1 de mayo de 2018

Los funcionarios de sus barbas

Ya no reconocemos a los sindicalistas, que ya no tienen por guerra, por catedral o por casa la cama de chispas de la fábrica, la viruta del trabajo, sino que sólo son funcionarios de sus barbas, oficinistas del paro y fogoneros de los partidos. Eran otros aquellos sindicalistas con metal en los dedos, con la mina en el gaznate, con el trapo de grasa en el bolsillo como la flor del señorito dada la vuelta, con un dandismo o antidandismo de clase. En su discurso todavía se podía sentir el ruido del torno que acababan de dejar, o el abombamiento saludable, altivo y familiar de una caldera, esa preñez obrera de la máquina como la de una mujer pobre. Ahora, esos sindicalistas parecen sólo personajes de cine mudo, como un policía de Charlot.

https://www.elindependiente.com/opinion/2018/04/30/sindicatos-funcionarios-barbas/


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