26 de mayo de 2008

Somos Zapping 25/05/2008

Invento gaditano. Los grandes inventos españoles son la fregona, el jamón (que en la casa adorna como un violonchelo) y la siesta. La tecnología nos llegó tarde porque aquí no hacía falta que volaran los Cristos ni los señoritos, ni tampoco que el campo se recolectara solo, que ya estaban para eso los jornaleros, e incluso en Castilla llegaron a arar los ángeles. En Andalucía nos privó de la industrialización esa aciaga casta que aún nos sobrevive en maestrantes, rejoneadores y vinateros con mastines o yeguadas en los cuadros de familia, y desde ahí nuestras aventuras con la tecnología parece que no pasan de la cestería. Sí, ahora ya hay aquí empresas tecnológicamente punteras, pero son muy pocas y representan una industria que no mueve nada aparte de una propaganda electrificada de marcianitis, muy utilizada, claro, por los políticos y sus modernizaciones de pega. Por todo esto, cuando en los titulares de las noticias de Canal Sur anunciaron el otro día una gran idea que había nacido en Cádiz a raíz del lanzamiento del MacBook Air, la última virguería de Apple (un ordenador que cabe en un sobre), no supe qué pensar. ¿Alguna empresa gaditana había superado a Apple? ¿De qué clase de avance tecnológico, de qué genialidad electrónica se trataría para aparecer nada menos que en los titulares de las noticias? ¿Un ordenador óptico, o quizá cuántico? Pero luego llegaron la realidad, la risa y por fin la tristeza. No, no era nada de eso. Es que en Ubrique habían diseñado… ¡una funda de cuero para ese MacBook! La tecnología sigue siendo cosa de otros. Aquí a la modernidad sólo le hacemos las talegas. Y Canal Sur aún se maravilla por esto.


Trinidad. “Country, religion, family…”. Me acuerdo de las famosas y ridículas imágenes de Franco que tanto ponían en Noche Hache, con su inglés de loro o de Cantinflas. “Patria, religión, familia…”, la Trinidad franquista. Y me acuerdo, cómo no, viendo Canal Sur, cuando María del Monte se me aparece presentando a una señora que ha tenido 19 hijos, 70 nietos, 62 bisnietos y un tataranieto, allí presentes como toda una inclusa. Esas familias numerosas, orgullo del franquismo, que daban soldados a Dios y a la Patria, las familias criadero, santas y conejas, ensalzadas ahora en la Andalucía del siglo XXI, quizá esta vez para mayor gloria de la financiación autonómica… Y, claro, caigo en que el resto de la Trinidad franquista es también perfectamente aplicable a esta tierra, a lo que hacen de ella sus gobernantes y a la imagen que Canal Sur ofrece. La Patria franquista requería esencias eternas, una épica grandiosa de héroes y una infantil exaltación del folclore. Aquí tenemos lo mismo: el espíritu inmortal del pueblo andaluz plasmado en todos sus tópicos, una épica de autonomismo (28-F, Estatuto, modernizaciones…) protagonizada por el PSOE, y la cansina presencia de coros y danzas, macetería y palmoteos. ¿Y la religión? Ahí ha estado el Canal Sur nacionalcatólico en Semana Santa, en el Rocío y, ahora, también en el Corpus, ese día en que parece que la Iglesia Católica saca a limpiar sus cuberterías. Andalucía Directo nos llevó por toda la región para ver custodias, legionarios cara al sol o una virgen que es “patrona del Ayuntamiento” (?), todo con el fondo del himno nacional (¿por qué ha de sonar el himno nacional en una procesión?). Y atentos a la piadosa narración: “Va a llegar aquí hasta esta plaza, con el reflejo del sol dorado, esta custodia (…) que porta al Santísimo Sacramento, algo importantísimo para todos los habitantes del Puebla del Río…”. Patria, religión, familia. Franquismo sin más. Alguien me comentaba hace unos días que no le gustaban las antigüedades porque olían a muerto. Pues eso. Aquí, en Andalucía, en Canal Sur, huele a muerto.


No canten al contestador. Y hablando de franquismo sociológico, ya se prepara la segunda edición de Se llama copla. Pive Amador nos explicaba junto a María del Monte que pronto empezarán los castings y que para apuntarse había que llamar al número de un contestador automático. Cómo será el nivel del target de este programa, que Pive tuvo que recalcar que no había que cantarle al contestador, sino sólo dejar los datos.

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