19 de diciembre de 2012

Somos Zappping: ¿Por qué Andalucía es lo mejón der mundo? (10/12/2012)



No lo es. The Newsroom es una americanada cargante y bien hecha (la firma Aaron Sorkin para la HBO) sobre un periodismo modélico, crítico, vigilante y algo santurrón que puede resultar tan increíble como conmovedor. Aquí ha excitado a algunos colegas, que enseguida se reivindicaban parte de ese ideal (el mejor periodismo siempre es el de uno). Otros, con más afectación aún, se quejaban porque el periodismo de verdad es alcohol, putiferio, ases y ochos, zoco con alfanjes y saxofones en los charcos. Otros sólo se aburrían o dedicaban media sonrisa a la sublimación emocionante o ñoña de la profesión. Yo, por mi parte, pensé en Canal Sur desde el primer episodio. La serie comienza con algo muy de allí, muy fundante, el autointerrogatorio (casi heideggeriano) del estadounidense sobre su esencia. “¿Por qué América es el mejor país del mundo?”, pregunta una estudiante en un coloquio al que asiste la estrella de los informativos Will McAvoy. Tras alguna tontería complaciente de los otros invitados, McAvoy termina rebelándose: “No lo es. Pero podría serlo”. Cambien ahora USA por Andalucía: ¿Por qué Andalucía es lo mejón der mundo? Y piensen en la contestación que nos dan cada día Canal Sur y la Junta. O nosotros mismos. Y en la valentía que no vemos aquí, tan extranjera, tan de exiliado, de decir: “No lo es”. Yo me acordé de una vez que Griñán visitó un colegio e hicieron que un niño de 7 u 8 años le preguntara algo parecido: “Presidente, ¿qué califi...cativo –el pobre se atrancó con el guión– le otorgaría a nuestra Andalucía?”. “Andalucía es un sitio donde uno se siente muy a gusto”, contestó Griñán. En realidad, McAvoy es un raro periodista que se define republicano pero les da una caña tremenda (hasta ridiculizarlos) a los del Tea Party, desmonta todos los trucos y mentiras de los políticos (de su propio partido, primero) y quiere “educar” a la ciudadanía. Su afán es que el ciudadano tenga la mejor información para que pueda elegir a los mejores candidatos, lo que llevará siempre a un mejor gobierno. Así que reparte a diestro y siniestro sin piedad. ¿No es para emocionarse? ¿O para hartarse de reír? Normal que me haya llevado toda la temporada de la serie pensando en Canal Sur.


Quitando penas. Como Will McAvoy no dirige Los reporteros, esta semana nos encontramos con el cumpleaños tendedero de las banderas, la complaciente fiesta aceitunera y la gloriosa epopeya de pioneros del 4D, que parece como un salto de la reja de la Autonomía. La verdad, no recuerdo ningún año en que esta fecha haya generado tantas arengas y evocaciones. Un poco tarde decide también la Junta nombrar Hijo Predilecto a García Caparrós, mártir o héroe homérico de nuestra Troya. Pero es que las multitudes y los enemigos con bigotillo metafórico están de moda, y la guerra sentimental, ya lo he dicho otro día, distrae del hambre. En cuanto al espíritu autonomista, reitero que demasiados de los que le levantan altares lo han traicionado. Y chuleado. Han convertido a la Autonomía en su estanco heredado mientras seguimos casi tan en alpargatas como entonces. En el reportaje ponían de fondo Verde, blanca y verde de Carlos Cano: “Verla en el aire / quitando penas / quitando hambres”. Y lo que le queda por quitar, 35 años después…


El hambre de Andalucía. Toñi Moreno sí que puede hacer un verdadero portal de Belén de lo que es Andalucía sin que el Papa le quite boñigas ni le ponga a Pepito el Caja de Rey Mago. El otro día empezó el programa hablándole a un jamón como al Niño Jesús. Pero era más. Le hablaba a esa hambre eterna, constituyente, artística, históricamente invencible, ontológicamente insaciable, esa hambre de Andalucía. Andalucía es Carpanta.


Gomorra. La escena de los vecinos sanluqueños llevándose los fardos de droga en la playa, apedreando a un helicóptero y acojonando a la policía nos ha paseado por todos los informativos como algo de The Wire o Gomorra. Somos una Sicilia con sevillanas. Ahora, también la policía, qué pedazo de operativo monta… Un poco más y manda sólo al sereno. Cosas que pasan por aquí…

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