La Navidad, todos los mitos del frío, las ruedas del universo que se levantan, los dioses que balan, la naturaleza con rayos prendidos en el pelo. Que no se inquiete la ortodoxia creyente, que la Navidad sigue siendo pura. En la luz que pone sombreros a la ciudad (la luz, eso es lo que pedimos en esta época), en los árboles donde ahora se cuelga en plástico la esperanza de la fruta, de la vida que traerá el sol cuando vuelva de su cueva, hay una simbología más auténtica que en los villancicos donde las burras llevan remiendos y los peces se emborrachan como mosqueteros. Si consumimos, si nos hartamos de galletas y ofrecemos regalos, es para celebrar que la naturaleza no se para y que volverá la abundancia, que estamos llamando a la abundancia igual que a esa luz. Hasta las cajeras pasando dulces por sus manos tienen más sentido estos días que los nidos de ratones que roen calzoncillos. Sí, la ciudad está llena de mitos, los más auténticos y los más impostores. Rojos encendidos en el frío, campanillas que parecen dátiles, fiesta patinadora en las calles, muérdago sobre los besos como sobre cerezas, lazos en el cielo anisado, luz y más luz en sus bomboneras. La Navidad más verdadera es la Navidad pagana. La teología es un harapo añadido a sus rituales y un niño desnudo no iguala al sol en su ponchera. Me gusta la Navidad, soy un pagano. Cumplo con la tradición, enciendo velas, adorno con plata la eclíptica, quiero la bicicleta del sol y hasta escribo como cada año este artículo, el de la Navidad, que es el de siempre. La Navidad no está raptada, no se ha podrido su esencia, como dicen, porque esa esencia está en el ritmo de las constelaciones, de nuestras colmenas y de nuestro cuerpo que odia las bufandas, y no tanto en el de la mecedora de una Madonna. En todo caso, feliz Navidad, a los paganos y a los otros. Lo llamemos como lo llamemos, todos compartimos ese mismo deseo de luz, que sigue mereciendo rezo o simplemente esperanza.
27 de diciembre de 2007
Los días persiguiéndose: Navidad pagana (27/12/2007)
Somos Zapping 23/12/2007
La gracia de la mierda. Hay largas familias andaluzas como circos enteros que están ocupando las tardes de María del Monte dando una especie de estampa franquista, bíblica y granjera, de salud y alegría reproductiva. Eso de que la felicidad está en la familia es muy de derechas, y sacar a tanto bisnieto de comunión, también. El conservadurismo de esta falsa progresía canalsureña ya no se puede negar. Pero aparte esto, demasiado a menudo ve uno en esta sección unas exhibiciones de analfabetismo y montunería que no sé si dan más pena o vergüenza. Si somos así, hacer espectáculo de ello es verdaderamente una lástima y una obscenidad. Si no somos así, es que están empecinados en que lo creamos, que no hay aquí más que esa “buena gente” que no sabe ni hablar ni comportarse y que a partir de ella debemos medir nuestra autenticidad. Claro que lo que me encontré no hace mucho fue ciertamente un caso extremo: la familia de Las Carlotas, entre otras varias y sonrojantes bajunerías y vulgaridades, contando que si los niños decían palabrotas les untaban la boca con mierda. Anda que se reían poco de la gracia. Pero más repulsión que la misma mierda me produce el que nuestra realidad se defina con la ordinariez y que sea un empeño de la televisión pública el que nos reconozcamos en ello con coros de risotadas.
Publicidad. No salgo del programa de María del Monte, musa montonera de esta columna. Tengo que confesar que, con toda la publicidad institucional que nos inyecta la Junta, verdeando sus maravillas, o el Gobierno, quitándonos las alegrías y los vicios, esta forma de propaganda no recuerdo haberla visto nunca tal cual. Vale, los presentadores nos han metido en el salón colchones, cuberterías o cuadros de ciervos, y los actores de las series no es raro que aparezcan en sus mismos decorados con yogures laxantes o consolas de dar saltitos. Pero... ¿anunciarnos así una ley? Pues sí. Estaba María del Monte con su pareja de viejitos cuando en la parte superior izquierda de la pantalla apareció de repente la palabra “publicidad” y, en vez de tintes o jalea real, la señora se puso a vendernos las bondades ¡de la nueva Ley de Dependencia! Extraño, sospechoso, pero en fin, nada que objetar salvo apuntar la maldad de que, dado el público del programa, pocos acertarían a leer la palabra “publicidad” y lo tomarían pues por una sincera opinión de la presentadora. Lo que uno agradecería es que eso de poner “publicidad” en una esquinita lo hicieran también en las noticias de Canal Sur o en Tecnópolis. Puestos a ser legales...
