Bienvenido Mr. Obama. A mí también me hipnotizaron esa suelta de grandes palabras y ese pueblo en escalinata, mientras un presidente negro juraba en Washington como poniendo otro obelisco en el National Mall. Canal Sur ofreció un especial un poco más aúlico que los demás, seguramente por ese enamoramiento escolar que sufre la progresía con Obama, poco comprensible porque su actitud y su discurso (¿esfuerzo, trabajo, responsabilidad, conciliación, unidad, honradez?) poco tienen que ver con el sesteo, el acortijamiento, la propaganda, la marrullería y el margaritismo sin sustancia que define a esa casta política que aquí se las da (falsamente) de progresista. Pero como Canal Sur nos tiene saturados de días históricos y su análisis del feliz advenimiento era indistinguible de cualquier inauguración de Chaves, yo me fijé más en la inteligencia, la ironía y la gracia que le dedicaron al asunto en
El intermedio. Nada mejor para retratar esa mezcla de admiración, esperanza e ingenuidad hispánica ante la salvación que de nuevo llega desde Estado Unidos, que recurrir a
Bienvenido Mr. Marshall. Wyoming y sus colaboradores, disfrazados de los castellanos disfrazados de andaluces de la película, lograron hacer algo así como una pirámide de caricaturas. Me pregunté en qué punto de esa pirámide se había perdido la imagen verdadera de los andaluces. La cinta de Berlanga es de 1953, y sus falsos andaluces ya eran en esa época una caricatura, con lo que en
El intermedio teníamos la caricatura de una caricatura vieja. Y aun así, la gente de Wyoming vestida de flamenca sólo parecía un sobrio modelo para otra caricatura de nivel superior, sobrepasada su parodia por la ridiculez de esos andaluces de tiesterío por la cabeza y culos por peinetas que Canal Sur nos saca ahora con tanto orgullo. Para llegar a la imagen del andaluz de
Se llama copla, pues, habría que descender a la caricatura de la caricatura de una caricatura de los años 50. Y encima, con satisfacción. Esto no lo arregla ni Obama.
El humor de la crisis. 750.000 parados en Andalucía, y en las noticias de Canal Sur un Chaves como un portero de discoteca aún le decía a la oposición que “cada uno en su sitio”. Con capoteos de políticos o retruécanos de redactor, Canal Sur nos está ofreciendo en esta crisis un impagable compendio de humor cínico. El otro día, sus locutores se atrevieron a llamar a una recesión del 2% “revisar a la baja las previsiones de crecimiento”. Y cuando no maquillan el desastre, nos sacan sus pintorescas recetas contra la crisis. Por ejemplo en Ubrique, donde, con el tono astronáutico que les suelen dar a estas noticias, nos contaban que “buscan soluciones con innovación y desarrollo” y “potenciando su presencia exterior en Internet”. Sí, un ubriqueño del negocio nos hablaba de su rimbombante “e-catálogo”, que uno imagina que será el carteramen de sus tiendas fotografiado y colgado sin más en Internet. Vértigo y esperanza da esta innovación, merecedora sin duda de la noticia. Hemos puesto fotos o lo mismo hasta documentos PDF en Internet, uf. Me extraña que no consigamos ya la fusión fría. Al menos, con Canal Sur, durante la crisis tenemos asegurada la risa.
Presentación. Llegó a la redacción de Andalucía Directo y fue presentándose mesa por mesa: “Vamos a trabajar juntos”. Viene de los informativos, donde nunca tuvo conflictos de intereses. Viene de cerca, pues allí todos los ascensores llevan al mismo sitio. ¿La harán directora de AD? Su nombre: María Teresa Sánchez Monsteseirín.
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