Sobra afectación. Creo que a Jesús Quintero ya no nos lo creemos. Su efectismo parece de Méliès y cuando posa en sus buhardillas filosóficas, con guión de pregonero, parece uno de esos romanos de las películas malas a los que se les veía el reloj de pulsera. El otro día empezaba así: “Te advierto que esta noche tengo malas intenciones, te voy a apuntar al corazón con un poema...”. Luego añadía: “Todo el mundo quiere salir en televisión aunque sea a costa de hacer el ridículo. En este rincón te respetamos. Tenemos el más alto concepto de ti, espectador”. Sí, empieza poético, humanista, museístico, el más rebelde laudista de los tejados, y además haciendo creer al espectador que si está con él es también todo eso, además de inteligente. Pero luego saca a las nuevas Pantojas de Se llama copla, o a ese tipo, Toni Rodríguez, que no es humorista sino simplemente así: una especie de Buda de freiduría, apóstol de los vagos, empanado en cochambrerías y machismo. “Tú nunca has hecho dos cosas a la vez...”, le decía Quintero. “Sí, por ejemplo dormir y roncar, comer y cambiar de canal...”, contestaba. “Dame tres razones para vivir”, le invitaba a filosofar. “Comer, merendar y cenar”, enumeraba el sabio. “Y si tu fueras candidato a presidente...¿cuáles serían tus palabras?”, le preguntaba. “Mis palabras serían claras –afirmaba, serio--. Pondría once meses de permiso y uno trabajando”. Para eso no hace falta que Quintero se vista de sonámbulo, de salvador, de bardo o de Robin Hood. Podría aparecer directamente con Monchito o Macario y se ahorraría esas lánguidas peroratas suyas, entre el New Age y la autoayuda. Sobra afectación para terminar sacando a folclóricas de puñales y a chistosos de la haronería.
Desaceleración. ¿Crisis? ¿Qué crisis? Esto, además de ser el título de un disco de Supertramp (endeblón), es la consigna que parece imperar en Canal Sur, ya desde la campaña electoral. Por eso, en los noticiarios o las entrevistas siempre se refieren a “desaceleración”, el mismo término que usan los portavoces del PSOE. Hasta en Mejor lo hablamos se plantea un debate con la pregunta: “Desaceleración económica, ¿cómo la ve?”. Pero de este debate mejor no hablar, que me da la risa. Menos mal que, mientras la construcción se para, baja el consumo y el déficit enseña las orejas, Chaves nos tranquiliza en el programa de Tom Martín Benítez: “El gobierno andaluz es un gobierno que coge el toro por los cuernos y quiere dar seguridad a la gente de que somos capaces de afrontar esta situación económica en una buena condición”. Digno del lapidario bobo...
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