20 de septiembre de 2010

Los días persiguiéndose: Nuevo PSOE (17/08/2010)

No sé si la teoría de las generaciones de Ortega sirve para el PSOE andaluz, que es un partido parmenidiano, o sea lo Uno inamovible, inmutable, eterno y perfecto. Todos hemos visto venir a sucesivas juventudes con sus nuevos pelos, intereses o desintereses, rebeldías o incivilidades, tomando su lugar en el mundo, y nos dábamos cuenta de que ya no eran como nosotros. Mi generación (yo nací en 1970) es hija de un franquismo decadente que apenas nos rozó en el parvulito, una generación que vivió la transición sin entenderla, sólo por la agitación de los padres y los carteles de las calles, y ya se encontró creciendo en la Democracia. Yo no sabía muy bien con 9 ó 10 años qué era eso de la Democracia, pero sí me parecía que era algo que nos habían regalado, algo que habían conseguido para nosotros otros que lucharon durante aquella cosa que hubo antes y que para mí, entonces, sólo era un recuerdo de libros o tebeos con moros, banderas, alcázares y jesusitos. Quiero decir que la juventud ya me espanta con sus pantalones cagados, su música y su deseducación, como ocurre siempre a cierta edad, y tomo conciencia de mi generación, de mi diferencia con ellos. Sin embargo, ver en el PSOE andaluz a Luis Pizarro o ver a Rafael Velasco no nos deja diferencia alguna. Ese derrocamiento de modas y actitudes, esa conciencia de participar de otra herencia histórica, de otros presupuestos teóricos fabricados por reacción a los viejos, que es lo que hace que una generación sustituya a la anterior, no ha ocurrido en el PSOE andaluz. No ha habido en este PSOE ningún cambio generacional, sólo la llegada de unos cachorros que imitan en todo a los padres, en vez de matarlos freudianamente.

Desde el PP han pronosticado ya unas primarias entre Griñán y Moreno, aunque no sé los conocimientos que tiene el PP sobre elecciones primarias, ellos que nunca han celebrado unas. Pero no es ese vaticinio lo que me importa. Lo que yo pretendo negar es que esa lucha, que llegará o no, sea la de un viejo PSOE contra un nuevo PSOE. Ya con Chaves se hablaba de Moreno como futuro de un PSOE andaluz remodelado, refrescado, pero a mí me parecía sólo photoshop, una manera de buscar una nueva portada para el mismo libro. Que esté ahora Griñán por Chaves es lo de menos. La dicotomía entre el viejo padraco y la joven meritoria sigue siendo igual de falsa. Mar Moreno no ha demostrado ser diferente a sus mentores, usa sus mismas tácticas y argumentarios y, si llega a la cima, será otro interregno en un PSOE andaluz que aún no se da cuenta de que si no cambia en profundidad, en esencia y en método, contemplará su muerte entre orinales. ¿Dónde está el nuevo socialismo en Andalucía? Pues yo lo he visto a veces, en gente que ha salido triste y hasta avergonzada de sus congresos búlgaros, gente que aún me habla de una Democracia de ciudadanos críticos, informados y participativos, gente que no entiende que al partido rival se le intente expulsar sin más del sistema. Sí, algunos hay, todavía escondidos. Son el futuro de la socialdemocracia en Andalucía, pero seguramente no los veremos hasta que éstos de ahora se descalabren. Entonces puede que surja otro PSOE que no patrimonialice Andalucía, que se proponga como gobierno y no como dueño, que no se crea con el derecho eterno al poder, que acepte el juego democrático del debate de las ideas y las soluciones, que no trate al rival político como a un usurpador, que levante esta tierra en vez de amodorrarla, que haga cosas en vez de tapar bocas, que convenza al pueblo en vez de malcomprarlo. Esto no vendrá ni con Griñán ni con Moreno. No se crean ese pugilato que no existe. Al nuevo PSOE andaluz todavía no le hemos visto la cara.

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