Feria. ¿Es cultura la feria de Sevilla? Para la consejera Rosa Torres, seguramente tanto como Los osos amorosos. Para mí, pues tanto como es cultura el vudú. Este año, después de más de 15, he vuelto a pisar la feria de Sevilla, animado por buenos amigos que no sé hasta qué punto querían hacer un experimento conmigo, por si acaso me desintegraba como un vampiro al sol. Y qué quieren que les diga, la buena conversación y el tapeo los puedo tener igual sin soportar esa horrible musiquilla y ese olor a establo que pasaba a veces como en un capacho, además del pamplineo y las escalinatas a diferente altura en las que se veía posar a cada uno. En cualquier caso, no sé si resulta más dura la feria desde dentro o al otro lado de la pantalla en la que Canal Sur había puesto, como todos los años, sus mantones, rodillas de morena, jamoncito “de pegarse al riñón” (Cremades dixit) y otras aplaudidas vulgaridades. Un especial intragable con la aceitosa María del Monte y el alfarerismo etnocentrista de Rafael Cremades apestiñaba la noche y, en la pena por nuestra eterna reducción al folclorismo, sólo me hizo reír escuchar a no sé quién cantando esta ridiculez: “...que te mires al espejo antes de criticar a otra persona, a mí me han despellejao...”. Y con razón, hijo... Pero mejor fue Contraportada, no por la exhibición de nudos gordos de corbata, patillas de hacha y méritos de hermandades al conseguir una caseta (“Tú también te tienes que hacer de la Hermandad del Rocío de la Macarena”, le aconsejaba Inmaculada Casal a un invitado). No, es que volvimos a ver a la consejera Rosa Torres teorizar sobre la cultura patria: “Alegrándonos con la alegría (sic) y la felicidad de todos los que vemos por la calle, porque la fiesta es sobre todo un lugar de encuentro entre amigos y para la diversión, y para una consejera de Cultura, que todos los días trabaja para ver si hacemos a los andaluces más felices, este momento es muy satisfactorio”. Cuando le preguntaron si la gente la paraba por la feria para pedirle cosas (¿?), la consejera contestó: “Las peticiones vendrán cuando termine la feria y baje el nivel de felicidad y de satisfacción que se vive”. Después de esto, uno se pregunta: ¿Qué es lo que ofrece la consejera de Cultura? ¿Marihuana?
30 de abril de 2007
Somos Zapping 29/04/2007
Somos Zapping 22/04/2007
Carnalidades. Ha pasado de una desnudez de tendera a una desnudez de tenista, a la vez que pasaba de la finura a las taquillas camioneras y del arte por el arte a sus tetas bien tasadas en Interviú, que siempre ha sido la salchichería de tetas de toda España con la que además aquí se hizo la Transición entera, la Democracia que se podría resumir en evolucionar de la Cantudo a la Pataky. La concejala pepera de Lepe se ha paseado desnuda de nuevo por las televisiones como dejando un reguero de arena desde sus orificios, y a uno, que no es nada puritano, le parece muy saludable para la vista y hasta para la política ver a esta buena señora hacer campaña en pelota. Esto cura enseguida la crispación (mientras que a Esperanza Aguirre no le dé por imitarla, claro) y cambia la imagen mantillona del PP igual que la del pueblo de Lepe, llevándola de sus tópicos a un nuevo naturalismo venéreo y a esa alegría de la cosecha de la carne. Mejor que el graciosismo, mejor que la catetada, mejor que la Andalucía encendida en el folclore y los azadonazos, uno prefiere la Andalucía encendida por el cuerpo mojado de sus vecinas, que además, la verdad, a uno le hace caer en esa secreta perversión que siempre resulta de imaginar a una señora decente seducida hacia el pecado por el dinero. Todo mucho más sensual y agradable, dónde va a parar, que la patética imagen que nos deja el consultorio sexual que últimamente les ha dado por poner en La buena gente, en el que todos los andaluces quedan entre ignorantes en la cama y mal follados, aparte de bastos. A una parienta a la que el esposo no tocaba demasiado, Olga Bertoméu le recomendaba lo de aquel chiste: “A las 12 se folla esté el titi o no esté el titi”. Nada, yo me quedo con la concejala, que creo que me gusta hasta más que la Pataky, que realmente parece sólo pescada en su fría desnudez, mientras que esta chica deja traslucir todo el proceso que va desde la timidez hasta la gloriosa explosión pública de su carnalidad. ¿Puede haber algo más sexy?
