30 de septiembre de 2013

Triclinium: La corrupción como el amor (27/09/2013)


No sé si cada vez que la presidenta Díaz comparezca en el Parlamento vendrá de una sacristía. Primero, se casa con ella misma en su toma de posesión, y luego, se casa con la declaración de la renta de su marido. Pero con esas aureolas de santidad de corcho puede hacer del hisopazo de Griñán un triunfo de la Democracia, y de enseñar un prospecto la prueba de su furia contra la corrupción. Como se sabe, la declaración de la renta es demostración incontestable de limpieza y honradez. El PSOE podría pedírsela a Bárcenas, y ya se quedarían tranquilos. Es más: presentando la declaración no sólo se vuelven imposibles tus chanchullos o negruras particulares, sino los de tu gobierno y tu partido. Cómo va a estar imputado todo el consejo de Invercaria, si los diputados socialistas presentan su declaración de Hacienda… Sí, de este nivel es la tontería.

Con semejantes armas venía Susana Díaz para estrenarse en una sesión de control. Y con su discurso de investidura. No se va ni a molestar en repetir promesas: le bastará con la referencia a sus promesas ya encuadernadas. Así lo hizo cuando Zoido le preguntó por los mecanismos para evitar nuevos casos de corrupción. Como si ella no se hubiera expiado y expurgado suficientemente en aquel discurso de pureza y transmutación. Y encima, desnuda matrimonialmente su IRPF y a Zoido le parece “teatro”. “No me van a superar en la lucha contra la corrupción”, insistió la presidenta, pero Zoido le reprochó no haber tomado aún medidas concretas en el último consejo de Gobierno y quiso saber si mantenía las conclusiones de su grupo en la Comisión ERE. Díaz no le salió por peteneras, sino por rumbas. Dijo que llevaba de presidenta “19 días pero no 500 noches”, como la canción de Sabina. Ah, la corrupción tarda más en curarse que el amor. Y con menos ganas. “Su grupo está obsesionado con los ERE”, volvió a decir con voz de Griñán, e invitó a Zoido a preocuparse por los pensionistas o los enfermos de cáncer. Derechona, pobrecitos, obsesiones, la paja y la viga… Estos nuevos tiempos se parecen demasiado a los pasados.

No necesitó Díaz más munición ante Zoido, porque, frente a viejas argucias y nuevos retruécanos, el líder del PP estuvo torpe, balbuceante, como sin las gafas. Pero la imagen de gran estadista de Díaz ya había quedado clara antes, con autopreguntas de IU y el PSOE sobre financiación autonómica y modelo territorial (parecía Carme Chacón arreglando España). O con su grandioso estreno, al contestar a Castro Román así: “Comparto con usted de que...”. Olé. Como el que se merece De Llera, que llegó a afirmar que “respeta las decisiones de la justicia”, sin que tuviéramos noticia de ninguna emergencia urinaria tras esas palabras. Y otro olé del Nuevo Tiempo para Manuel Jiménez, consejero de Presidencia: le recordaron que el fondo de reptiles le tocaba a través de una subvención pósit para una feria en Chiclana, y contestó que él “hizo una petición, recibió los fondos y los ejecutó”. Pedid y se os concederá. Si sois del PSOE, claro. Y en cuanto a Sánchez Maldonado, consejero de Economía, va como de abuelete tierno, no sé si para que dé reparo atizarle con sus enclenques números o justificaciones. Al ritmo de su andador parece que van las ganas por investigar las facturas de UGT. El asunto ya está en los juzgados, pero él explicaba que aún andan mirando si hay algo que mirar…

Era el día del combate entre transparencias de unos y otros, como un concurso de camisetas mojadas, por eso, la proposición no de ley del PP al respecto fue rechazada. El PSOE es “más ambicioso” y prepara su propia y definitiva ley. Para Ignacio García, de IU, el PP “llega tarde” y “no entra en el fondo, que es la financiación de los partidos”. Yo diría que el fondo es la fiesta a costa del dinero público, pero eso no se ve igual cuando uno está invitado. “Busquen el dinero para asar una vaca” y “dejen el teatro de las declaraciones [de la renta]”, terminó diciendo Carlos Rojas, del PP. Difícil encontrar ahora esas cosas. Con tanta transparencia no se ve nada.

27 de septiembre de 2013

Ouroboros: El otoño en las clepsidras (24/09/2013)


Ha vuelto el otoño como un lento señor gato a la casa, sin darnos cuenta, después de que en el verano nos avisaran de que se acercaban revoluciones y eras como zepelines en el cielo. El señor gato ha entrado sin que veamos cambiar la temperatura ni los colores. Ha traído el otoño con el periódico, pero no en los ojos, que aún viven la marea de la carne, la saliva del sudor y la noche como una alta palmera. Las revoluciones y las eras también se supone que han llegado, porque ya han pasado por las grapas del calendario y sus protocolos de cartero o verdugo. Pero no terminamos de verlas ocupar su sitio en los planetas ni en las chozas. El horizonte sigue siendo el mismo lago quieto, y la tierra y las manos siguen criando las mismas hormigas. La cuerda del sol se ha tensado, es otoño realmente en las clepsidras de los dioses y en la cintura del hemisferio. Pero aquí aún notamos el calor como una concha ardiendo, como un escorpión en una piedra. Igual han cambiado de era en alguna centralita telefónica, en algún almacén privado, en algún poema de algún cajón. Pero aquí aún notamos el frío como un hielo que se orina.

Todo se repite, pero lo que más se repite es el cambio. Y no sólo en las esferas celestes que según Pitágoras y Kepler cantan, en el Universo que rueda, se mueve y se mece para mantener a la eternidad existiendo. El cambio se repite en política, dando vueltas para llegar adonde estaba hace un año o treinta, aun habiendo visto en el camino mudar todo el tapiz de las estrellas o todas las caras de una foto. Susana Díaz no es ninguna novedad en ese cambio estacional, circular y cartográfico. No va a inventar otro horóscopo ni otro sistema solar, no se va a salir del zodiaco ni va a torcer el eje del globo como una gavilla. Simplemente flotará en las ecuaciones eternas de la partitocracia, cruzará por primaveras como si la rozara un ala de cometa, pasará por tormentas que no la moverán, y el tiempo la devolverá al mismo lugar aunque nos cuente que hemos visitado galaxias de coral.

Susana Díaz no puede hacer ninguna revolución porque no han cambiado ni las leyes cósmicas de la política ni las del PSOE andaluz. Ella es la prueba. Una manijera de partido para llevar Andalucía como se lleva una cantera. Un Gobierno trapero construido según intereses provinciales. Un quehacer enfocado en el pensamiento performativo, la confrontación, la menesterosidad y la propaganda. La nueva era y la revolución, con megáfono de heladero, eran sólo cartelones de verano, como de circo pobre. Ha llegado el otoño porque lo dicen los mapas y los campanarios que se reguinchan en su sombra. Pero aún hace calor como de tener un animal en los brazos. Ha llegado un nuevo tiempo porque lo publicitaban el interés, el disimulo y el cinismo de los políticos. Pero tenemos frío por dentro de la carne, por dentro de los años, y sentimos la esperanza como un cubo de pozo vacío. Ya es otoño. La cintura del planeta baila y nosotros tiritamos haciendo caso a la eternidad.

Somos Zapping: Poner ojitos de langostino (23/09/2013)


Apostolado de Susana. Se veía venir: el debate con colores de ruleta de Telecinco, con el público allí mismo palomitero o salpicado, con los temas del taxista, con la falsa participación que es sólo repescar en Internet y grabar a la señora en la plaza… Pónganle todas las arrobas que quieran, pero @debate ya está más visto que Javier Aroca, que, cómo no, también estaba, con su cabeza y su pelo de profeta ante su viento imaginario y eterno. Si al formato completamente vulgar le unimos la visible intencionalidad de Canal Sur, la cosa tenía que terminar en esperpento. No se merece otra palabra la avilantez de presentar el tema de la “regeneración política” con las imágenes y las palabras sacrificiales de Griñán y, luego, de Susana Díaz en su discurso de investidura (justo lo de “me avergüenza la corrupción y me propongo combatirla con todas mis fuerzas”, con convenientes zooms subrayando su determinación). Pero continuaba la voz en off: “Y para combatirla, lo primero que ha hecho ha sido mover ficha renovando a su equipo de Gobierno”. Tremendo porrazo a la corrupción ése, sí. Y enfrente, a contrapié, y con sus siglas sobre fondo negro, “el PP sigue sin decidir quién será el sucesor de Arenas, salpicado por el caso Bárcenas”. “Andalucía sólo supone un eslabón en la cadena [de esa regeneración]”, seguían, para terminar colando el eslogan mismo de Susana Díaz en un gran rótulo sobre el hemiciclo del Congreso: “¿Nuevos tiempos para la política?”. Sí, Susana Díaz ha despertado a toda la política, por lo visto. Una revolucionaria. Cuando uno de los invitados se limitaba a hablar de la “crisis de los dos grandes partidos” en general, el presentador, Rafael Fernández, reconducía la cosa: “En el caso del Partido Socialista en Andalucía, ¿no lo podemos calificar de renovación?”. Hombre, y aún más: inspiración, apostolado… El susanismo debería crear pronto un logo para que Canal Sur lo adoptara como suyo. Ese sol perplejo o copyright navideño que identificaba hasta ahora a La Nuestra se ha quedado viejo en el Nuevo Tiempo.


El mal picador. Antonio Lozano, ex Director General de Presupuestos, es imputado por prevaricación y malversación; admite que las transferencias de financiación no se pueden usar para ayudas, y además la jueza nos descubre que la Junta engordaba los gastos del IFA/Idea para tapar el fondo de reptiles. Un bombazo que destroza las tesis de Aguayo, Magdalena Álvarez, Chaves y Griñán. Pero en Canal Sur, las noticias sobre Alaya parecen taurinas, así que lo que venían a decir era que había castigado demasiado al imputado, como un mal picador. “Lozano, tras contestar a cinco preguntas, ha pedido que se suspenda su declaración por considerar que se no se están respetando sus garantías”, abría Juan Carlos Roldán. “Ha sido un interrogatorio tenso, con algunos rifirrafes”, comenzaba su crónica la inevitable Bárbara Ruíz. Pasando rápidamente por los graves cargos, sin mencionar los gastos engordados ni lo que suponen, los micrófonos recogían luego las quejas o las simples tácticas de defensa del abogado. No es que eso no sea digno de mención. Pero el titular no puede ser algo así como “pobre toro” cuando ha corneando a toda la cuadrilla.


Miasmas. Me debato entre darle el premio a la vergüenza esta semana al programa de Merche, resucitando entre jaramagos a la más relamida y telarañosa Isabel Gemio, o la intervención en Canal Sur del líder de UGT Andalucía, Francisco Fernández Sevilla, afirmando que había devuelto algunas facturas irregulares a la Junta para más tarde desdecirse. Creo que ya no cuelan las flores perfumadas con lágrimas ni, mucho menos, la teoría de la conspiración mediática contra los sindicatos con tantas pruebas evidentes y saltonas como ojitos de langostinos. Merche intenta llevar con dignidad y mucho tacón un formato coñazo, hortera y tan remuerto como las Mamachicho, Steve Urkel o el Un, Dos, Tres, pero los miasmas traspasan la pantalla. También la suciedad les traspasa la pana a los líderes sindicales. Pero ellos no pueden poner ojitos. Ni de langostino siquiera.

#TuitMix: La consejería de pegar pellizcos (22/09/2013)


Coyotes y correcaminos. Lleva razón @FcoJavierRecio: “Todos los gobiernos tienen un ministro/consejero señuelo para periodistas. El de la Junta ahora es De Llera”. De Llera, consejero siempre horripilado u horripilante, subidor oficial del pan, lenguaraz sin dejar de ser artero, como un heladero zampaniños, tiene una consejería de pegar pellizcos a la que hasta ahora se le desconoce otra utilidad que quejarse de Alaya y hacer quites a los sospechosos de corrupción de su partido. Al fin y al cabo, fue elegido para eso. Lo que sigue resultando curioso es que en el #NuevoTiempo de Susana Díaz, cuando la transparencia nos ciega y la contundente lucha contra la corrupción le pone martillitos de goma en los discursos, la presidenta decidiera conservar a De Llera. Debe de considerarlo un consejero fundamental, estratégico, lo cual dice mucho del cambio y la regeneración susanistas. La última perla de De Llera: “Los medios airean excesivamente asuntos judiciales con políticos involucrados”. Evidentemente, “el consejero igual prefiere que no se aireen…”, decía @edubarbaramos, que añadía: “Si el grotesco mensaje de Llera contra los medios lo hace alguien del PP, se levanta en armas Twitter y el falso corporativismo periodístico”. Sí, los paladines de la libérrima libertad libertaria y pañoletera parece que esta vez no se dieron por aludidos con la libertad de prensa, cosa de derechas. “Qué recuerdos tienen algunos de cuando los medios tenían que escribir al dictado”, señalaba ‏@FernandoDValle. “Calladitos están más guapos, ¿no?”, escribía @miguelangel_g15. Lo de siempre entre el poder y la prensa libre… Y si se nos olvida, ahí está para recordárnoslo De Llera, coyote de este Gobierno Warner con demasiados correcaminos.

Capacidad de gasto. @_susanadiaz sermoneaba en el @XI_AECPA que “la transparencia es la mejor vacuna para que la política recupere su prestigio”, y Alaya imputaba a su ex número dos por prevaricación y malversación. Algo compatible para el @psoedeandalucia, que tuiteaba: “@mariojimenez advierte de que no se puede acusar de malversación a quien no tiene capacidad de gasto, como el director general de Presupuesto”. No sé si canta más que nos digan que ese cargo no sirve para nada, o el hecho de que Jiménez señale así a los que están por encima, los que sí tienen esa capacidad de decidir el gasto. O sea, que la jueza hace bien al apuntar más arriba. Si es que Alaya les hace caso y se quejan…


Con los tuyos. @conchacaballer posteaba: “Mi artículo de hoy. Sobre imputaciones, garantías y literatura. Señalados: objetivo conseguido”. Enseguida, aplaudía @AmparoRubiales: “Gran artículo!!! Y q bien se está con los tuyos y contigo! Bss”. Seguro que era por otra cosa, pero eso de estar “con los tuyos” tiene una gran carga de significado. Ya no se trata de pensar. Se trata de estar. Con nosotros o contra nosotros.

18 de septiembre de 2013

Ouroboros: La chistera (17/09/2013)


Llevar chistera siempre me ha parecido algo como de deshollinador de musical. Ir con chistera es como llevar en la cabeza el podio de los pies, una dama sentada, un paso de baile, el ataúd de una chimenea, una olla de palomas, un escritorio con tintero o un personaje de Víctor Hugo. O eres un mimo en La Rambla, o eres un bailarín muerto, o eres Juan Tamariz, o eres Carlos de Inglaterra. A partir de ahí, las chisteras son capuchones a rosca para caricaturas. Hay quien, con chistera, lo que parece es un boy en una despedida de soltera. Pero seguro que es porque soy poco fino. Estoy acordándome de la boda de Fran Rivera con Eugenia. Toda una Duquesa de Alba, ante quien la Reina de Inglaterra es sólo una palanganera, a mí me parecía Omaíta en el casamiento de la Devo. Su hijo, Cayetano, diría que iba de presentador de circo o de peluquero de lujo de caballos. Y a su hija, Eugenia, sin duda la habían vestido para la boda en Disneylandia, en una caseta frente a un castillo hinchable. Como seguro que en realidad iban todos elegantísimos, cosa que dan los títulos, la clase y todos sus muebles con volutas en las patas, es que no tengo ni idea de eso.

