Un bono para qué. El mismo día que se proclamaba un David ante Goliat, Javier Arenas arremetía contra el bono cultural de 60 euros de Chaves, en el que ve un dinero de ida y vuelta presentado tramposamente como dádiva. Por cierto, quiero señalar que hay sutiles o malvadas diferencias en la manera en que Canal Sur ofrece su información electoral según sea el PSOE o el PP. Chaves siempre sale en un éxtasis, en un crescendo, con un titular en llamas, con una patada aérea. A Arenas, en cambio, lo suelen coger planeando una obra del pueblo que visita, hilando detallitos, disponiendo menudencias, con lo que queda como un filatélico frente a un karateca. Pero a lo que íbamos. El bono cultural de Chaves, como el mega de Internet, viene a ser de nuevo sustituir los fines con los medios o simplemente quedarse en los medios difusos sin que haya un fin. Si la cultura es el objetivo, regalar entradas para el cine no resuelve nada. Además, me estremezco pensando qué entenderá Chaves por cultura, sobre todo después de ver que todavía ayer lunes, los informativos de Canal Sur (¡sí, los informativos!) dedicaban odas y minutos a la final de Se llama copla, que fue como una disputa entre cigarreras llorosas. ¿Será un bono para ver a esta Joana Jiménez regando macetas con el corazón encogido? Viendo la cultura en la que se regocija su televisión de partido, yo le diría a Chaves que dejara esos bonos y regalara sombreros de alancha, que servirán para lo mismo.
Comedia. Escribo antes del gran debate, en el que Zapatero y Rajoy intentarán hipnotizar más que convencer. Observando los preparativos, los asesores midiendo las sillas, los brillos, los termómetros, concluyo que hemos asumido que la democracia es una comedia. Aun así, estoy deseando ver el de Chaves con Arenas. ¿Irá Chaves tuerto, como Sobles?
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