Avalancha. Les salvan las catástrofes, las bombas lejanas que los dioses se tiran a las barbas pero caen sobre sus hijos, los temporales que se tragan a los trenes. Antes también les salvaron el pan que hacía la Navidad con el mundo, el lago de luz en que se miraban las ciudades, la lotería que destapaba cofres en los pueblos. Todo eso les salva, les esconde la crisis, el paro ya con olor de epidemia. Empiezan los informativos de Canal Sur y les salva otra vez el frío, la nieve que cuelga corales en los árboles y ha aplastado a los aviones contra camiones, viajeros y osos. Recorren los cajones de frío en que se ha convertido España, Magdalena Álvarez, ministra de Catástrofes, se disculpa con “una concurrencia de fallos” en cadena y un locutor nos cuenta que “en Barcelona podría haber fallecido la primera víctima mortal de la ola de frío”. Desde luego, es curioso que pueda fallecer una víctima mortal... Intuyo que va a ser un informativo llenos de frases chocantes o tontas. La nieve, el frío, los cataclismos... Es una manera de decirnos que lo que ocurre es sólo por la temperatura del mundo y cuando, diez minutos después, no tienen más remedio que hablar de la crisis, también ella parece un soplido del planeta. “Dejamos el frío –dice la locutora-- para hablar de la crisis, que ha acabado por influir en la percepción que los andaluces tenemos de la situación económica”. Otra frase idiota. Inaudito, ciertamente, que la crisis termine influyendo en la percepción de la situación económica... “Casi 74 de cada 100 andaluces la califican de mala o muy mala, a pesar de que mantienen cierta confianza en que mejore”, cuenta la locutora citando el Barómetro del Instituto de Estudios Sociales de Andalucía (barómetro: ya ven que todo es cuestión del clima). Los andaluces enumeran como principales problemas “el paro, la crisis y la vivienda”, pero la extraña conclusión es que “con todo, los andaluces mantenemos una cierta confianza en el futuro”. Las frases tontas, ya ven, se van acumulando como para la avalancha. Y la avalancha quizá la provoca ya Manuel Pérez Yruela, explicando ese barómetro con las gafas en la nariz: “El optimismo no ha caído quizás en la misma proporción esperada, sigue habiendo casi un 40% de población que estima que la situación dentro de un año puede ser mejor o igual en todo caso (!!!)”. “Igual en todo caso...”. Sí, ya ven cuánta razón hay para el optimismo, o es que el optimismo está muy barato, al menos para los barandas de la propaganda oficial. Tras el informativo, toda esa avalancha de nieve y tonterías sepultaba Andalucía.
Triunfo y fracaso. Recordarán a Eva González deseándonos un 2009 “lleno de alegría, de paz y de copla”. La alegría de los borrachos, la paz de los dormidos y la copla de los rancios colman a Andalucía de todo lo que necesita a juzgar por la audiencia del programa, por la que Canal Sur se ha estado felicitando mucho a sí mismo estos días. Pero su triunfo, que es el triunfo de su estrategia bribona de encanallar, vulgarizar y empobrecer la cultura y mantener al pueblo contento en sus tópicos y distraído de lo importante, es el fracaso de esta tierra, incapaz de escapar de la indolencia satisfecha, de la fiesta de su indigencia material e intelectual. Y lo peor es que esto no cambiará. Pablo Carrasco es como Rafael Camacho sólo desbigotado, y mantendrá a la RTVA por la triste y doble senda de la sumisión política y del halago a la racialidad y a la ignorancia de esta Andalucía, que no es ésa eterna en sus esencias (es la falacia que les interesa), sino la que ellos han construido y alimentado sistemáticamente, una Andalucía que siga siendo cualquier cosa menos un pueblo despierto, crítico, curioso, culto, inquieto, evolucionado. Eso es lo que constituye su triunfo.
Futuro brillante. La he recuperado por casualidad de una grabación de hace un par semanas, buscando otra cosa. Es una promo de Tecnópolis que no había visto escondida entre anuncios de la Navidad confitera y la Andalucía “de lujo”. En Tecnópolis se visten de ridiculez como de torero. Esta vez la innovación andaluza la representaba una empresa que fabrica ¡muñecas vestidas de flamenca! Podrían darse la mano con Se llama copla y brindar juntos por el brillante futuro de esta tierra.
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