Chistera y chaqué tienen dos ches que suenan a chuminada, pero eso es lo que hay que vestir cuando la clase se le puede salir a uno por la cabeza o el pernil, como al champán destapado. Esto habrán pensado en la boda rondeña de Fran Rivera y Lourdes Montes. La clase adecuadamente embotellada, la elegancia con todos sus forros, que si no se vuela como una gorra, menuda vulgaridad. Por eso los hombres tenían que ir con chaqué y chistera, y las mujeres de corto y con tocado, a ser posible del modelo ensaladera o ave atrapada en un cepo. No era una boda, sino un anidamiento en masa, con tanto pingüino y tanto palomo. Eso sí, todo finísimo. La novia llegó en un Rolls verde con las lunas tintadas (¿pondría detrás “turbo” con letras de llamas?) y uno se imagina cisnes de hielo, templetes adornados con cintas y guirnaldas, y tartas imitando fuentes o fuentes imitando tartas. Miren si fue elegante que estaba invitado Farruquito, que es capaz de llevar más encajes que la novia. Y César Cadaval. Y José Manuel Soto. Gente que uno no se puede imaginar sin chistera (hay otros a los que no te los imaginas con ella, como Fernando Alonso, que por eso no fue). También estuvo Eva González, novia de Cayetano Rivera, como una princesa de los geranios. ¿Cómo vas a quitarle a esta gente su chistera de charol, su pamelón como un sombrajo derretido, su traje como cosido aún al perchero? Sería dejarlos sin piel, peor que quitarles el meñique estirado o el gintonic con adelfas. No estaban vestidos para una exclusiva, domo dicen, sino para retratar a la auténtica aristocracia de este país, una aristocracia como dos tallas más grande que cualquier otra. La elegancia está en esos detalles. Yo quizá soy poco fino, pero ya me voy enterando de qué va la cosa. La finura es que parezca que a todos les falta el caballo, el muerto, la varita mágica o el maletín de facturas.

Somos Zapping: Alaya, la panadera y el emperador (16/09/2013)


La caza. En las noticias de Canal Sur dividían la pantalla entre la imagen de la jueza Alaya y la de Chaves y Griñán, como el cartel de una velada de boxeo. No es sólo un recurso gráfico, sino que es así como lo presentan. No se trata de dos ex presidentes autonómicos (y otros) pendientes de la justicia por lo que han hecho o dejado de hacer (el auto habla de “presuntos delitos de prevaricación y malversación entre otros”). Canal Sur lo trata más como una lucha o una persecución a paraguazos de una aviesa señora contra pacíficos abueletes de la autonomía. El foco no está nunca en los graves hechos que se plantean, sino en quien los señala, cruel como un cazador de focas. No parece que sea una jueza haciendo su trabajo, sino una maníaca que quiere matar al PSOE con hielo y veneno. El informativo de aquella noche había abierto así: “La Fiscalía Anticorrupción estudia el último auto de la jueza Alaya para determinar si se ajusta a derecho”. Ése era el titular, no que una juez instruya derechos a dos ex presidentes porque ve indicios para solicitar su imputación. Incluso aunque el auto no fuera necesario, incluso aunque esa instrucción de derechos fuera formalmente defectuosa (se verá), eso no cambia para nada el fundamento, la gravedad y la cercanía de esa petición de imputación. “Se trata de un nuevo auto polémico de la jueza Alaya, presentado en un momento político crucial, y que según algunos expertos jurídicos, está lleno de filigranas que podrían incluso rozar la ilegalidad”, destacaba la imprescindible Bárbara Ruíz, cronista de todo lo resbaladizo de Alaya. Con uno de estos especialistas hablaron en directo. El profesor de derecho procesal y penal de la Universidad de Sevilla, Miguel Polaino Orts, afeó la crónica anterior asegurando que Alaya sólo ha aplicado el artículo 118 bis de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. No muy conforme con eso, Mabel Mata le preguntó si “es habitual un auto de estas características”. Si el auto es correcto, por lo menos que parezca malintencionado. Que las sombras vampíricas de Alaya oculten las verdaderas responsabilidades.


Campechanos. A Susana Díaz le estropearon el primer picnic de su Gobierno, como un chaparrón de realidad sobre su té de muñecas, pero pronto se pudo resarcir pisando palacio. Su audiencia con el Rey tuvo un poco de aquello de La panadera y el emperador. En Canal Sur veíamos la cara de la presidenta multiplicada por las pantallas, una cara que parecía haber ganado perfil de moneda y finura de tapiz por la cercanía con la realeza. Fue un ejemplo muy gráfico del susanismo caleidoscópico que diseña La Nuestra. Esta muchacha nueva tienen que conocerla los andaluces, parece que han dicho, y Canal Sur pone espejos y orlas a cada una de sus presencias. Susana Díaz sigue sin decir nada (un poco como el Rey), aunque lo dice como desde la pinacoteca o la Navidad de su cargo (como el Rey). Al final, lo único que podremos afirmar de ella (como del Rey) es que es muy campechana. Ya, con eso, se ganan el sueldo.


Cutre pero barato. Canal Sur renueva la parrilla de una manera rara, como abrillantando sus telarañas, igual que la familia Munster. Nos van a colocar, a estas alturas, un programa estilo Sorpresa, sorpresa presentado por Merche (pero qué necesidad había…) y sigue el latazo retrofranquista de la copla, pero por ejemplo nos quedamos sin Pido la palabra, un espacio domesticado aunque con destellos interesantes de vez en cuando. Veremos si el nuevo programa de debate tira más hacia La clave o a Telecinco, pero pueden hacer ustedes apuestas… Tampoco se renueva La semana más larga, no porque el papaconchoquismo humorístico o las pollas de goma sean más o menos servicio público, sino, creo yo, porque tenía demasiada estrellita y salía bastante caro. La mañana la llena el drama gratis; la tarde, el achuchón con bolsa de agua caliente, igual de gratis; y los niños cargantes y los chavales de la copla, baratos como un organillo con cabra, pueden ocupar noches y noches sin que decaiga su entusiasmo. Ya que va ser todo igual de cutre, al menos que sea barato.

16 de septiembre de 2013

#TuitMix: Expertos en Alaya y en Casillas (15/09/2013)


Jurisperitos. Los expertos en derecho procesal han superado a los expertos en Casillas. “Prevaricadoramente clarito” le parecía el auto de Alaya a @Jelbali, fontanero de Griñán.  “Con prevaricación o sin ella, la jueza Alaya ha conseguido el golpe de efecto que pretendía y desviar la atención informativa del día”, decía @merceperello. “Pseudoimputaciones y otras balas mediáticas en días señalados”, coincidía  ‏@Pedro_Orteg, responsable de comunicación de IU-CA (¿sorprende?). El periodista de Canal Sur @plazaro67 afirmaba que “la juez #Alaya deja claro a Susana Díaz quién lidera la oposición en #Andalucía en plena toma de posesión de su gobierno”. Como decía ‏@Joseluis_Cuevas, “llevan meses pidiendo celeridad y que los imputen ya... y hoy se quejan”. Hay expertos serios que le ponen pegas al auto, o aseguran que sólo sigue las recomendaciones de la audiencia provincial. Se resolverá en ese mundo de sutilezas y dobles fondos de los tribunales. Lo que me extraña es que los socialistas digan que la jueza prevarica claramente y su instrucción puede llevar a la nulidad, y se quejen de ella. Deberían aplaudirla y sonreír. Pero mirar las puñetas desenfoca la gravedad del asunto. O lo salda. @iescolar, director de eldiario.es, tuiteaba: “Lo que ha sucedido con los ERE es impresentable y exige responsabilidades políticas, no solo judiciales. Pero Griñán ha dimitido”. Y ahí se acaba la cosa. Que le quiten las multas de tráfico también. “Ha dimitido, qué más responsabilidad cabe??”, insistía @Jelbali. “Pero sin admitir responsabilidad alguna”, matizaba @kakanizacion. @m_gonzalezgcia resumía: “El régimen socialista andaluz ha vaciado las arcas públicas para su beneficio y ahora lo que les preocupa a Griñán y Chaves es su reputación”. Pues sí. Prioridades.

