
Risas y muertos. Con la temperatura del verano, llegan las fritangas de Canal Sur. Menuda noche ofrece sus greatest hits, se rellenan noches resucitando el Carnaval enlatado y hay un nuevo programa de videoteces que esta vez quieren ser temáticas y ordenadas. Listísimas se llama, y aunque se presente como “la mayor encuesta sobre gustos jamás hecha en Andalucía”, sólo es otra exhibición de vídeos de gatos, chorradas de archivo o Youtube y doblajes tontos. No merece el programa más comentarios, salvo que, curiosamente, es un engendro de Redacción7, la productora de Paco Lobatón. Ya ven que hay gente que, tire por lo sórdido o por lo ridículo, siempre encuentra acomodo en Canal Sur. Lo mismo dan los niños muertitos que los tartazos y la risilla meona. El caso es que el dinero público no deja de fluir a los mismos bolsillos.
Miedo. Manu Sánchez le dedicó su programa al miedo, no sé por qué. Quizá repetían el de Halloween, o, simplemente, es que Canal Sur da de por sí mucho cague, tan lleno de momias y espantajos. Invitó ese día a El Arrebato, puede que porque tiene algo del Shaggy de Scooby-Doo, y confesó el icono de esta juventud andaluza de guitarrita floja que una vez durmió en un hotel como “rococó”, con “cuadros de gente antigua mirándote”, y tuvo que descolgar uno de ellos del acojone. A mí, la verdad, me dan más miedo él o María del Monte. Ellos perjudican bastante más al sueño, al buen gusto y a la inteligencia que las cortinas que se mueven y los cuadros que te miran.
Nandía. Cuando hacíamos aquella locura de labahiadelmamoneo.com, era nuestra musa. Hernán Díaz, “Nandía”, caudillo de El Puerto, alcalde chirigota, Chávez de la Bahía antes de que apareciera Chávez... Ahora lo exhiben por las televisiones, después de que a él y a aquella pandilla suya que nos daba los artículos hechos con las perlas que salían de sus bocas, su gloria cateta y sus chanchullos de freiduría, los hayan imputado por esas cosillas del urbanismo. En La Sexta lo sacaron en un vídeo que reflejaba toda su época, mezclando su populismo con el vinazo mientras la gente coreaba “menos rotondas y más rebujito”. Tuve un ataque de melancolía, casi de ternura, al verlo. Pero luego pensé que esa política chusquera, hortera y rebañadora no empezó ni acabó con Nandía. Pensé en todos los nandías que aún quedan en Andalucía. Se me fue la melancolía y me sobrevino la rabia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario