22 de febrero de 2011

Los días persiguiéndose: Morendo (22/02/2011)

En Andalucía los músicos clásicos nos parecen siempre rusos o de por ahí, como si los violines sólo fueran posibles en la tundra. Aquí, como mucho, le tocamos el clarinete a un Cristo, que entonces el instrumento se convierte en un rosario tieso, o pasodobles a las verbenas de los alcaldes, con bandas de pequeños soldaditos de plomo que hacen de la música grifería. Tenemos más que nada una música para acompañar a la viejas y despreciamos u olvidamos la música grande, la eterna, que creemos que sólo pueden tocar y escuchar los mismos muertos que la compusieron. No queremos más que bandas de cornetas que dejen sordos a Dios y a los basureros, charangas para jubilados, pianos que sirvan para que los salte un caballo como en esa cosa horrible de Manolo Carrasco, y luego el folclore arremangado, la copla de tendedero y, por supuesto, el flamenco o flamenquito que nos calienta el corazón a martillazos. Pero aquí las orquestas son escaleras de caoba de palacios extranjeros, las sinfonías son barcos de aire varados muy lejos, la ópera es una tienda de túnicas y puñales, la música de cámara es un reloj de rey en su salón y nuestra cultura musical, en fin, es peor aún que indigente: es ajena.

Yo he estado por esos conservatorios nuestros que tienen luz de arpa, pasillos de manicomio, pianos ataúdes y alma de lavadero, viendo cómo la música sobrevivía descordada, sujetando sus corcheas con tiritas. Recuerdo que todo sonaba con frío, que a lo mejor es así como tienen que vivir los músicos de verdad, ateridos, y para eso los iban preparando. Era como un hospital en el que habían dejado a la música, y en todas las habitaciones iban a morir o habían muerto ya Chopin o Mimí soplando una vela y echando una llave. Conservatorios con desconchones, cajones vacíos e instrumentos en su sarcófago, donde sin embargo seguía viviendo la música como una monja pobre. A pesar del abandono y el desprecio de las administraciones, sonaba de repente un la y, como alrededor de una pequeña hoguera o eucaristía, la música se armaba desde la nada y hacía de un fregadero una catedral. A pesar de las goteras y los políticos, aún parecía que la música resistía. Pero esos músicos con bufanda y astillas y cera en los dedos, ¿qué pueden hacer luego en esta tierra de tonadilleras, ferias y pasopalios?

La Orquesta Joven de Andalucía muere cumpliendo la tradición romántica a la fuerza. Paulino Plata, prestamista que dirige la cultura igual que una tienda de abalorios, se lo da todo al flamenco, a las sevillanas o a la música que escucha Torrente, pero a la OJA le reduce el presupuesto de 850.000 a 250.000 euros. Me da por pensar que los violonchelos, que tienen voz humana y cuerpo y melena de mujer, agonizan ahora en Andalucía como personas de verdad frente a los pitos rocieros, los zapatazos de la raza y el jolgorio del vino sin arte. La gran música, la música eterna, que aquí no es nada, dejará huérfanos dickensianos, estos jóvenes que hasta han salido a la calle a protestar acompañados por compositores muertos y forasteros como ellos. Quizá es la puta calle lo que les espera. Eso, o un cartelón político con más propaganda que utilidad, la Fundación Barenboim, mantenida para que le dé serenatas a Griñán, y que es donde quieren meterlos esquinados y empequeñecidos después de robarles o cascarles el violín y el alma. Deberían haberse dedicado a las sevillanas o a las marchas de Semana Santa. Esto es Andalucía, donde la gran música es ajena, es pecado y es traición. Así acaba nuestra triste partitura: morendo...

Somos Zapping: Museo Autonómico de Casetes de Gasolinera (21/02/2011)