Susi censurada. Otra prioridad del PSOE andaluz: denunciar la divertidísima cuenta @Susi_Enfurecida, que ha sido suspendida (ya funciona @Susi_Enfuresia). Me pregunto si la misma presidenta habrá rellenado el formulario en inglés. Éstos de Twitter no entienden la guasa, porque se puede suspender una cuenta por suplantación de identidad, pero no por hacer una parodia. @evacampostower, que se proclama “progresista”, lo justificaba así: “Una cosa es guasa y otra bien distinta la falta de respeto. Creo adecuado que twitter ha hecho bien cerrando esta cuenta” (sic). Son como curas de Agustín González.

Cuánta responsabilidad. @_susanadiaz no tuiteaba desde el 25 de julio y volvió a hacerlo el día de su toma de posesión. Y a lo grande: “Camino de mi toma de posesión como presidenta de la Junta de Andalucía. Asumo con responsabilidad, ilusión y orgullo esta responsabilidad”. “Cuánta responsabilidad!”, se choteaba @cchurruca. Asumir con responsabilidad la responsabilidad. Que alguien escriba ese tuit, que se mantenga desde el día 7, que no se den cuenta o les dé lo mismo... El nivelito del #NuevoTiempo.

12 de septiembre de 2013

Triclinium: Alguien se sentó en el pastel (11/09/2013)

Entre el merengue de la comunión, los bordados de la nada coronada y la mesa puesta para las provincias del PSOE en este nuevo Gobierno de repartición, apareció Alaya y en San Telmo se atragantaron con rabos de cereza. Esta manía de Alaya de colarse sin estar invitada, sin haber regalado un libro de nácar ni un monedero en la puesta de largo del Nuevo Tiempo… El PSOE le había pedido celeridad, había criticado mucho esas “imputaciones selectivas” que dejaban fuera a los aforados… Pero claro, tampoco había que estropearles su paripé, su cambio de mantel. Si el PSOE protesta ahora, es porque Alaya les ha fastidiado el último vals de la noche de bodas. No tendría sentido que se quejaran de que la jueza haya hecho precisamente lo que pedían. ¿O sí?

Susana Díaz, con el cuadro velazqueño de sus consejeros detrás, hablaba de “un gobierno sensible, que escuche, transparente”, y fue como si le empezasen a caer horquillas del precioso moño de estos días. Su transparencia se convirtió en invisibilidad. Sus palabras, en musiquilla de ascensor. La gente dejó de escucharla para tuitear y retuitear la bomba. “Vaya caritas”, decían en Twitter de los socialistas presentes en la fiesta aguada. A Susana Díaz se la llevaron luego en volandas para informarla. Chaves despareció. En TW, nadie del PSOE decía nada. Al primero que vi reaccionar fue a Enrique Linde. “‏Leído el auto de la jueza Alaya, no es ni siquiera propuesta de imputación sino trasladar a los citados la existencia del procedimiento”. Sí, la jueza avisa de que va a solicitar su imputación y les da la oportunidad de personarse para alegar lo que estimen oportuno. Para el PSOE, esto significa que no pasa nada: el auto es una no imputación de quien no puede imputar aunque a veces se equivoque no imputando, o sea. “¡Que no puede abrir ese proceso de imputación!”, insistía Amparo Rubiales. Cómo se notaban las ganas de algunos de luchar implacablemente contra la corrupción. Sí, no pasaba nada. Y tan leve era esa nada que en San Telmo estaban blancos. Y pronto llegó la hora de atizarle a la jueza.

Parecía que los informativos de Canal Sur habían tenido que cambiar de vajilla más que de primera noticia, pero el titular fue acertado: “La jueza Alaya abre el procedimiento para una posible imputación por el caso de los ERE a los ex presidentes de la Junta…”. Claro que luego llegó Bárbara Ruiz, la especialista de Canal Sur en los borrones de la jueza, para decir que el auto era “cuanto menos peculiar” y que “incluso incurre en algunas contradicciones”. Según, eso sí, “las fuentes consultadas” (uno se imagina a Pérez Royo siendo esas fuentes con todos sus chorritos). La noticia en Canal Sur siempre tiene que ser una grapa del auto. El hecho capital de que dos ex presidentes y cinco ex consejeros más puedan ser imputados, de que un juez vea sólidos y graves indicios de delito contra ellos, les parece una riña de gorrillas al lado de la gramática, las motivaciones, el almanaque y el uso del typex de Alaya, agente del PP.

Se puede pensar que el auto es innecesario, que bastaría remitir el suplicatorio al tribunal competente y se ahorrarían disgustos intermedios. Pero que Alaya haya decidido este método por garantismo, cautela o intención de dejar mejor atada la instrucción, es irrelevante ante el hecho cierto y cercano de la petición de imputación. A Emilio de Llera, que salió en el informativo nervioso de ojos y horripilado de cejas, le parecía otra cosa: “¿Pero es verdad que lo ha sacado hoy? –preguntaba a los periodistas-. Increíble. Me parece increíble”. Ha sido tan increíble, tan imprevisible esto de Alaya, que a Griñán ni le ha dado tiempo a quitarse de en medio... Ah, no, que sí... En fin. Por su parte, Valderas decía que “cada institución, a lo suyo”. Es que él ya ha pasado página con esto del Nuevo Tiempo. Sus ternezas con Griñán, la defensa que ha hecho del ex presidente negando los argumentos de la jueza, no importan. En realidad, nada importa, salvo que alguien se sentó en el pastel.

Ouroboros: PP-A 2040 (10/09/2013)


Madrid quería ser olímpico, como si con eso consiguiera por fin su mar abierto al mundo. Ya no se honra a los dioses con jabalina, ni los atletas tienen el mismo público que los filósofos, cuando los Juegos se aprovechaban para difundir las nuevas ideas en el opistódomo del templo de Zeus. Ahora sirven para vender refrescos y sudaderas, y para que las ciudades exporten grandeza, prosperidad y fuentes que sólo han alquilado. Los Juegos han sido usados para dorar dictaduras y tapar miserias, el espíritu olímpico es una paloma patrocinada, y el COI, el mejor trabajo que existe. Pero tener unos Juegos sigue siendo algo que todos quieren. Sobre todo, los pobres. Como esos rocieros que se entrampan. No parece que los Juegos den beneficio más que a las constructoras y a las agencias de viajes, pero a los pobres nos hace ilusión ser ese acerico de banderas, esa piscina del planeta. Recuerden los sueños de Sevilla, monumentados en ese Estadio Olímpico grande para el fútbol y pequeño para la gloria, con ecos y abandonos de canódromo, donde llegan más guitarristas que gladiadores del deporte. Madrid no se ha llevado ese pastel de oro y calcetines por pobre, por torpe o por chuleta. O por la España corrupta. O la derrotista. O porque Rajoy y Botella hacen unos padrinos como de duelo. Lo han intentado igual que con un viejo amor desdeñoso, e insistirán, seguro, cuando, como suele ocurrir, el desprecio se olvide y la esperanza se reinvente para sobrevivir.

