Menos mal que ha salido José Carlos Carmona, el espontáneo, el idealista sin miedo, fuera de las escalinatas del poder, que no está luchando por un reinado o una tumba gótica, sino simplemente por mostrar que hay otro PSOE, otras ideas, otro futuro para esta socialdemocracia desnortada, olvidada o corrompida. Me da algo de pudor hablar de José Carlos Carmona porque lo conozco, lo aprecio y lo admiro, y al final una columna llena de flores queda fatal. Yo me enteré el sábado de lo que iba a hacer y me quedé de piedra, como todos los que le oímos decir, así a bocajarro, que se presentaba a las primarias. Pero me pareció una locura maravillosa y uno de esos gestos valientes y desinteresados que ya no se estilan ni en la política ni en nada. Porque no sólo iba a presentarse a las primarias, como podrían presentarse otros muchos socialistas más cercanos al poder, al aparato o al comedero. No, él se presentaba de una manera definitivamente suicida, quijotesca, revolucionaria, con afán demoledor, incorporando las reivindicaciones del 15-M, proponiendo un cambio radical en esta democracia desacreditada, tramposa, venal, sucia. Como digo, me da cierto pudor hablar de José Carlos Carmona. Podría contar muchas cosa de él, destacar su altura intelectual (profesor de la Universidad de Sevilla, doctor en filosofía, escritor de éxito, director de orquesta y hasta actor), su capacidad de trabajo, su compromiso ético o su irrenunciable vocación de decir las verdades moleste a quien moleste. Pero los halagos de los amigos no deben tenerse en cuenta, así que sencillamente escuchen lo que dice, compárenlo con este PSOE que tenemos ahora y luego juzguen si no merece una oportunidad esa bella locura suya. Lo que daría por verlo debatir con Rubalcaba, idea contra idea, armado como se arma él de filosofía, erudición y un poco de guasa (“sin acritud”, diría antes de asestar el mazazo). Llegue lejos o se quede en el intento, por lo menos aparece algo diferente ante las unanimidades vaticanas de este decadente PSOE. Sigo creyendo que recordaremos mucho tiempo esta primavera de cambios y esperanzas. Mientras los partidos vuelven a desfilar con el paso de la oca, podremos contar que vimos héroes, locos, idealistas y valientes, y que todo eso fue maravilloso.
31 de mayo de 2011
Los días persiguiéndose: El espontáneo (31/05/2011)
Somos Zapping: Remangados (30/05/2011)
Programas muertos. Creí que Nacidas para cantar trataba de encontrar otra diva para llevar el clavel de Andalucía en la boca, con la figura de Rocío Jurado como mera inspiración. Pero se ha convertido en otro largo funeral de la chipionera. Imitadoras la lloran y cantan a dúo con su momia proyectada sus mismas canciones, pisando en el plató como una arena habitada por insectos y caracoles de cementerio. No sé cuantas veces seguidas se han escuchado ya Se nos rompió el amor, o Como una ola, en esa capilla oscura, tétrica y rendida a su fantasma que es el programa. Rociíto parece que está allí para recibir el pésame y se le nota mucho, cuando la enfoca la cámara de improviso, que quiere poner en ese momento cara de hija aún en el velatorio, pero sin conseguirlo convincentemente. Y sin embargo, aunque opten ya por el simple, continuo y morboso homenaje y desenterramiento de la Jurado, la audiencia cae. Otro programa de Canal Sur que fracasa, como está ocurriendo también con Saque bola, que no encuentra descerebrados suficientes que lo vean, o como La clase, que a pesar de sus tiernas estampas de profesores buenos con sus alumnos, aburre hasta a los empollones. Se están luciendo últimamente con las novedades Pablo Carrasco y Mario López, el Director de Antena. Sólo dan programas muertos, que a veces vienen hasta con el muerto puesto. Y que nos cuestan bastante más que un entierro.
Mozart con soniquete. No veía nada semejante desde que Luis Cobos le metió batería a los clásicos. En las madrugadas perdidas de Canal Sur 2, una chica, Miriam Méndez, se atrevía a añadir un palmero y un cajón a la Sonata para piano Nº 8 de Mozart, que ella creía que aflamencaba con ese singular acompañamiento, además de por tocar el piano a trompicones, con muchos parones y contratiempos forzados. “Mozart con soniquete”, se llamaba el ridículo engendro. Investigué por ahí y encontré que también ha destrozado a Bach y ha enfangado nada menos que la maravillosa Fantasía en re menor de Mozart, una pieza en la que el genio del salzburgués llega a rozar no ya a Beethoven, sino casi a Chopin. Es que para versionar o “fusionar” clásicos hace falta algo más que dar palmas mientras se arrima la banqueta. Hay que ser por lo menos Tete Montoliú, al que vi una vez jugar con Bach deliciosamente. Pero ella no es Tete Montoliú, ni siquiera Bobby McFerrin (aquello de swingin' Bach tenía su cosilla). Hasta a Lady Gaga la he visto encarar en sus conciertos la famosa Tocata y fuga en re menor con más pureza y originalidad, tocando con uñacas de bruja. Pues sí, Mozart con palmero y cajón. Quieren meter el flamenco en todas partes, pero sólo les salen blasfemias o chorradas arremangadas. Como a Mar Moreno.