Papá Noel contra la libertad de prensa (22/12/2007)
La sentencia absolutoria ha sido contundente, demoledora. Aún así, me dispuse a ver las noticias del viernes en Canal Sur con la seguridad de que terminaría riéndome amargamente. Y así fue. Los presentadores se deseaban feliz Navidad, los titulares se llenaban con guardias civiles maltratadores, leyes que prohibían los azotes a los chiquillos, teorías idiotas de la suerte para el Gordo, juguetes de lata, productos adelgazantes fraudulentos, belenes como códices medievales. El poder político y su máquina de cuchillas, que habían intentado amordazar la libertad de información, que habían merecido hasta una llamada de atención del Comité Mundial de Libertad de Prensa, y que habían fracasado en los tribunales como era de esperar, no resultaba una noticia destacable para Canal Sur. Pero sí lo era el que unos conductores de autobuses carecieran de urinarios. No podía creerlo. Por fin, después de todo eso y de temporales en Granada y de villancicos de despedida del Parlamento andaluz y de muertos en Pakistán y de la épica de la Champions y de la guerra montañera entre Papá Noel y los Reyes Magos, dieron la información. Breve, vergonzante, apenas 50 segundos, mientras el presentador ponía la misma cara que Urdaci cuando deletreaba lo de CC.OO. Y eso sí, destacando que “el fallo argumenta que no es exigible en la noticia una absoluta certeza o acomodación a la verdad”. Se le olvidó decir que la sentencia dejaba claro que la actuación del periódico había sido “diligente”, que la noticia trataba de “hechos de relevancia pública y sin ningún juicio de valor" y que “se confirma la veracidad de la misma”. Y me reí, amarga y sardónicamente, asqueado del torcimiento y la desfachatez de Canal Sur. Luego, volvieron a las noticias la Navidad y sus cielos almendrados y sus escalas de deshollinador hacia las estrellas. El día que la libertad de prensa luchó contra Papá Noel en la televisión pública andaluza, ganó Papá Noel. Para los demás, ganó la libertad.
Sentencia completa
Carta del Comité Mundial de Libertad de Prensa
20 de diciembre de 2007
Los días persiguiéndose: Gadafi hechizado (20/12/2007)
Gadafi hechizado, arrebatado por el arte o por sus zahoríes un poco herodianamente. Los asesinos también han amado junto a las fuentes y han tocado liras ante la destrucción, que para ellos es otra forma de belleza. Lo que se ha llamado la “banalización del mal” (ya saben, Hannah Arendt y demás), daría para muchos tapices de este estilo, con carniceros de flamenquito o de merienda. Ahora Gadafi viene como con sus boticas del desierto, pero fue un día, antes que Sadam, antes que Bin Laden, la cara de la moneda del mal, y uno recuerda que hasta algunos lo veían en las profecías de Nostradamus, iniciando el Apocalipsis con todos sus caballos. Pero el mal es otro convenio, la política internacional es un asumido cinismo, y aquí se han desvestido hoteles y se han degollado corderos ante la plata y los violines de reyes y presidentes para hacerle honores al beduino, terrorista confeso, al que protegen vestales violadas por Marte, como la madre de Rómulo y Remo. En la diplomacia, como en los palacios luisinos, todos van cagameados y con olor a puta por debajo de las galas. Ha sido por las pateras y por el petróleo, para que a Zapatero no le caigan encima los muertos de la miseria y para que Repsol pueda hacer luego anuncios pervirtiendo poemas masónicos de Kipling; por esto le abrieron a deshora cancelas y tablaos, como a los señoritos, por eso le adularon con fiesta y brujería.
Gadafi, hechizado por María la Coneja, entre la grandiosidad y el turroneo del flamenco. “Éxtasis”, lo llamó este periódico. El flamenco es como el jazz, hay que sentir el pellizco o sólo se ve como unos músicos de mudanza por su casa. A mí, por ejemplo, nunca me ha terminado de llegar ese pellizco que hizo zapatear a Gadafi. Pero sí me ha llegado, intenso, duro, con olor como de sangre en correas, el asco de la hipocresía humana, zambreado esta vez por nuestra arquitectura de herradura, nuestras noches de fogatas y nuestras mujeres con la voz de sus grutas. Me doy cuenta de que los tiranos siempre aplauden fuerte y se ven guapos entre incendios y entre artistas.
17 de diciembre de 2007
Somos Zapping 16/12/2007
Osado Manu. Le debo un olé a Manu Sánchez, al que ahora han relegado a Canal 2. Manu es un tipo con verdadero ingenio, no es el simple chistoso de las pichas que da esta tierra. Cecea sin complejos pero no castiga la gramática, y aunque tiene sombras topiquistas, su brillantez lo aleja del catetismo. Hace un par de semanas, en su programa, le estuvo dando caña todo el tiempo a nuestra miseria educativa. Yo me quedo con esta frase: “Mientras la copla tenga un 40% de audiencia, que no se asuste nadie de que estemos a la cola de Europa”. Vaya un reverendo guantazo a la propia televisión andaluza. Muy osado. Igual que cuando comentó el referéndum de Chávez: “No liarse con el ceceo... Siempre que nos riamos de Chávez será el de Venezuela, porque del de aquí no nos dejan. Tú te has reído –le decía a alguien del equipo--, pero verás la que nos va a caer”. Un olé, pues, por valiente. A ver si no le cuesta el programa. Zarrías seguro que ha tomado nota.