Adiós Parlamento. El Parlamento es como una peluquería por la tarde, así que Griñán ha decidido terminar con el parlamentarismo que sólo trae maledicencias o bostezos. Demasiado salón ése para la calceta, el cotilleo y los puntapiés, que últimamente estaba aquello lleno de porteras y dueñas como de Quevedo. El Parlamento debe quedar para que el Gobierno se dé sus homenajes y sus paseíllos y cace en los tapices igual que Borbones, pero eso de una oposición dando allí la lata, acusando y pidiendo responsabilidades, eso afea mucho la ceremonia de su gloria. A Griñán le oímos decir en el informativo de Canal Sur que la inmunidad parlamentaria sólo sirve para mentir (bueno, eso a la oposición; a ellos les sirve para evangelizar) y de ahí que impidieran la comisión de investigación de los ERE del mangazo. Supongo que si ese argumento sirve para las comisiones de investigación, servirá igual para el resto de comisiones y también para el pleno. O sea, que mejor cerrar el Parlamento y dejar sólo un stand de la Junta con azafata de Tío Pepe y con Mario Jiménez aplaudiendo a Griñán con toda la cuerda dada. Normal que se oigan insultos desde la bancada del PSOE, con este PP que les fastidia la siesta y los placenteros abanicazos de sus discursos (los del PSOE insultan y se enrabietan como recién despertados). Para Griñán el Parlamento sobra. O al menos sobra la oposición, que tiene el molesto oficio de mentir. ¿Cómo es posible que estén ahí esos perdedores llevándole la contraria? Creo que la Junta va a tirar pronto el Parlamento para hacerse allí una piscina. Sólo oiremos su Verdad y sus chapoteos, y la Democracia será su culo en una colchoneta, que es lo que ellos, que no iban para gobernantes sino para reyes, piensan que debe ser.


Sonata para ignorantes. Era imposible no recordar aquello de Les Luthiers: “Cultura para todos: literatura, artes plásticas, conciertos, danza, dactilografía... Para el enriquecimiento espiritual de toda la familia... Vea Cultura para todos en su horario habitual de las tres de la mañana”. Eran efectivamente más de las tres de la mañana cuando Canal Sur 2 nos puso una voluntariosa, decente pero algo inmadura versión de la famosa Sonata para violín y piano de César Franck. Incluso en esa cueva de las tres de la mañana, fue una grata sorpresa que parecía que esta vez no iba a estropearse con tentaciones flamencoides ni castizo-eróticas (la última violinista que vi en la madrugada de Canal Sur iba disfrazada como de jugadora de voleibol, enseñando mucho ombligo y muslo, como en una escenita del canal Playboy en la que sólo faltaba que lavara un piano con las tetas). Pero, ay, era Canal Sur, así que, de vez en cuando, con ignorancia casi encantadora, rotulaban que se trataba de “sonido directo”. Pero, almas de cántaro, ¿cómo se va a tocar una sonata para violín en playback? ¿Es que se creen que es algo de Los del Río? Que cierta música sólo se puede tocar en directo es algo que las personas educadas ya saben. Pero si uno no es educado y no sabe nada de música, pero aun así realiza un espacio musical para la televisión, al menos hay que intentar no proclamar esa ignorancia con carteles ni rebuznos. Una ignorancia además doble: la del programa y la que le suponen a la audiencia. Un poco de respeto para el público, que no todos los andaluces tienen que ser tan zopencos como Canal Sur pretende. Por cierto, aunque no pillé el principio, vi que los movimientos los etiquetaban como si fueran obras independientes (además de escribir “Frank” en vez de “Franck”, que es como se apellida realmente el compositor). Ponían, por ejemplo: “Allegro. C. Frank” (sic), de manera que el que no conociera la sonata no podía saber si era un movimiento u otra pieza. ¿Sonatas? ¿Movimientos? Seguro que en Canal Sur pensaban que eran sólo “canciones” una detrás de otra (eso de llamar canciones a las piezas es lo que les faltó). No, tampoco es necesario que Canal Sur traiga a José Luis Pérez de Arteaga para sus madrugadas culturetillas. Bastaría con no quedar como soberanos ignorantes. Y si no son capaces, que vuelvan a la copla y a Manolo Carrasco.


Impulso. Cultura, decíamos... Que le pregunten a Paulino Plata, cuyo último hito ha sido convertir las sevillanas en bien de interés cultural. Lo próximo será levantar el Museo Autonómico de las Casetes de Gasolinera. A propósito, nada menos que en Arco estuvo este vendedor de castañuelas para dejarnos claro otra vez lo que significa para él la cultura: “Nos interesa que esa creación moderna se conozca y pueda ser motivo también de impulso económico”. En esa cultura suya de mercado y guirilandias, lo que da más impulso económico es la basura y la catetada. De ahí que se afane tanto en ellas.


