28 de septiembre de 2018

Queríamos querer a Pedro, pero no

Esperábamos a los ministros como a novias sucesivas. Ahora pasa lo mismo, pero con sus dimisiones. A Sánchez le están cayendo los ministros por la propia medida de su boca ancha, por imponer una ética sobrehumana. Se ha dicho mucho que nadie aguantaría ese escrutinio de cada sobremesa, de cada pacharán, de cada copa, de cada baba. La verdad es que no se trata de la moral privada ni de los vicios de tu estómago o de tu muslo, sino muy al contrario, de un estricto asunto de moral pública. Tomar una red de extorsión con prostitutas como gracia, y aun más, como normal colegueo entre poderes del Estado, siendo fiscal de la Audiencia Nacional, es algo que debería inhabilitar a cualquier ministro dentro de cualquier ética y de cualquier política. Con más razón, dentro de esa ética y esa política de gnomos buenos de Sánchez.

https://www.elindependiente.com/opinion/2018/09/28/queriamos-querer-a-pedro-pero-no/


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