Pequeños protagonistas. Los niños son juguetes de sus padres, dijo una vez algún cínico, y hay domingos de familia en los que los chiquillos compiten con los cachorritos de la casa, con sus mismas gracias, caritas y curiosidad pegajosa. La televisión, que siempre aprovecha todas nuestras debilidades para su beneficio, ha sabido usarlos vestidos de viejo o de monito, de chistoso o de bailarina de cajita de música, ampliando esa costumbre hasta la canallada y el negocio. Lúcido y valiente ha estado el periodista Antonio Manfredi al criticar en unos talleres de la UNIA en La Rábida la utilización de los niños en televisión para divertir a los mayores. Niños como adultos jibarizados, obligados a ejercer sus roles pero con voz de pito, todo como volver a la gracia primitivísima de los enanos. Me encuentro con un niño torero malagueño en Andalucía directo, o con ese pequeño, espeluznante y tétrico telepredicador del creacionismo que está de moda, y me doy cuenta de que los muestran con complacencia, simpatía y gusto. Pero en Canal Sur, el uso perverso de los niños tiene un nombre: Menuda noche, circo de papagayos que todavía tienen la desfachatez de vestir de ternurismo, y en el que vemos emocionarse a Juan y Medio cuando los chiquillos forzados por el ego y las frustraciones de los padres le cantan o le tiran del bigote. “Los genios, ¿nacen o se hacen”, “nuestros niños quieren demostrarle lo que valen a David Civera”, “si tienes talento, demuéstralo en Menuda noche”, “pequeños protagonistas de la televisión”, dice la promo del programa... Los niños son juguetes de los padres y a veces, también negocio para ellos y para la tele. Les gustan esos niños reviejos, arrastrados y maleados que han sido siempre los niños artistas (les invito a ver Pequeña Miss Sunshine, maravillosa y aleccionadora película). Quizá se pregunten por qué la fiscalía de menores no hace nada. A lo mejor están esperando a que se vea envuelta una infantita.
22 de julio de 2007
Somos Zapping 22/07/2007 (aunque no lo parezca)
17 de julio de 2007
Somos Zapping 15/07/2007
Sex bomb. Ya ven las entrevistas con mimos de gato que le hacen a Chaves en Canal Sur. La radiotelevisión pública no hay quien la arregle. La nueva ley tampoco va a espantar a los periodistas babosos ni a disuadir de los telefonazos y de la cocinilla matutina de las noticias en los despachos políticos. Seguirán reinando la televisión y la radio de partido. Hace poco pudimos ver en Sexto sentido una patética discusión entre Pedro Zerolo y Soraya Sáenz, como dos capitanes a escobazos de sus melenas, donde cada uno presumía de la excelencia de las televisiones que le tocan y enmierdaba las del otro, cuando la verdad es que todas son iguales y entre la Tele Chaves de aquí y la Tele Espe de allá el panorama de servilismo y manipulación es ancho y duro como sus rostros. Precisamente en la tele madrileña nos pusieron a Urdaci imitando a Tom Jones, prueba de que del lacayismo político al cabaret hay poca distancia. Lo mismo nos encontramos un día a Tom Martín Benítez, despojado ya de sus mañanas para florear al PSOE, cantando algo de Torrebruno, un poner, en alguna tele socialista amiga. Es lo que da esto, periodistas de cámara y luego payasos tristes huerfanitos de amo. Urdaci despechugado resulta tan indecente como sus noticiarios, pero lo preferimos. También preferiríamos a Tom Martín Benítez cantando Sex bomb en vez de esas odas a Chaves como a su Eurídice.
El protocolo progre. En Canal Sur suelen tener cuidado de no pecar contra los mandamientos progres, contra su diccionario multiplicado de ñoñerías, contra su buenismo logsiano. Esto, claro, siempre que no estén en juego audiencias o sagradas tradiciones de la tierra. La laicidad huye en Semana Santa o en el Rocío, el tacto con el “género” desaparece ante las mujeres mostradas como caballos en las ferias o ante las ganas rozonas de viejos verdes de Los del Río, y así tantas otras veces. Pero ya no se salvan ni los menores, y eso a pesar de que la izquierda hiperprotectora los ha hecho sujetos de un derecho a ser intocables, igual que a ser analfabetos sin esperanza y delincuentes sin castigo. No me refiero a Menuda noche, aunque podría. Me refiero al vídeo de una agresión a una chica que Andalucía directo se ha deleitado en repetir, lo que ha merecido una amonestación. Sí, ese ideario progre está bien de estandarte. Pero siempre se saltarán el protocolo para que ganen las pulsiones morbosas de la plebe. Lo primero es la clientela numerosa, halagarla, fidelizarla, para poderla conducir luego hasta la imagen de Chaves o Zarrías en los informativos. Cualquier cosa vale, en medio, para conseguirlo.
Videoteces jesulinas. ¿Faltaba algo después de un homenaje a Los del Río y de María del Monte conduciendo un programa pantuflero? Sí, Carmen Janeiro, de profesión hermana boba, en otro de videoteces veraniegas. Canal Sur no podía defraudarnos. La más penosa tribu andaluceante siempre tiene cabida en La Nuestra.