15 de febrero de 2011

Los días persiguiéndose: San Valentín socialista (15/02/2011)

Mi señora ha hecho una tarta con corazoncitos de anís y nos la hemos desayunado viendo en la televisión a los políticos del PSOE y del PP vaciarse los ojos con cuchara los unos a los otros. San Valentín es un invento de las perfumerías para sacarnos los cuartos con la excusa de que el amor tiene forma de cojín. Aunque hay varios curas, obispos y mártires que se disputan el nombre y la mitología del día, gana ese Cupido confitero y un poco meón con las flechitas de las narices, que lo que hace es que el amor parezca un pavo. Pero la tarta estaba muy rica y los políticos se quieren, se odian, se ensartan y se matan como en el amor de verdad, cumpliendo con la festividad.

Si el amor es una bombonera, la política es como si nos ofrecieran una patata con lazo. Para darnos y darse patatas con lazo se reúnen los políticos en mítines y saraos como éste de Sevilla, aplaudiéndose los orgasmos fingidos. Esos abrazos legionarios y esas arengas con el alma descorchada son peores que los poemas y los besos de San Valentín, que suenan a cartucho. Los políticos ni siquiera intentan seducirnos con licor, sino que quieren enamorarnos con esa sola patata, esos discursos simples, vacíos, aún más cutres que cursis, como regalar un vale por un abrazo. Como mucho, les queda el adorno del odio, que en la boca les cruje y les sabe como chocolate. Ni el amor ni la política de verdad se llevan ya en esta época, y la prueba es que necesitan estos días de plástico y estas campanillas tristes de rosas y corazones pintados como mariposas en las solapas, los labios, los papeles y los frigoríficos.

Lo del PSOE en Sevilla ha sido como si intentara conquistarnos o reñirnos no ya esa novia vieja que es Griñán o que fue Zapatero, sino una suegra. Zapatero hasta insinuó que el PP no merece gobernar, exactamente igual que una suegra nos insinúa que no merecemos a su hija. ¿Pero qué significa merecer gobernar? Pues lo mismo que merecer a una hija, algo que sólo puede ver, considerar y reclamar para sí una madre, un padre, que eso es lo que se creen los socialistas aquí. Es ese amor en propiedad y de sangre que no se puede dar a un desconocido, a un usurpador, que es lo que son siempre los novios y es cómo ve este PSOE-suegra al PP. Ya dijo Griñán que el corazón de los andaluces es socialista, vaya amante bandido... Pero Griñán más bien lo que parece es una de esas mujeres desesperadas de la televisión, con más insomnio, fracaso, soledad y divorcio que amor y esperanza. El PSOE intenta enamorarnos después de flagelarnos y encima nos dice eso de “quién te va a querer más que yo”, como mamá. Todo esto es demasiado freudiano y con Freud ya se sabe que todo se reduce a matar al padre y acostarse con la madre, o al revés. De amores enfermizos creo que va la relación entre Andalucía y el PSOE, y más vale que nos libremos de eso o vayamos al psiquiatra con clarinete o metralleta, como Woody Allen o Tony Soprano.

San Valentín clava flechas en las tarjetas y bendice corazones secos, atormentados o pasteleros. Mi señora y yo nos comimos la tarta con sabia ironía, en una celebración inversa, sabiendo los dos que el amor nos esperaría mejor al día siguiente y que este 14 de febrero sólo nos estábamos riendo de su máscara rosa y de su corazón en forma de culo. Falta saber si la política también tendrá días de ser verdad, pero eso lo dudo más. Ahora, en nuestra política, sólo veo rosas en la basura y pájaros inocentes que mató Cupido equivocándose o no.

Somos Zapping: Dinero al vapor (14/02/2011)

Aviación. Queda simpático ver en los informativos a los mandas del PSOE y la Junta quitándose de encima esos ERE de mangazo como arañas del pelo. Resulta que ellos conciben una trampa para que un dinero presupuestado vaya a un cajón sin llave y sin vigilante y luego se espantan de que vuele. A eso Zarrías lo llama comportamiento “exquisito” y puede que tenga razón: es una manera exquisita, silenciosa y sin testigos de dar o provocar el mangazo. Pero estas imágenes tristes se compensan porque llega un Airbus grande, feo, cuartelero y como embarazado ya de bombas, y Canal Sur saca a Griñán dentro igual que un héroe de los biplanos. A mí me parece que el avión llegaba cargado de más parados, pero en fin... Por ese avión que, aun tan monstruoso, es poca cosa para que comamos de él, Griñán llamó a Andalucía “una tierra de la aviación”. Será por lo fácil y rápido que vuela aquí el dinero público hasta los bolsillos de los amigotes del PSOE, con o sin motor. Eso sí que es en Andalucía tradición e industria.


