30 de mayo de 2018

El corazón encogido

Pablo Iglesias ha llorado, pero no por las atrocidades que cuentan de Billy el Niño. Los grandes corazones de lágrima fina están enamorados en realidad de su propio tamaño y su propia eufonía. O sea, que lloran de henchimiento, lloran de su salud de corazón tierno y lleno, lloran escuchándose como una cascada, sin importar mucho lo de fuera, simplemente porque una máquina tan grande y colmada está hecha para llorar, como el sauce. Pablo Iglesias es eso, el político sauce, que se llena de cielo y se vacía en sombras y pájaros. A él le lloran palabras o le lloran lágrimas, que son lo mismo dependiendo de cómo se condense el día. El caso es retratarse en la grandeza de la angustia, que es lo que hacen el sauce o el castillo.

https://www.elindependiente.com/opinion/2018/05/30/el-corazon-encogido/



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