9 de julio de 2007
Somos Zapping 08/07/2007
El científico ambicioso. Han hecho de él el nuevo andaluz del Gobierno sin serlo. “Valenciano de origen pero ciudadano de Andalucía”, decían en Canal Sur. Bernat Soria, científico que vende muy bien sus neveras vacías, llevará la sanidad con bata blanca. Es muy antigua la controversia de si en un ministerio es mejor un político o un técnico, lo que pasa es que en este caso da la sensación de que es un científico irradiado de política o un político que se aprendió muy bien aquellos tochos de Lehninger. Recordando cómo Bernat Soria alababa en los programas de La Nuestra el nuevo Estatuto andaluz, que en él sonaba a desinfectante, a cataplasma y a vacuna para todo, uno diría que quizá se estaba ya postulando para el cargo. No duda uno de su cualificación científica, pero no me gusta su docilidad con los políticos, la rapidez con la que entró en el circo del autobombo una vez que lo compraron con dinero público. Los mismos investigadores reconocen que ese paritorio de células madre de Andalucía, icono de la Segunda-Tercera Modernización, tiene más propaganda que financiación, y piensa uno si con él la sanidad española a partir de ahora va a vivir de fachadas y de enseñarnos la espuma futura de la ciencia eternamente incubada, que es en lo que parece especialista Soria. Se lo vaticinó un premio Nobel, cuenta, eso de que llegaría a ministro. Y para ello parece haber trabajado, haciendo como de hombre mutante de la Junta, asombrándonos con maravillas que sólo tienen el cartel puesto, presumiendo de los microscopios aún en sus cajas. En la televisión salió como desmadejándose de macromoléculas, delante de los logos de la Junta que parecen en verdad el aparato de Golgi. En la Junta lo ven como un triunfo de su política científica. Yo lo veo como el premio que se ha buscado un investigador ambicioso, listo y prestidigitador.
El escalón más bajo. Es insufrible, vergonzoso. Tengo que reiterarlo. Ecografías en directo, María de la O en versión taichí, chillidos verduleros, borriquitos y vacas de cartón para acentuar el ambiente rústico de una Rosario Mohedano (sorbida de la fama de sus muertos) que hipnotizaba a una gallina... Y María del Monte como arrastrando percheronamente el programa a base de relinchos. Parecía imposible que Canal Sur colocara a la audiencia en un escalón aún más bajo, pero lo han hecho. La tarde supura.
2 de julio de 2007
Somos Zapping 01/07/2007
Macarena contra Mahler. Para pasar de María del Monte a Los del Río sólo hay que saltar de lebrillo. Nada menos que un homenaje les montaron en Canal Sur a este par de ranos de lo andaluz, campeones en aquella encuesta que hicimos para elegir a los paisanos que más nos avergüenzan en televisión. ¿Pero qué concepto del arte, de la notoriedad tenemos aquí para que merezcan tal cosa estos dos matarifes del cante pachanguero, estos dioscuros de lo rancio y de la Andalucía de cortijo? Quedaría algún favor político que pagar... Ay, tengo que reconocerlo, han conseguido ponerme agrio entre Los del Río y María del Monte, lo habrán notado. Pero ha sido culpa de un brutal contraste, de una caída desde lo sublime hasta lo zafio que me ha sublevado. Justo esta semana había conseguido yo recuperar algo de aquella joya que emitió una vez la CBS, parte de los conciertos para jóvenes que Leonard Bernstein y la Filarmónica de Nueva York ofrecieron en el Carnegie Hall entre los cincuenta y los sesenta. Bernstein desvelando a Mahler tan transparente y exactamente ante unos escolares (¡apenas dos conceptos y toda su obra quedaba entendida!) que emocionaba. La lección magistral de Bernstein y momentos de la Cuarta Sinfonía o de La canción de la Tierra... Tanta belleza acristalando el mundo, que cuando volví a la televisión y me encontré a María del Monte y más tarde a Los del Río, el insulto me hizo enfurecer. Sí, de Mahler a Los del Río, con su amigo Rappel contándonos que el Papa bailó la Macarena, que su éxito se debe a “que han sido desde siempre personas”, que “son los mejores embajadores que puede tener Andalucía”. Y luego ellos mismos, revolcándose en su puerca idiosincrasia: “Somos andaluces, totalmente andaluces, que es lo más importante que se puede ser”. Qué tremenda idiotez y qué vanidad a la vez, la de los que no pueden ser más que eso, andaluces sin más adjetivo ni mérito. Pero no, eso no es ser andaluz. Eso es ser cateto, chovinista, vulgar, cacerolo. ¿Y artistas? Bueno, Los del Río están más cerca de la jamonera que de cualquier sucedáneo decente del arte, concepto que ellos nunca conocerán. Y yo sentía una pena y un asco indescriptibles, otra vez Andalucía definida a partir de sus corrales, con alegría, con avilantez, con orgullo. Puse de nuevo a Bernstein, pero ya la amargura me había vencido para toda la semana.