25 de mayo de 2011
Los días persiguiéndose: Ecce Homo (24/05/2011)
A estas elecciones le han puesto el nombre de todos los cataclismos: Diluvio Universal, tsunami, terremoto, tormenta perfecta, Día del Juicio. El PSOE se ha quedado con Extremadura por los pelos, con Cuenca y con poco más. Y en Andalucía ya se ha visto que el sol no se precipita al mar si gana el PP. Nos fascinan las grandes caídas, los escarmientos peliculeros, los 5 a 0 al equipo matón y sobrado. La paliza ha enterrado hasta el ambiente revolucionario de estos días, cuando volvía a seducirnos la juventud con flores en el pelo que abría las jaulas de los pájaros y daba sartenazos a la partitocracia. La imagen grogui del PSOE, su sangre de Ecce Homo, el morbo del ahorcado, han apartado del foco, de momento, a la spanish revolution, pero estoy seguro de que el 15-M no ha terminado aquí. Cuando la gente se canse de mirar al muerto, volverá a caer en la cuenta de que algo fundamental falla en este sistema. Y esos infiernillos de las plazas son lo único, ahora mismo, que puede empujar a los partidos, con el tiempo, a un cambio profundo y necesario de nuestra democracia. Los que saludan ahora en los balcones con cara de aviador regresado han triunfado, sí, pero aunque llamen histórica a esta tunda, sigo pensando que un día la Historia recordará más esas acampadas indignadas que esta vuelta de la tortilla partitocrática. Lo creo, o no sé si solamente lo deseo.
Entre el morbo, la revancha y la esperanza, las conclusiones que yo saco tras estas elecciones son que tenemos un Gobierno que las urnas han repudiado, que debería haber elecciones generales cuanto antes porque creo que así lo quiere el pueblo, que en Andalucía los votos le han dicho a Griñán que no es nadie y que su Imperio eterno está a punto de caer, que el PSOE (en toda España pero aquí sobre todo) necesita repensarse y que el país todavía pide algo más que un cambio de color en los mapas. Miremos al muerto sólo un poco más, recreándonos o lamentándonos, pero luego habrá que ponerse manos a la obra. Y a ver qué hacemos entonces...
18 de mayo de 2011
Los días persiguiéndose: Democracia real (17/05/2011)
Puede que ya no nos conformemos con domingos de procesión en los que votar eligiendo sólo entre carne o pescado, con las urnas como frigoríficos de pobre, y luego volver a casa para desaparecer como ciudadano hasta las próximas elecciones, mientras los partidos hacen negocio con nuestras papeletas. Existía la tesis de que la gente es feliz delegando, abandonándose, dejándolo todo en otras manos. Es una comodidad que entronca con Fromm y aquel miedo a la libertad o a la responsabilidad. Pero parece que algo está cambiando. La Democracia no es un punto, es más bien una curva asintótica, y quizá la gente se empieza a dar cuenta. Nuestra Democracia de partidos morrocotudos no es toda ni la mejor que puede haber. Su corrupción, su fracaso que esta crisis ha dejado en evidencia, su olvido de lo público, sus pesadas maquinarias orientadas a la consecución y al mantenimiento del poder; todas estas evidencias, digo, están calando en la gente, que empieza a reaccionar y se atreve a pedir algo mejor que puede que no sepan concretar, pero que intuyen que está ahí, avanzando un poco más en esa curva de la Democracia. Hemos visto, también en las calles de Andalucía, la primera señal de que hay hambre y necesidad de un cambio. No el cambio del que hablan siempre los políticos, que es traer su sillón donde estaba el del otro, sino una radical reforma de todo nuestro sistema. Pero, ¿cómo pedirles a los propios partidos que entreguen su poder y su monopolio a estas manos desnudas y sangrantes del pueblo vivo? Y además, ¿qué hacer? ¿Listas abiertas o mixtas, cambios en la Ley Electoral, atreverse incluso con la democracia directa? Aún no sabemos qué se haría y sobre todo quién, quizá algún partido valiente o suicida como UPyD. Pero que tomen nota los políticos: algo se mueve y hay palabras poderosas y dulces tomando la calle.
