24 de mayo de 2012

Hoy viernes: Los Vengadores (11/05/2012)


Hay un brutote, un vacilón, un soldado, un martillo, muchas flechas, muchos egos, una mujer mortífera y un jefe tuerto. Y todos, en difícil y problemática comandita, contra unos enemigos de fuera bastante feos, poderosos y empeñados en la destrucción gratuita. No sé si hablo de Los Vengadores o del gobierno de Griñán, la verdad.
            La mitología fundió a los dioses en copas y sólo nos dejó el dinero y la política para creer, las últimas mentiras que adorar. Pobres de nosotros, los mortales. Los políticos usan el lenguaje de los profetas y los sacerdotes, el dinero usa la magia para aparecer y evaporarse, y nos toca rezar y creer mientras chocan en las nubes sus yelmos cabezones y sus parrafadas shakesperianas. De chicos nuestra mitología era otra, la de Marvel, esos superhéroes sobrevenidos de inverosímiles y chocantes radiactividades, mutaciones, tecnologías y sastrerías. Stan Lee, “padre de todos” como Odín, lo explicó una vez: era la época del terror nuclear y todo lo traía una conveniente araña radiactiva o un experimento descontrolado con rayos gamma. El superhéroe nace de una sociedad que sublima sus miedos. Superman se creó durante el ascenso de los fascismos. Los justicieros y supervillanos de Marvel son hijos de la Guerra Fría.
            El otro día disfruté como un chiquillo con la película de Los Vengadores. Una increíble alianza (Hulk, Thor, Iron Man, el Capitán América y algunos más...) contra enemigos gigantescos del planeta. Me tuve que acordar del gobierno andaluz, que no va en mallas pero se le ve abundante en colorido y épica ante el mal pepero. Valderas lucha por no mutar de vicepresidente en La Masa, por no ponerse furioso y verde y aplastar el capitalismo. La chulería de Tony Stark anda bastante repartida entre todo el PSOE andaluz, aunque sin su genio, pero resulta fácil ver a la Avispa en Susana Díaz. El martillo de Thor está sin su guaperas, pero pesa y atiza igual y creo que lo ha tomado Elena Cortés para añadirle una hoz. El escudo del Capitán América lo usará Llera para detener la metralla de los ERE y todo lo dirigirá oscuramente, con su parche en el ojo de sobrevivido, Griñán, nuevo coronel Fury en esta Junta convertida en S.H.I.E.L.D. El enemigo y la guerra ya los conocen. Este supergrupo extravangante combatirá para vengarnos, mientras se pelean un poco entre ellos por la cosa del superego y el superpresupuesto. Sí, sublimamos nuestros miedos, los convertimos en mitología. Pero ya no somos niños. Los hombres con capa se caen como los otros, los héroes están haciendo cola en Cáritas y los buenos y los malos se parecen y se intercambian. Pero aún tenemos a Griñán para recordarnos la infancia, cuando saltábamos en pijama de cama en cama y éramos Spiderman sobre Manhattan, y éramos Hulk comiendo cropanes, y nos cargábamos al Doctor Muerte volando con la cuchara.

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