Alegría y aceite. Andalucía también es una “marca económica”, ya saben, esas letras como de chicle que vemos en las camisetas de nuestros equipos de fútbol y en esos anuncios de felicidad emporrada de Canal Sur, publicidad como de aerolínea o detergente. Precisamente la Confederación de Empresarios de Andalucía acaba de presentar los resultados de su estudio “Investigación sobre la imagen exterior de la Marca Económica Andalucía", que, como pueden imaginar, hace un destrozo de macetas de la floreada propaganda oficial, y por ello, los informativos de La Nuestra lo traían amortiguado y edulcorado. Desde fuera, los valores con los que menos nos identifican son la innovación, la organización y el cosmopolitismo, aunque ganamos en alegría o pasión. Nos sitúan en la cola en cuanto a situación económica y nivel de vida, sólo por delante de Extremadura, y lo mismo ocurre con nuestro nivel cultural. Sin embargo, para los redactores de las noticias de Canal Sur todavía había lugar para el optimismo. La razón: que fuera aprecian nuestra hostelería, nuestro jamón y nuestro aceite (!!). Sí, es para estar satisfechos y esperanzados: nos siguen viendo como a gitanitos de Morena clara, con la simpatía del hambre, la taberna, la ignorancia y los harapos. Cómo se notan nuestras “modernizaciones”...
Gracias. Con la crisis dejándonos cada mes miles de parados andaluces como pajaritos caídos, la “publicidad institucional” de la Junta, o sea, la propaganda de partido pagada con dinero público, va tomando un tono cada vez más obsceno. Veo en Canal Sur gente que bebe en los ríos, que se ducha sonriente, que saca a pastar bicicletas, que espera trenes como trasatlánticos. Van diciendo “gracias” como al dios sol, parecen entregados a una religión de sonámbulos. Y la voz en off proclama: “Gracias a las ayudas de la Unión Europea y a nuestro propio esfuerzo, los andaluces estamos avanzando para situar a Andalucía al nivel de las regiones más prósperas de Europa. Porque, así, conseguimos que todo sea más humano (??)”. Observen la cara dura, aparte de la idiotez final. Después de tantos años de ayudas (¿cuánto de ese dinero ha servido sólo para alimentar la gordura del régimen y sus convidados?), aún seguimos muy lejos de esa meta. Me hubiese reído, pero, en plena crisis, ese anuncio tenía el peso de un insulto.
1 comentario:
Vivo en Madrid,aunque soy e Sevilla,,,y creemé,me da verguenza decir lo que se piensa de Andalucia en el resto de España.
Hace muchos años que te sigo.
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