22 de noviembre de 2012

Somos Zapping: Griñán atacado por Godzilla (12/11/2012)



De cajón. Ponen un fondo apocalíptico, Madrid como después de ser atacado por Godzilla, por zombis o por transformers; las torres de Bankia esperando un tsunami o un meteorito de una manera cinematográficamente neoyorquina, una gran moneda de euro comida por ácido o por monstruos submarinos… Muy peliculeros los de Al rojo vivo, de La Sexta, decorando la actualidad con ese fin del mundo maya traído por Rajoy, claro. Lo que ocurre es que ese fondo, con Griñán delante, cobra otro significado. En el programa estuvo nuestro presidente, que ya es estrella nacional desde que le dio por inaugurar ese juego de tronos de la decadencia socialista, entre la fantasía y el Medievo. La verdad, resulta de lo más desconcertante ver a Griñán dar lecciones de economía a Alemania y a la UE, y casi creerse que inspira a Obama, siendo presidente de la región con más paro de Europa. Pero no es culpa de 30 años de socialismo, contaba, ya que en 2007 teníamos el menor desempleo de la historia. Menudo orgullo, porque la EPA de ese año nos daba el 13’99% de paro. Por comparar, 8’6% era el total nacional y 4’27% el de Navarra. Para dar lecciones. Pero fue más espectacular la manera en que liquidó las últimas declaraciones del interventor sobre los ERE, en las que afirmaba que “la Intervención fue excluida deliberadamente de la fiscalización previa de las subvenciones”. La increíble respuesta, el argumento sin vergüenza de Griñán (“de cajón”, dijo) fue: “Si hubiera estado excluida, no diría que se había advertido o no”. ¡Pero si de lo que advertía la Intervención era precisamente de que no podía controlar esos expedientes por el tramposo método utilizado (las transferencias de financiación a una agencia pública)! Por eso hablaba de “procedimiento inexistente”. Esta espantá de Griñán con desprecio a la lógica, para mí, equivale a una confesión de culpabilidad o, al menos, de rendida complicidad. Eso sí que es de cajón. El fondo apocalíptico, al final, puede ser para él.


E-justicia con carraca. Es el nuevo escaparate de la Andalucía estupendísima, mezcla de lo más eléctrico de Tecnópolis y ese ambiente progre de mimo y culturetillas del extinto Canal 2. Igual te saca un laboratorio en ebullición que un cuentacuentos con pandorga. Me refiero a Andalucía.es, que evolucionó de breve inserto publicitario a programa propagandístico laqueado y larguísimo. El último, muy variado, incluyó una instructiva lección sobre la “e-justicia”. ¿Es que nuestros juzgados corren a la velocidad de la luz o los cartapacios se han sustituido por nanotubos? No, pero tenemos cámaras. Y televisores. Y 6.500 impresoras, anda. ¿Cuántas serán matriciales, de ésas que sonaban a carraca? No me extrañaría que tuviéramos hasta fotocopiadoras.


El calambre. Pido la palabra se está convirtiendo en un programa interesante pero lejano. Sus economistas más o menos pedagógicos o libertarios (Juan Torres ha seguido predicando su tierna economía de los suspiros) se dejan escuchar, pero los debates resultan demasiado internacionales, olímpicos. Hay como un calambre que siempre impide que se hable expresa y concretamente de Andalucía. Alemania se menciona más que nuestra región. El otro día invitaron a Anguita, aún fuerte de palabra y de ego. Pues bien, ¿pueden creer que nadie le preguntó por el pacto de gobierno PSOE-IU? Aún sigo esperando que el programa se enfoque en un tema que duela al poder en Andalucía. Mientras, la cosa parece, demasiado a menudo, hecha por o para misses.


Ozú, lagarto… Lo presentan en La semana más larga como “catedrático del andaluz” y el hombre, José María Pérez Orozco, que es catedrático de verdad, tiene además esa otra sabiduría que le dan mella y gorra a cuadros. Está bien que nos hable de las vocales abiertas y cerradas como nuestro Henry Higgins, pero luego le dio por ilustrarnos sobre la magia de la mandrágora y cómo sus raíces se pueden convertir en brujas guarrinas que nos menean el culo (!), y eso ya no entendí a qué venía. Aquí, ni con los catedráticos se libra uno de lo andaluz como superstición o hechicería cíngara. Ozú, largarto, lagarto…

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