El otro culo al aire. Al morbo del desnudo de la concejala de Lepe sólo le ha podido hacer sombra en televisión el morbo de una nueva operación contra el blanqueo de dinero en el entorno Marbella. Por cierto, que el culo al aire que se le ha quedado a la Junta con sus abrazos al gilismo, con su silencio o con su silbar, que es a lo que ellos se dedicaban mientras Marbella se iba pudriendo, sigue siendo negado por Chaves, al que hemos visto culpar hasta a la prensa, ya ven. Vamos, que la corrupción ha venido con los reporteros del Tomate. Malo y torpe intento de tapar una vergüenzas imposibles de tapar, aunque ahora que Yola Berrocal se presenta a la alcaldía, según nos recuerda el Gran Wyoming, quizá les queda la esperanza de que otro culo más vistoso se interponga.
Somos Zapping 15/04/2007
Sin baloncesto. Ingenua y como madrera, en la manifestación de los trabajadores de Delphi aparecía una pancarta con el escudo y los colores del Cádiz C.F. El fútbol ocupa aquí el mismo altar de fervor y perejil que los santos y los dioses estatuados. En unos domingos eucarísticos, el pueblo le da el corazón a gorditos comodones, a modelos con melenita, a leñadores malcarados que manejan toda la esperanza de esta tierra. Ya he dicho alguna vez que voy repudiando cada vez más el fútbol, que aquí es feo, tabernario, carnicero y hortera, sobre todo con esos capitanes que son Lopera y Del Nido sentados por la plebe en los orinales de sus tronos. Por eso me alegro cuando llega otro deporte a los titulares, como ha ocurrido con esas chicas de la natación sincronizada, que es un deporte de sonreír con los pies. Por eso también me enfurezco cuando ignoran otros eventos, como ha ocurrido con los cuartos de final de la Euroliga de baloncesto. El Unicaja de Málaga ha llegado a la Final Four por primera vez en su historia, tras un partido duro y emocionante contra el Barcelona que, ya ven, la televisión andaluza no emitió. Tuvo uno que buscar por los últimos canales de la tele por cable, donde hay teletiendas y tarots que huelen a lavandería mágica. Sólo por allí, en Teledeporte, cadena minoritaria y como hermanastra, pudimos ver el partido. La Nuestra tenía sus noticias embellecidas de consejeros o ponía dibujitos japoneses en su segundo canal, pero el baloncesto les debió parecer un waterpolo de señoritas que no interesa a nadie. Seguramente piensan que el baloncesto no atonta, embrutece o despista de los problemas de Andalucía lo suficiente para merecer su atención. Las cámaras se quedaron en otro sitio esperando córners, romerías o inauguraciones.
La Junta, maravilla. La Alhambra de Granada, ese sitio mágico donde el sol dejó sus acuarios y la historia sus aposentos, anda ahora en una carrera para formar parte de las nuevas Siete Maravillas del mundo, y hay un gran movimiento de ciudadanos e instituciones que nos saca la televisión andaluza en ese loable empeño. En lo que no han caído es en que la candidata perfecta para ese honor era, mejor aún, la Junta de Andalucía. Monumental, pétrea, vieja como la más vieja de las murallas de nuestra tierra, gigantesca hasta ocupar toda la realidad, perfecta y armoniosa según nos la muestra Canal Sur, unión incomparable de arte y técnica, cumbre de la civilización humana. ¿No es la Junta una maravilla? Yo voy a ver si puedo votar por ella.
