28 de diciembre de 2012

Somos Zapping: Desciendan los migajoncitos (24/12/2012)



Espíritu pentecostal. La esperanza de los pobrecitos, la recompensa de los sufrientes, la psicología del menesteroso. No tenemos otra cosa aparte de que vengan un decimito, un golpe de suerte, un angelito dadivoso, un hada madrina (eso son Toñi Moreno o la misma Junta). Además, es algo que debe ocurrir porque es justo. La miseria provocará la compensación. Algo así como en las bienaventuranzas cristianas. Seguro que Nietzsche hablaría de “moral de esclavos” si viera Canal Sur o escuchara a los socialistas de aquí. Esperamos y confiamos siendo cada vez más pobres, pues cuanto más pobres, más cerca del Reino de los Cielos. Y más nos mereceremos la gracia y la fortuna, si llega; y si no, mientras, la caricia, el aplauso, la admiración, el consuelo, el honor del martirologio. Comparen eso con ser prósperos. Eso sería malvado, insolidario, ruin. Igual que ser cultos nos haría elitistas, fatuos, odiosos. ¿Y quién quiere ser así, una especie de rico avariento de Los campanilleros? Canal Sur ha tratado toda la semana la Lotería de Navidad como una auténtica parusía. Y no es algo anecdótico. Es profundo, grave y nos señala el negro poso sociopolítico de Andalucía. Sí, toda la semana se ha llevado Modesto Barragán asegurando que el Gordo iba a caer en Andalucía. ¿Por qué? Pues por todo lo que hemos dicho. El andaluz se siente bienaventurado y espera la gracia sufriendo, mientras la Junta y Canal Sur le predican su dicha, pues podrá acceder (cualquier día, no hay que perder la esperanza) a una salvación apoteósica. Por eso rotulaban: “El Gordo cae en Barbate, uno de los pueblos afectados por la crisis pesquera”. ¿Ven que la miseria tiene su recompensa? ¿Ven que la fe, la confianza, la paciencia resignada, no son en balde? ¿Ven cómo se consigue mantener sufriendo y callando, década tras década, a una tierra pobre y hambrienta, y que encima lo agradezca? ¿Ven lo útil que resulta para algunos esta moral de esclavos? ¿Ven la abominable maldad, la repugnante obscenidad de todo esto? Sí, la de los angelitos, consoladores, hadas madrinas y dormidores de Andalucía. “Somos un pueblo de espíritu pentecostal”, me escribió un lector, Víctor Novel. Gran hallazgo. Desciendan sobre nuestra coronilla el Espíritu Santo, el dinero, la suerte, la dádiva o el migajoncito, mientras esperamos con las manos abiertas y la boca seca de tan cerrada y golpeada.


Pesca a pellizcos. Ya me he cansado de Pido la palabra. Ya sólo quiero pensar en Jesús Vigorra hablando de libros como con cera en los dedos, porque no lo reconozco en ese programa, en esa especie de piscina preparada para la pesca a pellizcos de ministros de Rajoy, banqueros de chisterilla y agravios y palos del Gobierno a Andalucía y a los pobrecitos. Traen consejeros de la Junta para que se defiendan, para contar que son el parapeto que impide que Rajoy nos coma como una bruja; o le dan un púlpito a ese Juan Torres cuya visión de la economía es como la de Papá Noel. Por cierto, nos rotulan que Ipsos Consulting asesora en la selección del público (sí, esa empresa a la que el PSOE suele encargar unas encuestas siempre muy interesantes). No seamos ingenuos: el formato era demasiado peligroso y sólo podía mantenerse como instrumento controlado y ventajista. Lo siento por Vigorra, al que admiro y respeto por otras cosas. En este programa, prefiero imaginar que es Rafael Cremades.

Perdidos en el espacio. La MIR era una estación espacial rusa. Así que cómo va a salir eso en las noticias de Canal Sur. Que también signifique “médico interno residente” y que éstos anden a la greña ahora con la Junta es una pena, porque esa casualidad hace que su protesta se pierda en el espacio. Las mareas blancas de Madrid son otra cosa, suenan de aquí como un cocido. Pero lo de los MIR… Eso es que los rusos se van en cafeteras al espacio.

Flaman. Canal Sur continúa su compromiso con el servicio público. Ya se rueda Flaman, una serie chorra sobre un superhéroe cani, agárrense. Apuesto a que su punto débil no será la kryptonita, sino el buen gusto.

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