La verdad, esto parece lo del PP andaluz. Tras muchos años de imaginar eslóganes y pintar manos de diferentes colores, de moverse de la derecha al centro y alrededores de la calle, de acercarse hasta casi soplar la antorcha de los dioses, resulta que la última y más propicia oportunidad la pierden, como Madrid, por conspiraciones, malas traducciones, desmañas o señores cenizos. Ya, podría ser Madrid 2040 o PP-A 2040, sobre todo si sus guías siguen con el relaxing café, sin tener abanderado y mirándose unos a otros como jugadores de voleibol mal colocados. Además, aún no han acabado con la maldición del pijifacherío que los mata estética e históricamente. El PSOE andaluz es esa gran cosechadora que sigue a su ritmo rumiante pero efectivo, con uno o con otra, con el triste o con la de la comunión, usando la lastimería, el victimismo y la sopichuela. Es lo que les sirve a ellos. El PP, sin embargo, aún no ha encontrado lo que le sirve, salvo para ser guardia municipal. Sin gente, sin imagen (más que la negativa, la rancia, de la que no aciertan a desprenderse), solo tienen sus números, aunque sean los números de la realidad. Pero el andaluz desprecia las cifras de empollón por la candelada del sentimiento. Y ahí el PP no sabe jugar. Poco más tiene ahora, porque Rajoy es una cucaña caída y la corrupción se la pueden devolver dialécticamente. El PP quería gobernar Andalucía pero sus regatistas y azafatos se quedaron con la ponchera preparada. ¿No les parece realista lo del PP-A 2040? Pongan ustedes la fecha.

10 de septiembre de 2013

Somos Zapping: Construyendo a Susana (09/09/2013)


Pura nada. Ahora hay que construir una presidenta. De la nada, casi. A partir de una persona absolutamente mediocre, una envenenadora de aparato, un cruzado de partido, sin experiencia, sin conocimiento, sin cultura. Bien, ¿qué tenemos? Es joven y mujer. Pues centrémonos en eso. Y de origen humilde. Estupendo: del pueblo, llana, cercana, uno de los suyos gobernando, alguien que les comprende. Les encantará. ¿Y su discurso? Discurso estándar: lo que ya sabemos que funciona, y lo que la gente quiera oír. Y el cambio. Cambio histórico, cambio generacional, nuevo tiempo, cosas así… Pero tiene que parecer muy enérgica con la corrupción, eso es imprescindible. Si sale bien, puede durar más que Chaves. Y ella va a saber ganar y repartir más y mejor para el partido.
            Me he imaginado esta conversación entre fontaneros o demiurgos del PSOE andaluz, ahora que veo el especial que le dedicó Los reporteros a Susana Díaz, como los que se le dedican a una princesa nórdica en su casorio. Construir una presidenta, construir un mito, empujar a la gente hacia una adoración libre pero rendida, como con las monarquías o los ídolos del pop. Se puede hacer, con los medios suficientes. Y aquí los tienen. Lleva mucho tiempo Canal Sur colaborando en la tarea. Informativo tras informativo, ha ido repitiendo con más o menos disimulo las ideas fuerza, las consignas diseñadas para convertir en gobernante a un soldado de partido, aunque con ambiciones napoleónicas. Ya estaba en ello, aunque en estos días de su éxtasis y asunción, en su debate y en su comunión, Canal Sur ha chorreado susanismo, como ya he escrito. Pero mi experimento hoy es con Los reporteros. “Nuestra comunidad tiene por primera vez una mujer al frente”, empieza el programa. “Un hecho sin precedentes en la historia de la autonomía”, continúan, aunque fuera se adelantaron los del PP. El “compromiso de lucha contra la corrupción” y el “rechazo a los recortes sociales” se mencionan antes incluso de que nos ofrezcan un conveniente resumen de su discurso y del debate, un montaje glorioso, un mural de victoria. Luego, “el barrio popular de Triana” e imágenes de Plácido Fernández Viagas para ubicarla en la historia y la épica autonómica. Dicen “relevo generacional”, rotulan “de género y generación”, y Susana Díaz vuelve a decir que los ciudadanos están “hastiados de la corrupción”. Y en boca de Griñán, oímos “cambio generacional y de género”, “ese cambio y ese nuevo impulso”. Y de nuevo Susana Díaz, “la primera vez que Andalucía va a tener una mujer al frente” (la misma frase con que comenzó la presentadora). Y siguen: “oportunidad de cambio”, otra vez se oye “implacable en la lucha contra la corrupción” y dejan claro que su perfil de partido ha ido “virando hacia otro más institucional”. “Nueva etapa”, “impulsar renovaciones”, dice también Valderas. “Una mujer joven”, “impulso clarísimo”, declara Elena Valenciano. Sí, así se hace una presidenta. Que sirva, al menos, para lo que se pretende. Así se hace una presidenta de la nada. Y, lo más grave, para terminar en otra nada. Puro encaje al viento, pura blancura de la misma nada.


El nivel de la pringue. Estoy deseando que llegue la nueva temporada de Menuda noche, porque las repeticiones de sus mejores momentos llevan acumulándose todo el verano como un montón de pescado bajo el sol. Destilar este programa, sacar los mejores culazos de la copla, arrebatos raciales o gracias arrieras produce una concentración de mal gusto del todo venenosa. Pero siempre es posible superarse. Pueden juntar todo su fandanguerismo con Arévalo, y que encima llame al programa La Bombi, como vi hace poco, en un nivel de lo cutrerrancio parejo a José Luis Moreno. O pueden invitar al Mani y agasajarlo con un tartazo impresionante, pero hecho de chacina y queso. Sí, todo un cerdo amerengado o un confitero destripado, allí, como gracia u homenaje al hambre carpantuda del andaluz, que sería capaz de comer salchichas de dulce y helado de chorizo. Que empiece ya la nueva temporada y que baje el nivelito. De pringue, al menos.

#TuitMix: ¿Escuchaste la voz de Dios? (08/09/2013)


Un credo político. Es el #NuevoTiempo, ese arco iris que ya pueden ver sobre Andalucía. La verdad, suena a secta. Con ese hashtag me encontré, el mismo día 5, este tuit de @tvnuevotiempo: “¿Escuchaste la voz de Dios hoy?”. Pero Dios aquí era mujer y nos traía la definitiva parusía. “Todo un credo político, de un #NuevoTiempo, el discurso de @_susanadiaz”, santificaba ‏@CDiazPines. “Con ella Andalucía será imparable y todo un modelo a seguir para el resto de España”, profetizaba @carlossuffo. @FPinedaLuna, no sabemos si con seca ironía o sincero papanatismo, proclamaba la resurrección: “Con el discurso de Susana Díaz renace la esperanza de la izquierda europea”. Para los que no sentían la cegadora luz de la Verdad, era simplemente el #susanato o el #susanismo. “Susanismo #masdelomismo”, resumía @Anabolsom.  Para @cooontreeras, “el Nuevo Tiempo empieza a oler a 1980”, y @FAlvarezOssorio hacía notar que “el problema de todos los presidentes andaluces es que parece que han llegado de Marte. El cambio sobre el cambio del recambio”. Pero no, Díaz no viene de Marte. Ella ya lleva mucho tiempo en este PSOE podrido. Pero sin tocarlo. Sólo estudiando cómo cambiarlo.

Discurso de telenovela. El discurso fue vaporoso, pero ya se empiezan a notar sus efectos. Pues va a ser verdad que a Susana no le gusta la corrupción: sale ardiendo el archivo de LosPalacios... uyyuyui”, anunciaba  ‏@SBFdez. Sí, con los papeles que la justicia reclamaba al alcalde del PSOE, investigado. Eso se llama reducir la corrupción a cenizas. Tenía razón @crivasreina: “No se entiende que algunos hablen de corrupción y transparencia como recién descubiertas. La honradez es histórica, como la desfachatez”. Puede que no para las primeras mujeres presidentas, que abren un nuevo tiempo más que nada por sepultar bajo hormigón lo anterior. Algunos vieron “un gran discurso electoral”, como @Pepe_Fdez. Para ‏@jjcuellarruiz era “como un programa político pero sin elecciones. Muchos anuncios y expectativas por cumplir”. Algunas de sus tibias propuestas generaron bastante cachondeo. “Susana Díaz propone crear un observatorio de expertos para analizar los observatorios de expertos”, satirizaba @AlbertoGReyes. Y ‏@LMontotoR  dejaba caer: “@_susanadiaz dice: ‘No se puede gobernar mirando al Ibex 35’. De hecho, lo triste es que Andalucía no tiene hoy ninguna empresa en el Ibex35”. ‏@elfuegofatuo veía a Díaz como “una reencarnación de Chávez en Andalucía”, “demagoga” y “con discurso de telenovelas”. Aquella de Agujetas de color de rosa le pega.