Compromiso. Creí que nada superaría como chiste el que hubiera un atril en forma de zeta, como una hamaca hecha de su ronquido, pero el acto que reunió en Cádiz a Zapatero, Chaves y Rubalcaba, convertido en fiesta de cumpleaños por Canal Sur, trajo aún una humorada mejor, estas palabras de Chaves: “Si nos seguimos esforzando en desarrollar nuestra economía como hasta ahora, yo me comprometo, y nos comprometemos, que en pocos años en Andalucía habrá pleno empleo”. Hombre, eso el Día de los Inocentes queda mejor...
13 de diciembre de 2007
Los días persiguiéndose: Emergencia (13/12/2007)
Ni por España, coño, ni por sus galeones, mártires o espiritismos, sino por el Estado de Derecho, por la salud de la Democracia, es por lo que estamos ante una emergencia. Y hablo, ahora sí, de Andalucía. No valen aquí ya la tibieza o el posibilismo, no valen tampoco esas trincheras de los nuestros y los otros, de la izquierda buenista o la derechona malvada, cuando todo esto está podrido, cuando los políticos que nos gobiernan parecen tener por trono sus escupideras, cuando nos toman por idiotas y nos torean como a cabestros. He tenido algo así como unas semanas de rebeldía y de asco, con los últimos acontecimientos, con las últimas noticias, y mi determinación ha sido escoger adversario, aun dándome cuenta, primero, de la dureza que hay en esa palabra, y luego, de que esa determinación estaba más allá incluso de las ideologías. Sí, porque hay algo por encima de la ideología, algo que debe ser previo, el propio sistema de libertades, la propia decencia de la Democracia. Miren a nuestros gobernantes autonómicos: cinismo de falsos pobres, sonrisas de analfabetos satisfechos, tropa de trincones y tapabocas, imperio de la propaganda, sistemática idiotización del ciudadano, larga flojera, manos en todos los sitios. Miren la Andalucía que han construido, tercermundista, infantil, menesterosa, arrodillada, dirigida, medio mafiosa, una gigantesca alacena para ellos y los suyos. Ésta es la guerra, no las izquierdas contra las derechas, sino la última dignidad de la Democracia contra un régimen asfixiante del que ya no me importan las siglas, ni los versos de los que quizá vinieron un día, ni siquiera los enemigos que señalan enfrente, sino su avilantez y su desprecio a toda decencia. Ésta es la emergencia, en esto sí nos van la libertad y el futuro. No es ningún pesimismo histórico, ni el Apocalipsis mentiroso que un partido arroja a otro. Es la justa resistencia de la ciudadanía ante los que se han declarado nuestros dueños perpetuos.
10 de diciembre de 2007
Somos Zapping 09/12/2007
La ecuación. No se preocupen, que Cándida Martínez no ha perdido la sonrisa, que la nueva Ley de Educación, después de casi treinta años, ya ha diagnosticado los problemas y, sobre todo, que en ese Encode 2007 traían todas las soluciones en unas como cajas de bombillas. Y no sólo para la educación, sino hasta para hambre. Palabras, de nuevo, del consejero Vallejo: “Es la primera generación ésta que tiene oportunidades gracias a la Red Internet de actuar en global y solucionar un problema global como es el hambre, la miseria, las grandes desigualdades sociales”. Analfabetos andaluces y pobres del mundo ya podrán estar tranquilos: Internet está ahí. Pero aún nos dejaban otro poderosísimo instrumento, que presentaba una especie de gurú con modos de telepredicador y acento del Superagente 86, flotando en sus logotipos como entre fórmulas de azúcares: nada menos que el Instituto de Innovación para el Bienestar del Ciudadano, que tendrá su sede en el parque tecnológico de Málaga, que costará 15 millones de euros y que le dará muchas vueltas, nos decían, a esta ecuación: Personas + Conocimiento + Tecnología = Calidad de vida. No veía yo una ecuación tan hermosa desde la Identidad de Euler. Claro que lo malo es que aquí no sabemos lo que son las ecuaciones, o las usamos para sacar manteca colorá. En esta educación tan igualitaria, son seguramente las únicas igualdades que no se tocan. A mí se me ocurre otra ecuación: Idiotez + Desgana + Propaganda = Políticos que nos gobiernan. Define mucho mejor nuestro horizonte.
Vídeo
La ecuación 2.0. Recién descubierta esta ecuación mía, resulta que Canal Sur y la realidad andaluza me obligan a revisarla. No, no soy infalible. En un avance de Tecnópolis, veo a un tipo que se desliza por una cuerda mientras la reportera anuncia: “En Tecnópolis les enseñaremos cómo convertirnos en auténticos tarzanes con las iniciativas pioneras de Andalucía” (!!!). En las noticias también me entero de que, según “constata” (sic) un informe del Centro de Estudios Andaluces, aquí viviremos mejor... ¡en 2020! Un tal Eduardo Bericat, vocero institucional de la cosa, lo explica: “Se romperá el fatalismo, existe confianza en que Andalucía siga por la senda de crecimiento económico, insistiendo en que Andalucía, como sociedad buena (???), tiene que ser una sociedad justa, igualitaria, ecológica...”. Lo dicho. Se me fastidió la ecuación. Habrá que dejarla así: Idiotez x Idiotez + Desgana + Propaganda = Políticos que nos gobiernan = Televisión pública andaluza. Yo creo que ahora sí.