Somos Zapping: Voten al de Bricomanía (16/05/2011)
Chaves vive. A Zapatero no tienen más remedio que sacarlo, aunque antes el PSOE tenga que hacer conjuros contra el gafe. Con Chaves sí es verdad que se les nota más las pocas ganas de exhibirlo. Le asignan plazas pequeñitas y yo he tenido que rebuscar por las profundidades locales de la TDT para verlo en el esplendor de sus pamplinas. Observen su análisis de la crisis, en El Puerto de Santa María, ante las cámaras de Onda Luz: “Hay que ganarle la batalla a la crisis, y estas elecciones son importantes, porque, lo digo por todos pueblos por los que voy, porque la gente lo pasa mal”. Así que hay que ganarle la batalla a la crisis porque la gente lo pasa mal. Brillante diagnóstico con el que, además, parece que sobran remedios: basta por lo visto la actitud conmiserativa del PSOE. No hace falta ni sacar a su familia, sólo atender al nivel de sus tontadas, para darse cuenta de lo dañino que es ya Chaves para su partido. Chochea, pero aún vive.
Teletienda. A IU le he visto anuncios con botijo, al PA anuncios de enamorado, al PSOE anuncios panaderos, al PP anuncios mesiánicos, pero creo que lo que más gracia me ha hecho hasta ahora ha sido la teletienda de Teófila Martínez, que vi también en una tele local. Ha dispuesto fotografías en blanco y negro del Cádiz de la etapa socialista al lado de bonitas fotos en color de lo que ha hecho ella con la Tacita. Sí, igual que en esos anuncios de máquinas de abdominales o pegamentos universales de las madrugadas, donde en las secuencias en blanco y negro se rompen las cosas o las espaldas pero en las de color el actor sonríe con su tipito cachas o la puerta por fin arreglada que le deja el producto. Es más que una ocurrencia, es toda una metáfora porque en ese espíritu de la teletienda se mueve la política estos días, o quizá siempre.
Corrupción objetiva. Ya no pueden decir que el escandalazo de los ERE es cosa de la prensa derechista o del Tea Party de la TDT. El programa de Jordi Évole, Salvados, de La Sexta, cadena poco sospechosa de arropar al PP, hacía un recorrido por los más apestosos casos de corrupción en España y no pudo dejar de visitar Sevilla. Un periodista de Abc explicó los detalles de la trama de los ERE y hasta escuchamos las famosas grabaciones del caso Mercasevilla, además de los apelativos charcuteros que le dedicaban los propios trabajadores de allí a toda esta raza de trincones institucionalizados. Con la guasa y la pachorra del Follonero, el asunto quedaba aún más sucio, descarado y sonrojante. Ya estamos objetivamente situados en ese mapa de las corrupciones que no se pueden negar ni disimular.
Gente de orden. A Jordi Évole, por cierto, lo invitó esta semana Manu Sánchez y, aunque no hablaron de los ERE, sí mencionaron otra reciente vergüenza nuestra: el caso de unos chicos gays expulsados de una caseta en Sevilla por bailar juntos. Los de la caseta les dijeron que allí eran “gente de orden”. ¿Pero todavía hay quien habla así? Feria, caseta y “gente de orden”... Ay, ese olorcillo casi fluvial de la Sevilla rancia...
Los días persiguiéndose: Arreglar el mundo (10/05/2011)
“No se trata de arreglar el mundo”, dice el PSOE en su anuncio electoral. Yo creo que el mundo le viene grande hasta al PSOE, a pesar de la vocación internacionalista de la izquierda, o al menos de aquella izquierda de la historia que ya no sabemos dónde está, acaso perdida por sus herrerías melancólicas. El PSOE, en Andalucía, es en realidad un partido de comarquitas y ranchos un poco salvajes, cada uno con sus capataces y sus vacas. Bastante tiene con atender a ese movimiento ganadero, siempre con esos conflictos de lindes, hambre de pasto, cuotas de poder y reses muertas en los ríos que dan los clanes. El clan sevillano (con sus familias), el clan jienense, el clan alcalaíno y así los demás, lo que dan es un partido del prorrateo en un ambiente de polluelos piando por lo suyo. En que no se rocen, en que no se maten, en que todos duerman comidos, se va la energía del PSOE andaluz que luego no tiene tiempo, fuerzas ni recursos para ocuparse de lo público, para gobernar en fin. Por eso, todo lo fían a dos estrategias: por un lado, propaganda de atontamiento y autobombo, y por otro, sumisión absoluta de todo el tejido económico y social a su burocracia orgánica, otorgando favores a cambio de fidelidad, que es lo que se suele llamar clientelismo. Claro que no se trata de arreglar el mundo, que nunca tuvo arreglo. Pero es que el PSOE andaluz sólo trata de mantenerse a sí mismo, de manera que lo público no es un fin, sino un medio. Y esto no ha llegado a ser así por ninguna maldad intrínseca del Partido Socialista (no hablemos como Mario Jiménez), sino por la manera en que ha ido creciendo y asentándose en Andalucía, por tantos años de poder omnímodo que iban creado una bestia cada vez más gorda y difícil de alimentar y satisfacer.