10 de abril de 2007
Somos Zapping 08/04/2007
Estampas. He ido recogiendo estampas de esta semana, con algo de explorador o de entomólogo. Seguramente, el desesperado párrafo anterior ha salido de ahí. Repasándolas, me he sentido andaluz desertor o traidor, o directamente extranjero. Como los que vi en las noticias de Telecinco, incrédulos, espantados como ante un rito africano. “Mi compañero dice que son una secta”, admitía una guiri después de ver pasar una banda de cornetas y tambores con gesto de desagrado. Sonreí. Quizá sí, la secta de la pureza patria. Entre mis estampas veo a José María del Nido haciendo de costalero. Cuánta piedad y fervor en ciertos ricos turbios que van del roce con los malayos a los faldones maternales de las Vírgenes. Qué repentina limpieza de alma para algunos sujetos certeramente matones, presumidos y tenebrosos. Entre mis estampas veo al pueblo en la ternura de su ingenuidad, entre las lágrimas que les deja la lluvia. Argumentan que sus imágenes, vivas y sintientes, no han querido salir, que por algo será. Otros están tranquilos: “Nuestra advocación es la del Santísimo Cristo de las Aguas y estamos convencidos de que nos va a ayudar”. Ninguna teología puede explicar ese candor y esa simpleza. Veo también a uno de los indultados por las cofradías apelar a su extraño concepto de la justicia divina. El sujeto al que apuñaló en una reyerta se compró una moto con la indemnización y se mató con ella. “Dios está en lo alto”, dijo. Sí, el Dios que manda en el Meteosat y en las autopistas. Veo también a los legionarios portando a su Cristo como al padre y vuelvo a sonreír. Esa religión cuartelera y viril… Nada hay más viejo: las armas legitiman a los dioses y los dioses, a cambio, legitiman las armas. Los dioses siempre lo fueron, antes que nada, de los ejércitos, aunque aquí esa vetusta realidad brille como en ningún otro sitio. Veo también a Teófila Martínez ceder el bastón de mando a un Cristo, puro caleticatolicismo. En Cádiz, ese Cristo es nada menos que Alcalde Perpetuo. Sería increíble, de no ocurrir aquí. Y hay más, vanidades, chaquetitas, meapilas, medallones como corazas romanas. Yo soy extranjero. Yo, definitivamente, quiero ser extranjero.
¿Y el laicismo? En Canal Sur, todo el socialismo laico se derritió. Los respiraderos y los alelíes de los pasos abrían los informativos. Los palcos que mostraban acogían a socialistas píos indistinguibles de la derechona amantillada que tanto caricaturizan. Qué poco les importa la hipocresía… En El musical, un tal Diego Benjumea canta una cateta sevillana dedicada al Cachorro que me hace escapar de vergüenza ajena. Otra chica se arrodilla en mitad de su copla o saeta dedicada a la Virgen de su barrio. En Canal Sur saben que Dios puede traer votos igual que trae los chaparrones.
2 de abril de 2007
Somos Zapping 01/04/2007
Hombre anuncio. El anuncio con andaluz ya es una categoría como el chiste con pichas. Pero lo curioso es el anuncio con andaluz que no pretende vendernos nada andaluz, con lo que uno adivina una singularidad que tiene la condición de andaluz para la mente de los publicistas, unos poderes que se nos manifiestan gloriosamente en ese menester y que no tienen vascos o catalanes o manchegos, que nos venden sus hachas, sus embutidos o sus molinos pero no se universalizan en la tarea de llamar la atención. Ahí está: llamamos la atención. Somos chocantes, exóticos, como es exótica una japonesa sin salir de su casa o una tribu que se forra los testículos con cocos. Veo andaluces anunciando desengrasantes de cocina, yogures con magia dentro, y hasta uno, con cañero y todo, medio ahogándose en el mar para demostrarnos las bondades de ciertas fabes con almejas. Seguramente recuerdan también aquel niño del maíz Bonduelle: “Papá, que ehtoy zuándo como un poyo con ezoh focoh”. Para un coche sacan piernas de mujer o un tipo bien afeitado por el triunfo; para las compresas, adolescentes floricultoras o acuarelistas de sus braguitas... Para todo lo demás, puede servir un andaluz. Chocantes, exóticos y un tanto antiguos; ingenuos, atrasados y aun así sonrientes. Colgados en el perchero de ser andaluz, denotamos sinceridad y alegría en la nada de una lata o de una bayeta. Somos la falsa felicidad de lo pequeño, y eso vende. Somos esa pena que da siempre un hombre anuncio.