6 de diciembre de 2007
Los días persiguiéndose: La herencia (06/12/2007)
Todo esto me suena encantadoramente navideño, una herencia como si le llegara a un zapatero remendón o a una criadita hospiciana, cosa de ángeles intermediarios o de Frank Capra con el día dulzón. Un presidente autonómico con 3000 euros en el banco tiene que mover necesariamente a la piedad a todos esos entes encargados de repartir la fortuna y manejar la belleza de la nieve. Tras el programa Tengo una pregunta para usted, sin duda sonaron campanillas en el Cielo llamando a restaurar la justicia en la Tierra. Hasta dejaron la señal del milagro, algo como un rastro de sus alas, y que ha sido usar esa frase de Chaves afirmando que nunca había recibido una herencia para que, al caerle precisamente una, reconociera en ello la intervención divina. Justicia poética, se llama eso. Llega el tiempo de los milagros, en el que cantan los peces y se peinan las estrellas, en el que los árboles se convierten en dulce y los pobres se hacen violines con los zapatos, en el que las manos del Cielo dejan en la tierra sus anillos y patinan los ángeles por los tejados. Un tiempo de milagros para los hombres de buena voluntad, que verán que les vienen herencias y les guiñan el ojo los muñecos de nieve. Todo es posible en esta época, y yo creo que igual que unos pidieron herencias, otros pidieron un infinito candor. Y se les concedió.
4 de diciembre de 2007
Somos Zapping 02/12/2007
La élite de la burricie. Un buen ejemplo de cómo es la educación en Andalucía lo tenemos entre esas pelusas de sofá humanas que son los concursantes de Gran Hermano. Que alguien destaque en ese programa por su burricie ya es pertenecer a la élite de las élites, y eso lo han conseguido dos gemelas sevillanas de melena tan suelta como sus diarreas cerebrales. Ya les hacen especiales, como el que les dedicaron los benditos canallas de Sé lo que hicisteis, sólo con los insultos al lenguaje y a la inteligencia que van dejando en sus despatarramientos: “Sofales”, “pacencia”, “deshacío”, “distrayó”, “culo operativo” (por operable, quizá) y así. Eso cuando no utilizaban raras medias angulares diciendo que alguien había dado “un giro de 120 grados, 160 ó 480, no lo sé”. Uno de los colaboradores del programa de Ana Rosa Quintana llegó a afirmar con razón que hasta un extranjero que también habita esa casa de negados, y que habla como los vendedores callejeros de collares, manejaba el castellano mejor que ellas. Lo peor es que habría que reconocer que estas gemelas no son un caso raro en nuestra tierra, sino lo habitual. Pero sin duda son así porque a su instituto no llegaron a tiempo los ordenadores del TIC.
Sueños de pobre. Todavía puede el programa de María del Monte dar nuevos sustos, ascos y penas, y no me refiero sólo a ver aparecer a Maite Cadaval como travestida de sus hermanos, sino a una lástima más profunda que sentí al comprobar cuáles son los sueños de los andaluces, que son sueños de pobretón. Una señora de Alhama de Granada sólo quería hacerse una foto junto a la Giralda y allí la llevaron en coche de caballos y con mantilla. “Parece que estoy en un cuento de Cenicienta, que soy una estrella de cine”, decía la pobre. La Giralda como algo exótico, tan lejano como el Taj Mahal, ilusiones tan humildes como imposibles para ellos, para tantos andaluces. Qué pena.
Sin tópicos. El informativo de Canal Sur lo había anunciado como un evento sobre cultura andaluza en Munich, organizado por el gobierno autonómico, que quería dar una imagen “alejada de los tópicos”. Pues menos mal, porque salieron farolillos colgados, mozas con traje de gitana bailando con abanicos detrás, jamón y manzanilla, fotos de nazarenos, toros de Osborne en miniatura y señoritas como anuncios de Tío Pepe. ¿Qué harán cuando quieran ponerse tópicos?
29 de noviembre de 2007
Los días persiguiéndose: El alma de las células (29/11/2007)
Han abierto ahora una investigación penal contra el Banco Andaluz de Células Madre porque alguien ha vuelto a acusarles de asesinar almas o sus microscópicos cubículos, algo así como de matar niños en su fase líquida. Los preembriones les parecen víctimas herodianas y unas completas almas enrejadas que ya son objeto de moral, de crimen o de perdón. Sin embargo, esto es sólo una opinión fruto de una concepción religiosa particular de la naturaleza humana. Yo, por ejemplo, tengo otra. Pienso que la moral sólo implica a los seres sensibles y que debe buscar la manera de que los humanos vivan minimizando su sufrimiento y garantizando además su libertad. Pero la capacidad de sufrir y de ser libre implica sensibilidad y consciencia. Luego hacer moral con seres que no son ni sensibles ni conscientes sería como hacer moral para las piedras. No puedo medir la condición humana ni en la ecuación de un código genético ni en un sello que ha puesto sobre la química del carbono algún dios. Veo al ser humano cuando siente, actúa, piensa, sufre, anhela. Frente a los derechos de un conglomerado de moléculas, yo antepongo la sanación de los enfermos y la disminución de su sufrimiento. Poco me pesa ante esto el alma imaginada de unas células nadadoras. Dirán que, claro, es sólo otra opinión. Cierto. La cuestión sigue siendo, pues, cómo debe manejarse la ciencia cuando se acerca a tan delicado terreno. Y en este sentido creo que la ley debería favorecer el bien público antes que dogmas tan parciales, discutibles y mal fundamentados.
