra su dura filosofía, contra la música de órganos de piedra de Bach, contra su historia de cañones convertidos en monedas, el triunfo que conseguía ese españolito con el bañador de isleño y el bigote empanado. Era la zarzuela contra la ópera y el oso contra lo rubio, y siempre ganábamos, nos las ganábamos, y luego hacíamos películas donde las besábamos mientras ellas cantaban “dabadaba”.

Con todo esto yo quería decir que Merkel no podrá resistirse a Valderas. Merkel se ha topado con el bandolero ligón, ladrón de los corazones y los anillos de los mercados, romántico que se lleva a la sierra un queso y una cantinera, bello salvaje que doma el capitalismo y derrite su oro con los ojos. Merkel no sabe que está vencida con la primera cabalgada del poeta del comunismo. Un hombre que sólo tiene el dinero de la luna y el palacio de la noche es irresistible. Con olor a hierba y la camisa rajada, Valderas tomará a la reina del ultraliberalismo, la raptará de sus economistas usureros, de su ideología de la continencia y el frío, y le mostrará el sol del sur que alimenta a sus hijos en los estanques y a los hombres hermanados como en una cacería de los sueños, mientras Griñán el bardo recita en las copas de los árboles que otro mundo es posible y que los pájaros no necesitan prestamistas. Y la sangre vencerá al hielo, y el vino azucarado hará reír a la gran dominátrix, y los bancos norteños llorarán su felonía.

Esta izquierda no será la resistencia, sino la seducción. Merkel y su capitalismo de faja tienen la batalla perdida, aunque no se dan cuenta aún. Merkel todavía resiste, teme al amor irremediable, a ese bandido que sabe que deseará, a la izquierda que va a conquistar su alma y su tierra desde Andalucía. Valderas cuenta con la historia, las alemanas que fueron vencidas en estas orillas, la pasión que siempre doblega a la razón, el pequeño español que termina trepando a las trenzas altas y orgullosas de esas mujeres hiperbóreas con cuerpo y ojos de minería. Merkel nunca imaginó caer así, ante el español soñador y marinero que hace una guerra que no es del dinero sino del amor. Merkel y todo el capitalismo de Europa terminarán rendidos en los brazos de Valderas. Y le cantarán algo que suena como “dabadaba”...