El mundo es muy grande y quizá hasta es demasiado tarde para arreglarlo. Ya no lo intentan ni los héroes, ni los filósofos, ni los políticos, ni los economistas. Ni siquiera los poetas, que son los primeros que se venden a una diputación para que les publiquen sus suspiros. Bastante hay con atender a la propia barriga, que no tiene ideales. Este PSOE no vería el mundo, o sea la globalidad, la totalidad de las cosas, que es la única manera de alcanzar algo de sabiduría, ni con un telescopio pegado a las narices. La política es pequeña y mezquina. Es incapaz de verse a sí misma y ver los asuntos públicos con perspectiva, es decir con distancia. La política es un gran armatoste erigido sobre pequeñas ruindades que empiezan en el último concejal que llega al comedero y terminan en los señores presidentes. Y este armatoste mira siempre hacia abajo, a sus pies tambaleantes, y hacia dentro, a su propia arboladura, pero no hacia el mundo, la realidad, la gente. Los partidos, en general, se han hecho demasiado grandes, demasiado piramidales, demasiado iglesia, y, como digo, ese desmesurado metabolismo basal que necesitan para su propio funcionamiento lo absorbe todo y lo que queda para ocuparse de los asuntos públicos es una cantidad de energía y tiempo residual, apenas para ir disimulando ante los votantes. Esto, que es un mal común a todos los partidos, ha alcanzado el máximo grado en el PSOE andaluz, paradigma del partido atrofiado, con tantos mantenidos y arrimados que no dejan sitio para nada más. “No se trata de arreglar el mundo, se trata de arreglar tu mundo”, dice el anuncio, olvidando que quizá es lo mismo. Las dos cosas requieren mirar a la realidad exterior y ocuparse de ella. El PSOE andaluz, menos que ninguno, puede hacer esto. Sus clanes, sus equilibrios, sus vividores, se lo llevan todo. Es como una gran ballena encerrada en una habitación, intentando seguir respirando y que no la aplaste su propio peso mientras mira por una ventana esmerilada. Lo que hubiera sido de Andalucía si hubiese llegado al pueblo todo lo que se comió ese monstruo...
Somos Zapping: Ingeniero o chuloplaya (9/05/2011)
Optimismo. En Salud al día hay una salud tomatera y otra que viene de una especie de clima exterior e interior del andaluz. Ya le dijo Roberto Sánchez Benítez una vez a Juan y Medio que lo veía “con muy buen aspecto, aspecto andaluz dicho sea de paso, un aspecto lozano”. Estar lozano es lo propio y lo fácil para el andaluz, igual que conseguir una vida más larga y un envejecimiento saludable. Es sencillo, según nos explicaban esta semana: “Mirar nuestro día a día con optimismo y enfrentarnos a nuestros problemas de forma relajada puede ayudarnos a cumplir años con mucha salud”. Y aún más: “Al optimismo podemos sumar una gran ventaja de nuestra tierra: el sol”. Así que el optimismo y el sol, ésas son las ventajas de nuestra tierra, que así da gentes felices, longevas y despreocupadas. Miren pues con optimismo el paro, la pobreza, la incultura y la corrupción política de Andalucía, no se vaya a resentir su salud. No se preocupen, no se amarguen, no se sulfuren, no protesten ustedes, que se les fastidiarán los próximos análisis de orina. Hagan igual que un coro de Jabugo que nos mostraba el programa: “Risas, buen humor y estado de ánimo positivo, así respiran en este coro”. O como otro grupo de mujeres del pueblo: “Hacen labores, cosen, se ríen y tienen un estado de ánimo envidiable, y por si fuera poco, también se atreven a darle ritmo a su vida tocando los palillos”. Ah, qué ideal del andaluz, ¿verdad? Canten, toquen los palillos, rían, sean optimistas y sobre todo olviden la realidad y la política, que eso agria el carácter y las vísceras una barbaridad. Hagan esto, así serán felices y vivirán mucho. No se preocupen, no se indignen y no piensen. La ignorancia es la felicidad, aplíquense el cuento. No vayan a terminar como la derecha, que parece que tiene siempre úlcera.
Sin comentarios. 1. Titular de las noticias de Canal Sur, con la que está cayendo: “Crece la confianza de los españoles en la economía”. 2. Griñán abriendo la campaña: “[Mirad] la limpieza de nuestro programa y de nuestro comportamiento y a partir de ahí votaréis al Partido Socialista”.
