Memoria selectiva. El día de Nochevieja, las televisiones suelen mostrarnos el año comprimido, el año en su carrera que siempre parece más bien en su velatorio. En Canal Sur, en el especial de Los reporteros, reviví los bombazos del mundo y las zozobras de España preguntándome cómo resumirían el 2008 en Andalucía. Como imaginaba, fue como si cogieran el álbum de fotos de San Telmo con el aderezo de alguna lágrima del pueblo y alguna catástrofe del tiempo. ¿Qué pasó en Andalucía en 2008? Pues todo lo de Mari Luz, las elecciones, y luego... ¡las medallas de Andalucía! 40 segundos de Chaves repartiendo abrazos. ¿Algo más turbó nuestra tranquilidad? Pues sólo el susto de ver “el avión militar más grande”, ese Airbus que bautizaba también Chaves, o los hundimientos en el Estrecho de Gibraltar, o los disturbios en Roquetas. 20 segundos dedicaron a la corrupción en Estepona, los mismos que al notición de que el Parque de las Ciencias de Granada creció, y la mitad que a los triunfos del SAS, siamesas separadas y bebés medicamento bajo el logotipo de la Junta. ¿Algo más? Pues exposiciones de arte contemporáneo, la Bienal de Flamenco (1 minuto 20 segundos de taconeos) y el concierto de Madonna en Sevilla (35 segundos). Ya ven lo que ha pasado aquí en Andalucía este año. La crisis quedó reducida en el apartado de economía a las campanas rajadas de Wall Street. Claro, ¿qué esperábamos? ¿Delphi, las miserias económicas y políticas, la familia de Chaves, las ostras del Consejo Audiovisual? Como tantas otras cosas, eso no entraba en la memoria selectiva de Canal Sur.
Feliz copla. En Canal Sur lo de la copla se ha convertido en onanismo. No hacen más que tocarse una y otra vez tras sus volantes y ante el espejo, celebrando el triunfo de sus bajos floreados y que de nuevo Andalucía ha sido devuelta a su condición de gitanilla. Más de cuatro horas de refritos, entrevistas, zambras, culazos y arremangamientos copleros, junto a otros repertorios de verbena, nos dejó la Nochevieja de Canal Sur, mientras los coplistas poco a poco se iban emborrachando o fingiéndolo, sobre todo tras esas campanadas tan insoportablemente catetas, hechas a guitarrazos ridículos como olés. “El triunfo de Andalucía”, llamó Eva González a su revolcamiento en ese tipismo satisfecho, y brindó “por Andalucía, por que el 2009 sea un año lleno de alegría, de paz y de copla (!!!)”. Sí, para qué queremos ser otra cosa, para qué querríamos verdadera cultura, prosperidad o espíritu crítico. Nos basta con la copla. Que Andalucía siga emborrachada en la complacencia y en la jarana. Hay muchos aquí que celebran eso.
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