El cantor. El Arrebato salió un día con la ropa de encalar y la guitarra de taburete pero la gente (y luego él mismo) creyó que hacía música. Pronto, Canal Sur, que recoge a toda esa juventud flojona, castiza de palmitas y liendres musicales, le dio una serie, un concierto, una fama. De repente, El Arrebato estaba en todos los programas, galas y sintonías, quizá porque suena a una Andalucía feliz o triste por la tapa o la novieta, pero por nada más. El Arrebato se convirtió en algo así como el Jean Baptiste Lully de Canal Sur en esta corte juvenil suya donde adolescentes con pandereta, poligoneros que se hurgan las narices y niñatos que se dejan caer en una tapia son la medida del arte. A mí me parece que El Arrebato, aunque quiere ir de bohemio que guarda en la guitarra las sandalias y los altramuces, es un conformista, un rendido y un mandado, y por eso le viene tan bien al Régimen como cantor oficial. Hace poco, le oí dar las gracias a Canal Sur por todo lo que había hecho por él. Normal. Ahora, me entero por el informativo de que le han encargado una especie de himno para el 10º aniversario de Canal Fiesta Radio, esa excrecencia de nuestra radiotelevisión que se ocupa de fidelizar a la chavalería analfabeta que va fabricando la escuela pública, completando el trabajo de hacer nuevos andaluces ignorantes, festeros, aplaudidores, botelloneros, castizorros y ninis. En mi juventud, no podía uno imaginarse a un melenudo cantándole gozoso a la gloria sureña de las cervecitas y los caracoles, como El Arrebato. Antes, había un rock con Satán de telonero que hacía cortes de manga con la lengua, o un pasotismo con ideología en el que sobrevivía legañoso cierto anarquismo rebelde. O, como poco, teníamos aquel pop elegante y lúgubre del principio de Danza invisible, que hasta tenía una canción que se llamaba El ángel caído que a mí me gustaba mucho, casi tanto como visitar el del Retiro, picoteado siempre por los pájaros como por los ángeles buenos. Cualquier cosa, en fin, menos este colaboracionismo con musiquilla de Fitur que perpetra ahora El Arrebato. Tengo que escuchar ese himno a Canal Fiesta, que seguro que se merece una glosa para él solo. Ahora lo que se me ocurre es que El Arrebato debería hacer otro himno para los griñaninis. Le saldría bordado.


Calentito. Veo muy atinado que Juan y Medio anuncie una empresa de butanos o calderas, que parece que el anuncio lo hace la misma Marilyn saliendo de la ducha con toalla, aunque con bigote. Al fin y al cabo, Juan y Medio se lo lleva calentito de Canal Sur y todos esos calores y vapores que le rodean, arropándose entre sí maternalmente, consiguen una publicidad efectiva, confortable y coloradota para la cosa del gas. El anuncio lo ha hecho como en su propio cuarto de baño, o sea su plató de por la tarde, con esos alicatados de flores de jabón o esas repisas para las colonias de los viejitos. Yo no sé si el plató, los decorados, las cámaras y todo lo que sale mientras él habla de sus duchas calientes o frías son copiados, o son suyos, o de su productora, o de Canal Sur. Y si son de Canal Sur, tampoco sé si se lo han prestado o si Juan y Medio o la empresa de gas han pagado por ello a la RTVA, o le han regalado a Pablo Carrasco una bañera de ésas de artistaza para beber champán con el pie, con agua caliente gratis para toda la vida. Yo, en realidad, es que ya no sé lo que es público o privado aquí, lo que es del señor Juan y Medio, de sus empresas o de esa otra empresa que pagamos entre todos para que a él lo hagan rico por juntar camas de jubilados y corromper a chiquillos en el chistosismo y el mal gusto. Sea como fuere, el asunto se resume en que el dinero del contribuyente termina de atrezo en sus anuncios de particular. Es un dinero que, por lo menos, queda muy escamondado y hasta planchado ya al vapor.