Los días persiguiéndose: Las bodas tristes (3/05/2011)
Día del trabajo, día de los parados, día en que el desempleo desbordó sus tazones, pero yo sólo veía niños que se casaban con las flores de las iglesias y las abejas del cielo y le daban un beso de nácar a Jesusito. El país no está para nada, salvo para bodas o sus miniaturas; el país está parado salvo para matrimoniar por las calles o por la imaginación. Lo que parecen estas comuniones es una gran boda hindú, lo que parece mayo es una novia que se ata cintas en un prado, lo que parece España es una pareja que se tira la vajilla a la cabeza en un barullo de parientes y gorrones y muertos de hambre. No sé si los parados se casan o se suicidan directamente en la cama con sopa de pollo. Pero por la calle los sindicatos no han hecho estos días más ruido que los lirios sobre los regazos y que los guantes blanquísimos entrando en las melenas como en un arpa destensada. Se casan los niños sin saber qué es eso, se casan por ahí las princesas con jinetes descabalgados o muñequitos de tarta, dándose en los balcones los besos de los chiquillos o de los jilgueros, besos sin pecado, porque la monarquía tiene mucho de infantilismo, es un mundo donde no existen el sexo ni el mal, como en Barrio Sésamo. También Juan Pablo II llega a beato y sólo parece que se casó con sus cardenales después de muerto, muy maquillado. Hasta en Andalucía nos casamos ahora con nuestro vino y nuestros ídolos, ferias y romerías como bodas de Caná, en las que los dioses cristianos y los faunos se ayudan para llenar las copas y mojar los labios y los pies de las muchachas. En este mayo, altar de juncos, traen anillos los pájaros y coronas las fuentes, el sol se baja de su bicicleta como de una carroza para santificar brazos desnudos y frentes vírgenes, los curas anudan amantes o novicios de la primavera y la fiesta machaca margaritas para beberlas. Pero son bodas tristes, como en aquella novela de Marcelo Soto.
Bodas tristes, gente vestida de papel y el día como una campana rajada mientras los parados se comulgan su mano seca y vacía y sus colchones matrimoniales se dan la vuelta para que los empape por la noche una nueva miseria fresca. Los parados ya no caben en las cestas de esta primavera maldita, primavera de espinas y ardillas muertas, contra la que no pueden ni estas ceremonias de luz, de carne, de seda y de mentiras. Huyen o se atrapan pequeñas novias por la calle, soldaditos llevan a sus esposas al tálamo empujadas por lanceros, mayo se quita lascivamente las medias y corre el vino por las papadas. Pero esta primavera sin gozo sangra en silencio negando la fiesta inventada y obscena del mundo.
Somos Zapping: Cantar como los muertos (2/05/2011)
Saque bola. Este Saque bola de ahora no tiene nada que ver con el de Emilio Aragón, cuando Canal Sur comenzaba. Recuerdo que en mi primer piso de estudiante en Cádiz todos lo veíamos, aunque en verde, porque a aquel televisor nuestro se le había ido un color como para hacer juego con la escasez, la provisionalidad y las patas cojas de todas las cosas entonces, cuando iniciábamos la vida universitaria o la vida sin más. Este Saque bola es todavía peor y aún menos original. Tanto anuncio (hasta en los informativos) para que nos traigan al final un bingo, el bingo cartonero de siempre, el de las viejas, el de las películas de Esteso, que era el Torrente de la época. Menuda inventiva. Cantar línea o bingo mientras los concursantes, bastante animalescos, realizan pruebas como llenar globos hasta que exploten o cascarse huevos en la cabeza. Vamos, ni en lo de Torrebruno, ese concurso de los tigres contra los leones que parece hasta sofisticado en comparación con esto que Manu Sánchez presenta haciendo bastante más el payaso que Milikito. Y los premios, qué cutrez: frigoríficos, lavadoras, 500 euros en productos ibéricos, compras gratis en Covirán... Hasta los grandes, un crucero por cantar línea y un viaje al Caribe para el bingo, tienen la altura del sueño de una pareja poligonera de novios o de jubilados que bailan Los pajaritos en las discotecas. Pero además de las pruebas de Torrebruno y los premios como patrocinados por una ferretería de pueblo, hay que soportar a los concursantes mostrando sus habilidades idiotas: aplaudir con los pies, tener una cicatriz en el culo o tocarse la lengua con la nariz. Y, por supuesto, la molesta e incontinente presencia de Manu Sánchez, que va cargado de gracietas chuscas como el que va cargado de gases por un potaje. Manu superó a todos sus concursantes cafres metiéndose orgullosa, profunda y golosamente la lengua en ambos agujeros de la nariz. Vaya el del humor inteligente... Qué espantoso, inoriginal, cutre, ridículo, simiesco y larguísimo engendro. Casi prefiero volver a ver a Milikito. Incluso en verde, como en mi piso de estudiante.
