4 de agosto de 2012

Hoy viernes: Asfixia (3/08/2012)


Ahora que nos asfixian las medusas y los hamaqueros, los sargazos y los tirantes, también tenemos un Gobierno de España asfixiador, como un buzo asesino. Valderas ha dicho que Rajoy quiere “asfixiar” a Andalucía y luego ha dejado otros símiles que hablaban de “tortura financiera”, “ponernos de rodillas” o “sufrimientos fáciles” (por cierto, todo esto suena un poco a látex). Yo creo que Valderas es un romántico. Necesita tanto de enemigos góticos como de amores cementeriales, de ahí que ande durmiendo sobre una lápida con el PSOE y afilando estacas para el PP. Ni lo del látex ni lo de envolverse en esas tinieblas pega en agosto, pero es que este año no va a haber agosto por mucho que los políticos salgan en televisión vestidos como heladeros. Mientras el sol nos deja un mordisco en el culo como si fuera algo de Apple, continuará la guerra. Una guerra que no es económica ni autonómica, no se engañen, sólo es la pelea de una vieja casta por sus privilegios.

Valderas, un romántico como decimos, tiene su épica y sus enemigos hechos en el yunque del siglo XIX. Su lenguaje insurrecto y fantástico, sus malos con capa de malo, toda su dogmática teoría sobre el dinero y los dientes y las uñas que le salen, son como releer a Poe: un escalofrío conocido y hasta amigable. El PSOE andaluz es más de Imperio Romano, con todos los susurros y puñales apuntando al poder, y la ideología como simple espectáculo para la plebe. Contaminándose un poco uno de otro, Valderas ya va a poner cónsules en las provincias porque se ha dado cuenta de que cada trinchera da para un despacho. Por su parte, Griñán hace sonetos lúgubres sobre hospitales, palanganas y niños cojitos, no sé si más cosa de Dickens o de Torrente, que en su última película decía eso de “ya estamos dando pena”. Aunque Griñán escenifique desmayos de damisela, para cumplir con los objetivos de déficit y austeridad que pide el Gobierno, ordena la ley y demanda la prudencia, no hace falta cerrar hospitales ni colegios, ni tirar viejitos ni funcionarios a las cunetas. Ni siquiera despedir a Juan y Medio. Ya nos demostraba ayer este periódico que bastaría con que la Junta prescindiera de sus chiringuitos para enchufados. Sabiendo esto, las declaraciones de Griñán resultan terribles: significan que ellos verdaderamente cerrarían hospitales y colegios antes que sus comederos de partido. Estos rebatos son un estilo para IU, que no sabe ir a por pan sin armar una revolución, y una estrategia para el PSOE, que aprovecha que el agravio y el menosprecio encienden mucho a los andaluces, siempre con complejo de inferioridad. No, no tendremos verano con la Junta convertida en submarino contra el Gobierno. Unos románticos seducidos ahora por el poder y una casta acomodada al bollo de lo público nos dirán que la guerra que salpica tanto es por nosotros. Pero es por ellos. Toda esta asfixia de Andalucía era cosa privada y autoerótica.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tiene razón usted, el gobierno Rajoy no para de asfixiarnos.
Gracias.