20 de septiembre de 2010

Somos Zapping: Mentes brillantes, cultura de calamar (16/08/2010)

La capitalidad del pulpo. Ya sabíamos que aquí la cultura es un plato único de folclore y piedras morunas, y que no hay más. Se quejaba con razón el otro día Eva Díaz Pérez de la sistemática labor de demolición que está llevando a cabo Paulino Plata desde su Consejería, reducida a una agencia de animación turística para guiris. Pues todavía diría yo que la cosa puede ser peor. El viernes, sin ir más lejos, las noticias de Canal Sur nos presentaban la feria agosteña de Málaga dejando este soberano susto que aún estoy intentando procesar: la cámara enfocó un gran muñecote del pulpo Paul con los colores de España y Málaga y la Copa del Mundo entre sus tentáculos, colocado por lo visto en un lugar preeminente de la feria, mientras el locutor nos aclaraba que “un anfitrión muy especial, el pulpo Paul, promociona la candidatura de Málaga a la capitalidad cultural europea en 2016”. ¡La capitalidad cultural europea reclamada y promocionada mediante el pulpo Paul! Seguro que descartaron poner a una muñeca chochona por ser demasiado elitista. Nada, sin complejos, apostemos por la estupidez, que sin duda también es cultura, y así nadie nos ganará. Que luzcan otros orquestas y pinacotecas, porque aquí, donde hemos asumido como único tesoro las pasiones raciales de la masa y sus iconos callejeros, somos tan chulos que pedimos abanderar la cultura europea con este pulpo de marras, no sé si acompañado de Manolo el del bombo. Por el nivelito que estamos viendo, la oferta cultural de Málaga para esa capitalidad consistirá en futbolín, espectáculos de monster trucks, concentraciones de tuning y, como cumbre, a lo mejor Bisbal, que también tiene canción mundialista. Puede que en Europa nos tomen por imbéciles, pero eso será porque aún no han aceptado la decadencia de la cultura del Viejo Continente, rendida a los gustos y supersticiones de la plebe. En Málaga ya lo han asimilado e institucionalizado, poniendo al pulpo Paul a simbolizar con orgullo toda nuestra hambre de cultura y toda nuestra inteligencia de calamar.


Talento. Canal Sur sigue buscándole al andaluz su futuro como pequeño ruiseñor o guapa zarzamora, que es el futuro que le corresponde, claro. Se llama copla, Mi primer olé, todos esos programas para artistas sin escuela que salvan a camareros y a peluqueritas llevándolos al escenario, ese sueño andaluz que sigue igual que en las películas de los 50, época que aún nos deja su estética, su armario y su épica de pobre. Esta semana he descubierto que en La tarde aquí y ahora también tienen un concursito de éstos. Se busca talento se llama la sección, para la que han recuperado entrañables categorías musicales como “canción ligera” (¿se acuerdan de Gente joven?). Sé que, al menos, hay otra categoría, “fandango”, pero no sé si también tienen “bailes regionales”. Vi, en fin, a unos chavales de gusto bastante distraído cantar por Luis Miguel o Francisco con fondo de organillo, actuaciones de un patetismo sólo igualado por el hecho de que en el jurado estuvieran Las Seventies, esas mujeres unísonas que hacen que Las Grecas parezcan un dúo de Elisabeth Schwarzkopf y Christa Ludwig. La verdad, el talento no sé si lo buscan, pero no lo encuentran, o no saben qué es. Por eso me fascinó la simpatiquísima ironía de un anuncio que vi luego en Canal Sur, el de un curioso Primer Congreso de Mentes Brillantes (¡en la Málaga del pulpo Paul!) patrocinado, entre otros, por la Junta y la RTVA. Pensé que lo de la Junta y la RTVA buscando, promoviendo o evaluando “mentes brillantes” venía a ser como lo de Las Seventies en el concursito musical. A saber qué saldrá de ese congreso, si toman como patrones de mentes brillantes a Chaves o al Linterna, un poner.


Estrellas fugaces. Hablaban de las Perseidas en las noticias de Canal Sur y supe que alguna burrada o chorrada soltarían. “Que caen las estrellas”, así explicaba un chiquillo el fenómeno. Ciencia suficiente para Canal Sur, desde luego, pero aún quiso mejorarlo el reportero: “Hay que pedir un deseo cada vez que veamos una estrella fugaz. Imaginamos que este año los deseos serán que haya menos paro y menos crisis”. Ya que nuestros gobernantes no hacen nada, pidamos a las estrellas. Si es que el que no encuentra soluciones es porque no quiere. Luego pareció que iban a explicar de verdad qué son esas estrellas fugaces, pero la respuesta del astrónomo quedó cercenada al editarla, dejando esta tontería: “Lo que vamos a ver es esa arena ardiendo dentro de la atmósfera”. ¿Pero qué arena? ¿La de la playa? No, la que forman pequeñas partículas de un cometa, pero eso no salió. En fin, qué más da. Lo importante es que las estrellas nos salven de la crisis, como Canal Sur nos salva de la angustia y la ignorancia.

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