Innovaciones del año pasado. A Tecnópolis se le han acabado hasta los sombrajos para inventarse innovaciones, así que tiene que repetirlas. Esta semana nos pusieron, tal cual, el mismo reportaje del año pasado sobre las flamencas llegando en metro a la feria de Sevilla y el taller de costura en pleno Real. ¿O el programa entero era repetido? Poder repetir un año después un programa sobre innovación lo dice todo.
Los días persiguiéndose: Encantamiento del Viernes Santo (26/04/2011)
Somos Zapping: Semana Santa soviética (25/04/2011)
Teología de la lluvia. Llovía con los ángeles convertidos en gárgolas y las imágenes en su templo como hijos en el hospital. Ante esto, se puede decir una chorrada o hacer elevadísima teología. La chorrada fue la de Fran Rivera, que comentó a los cámaras del informativo de Canal Sur que “debería estar prohibido llover en Semana Santa”. Sí, que lo prohíban. O que él rece al Meteosat. La lección de teología la dio una señora que pedía explicaciones a su Cristo: “¿Por qué, Señor?”, le gritaba. Ahí estaba toda la humanidad con la pregunta inmemorial a los dioses por su silencio y quietud. ¿Por qué llueve hoy, o por qué sufren los inocentes? La cuestión fundamental acerca de los dioses quizá no es tanto si puede haberlos como la evidencia de que, si los hubiese, no se preocupan en absoluto por nosotros. Qué gran lección de teología la de esta señora.
Del chiste a la procesión. Me sonó el nombre cuando lo rotularon, pero al principio no caí. Uno de los comentaristas de la desfallecida Madrugá sin procesiones de Canal Sur era Eloy Botello. Hasta que lo recordé. Sí, es el mismo nombre que solía firmar esos guiones criminales de los teatrillos de Nochevieja en Canal Sur. Había pasado de los chistes de pichas y los rozones y dobles sentidos rijosillos de estilo Jaimito a la piedad más santurrona. Quizá todo forma parte de nuestra misma idiosincrasia.
Coda del ateo. Los Cristos y los legionarios, Canal Sur y sus homilías, la lluvia y las lágrimas... En la televisión andaluza se mojaban las catedrales por dentro, en las calles se esperó a los dioses como paracaidistas que no bajaron, y este ateo contempló la ausencia y el silencio de los dioses y se dio cuenta de que nada había cambiado en el mundo, en realidad. La televisión se llenaba de duras perlas en el cielo, en los mantos y en los huesos, y en los artículos del periódico muchos se empeñaban en convencernos de que sin la religión (su religión) sólo hay vacío. Ése es el problema, tan humano, el vacío... Y una respuesta, también muy humana, es llenar ese vacío con mentiras, las primeras que se encuentran además, alrededor de la choza de la tribu. Para el que se conforme con eso, claro. Es una respuesta, pero no la única y desde luego no la mejor. Yo sigo pensando que si el ser humano no encuentra otra cosa para llenarse que la mentira, sea bella o cobarde, es que esperamos muy poco de nosotros mismos. O no esperamos nada. Y ése sí que es un vacío doloroso, descorazonador y terrible.
Los días persiguiéndose: Guerra total (19/04/2011)
En las ciudades unos repellan e inauguran y otros buscan presuntos. En realidad no sabemos de qué van estas municipales, cuando la guerra en la política es total. Han empezado en las escalinatas de los ayuntamientos la conquista o la defensa de autonomías enteras y hasta de la propia Moncloa, donde todos quieren llegar a pesar de saber que allí se termina siempre loco, triste y abucheado. Pero no menospreciemos estas elecciones que parecen sólo rotonderas, que ya algún rey tuvo que salir de aquí espantado como todos sus caballos por culpa de unas municipales. Al pueblo se le va a ir preguntando por su asco a los políticos en varias convocatorias sucesivas y creo que la venganza la pagarían hasta los carteros si también se pidiera opinión sobre ellos. Los concejales pringados y los alcaldes quemados se mezclarán con la crisis y el paro, Gürtel y la familia Chaves, los ERE y los funcionarios. En todas las bocas veremos mierda y baba, tantas verdades como insidias cruzarán España por todas sus siglas, se buscarán las tripas del enemigo donde se pueda, aquí o en Valencia, en Euskadi o en Aguirrelandia... Ojalá sepamos ver a los mentirosos desde igual de lejos, ojalá a los mangantes no les sirva el truco de diluir su corrupción en la de los otros, ojalá la culpa se quede donde está y no quiera cruzar las fronteras como los cuatreros.
Los pueblos están levantados, los alcaldes parecen topillos. Me dan cierta ternura porque se diría que desconocen que ésta es una guerra total en la que poco influyen sus nuevos merenderos. Las grandes corruptelas y las largas revanchas arrasarán sus pérgolas. Si sólo fuéramos capaces de ver el justo lugar de cada hecho y mentira, quizá estas municipales no parecerían el intento de empezar esa guerra total por el cuarto de las escobas.
