Lluvia y desahogo. Menos mal que llovía, que en los garajes entraban canoas, que los tenderos se vestían de buzo y Canal Sur tenía que salir con botas de agua como entre tentáculos. Menos mal que llovía en este desierto informativo, porque así la vergüenza de lo que ha ocurrido con la deuda histórica quedó bajo un barro de neumáticos, tomates, tinajones y máquinas de coser llevados por la riada. Las noticias de Canal Sur fueron paragueras en esta semana en la que el gobierno autonómico debía dar la cara en el Parlamento por el escamoteamiento de la deuda histórica pero de nuevo sólo pareció enseñar sus nalgas como sonrisas, o al revés. En Andalucía llovía a grandes cubazos, con el agua como cáscaras, y eso echaba toldos sobre la bellaquería igual que sobre la verdad. Después de las inundaciones, los breves minutos dedicados a la política parecían en las noticias de Canal Sur un hojita flotando. Aun entre las paletadas de cieno de toda la semana, llegué a ver a Griñán declarando “improrrogable el plazo [del pago de la deuda]”. Sí, ya nos damos cuenta de lo puntuales que van en los plazos, tanto que creo que la deuda se llama histórica por lo que están tardando los socialistas en hacer que nos la paguen. También vi al ufano Pizarro, al que la meteorología de estos días le había dado pinta y habla de husillero, regalándonos este tartajeo de humor negro: “Los socialistas en esta cuestión tenemos la conciencia muy tranquila... Sí, la conciencia muy tranquila; sí, mucho, la conciencia muy tranquila... Y la cabeza muy alta, y la cabeza muy alta”. Y la carita, ¿cómo tienen la carita? Estos eran los verdaderos desahogados traídos por la lluvia y el marmolaje facial de los socialistas, no los que luego mencionó Chaves refiriéndose al PP.
ZZJ. Rafael Camacho, voz de su amo, lacayo lengüetero del poder, parece que tiene ya para los socialistas digno recambio. Se trata de Pablo Carrasco García, que ahora dirige la productora ZZJ, muy engordada por la tele pública andaluza y responsable entre otras joyas de La tarde con María o Menuda noche. Acertaron poniéndole a la productora ese nombre mezcla de sueño y asco. Desde luego, su director parece el candidato perfecto para seguir acumulando basura, sumisión y atontamiento en la RTVA.
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