Los días persiguiéndose: Revolución (8/02/2011)

Y yo que he dicho tantas veces que ya no es época de revoluciones como no es época de gorgueras... Pero así es la Historia, a la que demasiados han querido ponerle fin o al menos destino, ya sean Hegel o los positivistas o los marxistas o el iluso de Fukuyama, cada uno con sus particulares pesos y miopías. Claro que primero tendríamos que ver a qué llamamos Historia, palabra que tiende a ser pomposamente ombliguista. Me viene a la cabeza, por ejemplo, la crítica de Ortega a Toynbee, tan vigente que aún no hemos dejado de preguntarnos qué es una nación. A mí todavía me atormenta la duda de si las naciones y civilizaciones sólo son un mapa artificial de nuestro mundo, conveniente para no perdernos en él pero poco más, y si acaso pudiera ser, al fin y al cabo, que el sistema de todas las experiencias humanas forma parte de una cadena única e inexorable, como creía el filósofo. No sé si dejarme llevar por cierto romanticismo humanista (¡humanista, qué antigualla!), pues la naturaleza humana es la que es, las ansias de libertad están escritas en nuestros genes, e, incluso, como explica Edgar Morin, también la necesidad de reacción frente a lo establecido, ese imperativo evolutivo que busca siempre la variabilidad por encima de las imposiciones políticas o culturales. Curiosamente, a la vez que nos hemos dado una cultura, también nos rebelamos contra ella, y aunque Morin admite que esa rebelión suele ser de una minoría, es suficiente para que el mecanismo funcione. Ésa, me parece, es la dialéctica fundamental.

Túnez o Egipto o Yemen, y quién sabe cuántos países más. Países de órbita árabe o musulmana, dicen, categorías que no sé si se podrán considerar científicas o sólo son cajoneras de embajada. En todo caso, seres humanos tomando en sus manos su ser, su destino, su libertad, su naturaleza, cuando su mundo se ha vuelto propicio para ello, cuando la Historia ha traído su marea. Quizá estén haciendo ahora su Revolución Francesa, quizá aún les quede pasar por su particular versión de la guillotina o los totalitarismos demagógicos gobernados por un Volksgeist o por un dios gritón o por simples carretas de pan (como aún ocurre en Latinoamérica). Yo no sé si esto acabará en teocracia, en democracia sin Estado de Derecho (lo uno no tiene por qué conllevar lo otro), en sharia, en caos o en esperanza. Pero vemos que todavía el mundo puede ponerse cabeza abajo empezando con una sola llama en una calle. La autosatisfecha civilización occidental tampoco llegó a la democracia moderna suavemente. Hubo horrores, sufrimiento, tiranos y muchos caballos y hombre destripados. Los fascismos y los comunismos estuvieron a punto de triunfar en su locura. Y ni siquiera nuestro sistema actual deja de tener fallos e injusticias. Pero no vamos a colocar ahora aquí otro fin de la Historia. La madurez o inmadurez de estos pueblos y la grandeza o miseria de sus líderes determinarán su destino. Yo no voy a hacer apuestas.

Quizá lo único que podemos concluir es que el ser humano se busca en todo cambio, y que ni la costumbre ni la fuerza ni los dioses pueden nada cuando siente que algo le falta para ser completo, libre y dueño de sí mismo. Aún son posibles las revoluciones. Si tan sólo nos diéramos cuenta de eso, aquí mismo, en Andalucía... Contra la opresión, el abuso, la estupidez, la arbitrariedad, la pobreza, la manipulación, los amos, la Verdad institucionalizada, la mentira sistemática, la eternidad inmutable, todavía merece la pena alzar los brazos, ocupar las plazas, gritar y rebelarnos. En Egipto o aquí, creo que es nuestro deber. Un deber que nos dicta nuestra propia naturaleza.

