La medida del arte. Ésta es la tierra del arte sin escuela, de las lavanderas que cantan y de los maletillas con sueño de dehesa. Tanto le gusta esto a Canal Sur que tiene montadas una Operación Triunfo de tonadilleras y otra de rejoneadores. Vuelvo a ver a Enrique Romero, torerito de salón, coleccionista de toda la porcelana de las jacas, esta vez en Mira la vida, donde comenta con ranciedumbre el esfuerzo de su juventud agropecuaria y como cretomicénica, que quiere llegar a la gloria de esa manera salvaje y bandolera, siempre entre fogatas y bestias, que parece que es la única posible aquí. Nuevas remesas de rejoneadores salvarán sin duda a Andalucía de su incultura y de su pobreza. Sí, ésta es la tierra del arte sin escuela. Nos basta el pastoreo de los toros o el cante de taberna. O la poesía de las marujas, que es lo que me doy cuenta que trae también Mira la vida cuando Enrique Romero termina con su rocierismo taurino. En cada programa, alguien del público, pretenciosamente etiquetado por el rótulo como “poeta popular”, es invitado a leer sus ripios infantiles que enseguida merecen el aplauso entregado de los presentadores. “Alegría en la amistad / alegría en el amor / alegría en mi vida / es lo que tengo yo”, escucho recitar a una señora que casi no sabe leer. Es el arte abaratado, hocicado, bajado hasta la altura del vulgo, hasta que lo pudre o lo mata. El arte de verdad es enemigo, elitista, despreciable. Los eructos del pueblo, ésa debe ser la medida. Todo lo que necesitamos lo dan ya el campo y las trascocinas. Así se destruyen la cultura y la civilización; así vencen, a base de adularlas, la vulgaridad y la tiranía de las masas (ay, Ortega y Gasset). Ésa es la innoble tarea en la que no ceja Canal Sur.
Vagos. Cuando Manuel Pizarro, fichado por el PP como un escualo eléctrico de la economía, criticó la cultura de la subvención en Andalucía y usó con nosotros las mismas analogías de peces y cañas que se usan para África, Chaves se mostró enseguida insultado. Otra vez, dijo, los tópicos del andaluz indolente y vago. Pero con esto ocurre un poco como con las gracias sobre judíos o negros, que sólo las pueden hacer Jon Stewart o Chris Rock porque lo son. Miren por dónde, en un zapping de Cuatro veo frente a Jesús Quintero a un paisano barrigón con camiseta del Cádiz que cuenta muy rumboso un chiste de andaluces harones que les dio mucha risa (floja, claro). Mejor sería empezar con la viga en la tele propia antes que con la paja en el ojo de los forasteros bocazas, ¿no?
No hay comentarios:
Publicar un comentario