Somos Zapping: Sevillanas de Gagarin (18/04/2011)
Gran final. La copla se termina y se lleva a Pive Amador disfrazado de Martirio, un montón de culos con visillos, unas peleas como de lavanderas y toda esa zarzuela de ser andaluz que recuperaron del ataúd de la abuela. El sábado fue la gran final, llena de histerismo y gloria cateta. Lo malo no es la copla en sí, sino que un pueblo encerrado en el sarcófago de su folclorismo no ve ni busca ni aspira a más. Y esta satisfacción de un pueblo en su eternidad y su estatismo no se limita a esa musiquilla que es la copla, sino que lo impregna y lo estanca todo. Esa contemplación casi medieval, teológica, inamovible de lo que somos, y que podría reivindicar aquel venerable Jorge de El nombre de la rosa, no se queda en la copla ni en el flamenquito, ni en las juergas ni en la Semana Santa, se convierte en carácter ante la vida, en una pereza y en una renuncia a todo lo demás, a lo grande, lo maravilloso, lo prometedor que hay más allá de nuestras pequeñeces y chovinismos. Lo malo de este programa, de tantos otros de Canal Sur y de todo ese guión que alguien escribió ya para el andaluz, no es que haga daño a los oídos o a los ojos, sino que nos deje un alma tan pequeña, tan contrahecha, tan limitada, tan ya establecida y obligatoria. Al programa le han querido meter puñaladas y ternura, juventud y plazoleta, han puesto de animadores a personajes algo ridículos como Pive Amador, que es como un duro de cocinilla, o Eva González, que hace como de hada madrina o Julie Andrews de toda esa pobreza de espíritu y esa alegría de hacer la cama canturreando. Pero tras esa pretendida competición por la gloria y las raíces lo que yo veo es la decadencia y la derrota de un pueblo contemplativo, parado, empequeñecido, que vive como en la isla de su propia peana, al que han atado a una noria de siglos, incapaz de más héroes, esperanzas, objetivos y éxitos que el hacer de sus limpiabotas cantantes llevados a hombros por la verbena de los pueblos. Tras varias ediciones de Se llama copla, yo sigo pensando, cada vez que lo veo, que es algo así como si siguiéramos cantando felices y orgullosos después de que alguien nos hubiera sacado, hace mucho tiempo, los ojos.
Barroco. Nos van a sobredorar de barroco esta semana... Esos amantes de las cantatas de Bach llenando las calles, esas cofradías que se pelean por si es mejor Vivaldi o Telemann... ¿Será el barroco, o será otra cosa? De momento, en 75 minutos vimos a Toñi Moreno metida a costalera, pasos de juguete con un caja vacía en lo alto sacados por ancianos y hasta horripilantes altares caseros a los que habían añadido una muñeca Nancy gigante, como el exvoto de un loco... El barroco, nos dirá Canal Sur entre sus catequesis (son tan piadosos estos progres laicos de aquí). O quizá sólo paseíllos de vanidades, religión de la sangre sobre el oro, y todo el jaleo que forma una gente que en realidad no tiene dios por hacerse uno con tablones, cortinas y coágulos.
Los días persiguiéndose: Orgullo de padre (12/04/2011)
Ahora los niños salen comisionistas, que así es cómo se llega más pronto al dinero, sin tener que levantar ninguna piedra ni hacerle un plano o una siembra. Hasta hijos de supuestos socialistas pueden decantarse por ese oficio que no produce ni cosecha nada, sólo rebaña, y que es la sublimación del capitalismo. ¿Y de dónde se puede rebañar ahora, mejor que de ninguna otra parte? Pues de ese dinero que no termina de ser de nadie, del que siempre hay, que no duele si se malgasta y que aún se puede repartir con suficiente arbitrariedad, o sea, el dinero público. La Administración, ahí es donde están los negocios. Ahí todos acaban contentos, unos con su contrato y otros con su mordida, su comisión a cuenta de un dinero que el dueño (el pueblo) no va a mirar, por el que no va a protestar porque, sencillamente, el pueblo no se entera de qué se hace con él. Es facilísimo. Sólo hace falta pillería, estómago y conocer a la gente y los conductos adecuados para que el dinero venga solo. En este honrado oficio anda el hijo de Chaves, apañando negocios con una Administración en la que su padre era poco menos que Dios. El hijo de Chaves tiene el oficio de su apellido y eso le hacía infalible, dicen. Siempre conseguía su objetivo. Siempre llegaba el contrato. Y siempre rebañaba dinero. Me imagino a esos padres currantes con hijo aparejador o abogadillo, y esa orla de su promoción en el salón para enseñar a las visitas, esa orla a la que en las casas humildes casi se le reza. Intento ver a Chaves en ese papel: “Mira mi hijo, mira dónde ha llegado. No me arrepiento de los sacrificios que hicimos durante la universidad, ni del tiempo que lo pasó mal, aquí en casa hasta los 30, mientras encontraba trabajo. Míralo ahora: es conseguidor, comisionista de negocios con la Administración en la que yo mandaba o todavía mando”. Qué orgullo de padre debe de sentir.
