3 de noviembre de 2008

Somos Zapping 26/10/2008

La ronda. Han querido hacer un programa de debate, otro. Pero un programa de debate en el que la presentadora se sienta de espaldas, dentro de la mesa como en un bidé, rodeada de señores y señoras entre la fuente de sus piernas, ya tiene poca seriedad y uno se lleva todo lo que dura pensando que se han metido en un jakuzzi una periodista que viste como Betty Missiego junto a economistas con la corbata mojada y abogadas con champán. La ronda, se llama. Me doy cuenta de que la mesa gira, de que hay movimiento de focos y acordes que suenan a hacha antes de los duelos entre los opinadores, y no sé si la cosa se acerca más a 50x15 o a La ruleta de la Fortuna. Sin duda han pensado que la opinión, la idea, genera poco espectáculo para el andaluz y que por eso hay que darle al programa presencia de tiovivo y vértigos de manivela, como si al parar de girar la mesa, en vez de debatir, alguien se fuera a caer por una trampilla o a ganarse un tartazo. La puesta en escena, pues, ya me pareció ridícula. Lo demás tampoco es que fuera para generar demasiado entusiasmo o esperanza. Eso sí, al menos, los invitados parecen mejor escogidos, más especializados, no es como Mejor lo hablamos, donde llevaban a las chavalas de la copla o a Máximo Valverde. También el formato basado en el mano a mano, más boxístico, favorece que el tema no se diluya. Pero no, no se equivoquen. Por lo que se pudo ver, y como era de esperar, no va a discutirse allí ninguno de los grandes problemas de la política y de la sociedad andaluza, nada que pueda incomodar al poder. Es más, Andalucía no apareció en toda la noche entre la crisis “global” como el vendaval de cristales que ha llegado de Manhattan, el problema de cajones que tiene la justicia española y la última garzonada nacional... Me creeré que aquello es un programa de debate cuando se discutan el escándalo de los asesores de las diputaciones, el timo de la deuda histórica, las sopas de letras de los parados de Delphi, la carrera del desempleo que seguimos ganando... Mientras, será una noria hecha para despeinarse, marearse y no moverse del sitio.


El lince perdido. No sé si salvarán al lince, ese gato con máscara de gato, pero uno diría que todos menos ese felino están engordando a costa del dinero, la coreografía y la manicura del lince. Cada lince tiene ya detrás más personal que un presidente de diputación, más peluquería que su señora, más proyectos que Climo Cubierta. El lince no sabe que, mientras con su figura forma pagodas en la arena, una tropa de funcionarios y burócratas bebe de su sombra y le saca sueldos como abrigos de su pellejo, y hasta marionetistas, ilustradores y camarógrafos están últimamente salvándole y salvándose la vida por el método de pintarle posters. Ahora han hecho una película de animación “concienciadora”, El lince perdido, producida por Antonio Banderas (él sí que es un lince), que ha costado entre 4 y 6 millones de euros, aportados por la Junta y Canal Sur, o sea, pagados por todos nosotros. Lo anunciaron en las noticias de La suya y el propio Antonio Banderas, en Corazón corazón o en 59 segundos, lo contó como si él mismo hubiera rescatado o amamantado cachorros o al propio Chaves. Con todo el dinero del lince se les podría hacer templos de oro a cada uno de ellos, pero ya ven que ese dinero se queda en el camino y en la faltriquera de los verdaderos depredadores de Andalucía. Los linces ya se pueden quemar en sus manchas o ahorcarse ante los coches, que aquí tienen película, alfombra roja, ministerio, corte y escultores. En la película salen también camaleones y cabras, pero para reflejar la fauna autóctona de Andalucía todavía faltarían consejeros de la Junta y vividores de lo público, verdes o menos verdes. Claro que éstos no están precisamente en extinción.


Veinte años. Se cumplen veinte años de Canal Sur Radio y nuestra televisión pública nos lo recuerda adormeciéndose en un piano. Veinte años “de la radio que habla y siente como tú...”, o algo así, dice la cancioncita. Otra vez la fatídica y fascista identificación de un medio de partido con toda Andalucía. No, ni ellos son Andalucía ni cumplimos años a la vez que sus dueños.

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