11 de abril de 2018

Griñán, el ruido y la pereza

Griñán, que siempre ha sido como un funcionario mojado, llegó a la consejería de Hacienda de la Junta, colgó su gabardina de lluvia y, simplemente, hizo lo que todos, ver pasar papeles por delante, como una rotativa, y echar firmas como el que envuelve regalos o maneja el ascensor de una sombrerería. Son trabajos de mirar y hablar poco, y de preguntar menos. Griñán no es que no supiera a qué barra americana o a qué señor amigo de un alcalde serrano iba cada una de sus partidas. Es que tampoco conocía el artefacto inventado por su predecesora Magdalena Álvarez, pagar las ayudas a través de una agencia instrumental evitando así la fiscalización previa. Ni conoció las advertencias de la Intervención sobre lo inadecuado de ese mecanismo. No le llegaron, se perdieron entre subordinados o sexadores de papeles.

https://www.elindependiente.com/opinion/2018/04/11/caso-ere-grinan-ruido-pereza/



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