14 de junio de 2009

Somos Zapping 14/06/2009

Paz y eternidad. Ahora está de lunes a viernes, o es que me atormentan sus apariciones. El programa de Paz Padilla ya parecía repetirse aunque no fuera una repetición, en una especie de pesadilla de espejos donde se multiplican ella, el Risitas y otros andaluces abombados, alargados o arlequinados en esa decoración horrible que es como el tocador de una prima locaza de la Pimpinela Escarlata. Lo veo y no sé si son refritos o es verdad que Canal Sur le ha otorgado la noche como al fantasma en camisón que es ella a veces. Allí están, por ejemplo, Andy y Lucas, otra vez, como traperos con guitarra, y es imposible discernir si es algo nuevo o viejo, o es la eternidad de Andalucía manifestándose. Les escucho decir que están en la “Champions League” de la música porque los han nominado a los Grammy, esa cosa de raperos chatarreros y culonas del soul; o que “nosotros no seremos aún más grandes de lo que somos porque nos gusta el bar de la esquina”. Ya ven hasta dónde llega el ego de estos iconos de la juventud iletrada y satisfecha de aquí, lo que les engorda esa gloria como de ir de su pueblo a Las Vegas sin soltar la pelusa del catetismo, el manillar de la motillo y la casete de El Melli. ¿Está pasando eso que veo, ya pasó, o es que seguirá pasando siempre? El falso arte y la falsa gracia, la conversación de casapuerta, las palabras atrancadas, los personajes de baratillo... Todo igual o repetido, copiado o estirado, en ese programa que querían hacer un poco cubista con el perfil de Paz Padilla y la tapicería ajedrezada de los asientos, pero sólo es hortera. Ahora, encima, de lunes a viernes. Se regurgitan en la noche o es que no termina la pesadilla.


El torero piloto. Me he acordado de Enrique Romero, el de Toros para todos, viendo un antiguo episodio de Frasier, serie genial a la que recurro últimamente para descontaminarme del humor cagalero de Canal Sur. A Frasier le regala su padre un cuadro horripilante y chillón, una escena taurina que él describe como “un torero rabioso matando a un toro epiléptico”. Era inevitable que eso me llevara a Enrique Romero, cuyo mundo transmite la misma sensación. Me doy cuenta de que he ido haciendo en mi disco duro una colección como de estampas dadá de este hombre, de su programa que convierte la tauromaquia en parchís y de otras apariciones suyas, siempre anfetamínicas. Enrique Romero llama al absurdo, es el absurdo, es como el sombrerero loco de Alicia en versión taurina. Hay algo en él que transporta irremediablemente a un universo extraño, infantil, incognoscible, fuera de la lógica, de la cordura, de la adultez, del gusto, entre el flipe lisérgico y una Disneylandia del bombero torero. Recuerdo haberlo visto cocinando en su casa sacando toros de felpa y vestido de traje de luces (o eso imitaba su delantal). Recuerdo mi estupor pasando una y otra vez la grabación de unos segundos de su programa, empeñándome sin éxito en encontrarle explicación: un toro corría por el campo y habían rotulado en letras como de saloon del oeste esto: “Afriquito no corre. El toro saltavallas”. ¿En qué realidad podrían tener sentido estas palabras juntas? Pero nada comparable a lo que vi el otro día, casi un ready made. De nuevo me chocó el rótulo, lleno de toda la gravedad del camperismo: “El toro desde el cielo. Tienta de machos”. Pero la verdadera maravilla vino luego: un tipo con un casco de piloto toreando una vaquilla. Sí, un tipo que se baja de un autogiro y sin soltar el casco coge el capote. Era como el Cuarteto de los helicópteros de Stockhausen bajado a nuestra altura cultural. ¿Absurdo? ¿Ridículo? Ay, esto es Andalucía...

2 comentarios:

yinyang mason dijo...

¿Te imaginas a Andreu Buenafuente como fichaje estrella de Canal Sur TV? ¡Sólo para Canal Sur!

Anónimo dijo...

Luis Miguel Fuentes es el ´´unico cuerdo en el Pais de locos que componen los seguidores de Enrique Romero y su risible programa.¿No vamos a tener detractores en la Fiesta si somo el hazmereir de los propios taurinos.Toros para tontos