
Rabiosos se ponen nuestros orondos mandamases, gordos en el refrito de lo público, si se les intenta quitar las chocolatinas aun en época de crisis. El Observatorio Económico de Andalucía ha recomendado nada menos que dejar en cuatro las consejerías de la Junta y hasta eliminar las diputaciones provinciales, esos inútiles balnearios de enchufados, agradecidos y políticos quemados. Pero Griñán pronto ha dicho que no piensan adelgazar y que ellos se gustan así de redondos y satisfechos, bien criados y enlechados de dinero público. Ayer vieron en este periódico la indecente nómina de “cargos de confianza” de la Diputación de Almería, esos directores de “relaciones con entes supramunicipales”, de “centros de servicios múltiples”, de “prevención del cambio climático” a 3.500 eurazos mensuales. Imaginen lo que sumarán el resto de diputaciones y todas las consejerías, empresas e institutos públicos, consejos, comités y cenáculos. Esto es lo que han hecho con lo público, esta barra libre, esta orgía de gordos. Para ellos, no hay crisis ni dieta. Ahora que el dinero de todos va a salvar a los banqueros, los especuladores, los varios poceros, rebañadores y caníbales del sistema, parece que “lo público” está de moda hasta para los “liberales”, los que creían que el capital moviéndose por su peso era el perpetuum mobile de la riqueza. Griñán ha aprovechado este redescubrimiento o guapeado de lo público para intentar engañarnos con eso de que no se puede “adelgazar” ahora al único rescatador que nos queda. Pero es una falacia. Aquí lo público no es más que un comedero de pajarracos que no salva nada sino la voracidad nocturna de los políticos y sus convidados. En Andalucía, a lo público, mejor que adelgazarlo, habría que pasarle la guillotina o la trituradora. Ahora nos traen metáforas del hambre, mofa de los hartos de comer. Dan asquito como los gordos de María del Monte.
1 comentario:
Ande andarán los articulos nuevos del blog.
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