Defienden la vida, dicen. Pero yo diría que no, simplemente defienden el señorío y la simiente de su dios, igual que cuando rechazan los métodos anticonceptivos (el mandato bíblico de la reproducción sólo pretendía hacer los ejércitos de su tribu y de su dios más numerosos). Defienden la vida, qué curioso, los mismos que han justificado cruzadas o gustan del linchamiento de los pecadores, para los que tienen preparado un nada amable infierno aquí o en otro lado. Pero defender la vida es acabar con el dolor de los vivos más que buscar en las jeringas limbos para el alma de las células. Y seguramente es también desembarazarnos por fin de la dictadura de los espíritus, la que quieren imponer en lo público tantos que viven en ella felices, salvajes y ciegos.
26 de noviembre de 2007
Somos Zapping 25/11/2007
Tapa borbónica. A la infantita Sofía ya le han dedicado un pan en un horno madrileño, y no es el primer caso de ternurismo gastronómico-monárquico, ni mucho menos, desde aquella panadera del emperador que hizo Romy Schneider. Es la forma que tiene el pueblo de bajar la realeza a sus fogones, a su mesa, una mezcla de vasallaje y paletismo, como una adoración de pastores. No podía tardar la borbonada del “por qué no te callas” en tomar su sitio entre el pueblo castizorro y plebeyo, y, a la par que triunfa el politono, un bar sevillano, según nos muestra Andalucía directo, ha diseñado una tapa inspirada en el suceso. Tiene chacina ibérica con dos huevos, un revueltito y la bandera de España encima hecha de chorizo y queso. Hasta Buenafuente se cachondeó del tema y para igualar el absurdo, decidió bautizar con esa misma frase un escalón de su plató. Pero a uno le parece que en esta chorrada de la tapa hay bastante más que homenaje o babosería. Nuestra cultura es la de los pícaros, y en Andalucía, tierra de hambre, aún más. Como vendedores de reliquias, aprovechamos las supersticiones para vender; como sablistas, usamos las desgracias y las alegrías para que nos fíen en la taberna. No es patriotismo lo de esta tapa, es que estamos en Andalucía y ésta es la tierra de sobrevivir con lo que va cayendo, del forastero que llega y de la moda que buscan los tontos. Da igual una tapa patriótica o un cuadro flamenco de sosos para los guiris.
El cucharón. Era una escena de cementerio, Paco Lobatón entrevistado por Joaquín Petit. La afición a la carne putrefacta de uno y las fantasmadas de buhardilla del otro, en un aquelarre televisivo. En Canal Sur no sabe uno nunca cuándo lo que sale es actual o antiguo, pero me estremecí cuando Paco Lobatón dijo que estaba muy ilusionado con un “nuevo programa”. ¿Otra de sus casquerías en La Nuestra, quizá? Qué suerte tienen los dos. Paco Lobatón y sus pajarracos hurgando en los estómagos, Joaquín Petit y su patético onanismo con micrófonos, siempre tendrán sitio en su televisión amiga. Da igual la basura o la idiotez que ofrezcan. Hace mucho que les dieron el cucharón, para que se hartaran.
22 de noviembre de 2007
Los días persiguiéndose: Extremismos (22/11/2007)
Hemos visto a los franquistas en su 20-N, la España con boina, crucifijo y bayoneta que sólo se viste de ella un día al año y que ya no da ni para llenar una plaza. Pero el franquismo no está muerto porque no era Franco, sino otra cosa de la que Franco sólo era su monja. El franquismo es la novia de la Patria, la Religión en su fragata, los cojones con correas, y esto, en este país embalsamado en su historia, tiene todavía otros escapes, otras formas, otros conversos. Igual que su extremo opuesto. En Granada unos supuestos antifascistas salieron a demostrar su ideología que resultó ser otra hoguera diferente de muebles. Yo también soy antifascista. Lo que habría que preguntar a estos antifascistas chatarreros es si son demócratas, porque a lo mejor también vienen de otro siglo, son otro siglo como si llegaran de Waterloo, tanto o más que los fachas. Con mechones del Che y cuellos de Mao y cucharones de Lenin se levantan otros paredones y otro Estado o anti-Estado tan contrarios como indistinguibles del fascista. También tienen ellos su historia, hay historia para todos cuando España está gorda de sus siglos inconclusos. Son los extremos, dicen, claro. Pero hay muchos extremos. Ortega y Gasset ya nos previno sobre esto. Para Ortega, el extremismo significa enfocarlo todo en una tarea, en una obsesión, en un problema, o sea, renunciar a analizar lo que nos rodea como totalidad, como complejidad. Es la simplificación maniática y ciega. El extremista todo lo reduce a la Patria, la religión, el campesinado, la propiedad, la ecología o lo que elija su extremismo. También hay un extremismo de la historia, y es el que maldice a España: que en la historia, sus justas, sus cuentas, su peso, su bendición, está todo. Empezar a hacer historia, no seguir en su repaso, en su responso, es lo que necesitaríamos. Pero viejos fueros y lápidas, viejos soldados y herreros, los extremistas de la historia en varios disfraces, arrastran España con su roña monumental, ideológica, melancólica y podrida, como una gran tortuga de siglos.