Dar cera. En el #debateAND, Zoido, equilibrista o invitado de su propio cargo, sobreactuó, aunque trajo números y realidades difíciles de rebatir, más con gominolas. Pero ‏@marquesperales pedía: “Que alguien de la bancada popular eche la toalla blanca, vaya palizón”. Tengo curiosidad por saber cómo entendió él la película Karate Kid.

Triclinium: El hito del unicornio (08/09/2013)


Van a terminar cargándose la Constitución de cartón sobre la que juran el cargo y ese Hércules que ya parece el mosaico de Issos. Demasiados presidentes con prisa y apuro últimamente, demasiados convidados con hambre, demasiadas palabras repolludas haciendo entre todos una vaharada corrosiva, en aquel salón o en la autonomía. Después de lo visto en la investidura, yo me preguntaba si Susana Díaz, en el primer día de su Era, diría la gran palabra, la clave, la definitiva, la que esperábamos de verdad. ¿Diría Susana Díaz “unicornio”? No pasaría nada. Los de Canal Sur seguirían con las mismas sonrisas y caras iluminadas, como las que ponen los de Telemadrid cuando viene el Papa; la palabra “unicornio” significaría un hito histórico, una nueva época y un esperanzado cambio, y las reporteras de La Nuestra con vestido turquesa, con color y actitud de dama de honor y rostro de pastorcilla portuguesa, arrastrarían sus micrófonos hasta Susana Díaz, los consejeros de la Junta o los ex presidentes amojamados, para que nos contaran sus impresiones sobre el prodigio del nuevo tiempo. Hasta las mujeres del PSOE podrían hacer una pegatina o un musical: “Todas somos unicornios”.

El “día histórico” que proclamó Isabel Gómez, nada más comenzar el especial de Canal Sur, se apiló con otros miles de días históricos de nuestra autonomía en su estantería de latas. Ninguna otra podrá superarnos nunca en historicidad ni alambre. Vestida de blanco como una novia o un Niño Jesús, sacada en pañoleta del coche oficial, Susana Díaz se casaba consigo misma ante unas seiscientas personas. Estaban viejos autonomistas con bufanda sentimental, muy gordos de historia; estaba la flor y la nata de Andalucía y su éxito, la aristocracia orgánica que nos lleva hacia adelante, la de los políticos y consejillos. Y estaban Zapatero, Chaves, Griñán, Rubalcaba, como fantasmas de navidades pasadas, como huesos pelados que dejó Susana. No parecía la escenificación de un cambio, sino la culminación de un largo canibalismo, de sucesivas fagocitosis políticas. Pero, sobre todo, yo me preguntaba cuántos de esos invitados acabarían ante un juez.

Susana Díaz no dijo “unicornio”, pero sí “horizonte”, que nos “une la esperanza y la ilusión”, y que va a “gobernar con las ventanas abiertas” y “las luces largas”, las de deslumbrar conejos. Habló de “humildad” con toda la soberbia de la palabra y dio las gracias a Zapatero. Ha recibido la herencia de los mejores, como para no estar esperanzados. Pero la niña ya era toda una presidenta, la luz institucional, avasijada y como omeya, le hacía rosas acuáticas en el pelo, y hasta Griñán lloró. Sin exagerar. Lloró como una madrina. Aunque no sabemos si de alivio. Y alguien de la familia de Díaz, que estaba en primera fila con hermanas y sobrinitos por el suelo, no se pudo contener y gritó “¡ole, ole!”. Aquello no era la toma de posesión de una presidenta. Era una comunión de barrio. Se hizo muchas fotos con los invitados, fotos numerosas, arrebujadas, de ésas de decir patata que se piden a un camarero, y quiso llevar flores al busto de Blas Infante, otro muerto sentimental que habitan y devoran tantos aprovechados. Había muchos a quienes agradecer el día.

En Canal Sur no dejaban de insistir en el “cambio” o la “ruptura generacional”. Isabel Gómez daba paso a las entrevistas en este plan: “¿Cómo va a ser este nuevo tiempo?”, y la reportera Amaya García preguntaba haciendo apostolado, incluyendo las consignas de Susana Díaz. Más o menos así: “La mujer, la transparencia, la voluntad de acuerdo, de cambio… ¿qué le parece…?”. Creo que la nueva presidenta se ha decidido por una imagen maternal y Canal Sur colaboraba entrevistando a su hermana para que nos contara “cómo es en el ámbito familiar”. Sí, una especie de presidencia modelo Toñi Moreno. Al día (“súper emocionante” según Isabel Gómez) sólo le faltó que cantara Siempre Así. La Constitución y el pobre Hércules están acostumbrados a soportar, en estos actos, cosas peores en su nombre.

7 de septiembre de 2013

Triclinium: De karaoke en el Parlamento (06/09/2013)


Con su discurso de investidura nos dimos cuenta de que Susana Díaz iba a gobernar como una viuda entre ausencias y armarios sentimentales, volviendo los abrigos y los muertos para intentar darles otros veinte inviernos de uso. Quedaba por ver cómo se manejaba cuerpo a cuerpo en el Parlamento, esa taberna de espadachines. Si en su discurso apenas levantó la mirada del atril, como para no equivocarse en el conjuro que convertía calabazas en carrozas y el Antiguo Testamento en la Buena Nueva, ayer, sin papeles, estuvo igual de recitativa pero algo más suelta. Eso sí, limitada. Sólo tiene unas cuantas bolas en el bombo de argumentos y luego esa especie de diccionario confitero suyo con “futuro”, “esperanza”, “progreso” y otras algodonosas vaharadas que entona con soniquete, y con las que podría componer un musical en cada sesión. Griñán era funcionarial, como de tintero y lamparita, y Díaz es más de pasillo y sofá, de política y transacción privadas. En realidad no le van los escenarios. Ella intenta deslumbrar con la lira y a la vez ganar cierta dignidad institucional, aparecer moderada, repartir algo de regia condescendencia incluso. Pero parece un tenista al que han obligado a bailar o declamar. Se diría que sólo está de karaoke en el Parlamento.

Quizá Susana Díaz canta abstracciones porque le asustan o le pinchan los números. Le soltó muchos Zoido, números de paro, pobreza, PIB, déficit, deudas y desconchones. Pero, curiosamente, los números con los que ella contestó fueron inspirados por De Guindos. No se preocupen de los parados, porque las exportaciones, los índices de confianza empresarial y la inflación, que el ministro nos ha vendido como la última reencarnación del brote verde, han mejorado en Andalucía. Tuvo gracia que usara los recursos desesperados de De Guindos. Tanta matraca contra las prioridades, diagnósticos y recetas de Rajoy, y resulta que los únicos números que saca Díaz son los mismos con los que pretende salvarse el Gobierno del PP. Zoido quiso quitarse el complejo de interino y se pasó. Faroleó como un principiante al pedir elecciones con demasiadas ganas, pese a saber que ahora saldrían escaldados, y le leyó a Díaz el programa del PP andaluz. La verdad, viendo cómo está cumpliendo el gobierno del PP su programa electoral, la cosa llamaba a la guasa más bien. Insistió en la poca ética de este traspaso de poderes y vino a decir que Susana Díaz estaba allí por los ERE, como una ahijada del escándalo y del “modelo viciado del PSOE andaluz” que hereda. También leyó palabras pasadas de Griñán o de Chaves, indistinguibles de las de Susana Díaz, como ecos eternos, como fantasmas superpuestos. En el Parlamento andaluz pueden cambiar cargos, ahuecar asientos, moverse filas enteras de diputados como andanas de bodega, pero todo lo que se dice suena repetido, inmutable y quizá cadáver.