Somos Zapping: Madonna sostenible (7/02/2011)

Televisión marciana. Se supone que tiene una licencia autonómica, pero esa televisión no es andaluza, ni española, y puede que ni siquiera humana, sino algo así como interdimensional. Cubre planos astrales y zodiacos y energías y universos y vibraciones y fantasmas y otras bisuterías magufas que extienden su frontera hasta más allá de nuestra realidad, nuestro desconcierto y nuestra inteligencia, y yo no sé, la verdad, cuál será la licencia de TDT correcta para emitir para vivos y muertos, para pasado y futuro, para vecinos y para ovnis. Me refiero, claro, a Metropolitan TV, donde sólo me encuentro echamientos de cartas y soplidos de espíritus, además de repeticiones de tertulias (siempre repeticiones, la tertulia original no consigo pillarla nunca o quizá ni siquiera existe). En cualquier caso, desde luego no es una cadena de ámbito autonómico, aunque esté ocupando ese sitio. Eso es lo que nos ha dejado el jugueteo de Zarrías con las licencias de la TDT: una supuesta televisión andaluza que además de parecer que está hecha con un solo tapetillo, tiene todo de alienígena pero nada de andaluza. La cadena de Prisa nunca la vimos, la de Vocento duró poco, y resulta que hay una inútil televisión marciana ocupando un lugar que, por cierto, podría haber aprovechado la RTVA para su canal en alta definición. Ésa es otra: me cuentan que si Canal Sur HD lleva tanto tiempo en pruebas es precisamente porque les falta ancho de banda para emitir según los estándares de calidad del formato, un ancho de banda del multiplex autonómico que no pueden usar porque se encuentra en ese limbo de canales que están sin ser o que son sin estar o que están pero no deberían o deberían estar pero no los vemos, por culpa del extraño repartimiento de las licencias. Hace poco, una de las brillantes mentes de Metropolitan TV nos descubría que “las energías influyen en nosotros y pueden apagar una vela” (¡?). Son cosas éstas, las de apagar velas así porque sí, en las que por lo visto se entretienen energías o espíritus juguetones (las corrientes de aire no las consideraban). Otros espíritus juguetones hace tiempo que manejan la autonomía andaluza como quieren, y, es verdad, lo menos grave es que la TDT sea una barraca y una timba. Pero esta cadena de magos traperos que ha llegado inexplicablemente a nosotros me ha recordado que aquí todavía desconocemos el exorcismo o la brujería que puedan con tanto fantasma.


La pava. Una pava puede ser el corazón, el orgullo, la identidad y la alegría de un pueblo. Un pueblo resumido en una pava es, desde luego, un prodigio de síntesis y simplicidad. La gente podría perder mucho tiempo buscando a su manera la felicidad, el sentido de su existencia, su lugar en el mundo, pero si todo esto te lo da la pava (tirar a la pava del campanario, ver cómo la pava cae, coger a la pava, celebrar que se ha cogido a la pava, enfadarse si ha sido un forastero el que se lleva la pava o si llegan periodistas a preguntar qué ven en la pava...); si todo te lo da la pava, decía, la vida se vuelve más sencilla. No deja de sorprenderme a lo que el ser humano puede llegar a prestarle no ya atención, sino fervor, pasión. La pava, esa pava de Cazalilla, en Jaén, no me parece interesante porque sufra o se la maltrate o acarree multas, sino por el misterio de que mirar caer a una pava desde lo alto lleve a tanta devoción, jolgorio, identificación, dignidad y altivez entre aquella gente. Tanta que en Andalucía directo tuvieron que cortar la conexión porque un lugareño, quizá algo borrachuzo, se puso un poco metepatas con el reportero. Parece que están acostumbrados a que la religión de su pava sea incomprendida o criticada por los forasteros y eso les hace ponerse a la defensiva y hasta agresivos. Normal, cuando la pava lo es todo y adivinan que no se la respeta lo suficiente. Sí, su corazón, su orgullo, su identidad, su alegría, esa pava... “Hemos gozado que te cagas”, dijo el lugareño antes de que cortaran. Tan sencillo, tan directo... Hay pava y se goza. Hay pava y se es. ¿Incomprensible y primitivo esto de la pava? Quizá sólo dolorosamente andaluz.


Madonna o los pasopalios. Qué cosas pasan en Tecnópolis. No sé si fue un fallo de edición, o es que todo está mezclado en la cabeza de los que hacen este programa, o que yo no soy capaz de ver la conexión entre la cartografía andaluza y Madonna. El caso es que Tecnópolis nos mostraba Andalucía cayendo del aire en Google Earth y otras modernidades cartográficas nuestras o prestadas cuando, de repente, sin venir a cuento, salieron aquellas imágenes de la Semana Santa sevillana que rodaron los Lumière y, luego, el vídeo que hizo Madonna con el torero Emilio Muñoz. Yo pensé que la Junta había hecho sostenible a Madonna. O a los pasopalios.