Somos Zapping: Otro perrito piloto (11/04/2011)
Capital aeronáutica. Seguro que lo han sentido llegar poderosamente, con sus alas de ángel providente, ocupando todo el cielo de Andalucía. Se acabaron nuestras miserias, porque, como decían las noticias de Canal Sur, “Andalucía se consolida como potencia de vanguardia en el sector aeronáutico”. Aún más, según nos explicaba un rótulo, Andalucía es la “capital de la aeronáutica”. Cada parado tendrá un avión, cada pobre un azafato, cada currito una gorra de comandante. Otra vez el Airbus, el A400M, del que han anunciado cada tornillo como nuestra salvación, se presentaba por enésima vez, en Sevilla. Ahora ya hay contratos, ahora el cuento de la lechera avanza por fin. Los andaluces volaremos con las orejas ahora que somos vanguardia y capitalidad de la aviación. ¿No sienten ya la potencia de sus hélices impulsando nuestra indigente economía? Casi a la vez, nos enteramos de que Alestis Aerospace, otra empresa que se suponía que iba a traer todo el dinero que hay congelado en las estrellas, va a presentar un ERE que curiosamente afectará a los ex trabajadores de Delphi. De ERE en ERE van éstos, ellos sí que están en el aire... Sí, de la “industria aeroespacial” que les gustaba decir, queda un ERE y una turbina desmontada y lejanos planetas con forma de dónut, sin comer. Pero los airbuses llegan otra vez volando todos los sombreros y todos los billetes, con alas de dulce para cada andaluz. Noten el vientecillo de felicidad y abundancia que ya nos traen. Otro perrito piloto en la tómbola pobre de Andalucía.
Preciosa relación. Por fin salió el hijo de Chaves en las noticias de Canal Sur. Fue el viernes. “El PP pide la reprobación de Chaves por las relaciones profesionales de su hijo con la administración”, contaban. Relaciones, sí. El padre, presidente de la Junta; el niño, comisionista de negocios con la propia Junta. Preciosa relación. “Una cacería política contra Chaves y su familia”, dice el PSOE. Bueno, en esta cacería seguro que no entran los familiares de Chaves que tienen una mercería (¿los habrá?). Javier Barrero lo llama “canallada” y le preocupa que “el PP esté trasladando una mala imagen de Andalucía”. ¿El PP? El padre, presidente omnímodo; el niño, conseguidor a su sombra. Ejemplar.
Los días persiguiéndose: Los adioses (5/04/2011)
Y aquí, en Andalucía, ¿qué decir? Chaves llegó obligado y se fue abducido, otros fueron defenestrados como tras una pelea de saloon, Griñán nos fue enviado como el Hijo de Dios y puede que se marche también igual, crucificado por los votos o los escándalos o las dos cosas. Zapatero anuncia primarias como el mecanismo natural del PSOE, pero aquí nunca hemos tenido de eso: los jefes del socialismo andaluz salían como tras un parto muy privado, con la corona ya puesta y el sillón caliente. Aquí ellos vienen y van por puertas secretas, por conversaciones vaticanas, por oscuridades de prestidigitador, sin que el pueblo vea ni oiga ni diga nada. No sé qué viento traerá a Andalucía el adiós de Zapatero, aquí donde nunca entró el zapaterismo, donde ha sido una moda así como afrancesada que sólo provocaba recelo y extrañeza en esta casta vieja que entiende la política como su particular equilibrio de familias de poder, clanes de pueblo y ganancias a repartir. Ya ven ahora la dimisión de Pizarro, por peleas de provincia... Sí, me pregunto qué será del zapaterismo, si morirá con su poeta, o si sólo sobrevivirá en Chacón el tiempo justo para el sacrificio en sus primarias o en las generales, o si Rubalcaba lo convertirá en neofelipismo, o si al perder las elecciones surgirá otro PSOE que nada tenga que ver con el flautismo de estos últimos años ni con su pasado anterior de pana gruesa y corrupción. Zapatero dice adiós sin irse, y a mí me gustaría que fuera un adiós no a su persona ni a su ceja, sino a esa manera ñoña, torpe, fracasada, infantil y espiritista de gobernar. En Andalucía lo que ocurre es que estamos en otro mundo y tenemos otro partido socialista. El PSOE andaluz dirá adiós a su manera, y me da que será más como un cataclismo o un hundimiento, y no como este melancólico adiós de Zapatero, adiós de actriz o futbolista.