Fue una gran táctica del PSOE andaluz hacer que hablara Mario Jiménez. A su lado, Susana Díaz parecía hasta buen político. Tenía la cosa algo de juego del poli malo y el poli bueno. El sofismo a la vez matón y bobalicón, agresivo y ridículo de Jiménez, que dedicó su intervención a la “guerra sucia” del PP, convirtió en burla que luego Díaz acusara a Zoido de faltón. Entre faltones, cantores y sofistas, vamos aviados aquí. Para probar el progreso de Andalucía con los gobiernos socialistas, Díaz recordó que hace treinta años, “si la enfermedad entraba en una casa, entraba la ruina”. Se le olvidó cuando la Junta inventó la jeringuilla. Y el móvil. “Iré a poner el horizonte allá donde los ciudadanos lo necesitan”, cantaba. Nos va a gobernar Judy Garland. Al final se abrazó con José Antonio Castro, que antes había hecho poesía con las gachas que le daban, y parecían los dos el pacto estatuado en una mortecina piedad. “Es mi debate”, le había dicho antes, celosa, Díaz a Zoido, porque éste hablaba demasiado de Griñán. Su debate, su Junta, su Andalucía. A ver si es capaz de hacer con ella algo más que gorgoritos.

6 de septiembre de 2013

Triclinium: El boli de cuatro colores (05/09/2013)


Uno se imaginaba a Susana Díaz escribiendo el discurso de investidura con un boli de cuatro colores. Ella está muy lejos de poder ir, como Griñán, de ateneísta de tañerse la barba. Al final, le salió un trabajo escolar, un cortaypega, un pastiche, un collage con engrudo, jirones de periódico, sorbetes y pétalos. El martes, víspera del advenimiento del Nuevo Tiempo, Virgilio, mi socialista de guardia, me aseguró que el nuevo Ejecutivo andaluz me iba a proporcionar muchas tardes de gloria. Yo le pregunté si ya tenían asumido que la nueva presidenta y el nuevo gobierno de la Junta iban a ser un tebeo. “Lamentablemente”, me contestó sin añadir ni una carita, ni un emoticono, con esa amargura que tiene en el móvil el texto desnudo. El discurso de investidura fue la portadilla, con caricaturas y gusanitos.

Vestida un poco de cura, Susana Díaz empezó como por el Génesis, declarándose la primera mujer. Me pareció un recurso barato y petulante pedir la confianza del Parlamento poniéndose ella misma la medalla de la historia y añadiendo a su causa el dolor y la memoria de las víctimas de la violencia machista. Pero me di cuenta de que ya estaba echando mano de repertorio, de la vieja caja de lápices heredada. Ella ya era historia sin hacer nada, como lo es el socialismo andaluz: por acumulación de sucesos triviales o inevitables, por inercia gravitatoria, por mero descascarillamiento del tiempo. El repertorio sabíamos que incluiría confrontación, meneo al espantajo de la derechona, cancionero del género, caricias tibias a los menesterosos, innovaciones apepinadas, autonomismo de serón, algo de herbolario sostenible, guiños a la izquierda de hocino… Pero antes de volverse a montar en el carrusel eterno, tenía que escenificar una purificación. Y digo escenificarla, porque quien no hizo hasta ahora no es creíble que haga desde mañana. ¿Nos tragamos una Cámara de Cuentas con superpoderes sancionadores, cuando antes la han enmendado y enjabonado a capricho? Pero Susana Díaz juró como bajo aquel árbol de Tara, pelado igual que Andalucía, luchar contra la corrupción y la desafección por la política. Tras el crescendo y las transparencias, falsas como las de Hitchcock, ya se vio con legitimidad para volver a la acuarela.

El trabajo escolar de Susana Díaz estaba hecho copiando de muchos amiguitos. Ella misma parecía montada con trozos de Zapatero, Chaves y hasta Chacón, como un monstruo de Frankenstein socialista. Un poco de margaritismo zapateril, otro poco de orgullo chavista por las modernizaciones de Andalucía y por la mayoría social de la izquierda (me imaginé a alguien diciendo que tienen mayoría social para asar una vaca), más un toque de reformismo ambicioso o pomposo a lo Chacón, queriendo arreglar España como un latero. Díaz hablaba de un nuevo modelo económico y uno recordaba aquellas amapolas convertidas en molinillos de viento de la economía sostenible; proponía ententes y consensos y uno se preguntaba dónde acabaron los pactos y repactos que hizo Griñán hace nada; declaraba que iba a luchar contra el paro y parecía que acaban de encontrar el problema, además de la solución, en un cajón de San Telmo, al lado de un bocata rancio. Y luego, sus burbujitas, sus galletitas de la suerte. “Los despachos del Gobierno serán también los pueblos y las calles de Andalucía”, “gente que necesita que se piense en ellos”, “una sociedad cada vez más igualitaria y más justa”… “Modestia para huir de la grandilocuencia y la retórica que tanto nos separan de los ciudadanos, y utopía para huir del conformismo”, tuvo el valor de reclamar después de semejante arcoíris, en un final que parecía de pregón capillita, sonrojante por el tono meapilas. Con más invocaciones, arrumacos y sonajeros que propuestas creíbles y concretas, el discurso fue un mural de sobras, un recortable mordido, un trenecito de gajos. Toda la nada pintarrajeada que nos imaginábamos que podía salir de ese boli de cuatro colores. Lo que más me ilusionó y emocionó fue cuando dijo “aeronáutico”.

4 de septiembre de 2013

Ouroboros: La culpa de Madrid (03/09/2013)


Madrid con carros de dioses en las fachadas, con hollín en la nariz, con agujeros de manzana mecánica, con gente hecha grano, con cristal hecho cascada, con el imperio de los cartoneros, con reyes de baraja, con taxistas furibundos, con el guardia, el paleto, el ministro y el desagüe de España. Yo llegué a Madrid la primera vez en un tren expreso que tardaba toda la noche en aplastar las montañas y dormir a los soldados. Atocha era todavía una panera de hierro para relojes gigantes y trenes mineros, y estaba aquel horroroso scalextric que metía ruedas en los balcones y atufaba a las señoras y a los loros. Me montaron en el Circular, me llevaron a comer patatas bravas a la Gran Vía, me enseñaron el metro que parecía más una cisterna que un dragón, y el Retiro con su lago de dos palmos y su Palacio de Cristal como una princesita cursi sin vals. Aún había serenos, lo recuerdo. Y pensiones de anafe. Me sorprendió que la gente de Madrid era casi toda de otro sitio y eso los hacía más madrileños. Madrid era en el fondo un pueblo ensanchado donde, casualmente, se había hecho la historia como en una tahona. A partir de una plaza o un cántaro se fueron añadiendo avenidas, monarquías, monjas, trincheras y ministerios y así había resultado una capital para funcionarios, novios y loteras.

Madrid no es Babilonia, aunque los generales, los escritores y los tramposos han hecho allí templo de sus pecados, ambiciones y venganzas. Tiene un palacio en el que los presidentes se vuelven locos y escalinatas en las que la democracia guarda glorias y reposo, pero no es el guardia civil que persigue a las autonomías gitanitas, como nos dice aquí el PSOE. La culpa es de Madrid, que igual que corrompe a las niñas asfixia a las autonomías poniéndoles encima sus chulapos y sus dioses futboleros de mármol. Madrid no les deja ser progres ni espléndidos, ayudar a los pobres ni a las bicicletas. Madrid está con su porra y su prisa, su señor serio y su hora de cerrar, y ante eso no se puede hacer nada. Aquí han agigantado la autonomía no sólo en mitos, orfeones y épica, sino en políticos, funcionarios, oficinas, letreros, organismos, escribanos, conserjes, celadores, cancillerías, capitolios, tenderetes, sacristanes, cachorros, jefecillos y convidados. Pero resulta que esta autonomía morrocotuda, numerosa como un ejército mogol, cara como una monarquía con mil zares, con un burócrata por cada papel y un comisario político por cada portal, no sirve para nada porque todo lo importante depende de Madrid. No puede planificar una política económica, ni reducir el paro (el pleno empleo aparecía como objetivo en el Estatuto) porque eso se decide en Madrid, esquina con Alemania. ¿Nos merece la pena una Junta con presupuesto billonario pero poder sólo para jugar a las comiditas, pegar carteles y llorar? Madrid era hermoso y sucio cuando lo vi de chiquillo. Sigue siéndolo. Te empuja a la vez a huir y a conquistarlo. Y está acostumbrado a que lo culpen de los fracasos, los carteristas y los cuernos.

