Ni por España, coño, ni por sus galeones, mártires o espiritismos, sino por el Estado de Derecho, por la salud de la Democracia, es por lo que estamos ante una emergencia. Y hablo, ahora sí, de Andalucía. No valen aquí ya la tibieza o el posibilismo, no valen tampoco esas trincheras de los nuestros y los otros, de la izquierda buenista o la derechona malvada, cuando todo esto está podrido, cuando los políticos que nos gobiernan parecen tener por trono sus escupideras, cuando nos toman por idiotas y nos torean como a cabestros. He tenido algo así como unas semanas de rebeldía y de asco, con los últimos acontecimientos, con las últimas noticias, y mi determinación ha sido escoger adversario, aun dándome cuenta, primero, de la dureza que hay en esa palabra, y luego, de que esa determinación estaba más allá incluso de las ideologías. Sí, porque hay algo por encima de la ideología, algo que debe ser previo, el propio sistema de libertades, la propia decencia de la Democracia. Miren a nuestros gobernantes autonómicos: cinismo de falsos pobres, sonrisas de analfabetos satisfechos, tropa de trincones y tapabocas, imperio de la propaganda, sistemática idiotización del ciudadano, larga flojera, manos en todos los sitios. Miren la Andalucía que han construido, tercermundista, infantil, menesterosa, arrodillada, dirigida, medio mafiosa, una gigantesca alacena para ellos y los suyos. Ésta es la guerra, no las izquierdas contra las derechas, sino la última dignidad de la Democracia contra un régimen asfixiante del que ya no me importan las siglas, ni los versos de los que quizá vinieron un día, ni siquiera los enemigos que señalan enfrente, sino su avilantez y su desprecio a toda decencia. Ésta es la emergencia, en esto sí nos van la libertad y el futuro. No es ningún pesimismo histórico, ni el Apocalipsis mentiroso que un partido arroja a otro. Es la justa resistencia de la ciudadanía ante los que se han declarado nuestros dueños perpetuos.
13 de diciembre de 2007
Los días persiguiéndose: Emergencia (13/12/2007)
España da catástrofes y pesimistas desde Felipe II, para gloria de las tabernas, los pendencieros y los poetas. En el fondo nos gusta y nos anima la decadencia tanto como los entierros o las reyertas con vino (sin esta decadencia no hubieran sido posibles ni Quevedo ni Ortega). Revoluciones, restauraciones, breves repúblicas, largas dictaduras y hasta la actual Democracia han recaído sobre ese pesimismo y ese astillero de viejos imperios y muebles que hacen antiguas todas nuestras puestas de sol. Son los achaques de España, siempre con un muro que se cae (muy quevediano) y un lobo que viene. No me he apuntado a cantar el Apocalipsis de Zapatero porque mi tristeza no es la del espadachín ni la de las tejedoras de banderas, cantando que “se rompe España”. Las Patrias me parecen abstracciones sentimentales y fijaciones infantiles como la que nos queda por la teta femenina, igual cierto concepto sagrado de España que los nacionalismos medio racistas de la periferia. España es una matrimoniada, como las de la tele. Donde unos quieren ver un sacramento, yo veo aguantar olor a pies. De lo que se trata es de si firmamos o no un contrato para aguantarnos, y no de rezar a esencias eternas. España va hacia un Estado federal, no le queda otra. Por muy poco que me guste el nacionalismo homogeneizante y lobotomizador, ni un trapo ni una cruz ni un rey van a unir este país en el alcázar que todavía sueñan algunos. Sólo la ley, consensuada en contrato, es capaz hacerlo. Y la ley se cambia y no se caen las estatuas del cielo por eso. Puede ser ésta, pues, la emergencia de algún partido, pero no la mía.
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3 comentarios:
Encuentro una ternura desgarradora en sus comentarios, Luis Miguel. Es cierto que nos ha tocado una época mezquina, sucia, embarrada de miserias y desconsolada.
No hace mucho fue 4 de diciembre. Yo era ya persona adulta, cumplida la treintena con propina. Aquella mañana salí a la calle con otra mucha gente porque eran tiempos de esperanza. Solo unos meses antes había habido elecciones constituyentes aunque no fueron convocadas como tales.
No voy de profeta, pero en aquel junio de hace 30 años fui a mítines de casi todos los partidos. También por la novedad. Pero cada vez que terminaba uno, yo salía diciendo 'Estos no son los míos'. Así y todo, voté. Una opción algo disparatada en aquella locura de siglas. Ni que decir tiene que no sacó escaño y poco después había desaparecido del horizonte.
Hoy da tanta repugnancia este lodazal de vividores que solo alcanzo a poner tonterías en el medio folio que introduzco en mi sobre de votante cuando nos convocan a urnas.
Pena, desencanto, tristeza, pero tal vez sea todo achaques de mi edad. Pero la gente joven y con ideas como usted no puede darse por vencida. Siga machacando desde su minarete, que recomiendo a la poca gente con quien me trato. No son martillazos en frío porque aunque aparezcan pocos comments, no es más que una muestra de la apatía, de la pereza de tantos, pero siempre caen sus palabras en algún corazón que late con su mismo ritmo.
Mi afecto y mi respeto
por que le gusta tanto quejarse de todo??? acaso no sabe usted que somos en andalucia el ultimo puesto de España de las 10 comunidades que han sido seleccionadas para hacer el proyecto Pisa, que pasa con las otras 7???
ademas, no tiene bastante con quejarse de las tradiciones andaluzas con su texto "copla" en contra de ese programa de canal sur que segun usted impulsa aquello que ya no somos, que tiene de malo en cantar sevillanas??? acaso debemos rechazar nuestras raices??? pero no solo con eso tambien se queja de las sevillanas que, aunque un poco incultas, son queridas por todos!!!
que culpa tenemos los andaluces de que la educacion EN TODA ESPAÑA desde hace muchos años (mas de 8) alla estado siendo cada vez peor???
Gracias por expresar de una forma tan clara la situación límite de Andalucía.
Debemos reflexionar sobre lo que Ud.ha escrito , y replantearnos el futuro .
Las próximas elecciones pueden ser el primer paso a un cambio.
Un abrazo, y nuestro apoyo ciudadano.
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