19 de noviembre de 2007
Somos Zapping 18/11/2007
Buenas personas. Salían primeros planos de las bocas de los locutores y las buenas personas llamaban a otras buenas personas como pidiendo un beso. Sí, porque la propaganda de Radio Andalucía Información decía que el periodista tenía que ser “buena persona” y eso los oyentes lo reconocían, lo necesitaban y lo buscaban. O sea, que las buenas personas y los buenos periodistas eran ellos y los buenos andaluces que lo sabían eran todo su público. Viva yo y viva mi gente. El periodismo, que es un sacerdocio, sí necesita buena gente, pero aún más necesita valientes, independientes, rebeldes, inconformistas, que es lo que desde luego no hay en la radiotelevisión pública andaluza. Amamantados por el poder político, sumisos con él hasta la babosería, todavía se ponen como modelo de bondad y profesionalidad. Y sin embargo, a la prensa libre, a los periodistas que no lamen zapatos, tan escasos en esta tierra, a ésos son los que critica Chaves en sus discursos y los que hasta lleva a los tribunales por ejercer su profesión, como ha ocurrido con Paco Rosell y Javier Caraballo. “Buenas personas”, se llaman ellos mismos los de una emisora cuyos informativos son la agenda de los consejeros de la Junta, los de esta radiotelevisión pública al servicio perruno del poder. Hay que joderse.
De lujo. Ante un guiri que se está comiendo una rebanada de pan con aceite y diciendo “wonderful”, el buen andaluz, como la señorita de la publicidad institucional, lo que debe decir es “qué wonderful ni wonderful: de lujo”. Aunque parezca mentira, no es que la Junta haya hecho publicidad de cómo ser cateto, sino de productos andaluces, aunque unir lo uno con lo otro resulta bastante efectivo. Pero esta campaña con tanto lujo de jamones (lo del lujo es expresión de pobres, de ahí que el eslogan nos pegue tanto) tiene otras enseñanzas. En el último anuncio que he visto, dos puestos vecinos exhiben su mercancía de tomates idéntica y sólo el que los proclama “de lujo” atrae a la clientela. Perfecto. Si la moraleja del primero era el orgullo del catetismo, en éste es que no importa lo que se venda sino la propaganda que se le haga. Como para negar que son de la Junta...
Ver vídeo del anuncio15 de noviembre de 2007
Los días persiguiéndose: La borbonada (15/11/2007)
Una simple cuestión de educación no es un debate sobre la Monarquía ni sobre los viejos oros de España ni sobre la melenita regatista de Aznar ni sobre el acomplejado ceceo de Zapatero por el mundo, pero eso es lo que están haciendo aprovechando la borbonada. Todo sirve para esta reyerta de los partidos que ya van haciendo demasiado largo su recreo de tirachinas. Rajoy acusa a Zapatero de haber fortalecido a Chávez acementando su cara y nuestro Chaves hace de alguna manera equivalentes en la pelea a Rajoy y al dictadorzuelo venezolano. También, ante el regreso de esta real figura paterna encojonada, después de tanto tiempo sirviendo de abuelo de las Navidades de España o de otra estopa para los mecheros de los idiotas, vuelven los medios a resaltar ciertas avilanteces republicanas. Así, nos recuerdan que ya son varios los ayuntamientos andaluces que han pedido la III República. Pero tranquilos, eso en realidad no es nada republicano porque, como suelo recordar, al encalar los ayuntamientos con su ideología demuestran que no tienen ni idea de lo que es la res publica. La borbonada, como todo lo que ocurre en este bendito país de garrotes colgados, ya está haciendo bandos. Y en esos bandos hay quien parece carlistón, quien es acusado de facha, quien fuma mazorcas con los indígenas, quien ha encontrado al padre tras su siesta o quien se ha dado cuenta de que no quiere padres. Yo soy de los que no quiere padres en el Estado, pero el justo cabreo de un particular me sirve igual que el de toda una pinacoteca con gorguera. Lo de Agamenón y su porquero sigue valiendo, aunque no se dividan los siglos en borbonadas.