3 de septiembre de 2013

Somos Zapping: Adiós con rabo de lagartija (02/09/2013)


Muertes sucesivas. Y Chanquete se murió por segunda o tercera o última vez. Y Canal Sur era de nuevo Pancho. Griñán, diluyéndose o desvendándose, volvía a decir adiós repitiendo su serenata tanguista y Canal Sur nos hacía un especial sobre su comparecencia que tenía aires de misa dominical, con homenajes, hagiografías, cantatas con órgano y hasta escenas evangélicas con niños. Griñán se va para “pasar más tiempo con su mujer, sus hijos y sus nietos”, decía La Nuestra, y aquello sonaba a cuando se le cuenta a un chiquillo que su perro se ha ido a un sitio muy bonito con muchos amiguitos, en vez de que lo ha atropellado un camión. En este caso, el chiquillo es Andalucía. Canal Sur no decía dimisión, sino “renuncia”, y volvía a recalcar las “razones personales y familiares”, “el relevo generacional” y “el desgaste político de la coalición de gobierno con IU- ¡pero si el pacto está lubricadísimo!- así como el caso de los ERE, las presuntas irregularidades que se produjeron cuando él era consejero de Economía”, relataba Mar Alonso. Dicho así, parecía una mera casualidad. Sólo mencionaron su posible responsabilidad para negarla, ya que se limitaban a repetir lo que Griñán había dicho en entrevistas y posados. Ni de lejos se oyó algo sobre la coincidencia de su marcha con una previsible imputación. Eso sí, Marta Paneque le adivinó el discurso a Griñán y habló de “cambio generacional y de género” casi en los mismos términos que él usó más tarde. Es lo que tiene hablar el mismo idioma.
Griñán no pierde gracia en sus sucesivas muertes o sangrados. Dijo, por ejemplo, que “la política no puede ser la lucha por el poder”. Por eso Susana Díaz no ha tenido que luchar con nadie para alcanzarlo. Y aún tuvo el cinismo de afirmar que dejó “en manos del Partido Socialista de Andalucía la decisión de elegir a la persona que hubiera de sustituirme”. O del Espíritu Santo. Habló de “cambio de ciclo”, pero es sólo un reemplazo como de jóvenes mineros en la misma negrura. Lo que hace falta es un cambio de modos y modales, de concepto y altura de la política, no de escaparate. Pero él ha dejado una especie de rabo de lagartija de sí mismo que no va a cambiar nada, básicamente porque el PSOE vive muy bien así. Lo mejor de la comparecencia, las preguntas de los periodistas. Algunos andaluces se darían cuenta por primera vez de que se le puede llevar la contraria al presidente de la Junta y al guión de Canal Sur. Y de que Griñán no es Chanquete.


Andaluces con escafandra. El andaluz con el alcance de sus pucheros, con su limitación como autobusera en la distancia, con diámetro como un cráter. Hay andaluces inexportables, andaluces en la pecera de Andalucía que morirían fuera, como peces con escafandra. Recuerdo que una vez vi a Manu Sánchez pasarlas canutas en una gala de por ahí. Simplemente, no lo comprendían. Y él no se daba cuenta. La gente no se reía porque su gracia tiene radio, circunscripción. Como el carácter de ciertos andaluces que han decidido ser tan andaluces que difícilmente pueden hacer de algo diferente. He pensado más en esto que en otra cosa viendo el programa de mi paisana Toñi Moreno en La Uno. Calco o plagio del otro, ha mantenido la temperatura de la lágrima y del escay de la miseria expuesto como en una tienda de muebles. Pero algo no funciona igual. No es cuestión simplemente de acentos o gramáticas. Es el espacio, la muy conocida liturgia en que se movía antes Toñi Moreno, la Andalucía menesterosa y pentecostal, hecha suya, y que no es igual que el resto de España. Por eso hay trucos, resortes, invocaciones y caricias que no terminan de ir bien. Hay andaluces, o caracteres andaluces, o cerrados constructos castizos basados en ser andaluz, que son inexportables. Hemos decidido encapsularnos orgullosamente en nuestra idiosincrasia como mecanismo de supervivencia no tanto material sino psicológica. No nos queda más altanería posible que el purismo de esa esencia, quizá porque poco más hemos tenido. A cambio, tenemos que ir siempre como con la bombona de Andalucía a cuestas. O nos desintegramos.

2 de septiembre de 2013

#TuitMix: Pagar no es nada simbólico (01/09/2013)


Asaltantes Trincones. No entiendo al SAT, que para @TrujilloAli son las siglas de “Sindicato de Asaltantes Trincones”. Si querían llamar la atención, tendrían que haber pagado el material escolar que distrajeron del Carrefour. Eso sí que hubiera sido un notición. “Me parece genial que quieran ayudar a los demás, pero no delinquiendo. Eran 200. A 10€ cada uno, y habrían quedado como reyes”, proponía @MercedesYeza. Sí, pero eso no hubiera sido nada “simbólico”. Pagar es lo menos simbólico que hay. ¿Y qué harán con esos diez carros de simbolismo? Cañamero nos tranquilizaba: “Los carros de material escolar están ocultos en un lugar secreto por seguridad”, tuiteaba @abcdesevilla. Como si fuera el Arca perdida. “Estamos en un tiempo en el que hay que llamar la atención de alguna manera. No sé si ésta es la mejor”, dudaba @gongoraa. Sí, a pesar de toda la propaganda de la Junta, hay niños sin material escolar. Pero la denuncia hubiera funcionado igual si los del SAT hubiesen ido disfrazados de chirigota del Love y pagando. Lo que tan simbólicamente quieren defender es otra cosa: su derecho a robar. Cuando lo consideren justo. Dogmas de su revolución. Si no fuera por eso, iban a tocar ellos material escolar…

Rueda de peloteo. Griñán se iba y no corrían el champán ni las lágrimas, sino la baba. Después de la rueda de prensa, en TW comenzó la rueda de peloteo. “Le doy las gracias a @PepeGrinan por ser un Presidente inmejorable y por todo lo que ha hecho por Andalucía y los andaluces #GraciasGriñan”, segregaba @Maria_JoseGP, de las Juventudes Socialistas. “Un político d cuando la política era otra cosa,y el blanco d la frustración d la dcha mediática y política tras 25M #Andalucía”, decía ‏@plazaro67, periodista de Canal Sur. “Vender la espantá como cambio y nueva transición. Aducir razones personales para huir de Alaya y refugiarse en el Senado. Escándalo”, opinaba por el contrario @josmrobles. @JavierArocaA remarcaba: “Griñán al Senado. Se espera que sea portavoz del grupo andaluz, el más numeroso. Así se oiría hablar algo más de Andalucía”. Pues yo diría que ya se habla bastante de ella últimamente…

Argumento sindical. @UGT_Andalucia se defiende con uñas y dientes. O con cuchillo y tenedor. A los medios que continúan con la campaña de descrédito a nuestra organización: informen ustedes de esto”, tuiteaban, enlazando a algo que no era una explicación, sino una noticia sobre los discos duros de Bárcenas. Que lo suyo tampoco es para tanto, vienen a decir. “Hemos creado 1 comisión de investigación interna para comprobar si hay facturas falsas que por ahora no hemos hallado”, nos terminaban de convencer. Cañamero declaró que “robar no es coger material escolar. Robar es lo de los ERE o lo de Bárcenas”. Si los ERE no le salpicaran, UGT podría sustituir “material escolar” por “convidás de gañote” y tendríamos el mismo argumento sindical.