12 de diciembre de 2011

Somos Zapping: El Oscar y la calavera (14/11/2011)

Cara a cara. Parece que hace una eternidad del debate, quizá porque esta campaña está transcurriendo con lentitud y pereza. Creo que todos, la gente y los partidos, están deseando que llegue el desenlace más o menos esperado y encarar el futuro en el gobierno o en la ruina sin más torturas ni incertidumbres ni madrugones. Sobre el debate en sí, yo diría que Rubalcaba atacó con un tenedor al tanque de la economía y del cabreo ciudadano que representaba Rajoy, y no le fue mal. No tenía otra arma, pero la que tenía la aprovechó. Eso sí, a pesar de pinchar donde podía con el miedo a la derechona, en la primera parte nombró Presidente del Gobierno a Rajoy con sus futuribles. Rajoy estuvo sensato pero no brillante, y a ratos pareció que no se conocía bien su programa. Podría haber respondido mejor a los pinchazos de Rubalcaba, y sin embargo se diría que pensaba que no le hacía falta, que Rubalcaba no podía hacerle sangre. Tras el debate, escenificado de manera un poco goyesca, la verdad es que creo que la única pregunta que queda es cómo pudo costar eso medio millón de eurazos, como si en vez de sólo un plató hubieran construido un chalé entero. Canal Sur dedicó mucho tiempo, antes y después del cara a cara, a los decorados y a las corbatas. Parecía algo de los Oscar, más que un debate político. Me da la impresión de que querían otorgar épica, trascendencia, importancia definitiva y ambiente casi de juicio de Dios a lo que la mayoría sólo veía como un trámite entretenido pero poco relevante, estando las cosas como están. En el análisis posterior, La Nuestra insistió en la comunicación no verbal y Marta Paneque destacó que Rajoy miró mucho los papeles y Rubalcaba no. Se creerían que volvían a enfrentarse Nixon y Kennedy, con Rubalcaba en el papel de guapo. Pero en este caso Rubalcaba era el siniestro, el que tenía cara de enfermo, aunque fue mejor actor. Canal Sur hasta puso luego un documental sobre el lenguaje corporal, todo eso de las las microexpresiones de Paul Ekman y las trampas de los gestos en la vida y en la política. Allí nos explicaron que leer de los papeles sólo significa que se da importancia a la palabra exacta. Eso es lo que le pasó a Rajoy, que no pensaba en hacer el monólogo de Hamlet, sino sólo en decir con precisión lo que quería. Rubalcaba quizá se quedó con el Oscar, pero también con la calavera. Rajoy, por su parte, entró y salió como próximo presidente, que es un premio bastante más gordo.


Propaganda no electoral. La Junta Electoral ha pedido a Canal Sur que distinga claramente entre PSOE y Junta en su información política, pero eso es como cuando en las películas se le dice al jurado que no tendrá en cuenta lo que acaba de decir el testigo, o sea, un formalismo imposible en la práctica. Las noticias institucionales siguen siendo en Canal Sur propaganda descarada y aquí, la verdad, decir Junta en vez de PSOE no conlleva diferencia alguna. Sirva como ejemplo la redacción de esta noticia, formalmente fuera de la información electoral: “Visto bueno de la Junta a una inversión de casi 8 millones de euros para talleres de juegos en 160 escuelas infantiles de la Junta y para instalar 3.000 nuevas aulas digitales en todos los institutos públicos de Secundaria, un ejemplo, según la portavoz del Gobierno, del compromiso de Griñán con la educación”. Pues nada, después esta zalamería con las tácticas socialistas, imaginen al juez americano diciendo gravemente: “El jurado no tendrá en cuenta esto como propaganda electoral”.


El sur. Cruzcampo sigue queriendo embotellar el sur y venderlo como nuestro aire convertido en cerveza, aprovechando que aquí el orgullo chovinista enciende más que el alcohol. Seguro que recuerdan esos anuncios que aseguraban que nuestra “parte norte” es la que nos lleva a trabajar y nuestra “parte sur” la que se va de cañas, volviendo a esa estampa como mexicana del andaluz borrachuzo, despreocupado, vago y juerguista. Ahora se unen opiniones callejeras y personajes conocidos que nos cuentan qué es ese sur para ellos, a veces con curiosas conclusiones, como la de Carlos Herrera, que nos dice que “el sur es pasar la mañana con miles de amigos” (?). Eso del sur como “forma de entender la vida” o “esencia de nosotros mismos”, según explicaban en las noticias (sí, sacaron el casting del anuncio en las noticias como otra gloria regional), me parece la típica catetada engreída, simplona y homogeneizante. Pero además, y sobre todo, es el tramposo halago con el que siempre nos han querido mantener en la complacencia y la resignación, eso de que al andaluz le basta con su sol hecho jarana o vinazo, con ser de aquí como máximo y único orgullo del que es capaz. Con eso no sólo nos han vendido mollate, sino miseria y política.

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