Sentarse. En las noticias de Canal Sur, querían decirnos que habían ido ya a cobrar la lotería en el propio palacio donde vive el dinero. La Comisión Mixta Paritaria, nombre idiota que no se puede pronunciar sin pudor, abría sus ordenadores como en una escena de Arrayán entre tapices, y Zarrías y Jordi Sevilla se disponían a jugar al larguísimo tenis de los políticos. Sí, lo pintaban como si hubieran ido ya con con las mulillas de cargar oro, pero las comisiones primero tienen que poner sus relojes en hora, y luego acordar plazos para acordar el sistema métrico con el que se acordará un número que llevará a otro plazo para acordar posibles fechas y así hasta que nos aburran. Esperen sentados a cobrar la deuda histórica. Sentarse, para ellos, fue toda la ceremonia del día.
Somos Zapping 25/03/2007
Americanos. Esperanza Oña me suele dar más que nada unos sustos estéticos de broches, rebequitas y peluquería; siempre hay un medallón o un tipito ursulino en ella que me distrae de sus discursos. Y es que se empeña en ir caracterizada de su ideología, por eso a uno le da la impresión de que conoce perfectamente lo que va a decir, así que se evade y se pierde en la capilla de sus colgantes. Algo parecido me pasa con las chaquetas de Antonio Sanz. Quizá lo primero que tendría que cambiar el PP aquí sea su moda, que no es moda sino todo lo contrario, algo así como vestirse de sus abuelas. Pero a Esperanza Oña esta vez la he escuchado, quizá porque sus declaraciones eran para la radio (cadena Ser) y porque en el programa de Eva Hache, que creo que tiene los ojos más listos de la televisión, sólo pusieron, para adornar el mantilleo de su voz, una imagen fija. Dijo, refiriéndose al cerrojazo de Delphi, que “con la actitud de Zapatero, que no consigue el presidente de EEUU se ponga al teléfono (...), pues tenemos ahora a una serie de trabajadores que, por desgracia, no pueden esperar que su gobierno haga una gestión diplomática”. A ver, una cosa es que el chavismo eternal de aquí nos tenga sin tejido industrial propio y a merced de las alas de aviones que nos quieran donar, y otra que salgamos a mendigar de nuevo a los americanos leche en polvo y que llamemos a Bush como al profe del recreo. Eva Hache le cantó con razón aquello de “americanos, os recibimos con alegría...”. Entre el antiamericanismo tontón y ese buscarlos como padrecitos o primos de Zumosol, digo yo que habrá un término medio que al menos nos salve la dignidad. Aquello le sonó a nostalgia de los pies por arriba de las Azores y a querencia del pelota que fue expulsado de la corte. Como andaluz, tampoco me satisfaría nada que dependiese de la caridad de Bush nuestra industria. Bastantes lacayos tenemos aquí con el PSOE como para que reivindiquemos con orgullo serlo también, con boina, de los americanos. “Olé mi mare, olé mi suegra y olé mi tía”.
“Sevilla tiene un calor especial”. Esta gracia también era de Noche Hache, a cuenta del desbarre de Luis Fernández, el entrenador del Betis, que por cierto se habrán fijado ustedes que da muy bien el tipo de mascota de jaula de Lopera. A Luis Fernández lo han pillado las cámaras diciendo de lejos a Juande Ramos, en algo como un falso aparte teatral, “cuidado, que va --o vas-- a recibir otra botella”. Demasiado peligrosos se están volviendo ya estos payasos del fútbol hispalense. Estos machitos calentones, de lengua tan floja como sus meninges, están pidiendo a gritos un escarmiento. La salud del deporte y la dignidad de una ciudad lo reclaman. Ese otro botellazo, con menos peso pero misma provocación y mala uva, no sólo merece un tapabocas, sino una sanción.
Somos Zapping 18/03/2007
Mala y buena noticia. Con la espantá de Delphi, Canal Sur opta por sacar muchas reuniones conciliares y muchos prebostes de la Junta que llegan como a un Domingo de Ramos al pueblo con hambre y sin esperanza. Pero ni derramar agua bendita ni montar confesionarios ni adornar con carpetas las mesas va a salvar los puestos de trabajo, aunque pretendan convencernos de ello. Es lo que pasa por importar industria extranjera y como paracaidista a golpe de subvención y sin garantías de nada. Claro, es que lo que prima es poder sacar pronto en los informativos colas de aviones y motores como molinos de viento, para que parezca que todo eso es de aquí y no un préstamo y una ortodoncia. Pero una noticia nos cuenta muy bien cómo se las gasta Delphi, y es que nos enterarnos de un despido masivo de trabajadores en una factoría suya de Marruecos por el tremendo delito de sindicarse y pedir un día libre a la semana. Con estos modos, seguro que los tiburones de Delphi se rinden nada más la Junta les agite delante el nuevo Estatuto con sus promesas de empelo y prosperidad. Debió de ser porque esta noticia sonaba demasiado a catástrofe y a barbas cortadas del vecino, que Canal Sur se vio obligado a compensar metiendo justo después otra información tan desmedida como sospechosa: “La economía andaluza ha crecido un 71% en seis años”, decía el locutor. ¿De veras? ¿Casi un 12% al año? ¿Cómo demonios han medido eso? Pues eso aseguraba un oportuno estudio de la Universidad Autónoma de Badalona, que allí nos conocen muy bien. Y no sólo eso, sino que además, “si la creación de empelo se sigue comportando como hasta ahora, en pocos años toda la población masculina estará ocupada”. Vaya, aquí parece que no hay paridad. Pues eso, que ya pueden estar tranquilos los trabajadores de Delphi. Y no se pierdan al Consejero de Empleo, Antonio Fernández, soltándonos esto: “Estamos en tasas ya de pleno empelo”. ¿Se habrán enterado de esto nuestros parados? ¿Pero Andalucía ha dejado de ser la campeona del paro y no nos hemos dado cuenta? Se pasaron esta vez con eso tan viejo de la mala y la buena noticia.
Somos Zapping 11/03/2007
Ironías. Hay programas de Canal Sur de los que uno termina disfrutando con ironía. Creo que es un placer morboso similar al que proporcionan algunas películas de serie Z o los espacios cofrades de las cadenas locales, algo así como el único humor que puede exprimir uno de una televisión que no tiene humor aunque le sobren muchos chistosos. Me ha pasado con 1001 noches o con Tecnópolis, y cada vez me ocurre más con las noticias, en las que también parece que hay diablillos que no pueden dejar de colar la gracia en la seriedad o en la desdicha. La base del humor está, dicen, en el absurdo y en la contradicción sorprendente, que es lo que más abunda en los informativos de La Nuestra. Cómo no tomarse con ironía la noticia de un Congreso de Jóvenes Lectores de la Generación del 27 en Vélez-Málaga, con ministra incluida, que Canal Sur nos presenta poniéndose sus gafas de cerca. ¿Pero no era con letras de Andy y Lucas como se formaba aquí a nuestros chavales? ¿No era con ese nivel de cultura de patinillo con el que Cándida Martínez se sentía tan orgullosa después de aquella evaluación de nuestro sistema educativo? ¿Todavía sobrevive la Generación del 27 a la destrucción de la enseñanza pública que están perpetrando los políticos? ¿Jóvenes lectores de Lorca y Cernuda en las camadas de analfabetos que están fabricando los institutos? Claro que el congreso era internacional, así no se notaba que en Andalucía no habría para llenar la sala. Sí, ironía, hasta llegar a lo macabro. Como la otra noticia sobre el cierre de Delphi (¿alguien se sorprende de que ocurra esto en una Andalucía sin tejido industrial propio?). “Se buscará una salida a los trabajadores”, decía la locutora después de una reunión con prebostes de aquí. No me digan que no tiene gracia: buscar una salida... Si la salida está clara: la de la puta calle. Si no fuera por la ironía, a ver cómo iba uno a aguantar ciertas cosas.