Los días persiguiéndsoe: Socialistas (1/02/2011)

Los socialistas se aúpan, los socialistas se apuñalan, los socialistas se besan, los socialistas se mueren todos un poco, mordidos por su rosa y por su rey como en una enfermedad medieval o romántica. Ya sólo les queda el color rojo de su España o de sus últimas transfusiones. En la convención de Zaragoza lo que parecía era eso, que habían montado un hospital pintado de rojo, con ascensores donde subían y bajaban trasplantados, cadáveres, incubadoras y yesos. Los elogios a Zapatero parecían extremas unciones, las flores con muerte de los hospitales. Los micrófonos les sientan ya a los socialistas como marcapasos. Aún habló Chaves de la grandeza del liderazgo del PSOE y de Zapatero, pero era una grandeza de faraón momia y eran palabras de las que se dicen a las tumbas. Aquello parecía el entierro de un gato.

Los socialistas resisten, los socialistas se inmolan, los socialistas se defienden, los socialistas se empujan hacia la silla o hacia la ventana, los socialistas buscan un príncipe para reinar en la sola mañana de su guillotina. El que haya de llegar luego, para la siguiente reconquista, aún no lo conocen. Rubalcaba taponará la herida con sus manos y babas de viejo sapo político, pero luego, ¿qué? El zapaterismo está acabado y el felipismo no puede durar ni como arqueología. Si Griñán pierde aquí, las dos generaciones morirán, curiosamente, a la vez. Entonces veremos qué nueva socialdemocracia puede surgir, y si es capaz de dejar atrás los esqueletos de los unos y las memeces de los otros.

Los socialistas sufren, los socialistas se dignifican, los socialistas piden ahora más una madre que una victoria. Pero aún es pronto para eso. El PSOE vivirá un interregno mientras el PP estará gobernando con sus contables y sus monjas, que es lo que ocurrirá. Y los socialistas no podrán recurrir a la épica del obreraje, como antaño, ni al ingenuo o cobarde buenismo dormilón de Zapatero, ya prescritos por la historia y por el error. Tendrán que inventarse una nueva socialdemocracia moderna, realista, laica, comprometida, meritocrática, honrada, cohesionadora y descargada de venganzas y mitos terreros del pasado. Pero ahora, en España y en Andalucía, el socialismo son unos ninis y unos señoritos.

Le escuché a Griñán estas declaraciones durante la convención de Zaragoza: “Estamos construyendo sueños que harán realidad nuestros hijos y nuestros nietos. Eso es fundamentalmente lo que hacemos los socialistas con nuestras políticas, crear un marco futuro ilusionante para todos”. Además de llegar ya muy tarde con estas campanillas de hadas y de volver a ofrecernos futuro empeñado, es que precisamente son ellos los que sabemos que no podrán llevar a cabo eso. Han demostrado con hechos que, entre la flojera, la autocomplacencia, la torpeza, la codicia, el sectarismo, la ignorancia, la ñoñería y el escaparatismo, sólo pueden darnos lo que tenemos ahora: el fracaso. Tendrán que ser otros, quizá otros socialistas que aún no vemos.

Los socialistas se mueren, los socialistas se purgan, los socialistas se duelen, los socialistas se buscan. Se les van sus duros generalones y sus leves flautistas, se los lleva el pueblo desencantado igual que hormigas hacia su agujero, ala a ala. Quizá de vez en cuando un partido tiene que pasar por ese incendio, esa purificación de la derrota, para que pueda surgir algo nuevo y esperanzador. Yo esperaré a esa nueva socialdemocracia, si tiene la valentía de salir. Pero antes veremos carros de cadáveres, últimos lamentos, manos de ahogados, caciques vencidos y muchos hospitales de soldados y locos y enamorados.

Somos Zapping: Nada ocurre en una región aeronáutica (31/01/2011)

