20 de septiembre de 2010

Somos Zapping: Si están parados, que construyan aviones (6/09/2010)

Parados retrospectivos. Nos han puesto todas las películas del céreo Steven Segal, han encabalgado telenovelas, han repetido batacazos y taconeos y paisajes, nos han azuzado con momias musicales, nos han demostrado que las bodas resultan horteras sean poligoneras o pijas, y Manu Sánchez ha llegado a parecer esa única casete de Arévalo que había antes en todas las casas... En fin, no sé si alegrarme de que por fin se acabe el verano televisivo de Canal Sur, porque lo que venga en la nueva temporada será igual o peor que estos rellenos y refritos. Al menos, este año hemos agradecido que el programa de videoteces, Vamos que nos vamos, haya prescindido de presentadores monicacos, y que la factoría Summers, de donde ha salido, le haya puesto oficio y hasta cierta gracia a los montajes. Los presentadores monicacos los han dejado, claro, para su madrugada enteramente de segunda mano, con ese Eduardo Banderas y esa Carmen Janeiro sacados del cajón pestoso del 2008 para hacer bulto. La repetición, ya lo hemos dicho alguna vez, es más que un recurso veraniego de Canal Sur, es toda una filosofía consecuente con esa eternidad, con ese estatismo casi medieval en que les interesa retratar a Andalucía. En algunos programas, como Tecnópolis, ni se distingue lo nuevo de lo ya emitido ni importa en realidad que sea una cosa u otra, pues siempre están los mismos efluvios de modernidad, las mismas innovaciones de pega y las mismas sostenibilidades borriqueras. En otros programas, sin embargo, ya no es tan irrelevante la cosa. Estaba viendo yo el otro día Emplea2, especie de parque de atracciones para parados, lleno, como siempre, de tremendas oportunidades de trabajo, estupendos cursos de formación y gloriosas y salvadoras iniciativas del Gobierno andaluz contra el desempleo, y nada parecía fuera de lo habitual. Nada, hasta que llegó la despedida: “Que disfruten de la Semana Santa”, dijeron. Espero que ningún parado andaluz se ilusionara con las ofertas de trabajo que pusieron ese día. En realidad, incluso tiene sentido, ahora que lo pienso. Aquí el paro crece y nos aplasta, pero nunca pasa nada, cambia nada ni se hace nada. Los datos siempre son “esperanzadores”, la evolución es “positiva”, así que qué más da que un programa dedicado al empleo sea actual o de hace seis meses. Así son las eternidades: los tomates siempre sostenibles y el paro siempre nuestra condena.


Griñán es María Antonieta. La cámara de las noticias de Canal Sur enfocó primero las lámparas de araña, los techos reventones de dorados y flores de lis, y luego bajó hasta la mesa donde se celebraba el primer Consejo de Gobierno, en el que más bien parecía que estaban trinchando faisanes. Bienvenidos al nuevo curso político en Andalucía, en el que nuestros gobernantes nos sacarán de la crisis bailando el minué en San Telmo. Sin duda no habían podido combatir la crisis hasta ahora porque no tenían un lugar acorde a la dignidad de ese menester. Ahora, con San Telmo, donde sus ideas rebotarán y se amplificarán en los espejos y serán aventadas por querubines de oro, verán cómo lo solucionan todo enseguida. Desde San Telmo parece que se puede gobernar toda la Rusia de los zares, así que una comunidad autónoma puntera y en racha como Andalucía es nada. Es que un palacio así cambia toda la perspectiva a un gobernante, cosa que no entiende la oposición. Ahora el optimismo de Griñán diría que tiene unos elegantísimos toques luisinos, aunque siga con el discurso de siempre, como el otro día: “Es un momento singular para creer en Andalucía, para creer en el buen hacer de los andaluces y las andaluzas que han situado a este tierra en la vanguardia de sectores pujantes, en ingeniería, en aeronáutica, en energías renovables...”. Fuera de San Telmo sólo se ven peones si curro y empresas cerradas, pero desde allí dentro, donde Andalucía se ha convertido en un jardín de luz y soperas de plata, es más fácil que nunca concluir que si los paletas y los camareros no trabajan es porque no quieren construir aviones. Falta poco para que Griñán nos diga aquello que se cuenta de María Antonieta, lo de que si el pueblo no tiene pan, que coma pasteles. Entonces sabremos que el espíritu del nuevo San Telmo ya se ha instalado en nuestro presidente.


Cambio radical. Por fin una revolución en el PSOE, por fin este viejo socialismo renovado, rejuvenecido, casi irreconocible. No podía creerlo cuando lo vi en las noticias de Canal Sur: Zarrías se ha quitado el bigote. Sí, ¿qué se pensaban? Esos son sus únicos cambios, los de peluquería y los de moqueta. Zarrías sin bigote y Griñán con peluca a juego con su palacio. Otras revoluciones, estén seguros, no les veremos.

No hay comentarios: