8 de abril de 2010

Los días persiguiéndose: La casa del vecino (8/04/2010)

No sé si los dioses en las catacumbas, en los desiertos, en las pinacotecas o en las basílicas son más grandes o más pequeños, más dioses o menos; si caben dos en el mismo sitio, si necesitan cada uno su luz o su aseo particular, si viven para siempre en su casa o se mudan o se convecinan o se expulsan según los siglos y las guerras. Supongo que dependerá del dios y de sus creyentes, los que se bastan sólo con una estera o los que no pueden reinar o creer sino en un palacio, los que se avienen o los que tienen el mandato de pelear. Esto sólo competería a cada religión si no fuera porque suelen meter al Estado y a la sociedad entera en sus litigios y lindes. Una cosa es que se repartan el cielo y otra que se repartan la ciudad y el presupuesto. Lo sucedido en la mezquita-catedral de Córdoba es la demostración de que aún no hemos encontrado la manera de colocar a tantos dioses sin que se molesten entre sí o nos molesten a todos, si acaso eso es posible. Pero esto no pueden solucionarlo las religiones, que nunca se pondrán de acuerdo porque todas compiten por la Verdad, la historia, las almas, el dominio y, encima, por el espacio físico donde poner a su dios como un jarrón. No, esto tiene que solucionarlo el Estado.

Hasta ahora, las soluciones han sido tibias, incompletas y problemáticas. Y lo están siendo cada vez más, cuando la homogeneidad cultural y religiosa es ya imposible. Nuestra Constitución declara la aconfesionalidad del Estado y la libertad religiosa, pero reconoce implícitamente ventajas para la iglesia católica, incluyendo una importante aportación pública para su mantenimiento, de una u otra forma aún vigente. Igualmente, se establece el derecho de los padres a que sus hijos reciban una educación conforme a sus creencias, lo que significa, en la práctica, que el Estado está obligado a pagar el adoctrinamiento religioso en las escuelas. En realidad, eso que ha dicho el Defensor del Pueblo Andaluz sobre construir mezquitas con dinero público forma parte de ese mismo espíritu de tibieza y mal repartimiento. Es comprensible que lo pida, porque viendo que las iglesias se repellan a costa del presupuesto, las cofradías se subvencionan y los catequistas los pone el Estado, es imposible mantener ese discurso de igualitarismo paternalista y providente de lo público en lo religioso si no se hace extensible a todos los credos. Como decíamos hace poco, todas las religiones están pidiendo ya los privilegios y dineros de los que históricamente ha gozado el catolicismo, y nuestros gobernantes no pueden negárselos sin contradecirse. Lo malo es que no todo lo que nos llega pidiendo amparo es siempre tan tolerante, pacífico y respetuoso con la libertad como nos gustaría, y esto es verdad aunque quede feo decirlo. Y puede costarnos disgustos a poco que aquí se instalen, al abrigo de esa comodidad, sectas, extremistas y fanáticos.

Pero la solución es sencilla. Basta con dos cosas. Primero, que el Estado deje de aportar pasta y sostén a las religiones, de montarles escuelas y alumbrarles templos. Y luego, claro, que se respeten la ley y las libertades, que nadie se refugie en su credo para ignorar el Derecho. A partir de aquí, que quienes quieran le construyan su cúpula o su aljibe a su dios con su propio oro, que recen y enseñen lo que les plazca con sus medios, y que nadie se meta en la casa del vecino. Y que, si se infringe la ley (la de todos), se actúe. En resumen: o laicidad verdadera, o veremos a los dioses pelearse en las calles, como siempre con manos y víctimas muy humanas, y además con nuestro dinero.

5 comentarios:

La voz dijo...

El otro día usted publicó un artículo en el que afirmaba que en Málga habían detenido a un grupo de personas por llevar cruces invertidas. Vamos a ver, entiendo que usted como masón que es, todo lo católico le es ingrato. Por ello aprovecha la ocasión para mandar su mensaje. Legítmio. Sin embargo, los que detuvieron en Málaga estaban arrojando objetos a la gente al paso de una procesión en calle Ollerías. Infórmese bien antes de hablar.

Saludos

Luis Miguel Fuentes dijo...

Estimado lector:
Lo que yo decía en ese artículo era exactamente esto: "Titulaban en este periódico que unos jóvenes habían sido detenidos en Málaga por colgar un crucifijo invertido en un balcón y yo no me lo creía": (http://luismiguelfuentes.blogspot.com/2010/04/somos-zapping-vetusta-5042010.html)
Y aquí está la noticia: http://www.elmundo.es/elmundo/2010/04/03/andalucia_malaga/1270289838.html
Fue precisamente el titular el que me chocó, y por eso luego digo que "no me lo creía".
Por cierto, mi condición de masón no tiene nada que ver con mis opiniones religiosas o irreligiosas. Yo soy ateo como otros hermanos masones son católicos, luteranos, musulmanes, budistas o lo que su libertad y sus luces les hagan decidir ser. En eso sí le recomiendo que se informe bien.
Saludos.

Luis Miguel Fuentes dijo...

Repito los enlaces, que parece que han salido truncados en el comentario anterior:
Mi artículo: Vetusta, y la noticia publicada en El Mundo sobre el suceso de Málaga.

La voz dijo...

Creo que usted decía "No me lo creía" con mucha ironía, como si no pudiese creer que alguien fuese arrestado por mostrar cruces invertidas. Trataba de mostrarnos "el nacionalcatolicismo andaluz" y su fuerza. De todas formas, aunque bien es cierto que hay muchas masones con diferentes credos religiosos, los masones españoles se han caracterizado- usted es un buen ejemplo de ello- por sus ataques a la iglesia católica y por apoyar la independencia de las colonias americanas de España. Le puedo asegurar que algo sé del tema. Para finalizar decir que yo por su artículo no me he sentido molesto, primero porque aún siendo de Málaga, no me siento andaluz, ni tampoco católico. Enhorabuena por el blog.

Anónimo dijo...

Usted dijo: Cómo van a detenerlos por lo que pongan en su balcón? Y luego pensé que quizá podía ser, y hasta que si hubiera ocurrido durante esa procesión de legionarios, lo mismo alguien habría cargado un arma. ¿No están acaso para eso, no es esa fuerza la que exhiben?

Es decir que quizá podía ser. Pues bueno sugpongo que la misión de un periodista es informarse antes de publicar una tontería. Como dijo el comentario de la voz, usted lo escribió de forma irónica. Además le puedo asegurar que los legionarios no hubieran realizado ninguna carga. Es evidente que sus ideas si condicionan sus artículos. Me parece bien ,pero antes de dejar a sus lectores con la duda, infórmese bien.