Modernidad y limosna. Los informativos de Canal Sur ya ponen titulares de guerra: “En defensa de los intereses andaluces”, rotulaban. Quedaba bonito y hasta un poco guerrillero. Parecía que era De Gaulle, y no Griñán, quien viajaba a Bruselas. En la larga pelea política que queda, veremos mucho este lenguaje de trinchera y de héroes, por parte de la Junta y por parte de sus voceros de Canal Sur (este viaje ya le pareció “histórico” a Mario Jiménez, palabra también muy de combate y resistencia). Pero Griñán fue sólo a llorar y a pedir. No se soluciona con un viaje algo que constituye un mal estructural de nuestra economía: el peso desmesurado que tiene aquí aún el sector agrario. Por eso nuestro competidor es Marruecos, cosa que nos señala el lugar que nos corresponde. No han sabido crear alternativas al viejo y sufrido campo, que para mantenerse en su tamaño necesita subvenciones, ayudas y empujones que Europa quizá se ha cansado de pagar. Hace poco, las noticias de Canal Sur nos enseñaron a Griñán inaugurando un flamante Centro de Tecnologías Aeroespaciales y yo pensé lo triste que resultaba ver a nuestro Presidente admirando brazos robóticos que parecían hacer una rara calceta o jugar al tenis entre ellos, mientras hay que ir a Bruselas a seguir pidiendo dinero para que no se nos pudran los tomates. “Es un importante paso para consolidar a Andalucía como región aeronaútica”, se ufanaba Griñán. “Región aeronáutica”.... Quizá lo sea cuando salgan de aquí más aviones y rovers marcianos que puerros y lechugas. Pero de momento, nuestra industria es pobre y estos brillantes escaparates tecnológicos impostados sólo acentúan más el hecho de que nuestra economía sigue basada en el azadonazo, en el lavadero de rábanos, en el yeso y, como mucho, en proporcionarles postales y papas aliñás a los turistas. Esa Andalucía de vanguardia suya no cuadra con que nos amenacen las hortalizas del Magreb ni con que tengamos que seguir suplicando dinero de fuera para un campo que sigue ahí con tantos brazos y penas porque no hay otro sitio donde echar mano. Pero en la retórica de guerra, de propaganda, se puede ser moderno y salvador y pedir limosna para cebollas, todo a la vez. Y sin que Griñán cambie su cara de satisfecho de una noticia a otra.


La importancia de los monos. Sólo en Canal Sur es posible que unos monos tomando caldito en Valencia aparezcan en el minuto cinco de sus informativos, estando como está la temperatura política de la actualidad. Y tras haber pasado por niñas atacadas por perros, palizas de discoteca y nevadas de Teruel. Hemos dicho ya alguna vez que no es inocente eso de que comiencen siempre por los sucesos, los incendios y los tormentones, sino que responde a la intención de transmitir que, en la eternidad y la incólume paz de Andalucía, nada grave ocurre si no es por un loco, un accidente o una ventisca. Tanto frío hacía en Valencia que los monos del zoo estaban “siendo alimentados con un aporte extra de calorías”. Eran las 21:05. ¿Qué importancia le puede dar el telespectador andaluz a lo que venga tras eso? Nada, meras anécdotas que no llegan a ese frío de los monos: la política como siempre, la Junta salvándonos y los demás molestando. Nosotros tan a gustito y esos monos tiritando...


Silencios y regalitos. Hubo que esperar mucho, entre los monos, los paraguas y otros noticiones de primera de las noticias de Canal Sur, para que llegaran al escándalo de los EREs de la Junta, que ya investiga una juez. “El auto surge a raíz de las irregularidades destapadas en los expedientes de regulación de empleo de Mercasevilla”, dijeron. ¿Pero qué irregularidades?, se preguntaría el telespectador andaluz. Pues tendrá que enterarse en otra parte, porque Canal Sur no dijo nada más. Ni que ha cobrado gente que no había trabajado allí en su vida, ni que algunos están conectados con el PSOE, ni que no es sólo Mercasevilla. Mucho más diligentes estuvieron con las declaraciones de Arenas en Veo7, que sacaron en los titulares y luego llevaron a apostillas de Esperanza Oña, Mario Jiménez y Mar Moreno. “Polémica en el ámbito político andaluz tras sugerir Arenas que ETA tiene relación con el 11-M”, decían, mientras rotulaban “Arenas resucita la 'teoría de la conspiración'”. Canal Sur, a lo suyo, claro. Pero Arenas, ¿qué pensaba? Debería traerse a Acebes para hacer campaña con él. Seguro que eso es lo que le falta para terminar de ganarse al electorado andaluz. ¿O es que sólo quería ganarse a los taxistas con COPE? Pues eso, de la manita de Acebes y volviendo a sacar a ETA en el 11-M, seguro que la presidencia de la Junta ya es suya. Menudo talento el de Arenas. Vaya regalito le ha hecho al PSOE.