12 de noviembre de 2007
Somos Zapping 11/11/2007
Circo de gordos. Son unos gordos cada vez más gordos y unas exhibiciones impúdicas de su morbidez como un funambulismo inverso, el de mostrar con todos sus cacharros cuán exageradamente gordo se está. María del Monte quizá está compensando con ese tamaño de los gordos de su Operación kilo una tarde con menos presencia, desde que ese ratito suyo de antes del informativo, el de su concurso con sevillanistas levemente limosneros y marujas en pos de una minicadena, lo ocupa el resumen de Se llama copla (hubo un día en el que llegué a verla, más que repetida, trinitaria, cuando al concurso acudió una tal María de la Colina y hubo como un encuentro de gemelas de moño, folclore, mofletes y nombre). Los gordos le compensan, pues, aumentando la densidad del programa o combando el tiempo como las estrellas muy masivas. Para acentuar este efecto, María del Monte no se contenta con que aparezcan el señor o la señora sobraditos de arrobas contando su problema. No, hay que ir hasta el espectáculo del asco, hasta el borde de la vomitona, como el gordo de los Monty Python en El sentido de la vida. Si una chica cuenta con orgullo que desayuna tres o cuatro veces durante la mañana (dos tostadas de pan de pueblo, un paquete de donuts y una baguette de a metro, todo antes de sentarse a almorzar), el programa nos lo va poniendo por delante para que el estómago se nos achique y la glotonería de la moza se nos traduzca en arcadas. Si la chica se comió una vez una tarta de 50 centímetros de diámetro enterita, allí nos la sacan. Tampoco basta con que el gordo nos diga lo que pesa, sino que hay que conducirlo hasta una báscula industrial donde parecen reses y sus kilos un precio. O sacarnos sus pantalones como sábanas tendidas, o pedirles que cuenten cómo no son capaces de abrocharse los zapatos, qué risa. Un circo de gordos. El que les faltaba.
La Virgen lotera. En la idiosincrasia del andaluz, no puede faltar su proverbial superstición. Por eso Andalucía Directo se fue a Santiponce, a contarnos con alegría y casticismo que la gente anda loca comprando para la lotería de Navidad el número de la fecha de la coronación de su patrona. “Dame uno de la Virgen, que este año nos toca”, pedían las señoras, besando luego el décimo. Qué inocencia, qué candidez. Qué pena.
5 de noviembre de 2007
Los días persiguiéndose: Viudo de izquierda (05/11/2007)
Izquierda Unida es la izquierda desubicada, pelona en sus mitos, confusa de tantos herrajes, que va muriendo del nuevo siglo como los telegramas y no se da cuenta. Aquí, Rosa Aguilar pronunció la palabra mágica, refundación, pero la han ahogado pronto entre tribus de novecentistas, afiladores de hoces, cheguevaristas de puestecillo, compañeros del metal, románticos del porro, viejos de puño escayolado, apedreadores de duquesas, flautistas de la izquierda, comunistas de calcetín. Hay como un miedo de matar a los abuelos, de quedarse sin canciones, de vender sus antiguas máquinas de coser heredadas. Así dan una tristeza de circo sin sitio, de viejo circo que sobrevive con payasos orinados y leones con moscas, fuera de tiempo, de moda, a otra velocidad que no es la del mundo, sino la de sus carretas como jaulas y la de sus músicos malos, lentos como factores de estación. Llamazares ha ido bebiéndose su formol, matándose con su partido como un borracho en las últimas. Y ahora, una nueva candidata, Marga Sanz, manda una carta a los militantes en la que llama a un “proyecto de Estado puesto al servicio de la mayoría social” (!) y hace suyas estas palabras de Rossana Rossanda, comunista italiana de posguerra: “La izquierda, o es anticapitalista o no es izquierda”. Esta es la renovación de Izquierda Unida, un embalsamamiento sobre otro. Por eso estoy viudo de izquierda. La mía sería una izquierda laica, republicana, respetuosa con las libertades individuales, que olvidara a los dictadores con guerrera, que enterrara a sus santones, que supiera administrar la solidaridad sin abolir la propiedad, que buscara el progreso sin internarnos en comunas, que se diera cuenta por fin de que el Estado no tiene que ponerse al servicio de la “mayoría social”, sino al servicio de todos, que eso es lo público. Pero me parece que estoy viudo de una izquierda que nunca ha existido. Sólo veo el mismo desfile, apestoso y patético, de momias con bieldos.
Somos Zapping 04/11/2007
Besapiés en la radio. El logo de Canal Sur le coronaba la calva a Chaves como las potencias de los cristos y pensé que aquello quedaba muy propio en el besapiés que le volvía a montar la radio andaluza. El cartelón de Canal Sur como una hornacina para el santo patrón, como el armiño de su majestad, mientras Tom Martín Benítez le hacía la entrevista como un gato que se le arrimaba a las piernas, o al menos así sonaba. Verlo (pusieron las imágenes, cómo no, en las noticias de La Nuestra) le daba al momento ese punto de desayuno o palanganeo en palacio que se pierde en la radio. Entre otras cosas, Chaves dio la fecha de las elecciones andaluzas, que es también la de las generales, y alabó a Gore llamándolo “líder del cambio climático”, como dándole la vuelta a su misión redentora. Pero no pude prestarle atención. Todo mi ser estaba ocupado sintiendo el inmenso asco de la servidumbre de los medios públicos ante el poder político.
Premio para la vergüenza. Parece que capitanean el espíritu de esta tierra con la pringá del puchero y quizá por eso les han dado un premio en las Jornadas Gastronómicas de Andalucía en Madrid. Concretamente, por “sus méritos como difusores de los valores andaluces”, según decían en las noticias de Canal Sur. Estamos hablando de César y Jorge Cadaval, o de esas croquetas que forman cuando se juntan y que se llaman Los Morancos. Así que Andalucía no sólo tiene ciertos valores propios, sino que curiosamente coinciden con esos valores de freiduría que ellos encarnan, toda esa mezcla de vocinglería, ignorancia y catetismo autosatisfecho, aderezada con bigotes de gambas, ferias de borracho, sobacos de vago y bufonería de retrete. Vaya colección de valores andaluces la de nuestros ínclitos embajadores, vaya modelo de lo andaluz el que difunden Antonia y Omaíta a base de analfabetismo, chillidos, babucheo y regüeldos. Mucha indignación cuando Vidal-Quadras se mete con Blas Infante, y aquí dando premios a quienes sólo nos hacen sentir vergüenza y pena.
29 de octubre de 2007
Los días persiguiéndose: Así en la tierra (29/10/2007)
Ante estas ceremonias de poner orden arriba y abajo, con ascensores llenos de exvotos y dulces de monja para los mártires y con diplomas para espantar los huracanes, cabe un escepticismo al que yo me apunto con matices. No cree uno que en el Cielo espere nadie su cédula de santo para empezar a patrullar por las iglesias. Lo que sí consiguen estas burocracias de la resurrección es hacer un Cielo español como el de José Luis Cuerda, el de su película Así en el cielo como en la tierra, donde la Gloria era un pueblo como castellano, San Pedro un guardia civil y la ira de Dios una señora que daba guantazos. Estas beatificaciones no moverán nada allí arriba pero aquí van haciendo crecer ese Cielo español empezando por las alcobas de vieja y por el Valle de los Caídos, donde ese abad que dice que “lo español y lo católico van unidos” y que “España se sostiene en Dios” tendrá para toda una liga de fútbol de santos patriotas o para una baraja entera de matamoros baturros. Tampoco el cambio climático me convence, ya no sólo como apocalipsis, sino sobre todo como religión, como pose política y como merchandising. Que alguien tan serio e independiente como Manuel Toharia ponga en duda estas emergencias ya sería suficiente para repensarlo. Al Gore, prieto como si guardara sus cataclismos bajo el traje, me parece lleno de fallos y sustos, y veo a muchos científicos asalonados demasiado pendientes del dinero, de la publicidad y de las cátedras que ahora se reparten para el tema. Sigo pensando que aún no tenemos escalas, que los modelos de predicción no son fiables, que no está clara la correlación del CO2 con la temperatura y que, sobre todo, nada vende mejor que el miedo y eso ya merecería cierta prevención. Por otro lado, sin embargo, sé que si los escépticos están equivocados, nos queda poco tiempo para reaccionar. El planeta no va a esperar, como los santos, a que el que manda diga si hay que revivir o terminarse de agusanar.
El Cielo se redecora y la Tierra se resquebraja o no, pero en ambos casos los políticos obtienen su tajada. Ese Cielo español está lleno otra vez de los estancos en los que vive la derecha y esta Tierra sufriente le da a la progresía un gran jardín para trabajar su propia santidad impostada (Chaves saludando a Gore en Sevilla parecía que recibía al Dalai Lama). Ya en la Tabla Smaragdina se decía que “como lo de arriba es lo de abajo, como lo de abajo es lo de arriba”. En ambos sitios hay mucho espacio aún para las mentiras, sus desfiles y sus ganancias.
Somos Zapping 28/10/2007
Vivir del milagro. Había condescendencia y conmiseración en la manera en que Telecinco daba la noticia, como exploradores ante la medicina de palitroques de una tribu. Andalucía aparecía de nuevo en su ingenuidad y su santería, en su primitivismo y su magia de cuevas. Eran unas maderas del Ayuntamiento de Órgiva que habían cogido humedad, pero los lugareños ya veían acuarelas de espíritus, caras de santos, fantasmas derretidos, presencias de brocha gorda, unos milagros bostezantes para una gente de desayuno milagrero que ya olía a negocio, según comentaba Hilario Pino. Otro Bélmez pero a la sombra del aire acondicionado, con un miedo de funcionarios como escoceses con espectros. Y me dí cuenta de que ahí estaba otra vez Andalucía. Primero, porque seguíamos provocando carcajadas. Segundo, porque nos volvía a condecorar la superstición, que aquí igual significa tener armarios poseídos por el abuelo que brujas idiosincrásicas que cristos que hablan con los futbolistas. Tercero, porque de nuevo parecía que queríamos vivir del milagro, de lo que nos manda el cielo o su sótano, de las vírgenes o dineros encontrados junto a un tronco o de un rezo que no se acaba. “Desde luego, hay que echarle mucha imaginación”, concluía el locutor. Con imaginación, cara, santones y limosnas aquí hemos hecho toda una manera de vivir y de adornarnos.
Otro friki. Mucha pose de deshollinador triste y filósofo, pero lo de Quintero sigue siendo una churrería de frikis andaluces. Ahora, un tal Mariano el Botero, que le canta sevillanas a su perra igual que el otro francés que se las cantaba a los jamones, y que hasta se calienta un poco con ella, con sus ojazos de novia y su gracioso meneo de culito. El programa ya resulta enfermizo y Quintero decae. Los andaluces, colgaos, mientras el listo siempre es un Punset de por ahí fuera. Cada vez me cansa y me rebela más.